jueves, 2 de junio de 2011

Collita Roja

No solo yo, sino que seguramente muchos de ustedes se atreverían a maridar un vino.

Y no hablo solo de comida, de armonía de olores y sabores y niveles de acidez. Hablo también de maridar un vino con música, de notas musicales y notas organolépticas. Y también de maridar un vino con cine, gama cromática y ritmo narrativo y cambios en la degustación a medida que la oxidación va haciendo su efecto. Y por supuestísimo maridar un vino teniendo en cuenta la persona con la que vamos a compartirlo.

Que placer acertar en el dueto. Que acierto integrar ambos componentes en un momento espacio tiempo y estar allí para vivirlo.

Pero he de reconocer que mis prácticas no me han llevado a profundizar en el maridaje de vino blanco o tinto y novela, y menos aún novela enigma, negra o interrobang.

Por eso, ante la presentación del tinto Collita Roja en la librería barcelonesa Negra y Criminal, no me he podido resistir a conocer la experiencia de conocer un vino interrobang.

De entrada el nombre del vino Collita Roja responde al claro homenaje de la, tal vez, primera gran novela negra americana identificadora del género hard boiled, Cosecha Roja, de Dashiel Hammet.

Si la novela es dura, áspera, violenta y sangrienta el vino Collita Roja tenía que simbolizar estas características para justificar el condominio del nombre pero suavizándolo con elegancia.

De cepas viejas, rústicas, de troncos retorcidos pero no doblegados, se han extraído las uvas de esta minoritaria variedad autóctona que es el sumoll y la menos aún conocida e híbrida marselan, para darle cuerpo a este vino, fruto de ocho largos años de trabajo.

Collita Roja presenta una etiqueta tan elegante como sangrienta y el vino es de color cereza picota, con brillos de rubí y con un borde granate oscuro. Color de sangre.

A este vino hay que darle tiempo, hay que abrir la botella con antelación e incluso decantarlo. Si no se tiene en cuenta esta premisa no le va a dar tiempo no ya de abrirse sino ni tan solo de desperezarse por lo que en nariz puede no dar de si todo lo que esconde y que son aromas de tierra boscosa, de musgo, de madera húmeda…

Y ya en boca lo primero que notamos es su elevada acidez, fresca, natural e intensa, que da paso a sutiles notas vegetales de montaña, de hierbas, de suelo mineral, de piedras, y un escondido toque especiado, no sabría decir si de tostado o de cuero.

Nada en este vino es exagerado ni exuberante por lo que el acercamiento ha de ser dejando de lado los sabores y olores conocidos y tantas veces disfrutados. Por eso no es un vino para todos los públicos ni para paladares poco acostumbrados. Solo los ya iniciados y los que traspasen el umbral de la primera impresión e insistan, es un vino para reincidentes, tendrán como premio el acceso a sus matices escondidos y el disfrutar de un gran placer.

Yo aún tengo camino que recorrer con el para que podamos considerarnos colegas. De momento mi acercamiento es desde la humildad y el deseo de aprender.

Hammet no podía tener mejor compañero de viaje.

Gracias a Bodegas Pardas por la degustación (vean aquí su web) y a Negra y Criminal por la presentación (vean aquí unas imágenes de la movida).

2 comentarios:

  1. Lo de maridar un vino con películas y novelas me parece una idea esplendida que no había tenido en cuenta hasta ahora. Lo probaré.

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  2. Hola comentarista anónimo: ya nos contarás tus experiencias!

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