lunes, 2 de noviembre de 2015

Hazell y el timo de las tres cartas de Terry Venables y Gordon Williams

Los timadores timados o porque debemos desconfiar siempre o una femme fatale no tiene porque ser curvilínea de infarto ni con mirada seductora de lánguida expresión podrían ser subtítulos válidos para esta novela negra de granujas y timadores.

En el mundo del timo no solo se emplean las habilidades del timador sino que también se explotan las debilidades del primo al que engatusar.

En los timos de cartas la velocidad de las manos del timador suele ser superior a la de la vista del primo, pero además se juega con la psicología de éste que, movido por la ambición, se le potencia su vanidad y su engreimiento haciéndole creer que es el más listo y por tanto invencible.

Los ganchos ayudan mucho a potenciar esa soberbia; los ganchos incitan y motivan. Al principio se le deja ganar y luego cuando ya está enardecido se le hunde en la desesperación al quedársele todo su dinero.

Hazell y el timo de las tres cartas es una novela con mucho humor y enredo en el que el timo es el eje central y en la que la violencia se reduce a la necesaria para marcar territorio sin ir más allà. Escrita de forma ligera y abusando del cinismo nos relata las investigaciones de James Hazell a petición de una viuda para demostrar que el marido de ésta, atropellado y fallecido en el metro después de pasar por un puesto de trileros, fue víctima de una muerte accidental y no de un suicidio voluntario.

De que una muerte sea considerada suicidio o accidente depende de que la compañía de seguros desembolse una suculenta cantidad de dinero o se la ahorre y se la apunte en su contabilidad como menos gasto o directamente beneficio. James Hazell sabe que si el seguro paga, su cuenta bancaria saltará de alegría y una pobre viuda podrá vivir sin penurias el resto de sus días.

Terry Venables
Gordon Williams
Terry Venables, ex entrenador del FC Barcelona, hacía sus pinitos como novelista mientras que Gordon Williams, ya posicionado, actuaba más de mentor y corrector además de escritor, que es lo suyo.


La novela tiene sus años y se le nota en el estilo hoy pasado de moda. El simple hecho de emplear el timo de las tres cartas, hoy prácticamente en desuso, que por los setenta estaba en su mejor momento lo demuestra. Su ambientación y exceso de detallado localismo geográfico la hace poco extrapolable a gustos internacionales y parece haber sido escrita para ingleses, o peor, para londinenses exclusivamente.

Y a pesar de que James Hazell, el detective privado protagonista, rebosa tópicos en su forma y en su fondo la novela resulta muy entretenida, divertida y curiosa en su faceta más blanca dentro de la novela negra. Novela negra de timadores.

Y créanme, yo no les estoy timando.

James Hazell, el detective privado, es el protagonista de 3 novelas y de una serie de tv de 26 episodios, hoy en el olvido.

El fascinante mundo de los timadores ya se trató en este mismo blog recomendando las mejores películas del género. Aquí.



jueves, 29 de octubre de 2015

Blogs de novela policiaca y blogs de novela negra

Blogs de novela policíaca y
blogs de novela negra
Los Blogs somos como personas saliendo de fiesta. Nos vestimos para gustar y llamar la atención, queremos destacar entre los demás y conversamos de temas diversos procurando caer bien al mayor número de gente posible y acaparar su atención. Jugamos a seducir y aquí es primordial cautivar al primer vistazo ya que tal vez no haya segunda oportunidad.

Nos halaga ser reconocidos y sucumbimos a las alabanzas. A vanidad no nos gana nadie. Somos como personas.

Y por eso mismo nos duele la soledad y buscamos amigos para paliarla y también como las personas enfermamos, envejecemos y en algún momento moriremos.

E incluso conozco compañeros que han sido abandonados a la deriva sin patrón que los gobierne. Iniciaron su camino con alegría y expectativas y hoy ya no son prioritarios porque la vida da bandazos y siempre fuerza a elegir y la elección siempre es dolorosa.

Algunos ya han acabado su andadura y así lo han comunicado, otros simplemente han dejado de actualizarse y no se han podido ni  despedir.

Los Blogs que tenemos Blogs amigos presumimos de ello anunciándolos en nuestra página, es lo que en términos tecnológicos se conoce como blogroll y que cada cual bautiza como le apetece (yo, Blog Interrobang, los tengo en la columna de la derecha bajo el epígrafe Cómplices y ordenados por fecha de la última actualización).

Cómplices, porqué todos somos culpables de querer mantener al género policíaco y negro vivito y coleando, porqué aunque no nos conozcamos F2F sentimos simpatía los unos por los otros, somos camaradas en esa trinchera tan expuesta al fuego enemigo que es la palestra donde se suscita debate.

