miércoles, 23 de octubre de 2019

La cuarentona de Yolanda Almeida

Una novela negra
que se lee como un gif.
Novela de pocas páginas y lectura de larga satisfacción. En la cuarentona, la brevedad la hace dos veces buena.

Sin embargo nuestro protagonista principal no es la cuarentona, sino un joven que no llega a la trentena, hace de cocinero circunstancial, de algo hay que vivir, en un restaurante poco ambicioso, donde sufre el maltrato psicológico de sus jefes, tío y sobrino, y el de una rubia cuarentona, compañera de trabajo, que está de buen ver y mejor tocar.

El desgaste emocional diario se transforma en una ira que tiene en la rubia su punto de mira y cree que solo podrá recuperar su equilibrio asesinándola. Fuera ella, fuera sus insolencias.

Vulnerable desde su infancia, quiere, por una vez, tomar las riendas de su destino, pero, meticuloso como es, no quiere matarla sin más: hay que asegurarse una irrefutable coartada, no sea que jodiéndolo estando viva lo siga haciendo también después de muerta.

Y mientras elabora su plan, entramos en su cabeza y vivimos en primera persona una serie de disquisiciones sobre el bien y el mal, la culpa, el perdón, el afecto, el amor y el sexo, la venganza, la redención en las relaciones personales, familiares y profesionales y la utilidad de un corcho en la pared. Disquisiciones que tienen tanto de comedia negra como de novela negra y viceversa y que son la verdadera carga de profundidad de la trama.

La novela habla de eso, psicoanaliza las razones para justificar un crimen y la narración es dramática pero escenificada como comedia. Y es que estamos ante una novela que sería una magnífica obra de teatro.

La cuarentona es una novela negra manufacturada y con más literatura que en novelas promocionadas de firmas consagradas todas llenas de tópicos y clichés y demasiadas páginas que parecen salir de una cadena de producción.

Yolanda Almeida
Yolanda Almeida, es una joven autora que ha dado un paso adelante en su producción literaria con esta obra. Ha condesado en pocas páginas lo esencial: no hay pensamientos innecesarios, ni diálogos vacíos, ni descripciones insustanciales, ni casi nombres, aludiendo así a que cualquiera puede ser protagonista de una novela y que, en la vida, cualquier acto es novelable.

Consigue un tempo narrativo que avanza al paso que le requieren los acontecimientos y no al revés, como suele ser aburridamente habitual, y las dudas del personaje permiten giros sorpresivos potenciados por capítulos cortos que incitan a leer otro y otro más hasta terminarla.

La novela satisface a lo largo de su desarrollo y especialmente en su desenlace y en el segundo final. Y es que el destino a veces, y a su manera, compensa.

Más que recomendable. No la lean en el autobús sino quieren pasarse de parada.

2 comentarios:

  1. Hola,
    me gusta todo lo que cuentas excepto el toque cómico que dices que tiene; ahí ya pincho en hueso y no me la llevo, no suelo disfrutar de las lecturas con tintes graciosos; sí, soy así de rarita ;)
    Un beso

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    Respuestas
    1. Humor negro e inteligente. La novela es de 100 pgs. No creo que pinches en hueso aunque no conozco tus gustos. Cualquier decisión que tomes es la buena ya que nunca podremos saber que hubiera sucedido si.
      Gracias por seguir comentando. Un beso

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