Las huellas digitales de un Blog
se configuran a partir de los posts
publicados
Todos blogs de novela negra y de novela policiaca, preferiblemente de autor y sin otra intención que ofrecer información sin casi moverse de sitio.

Mi columna de Cómplices se ha renovado no sin cierto pesar. Compañeros de viaje se han ido (quizá, ojalá, vuelvan: siempre tendrán un sitio reservado) y otros Blogs ocupan hoy su vacío y el motivo de este post es presentarlos y pedirles que los visiten: cuantas más opiniones contrasten más fácil será no equivocarse.

El ciclo renovador de la vida continúa y más que llorar las ausencias hay que celebrar que siga habiendo relevo.

Los Blogs que comparten sus vivencias se hacen más fuertes.


Echen un vistazo en la renovada columna Cómplices a la derecha y pinchen en cada link para saber de qué va cada uno, háganse amigos, seguidores, cómplices y disfrútenlos con salud.

domingo, 25 de octubre de 2015

Nunca es tarde para morir de Pablo Palazuelo

El crimen perfecto
es aquel que no es un crimen
porque nadie lo investigará
Todo árbol tiene un pasado, unas raíces que lo sustentan y lo mantienen erguido. Toda persona tiene un pasado, una historia que la sustenta y que la explica en lo que hoy es. ¿Que pasa con el árbol si algo descalza sus raíces? ¿Qué pasa con la persona si ese pasado es negro y sale a la luz? ¿Cómo se mantiene entonces alguien erguido?

Cinco hombres mayores más que amigos se reúnen en New York en una cita periódica y el póker es el entretenimiento común aparte del que cada uno tiene a nivel particular: a Travis le gusta la fotografía, a Louis las mujeres, a Johann su Dama Escondida, a Nick su vodka y a Harry estar con su pequeña Marian, si darse cuenta que ya es mujer y teniente de policía.

Todos robles viejos y fuertes. Todos robles de dura corteza que han visto pasar el tiempo y la historia. Pero por muy supervivientes que sean y muy curtidos que estén siguen siendo como un árbol. ¿Qué pasa con un árbol si algo descalza sus raíces?

Esos cinco árboles van a ver como su vida se transforma y como la calma chicha deja paso a un huracán devastador que se los puede llevar por delante. La implicación de la teniente Marian Bennett, la pequeña Marian, oficializa policialmente como delitos lo que en un principio parece un cúmulo de casualidades no imposibles pero si improbables. El crimen perfecto por considerarse un accidente.

Una más que hábil manipulación vertebrada a partir de una belleza juvenil capaz de parar el movimiento de La Tierra con su mirada caída de sus verdes ojos. Un cuerpo de pecado, literal y figuradamente, capaz de rebajar el nivel de alerta del profesional más adiestrado.

Paté de animales alimentados naturalmente
Nunca es tarde para morir retrata a quijotes hedonistas ansiosos de vivir aventuras, de luchar por favorecer al necesitado, de salvar doncellas aunque sea a costa de enfrentarse a molinos de viento. ¿Acaso hay un buen momento para morir?

Todos para uno y uno para todos!

El autor Pablo Palazuelo ha empleado una escritura muy asequible imprescindible para no perder el hilo de la trama que presenta una complejidad muy bien estructurada y sabiamente secuenciada para ir asimilando los giros argumentales y sorprender a cada nuevo capítulo. Ha desplegado con habilidad un sinfín de variadas situaciones con enorme veracidad.

Ha escondido la verdadera intención argumental jugando al erotismo de ir desvelando, velo a velo, la trama, para que el lector no pueda anticipar ningún movimiento y ya rendido aceptar lo nuevo que se le presente. ¿Quién puede resistirse a esa mirada de ojos verdes?

Para acabar escribiendo un thriller oscuro y trepidante con un argumento cocinado a fuego lento, donde cada ingrediente tiene su razón de ser y tiene su motivo de estar.

Un buen thriller tiene que templar el tempo narrativo, un suspense in crescendo capaz de absorber tanto la atención página a página como para dejar sin aliento en momentos de intensidad.

Pablo Palazuelo, el autor
Un buen thriller tiene que ser creíble con localizaciones geográficas precisas, con mención de organismos gubernamentales existentes o si inventados muy bien definidos, con explicaciones técnicas y/o científicas coherentes y ajustadas a una verdad contrastable o posible.

Un buen thriller tiene que jugar con unos personajes tridimensionales con una psicología construida sin fisuras y una casuística moral capaz de explicar sus acciones aunque no compartamos sus decisiones.

Un buen thriller es una maratón que ofrece al lector la belleza, la tensión y la emoción de presentarse como un sprint constante y que al final aún consigue acelerar más.

Todo ello lo tiene Nunca es tarde para morir y por eso en un muy buen thriller y su novel autor Pablo Palazuelo Basaldua alguien con recorrido y a quien hay que seguir.

Y como todo buen thriller cuenta con una BSO amplia y variada, hay para todos los gustos, para distintos momentos del día, para distintos estados de ánimo y para según qué compañía y según que intenciones, desde un estriptease hasta una ensoñación:

It’s a man’s world
What’s a woman
Love, thy will be done
Poison prince
Rescue me
La flauta mágica
Never marry a railroad man
I love Rock & Roll
Benedictus (de la Missa brevis en do mayor)
Never leave you
Mna Na Héireann
The House of the Rising Sun

lunes, 19 de octubre de 2015

Manda flores a mi entierro de Ricardo Bosque

Una cubierta que no honra
su contenido
Las relaciones familiares multigeneracionales, las personales y las profesionales son los vasos comunicantes de una trama divertida, entretenida y negra de esta novela titulada Manda flores a mi entierro.

Arturo Sanromán, inspector de policía con pluriempleo como investigador, recibe el encargo de la acaudalada Mercedes Samper para localizar a su hija con la que rompió relaciones hace quince años. Los motivos que la impulsan quedan sugeridos pero no concluidos por lo que tanto pueden obedecer a reconstruir puentes o dinamitar los restos que aún queden de los que un día hubo.

Esa ambivalencia resulta de lo más estimulante para mentes negras malpensantes como suelen ser las de los lectores de género que nunca descansan.

El inspector Sanromán realiza el trabajo con rapidez y perfección pero, otra ambivalencia genial, a la luz de los acontecimientos posteriores le surge la duda de si cumplió con el encargo o este tenía cola y aún queda trabajo por hacer.

Misma ambivalencia al no saber si Cayetana Tana Marqués es una florista que propicia suicidios para vender más flores o si es una suicidadora que buscó con la floristería ofrecer el servicio completo.

¿Es cierto que de casta le viene al galgo? ¿Se es suicidadora por elección espontanea o por derivación genética?

Una Tana inteligente, aguda, irónica, sobreviviente y hábil conversadora que tanto consigue imponer su criterio en casa como en su negocio, el de las flores y el paralelo, haciendo que parezca que ha sido el interlocutor quien ha tomado la decisión. Una Tana que si conviene deja las tareas de coordinación para pasar a las de ejecución. Una Tana de armas tomar. Una mujer decidida y resolutiva.

Esas ambivalencias y reparto equitativo de protagonismos es una fórmula más que interesante para introducir distintos niveles de lectura y que arma la novela de forma original no desmereciendo en ningún momento y acorde con el prometedor inicio.

Ricardo Bosque
Ricardo Bosque, escritor y blogger, ha construido una novela policial fiel a los cánones pero con un tratamiento sui generis que la hace particular y para nada convencional. Una novela inteligente y sin fisuras a partir de la normalidad cotidiana más absoluta.

Sus personajes y las situaciones por las que transcurren son terriblemente próximos, familiares, extraídos de la realidad y tan bien perfilados que los reconoceríamos ipso facto si los encontráramos por las calles de Zaragoza o puntualmente por las de Tarragona.

No ha necesitado insuflar al inspector de policía de una personalidad compleja resultado de traumas infantiles ni asociarlo a vicios ni dependencias artificiales ni dotarlo de súper habilidades, ni tampoco ridiculizarlo con tics, ni dejes casposos o patrios.

El inspector Arturo Sanromán es normal como hombre, como persona, como hijo, marido, padre y como profesional y se agradece que toda la novela también lo sea.

Argumento, ritmo narrativo y lenguaje son asequibles, fáciles y sencillos, que a lo contrario de lo que parecería resulta sumamente difícil y complejo el conseguirlo. Igual como hacer que la agitación navegue por aguas tranquilas. Y también lo consigue.

El equilibrio entre descripción y diálogos resulta correcto y si bien, algún pero había que buscarle, recapitular forma parte de la confección de la novela policiaca y negra hay que procurar ajustar su extensión y en cualquier caso pecar siempre por defecto.

Un acierto encontrarse con esta novela cansados como estamos de tanto tópico y tanta imitación como si no hubiesen voces autóctonas cualificadas.

Me lo he pasado tan bien leyéndola que voy a procurarme la segunda de la saga y que lleva por título: Suicidio a crédito. De momento no se dejen escapar esta.

martes, 13 de octubre de 2015

Los crímenes de Ardeshir Villa de Kalpana Swaminathan

Gastronomía india y criminal
Imagínense que Miss Marple se llama Lalli y que en lugar de un sobrino escritor tiene una sobrina escritora. Imagínense que en lugar de tomar te en St. Mary Mead, Inglaterra, lo toma en Bombay, India. Y por último que en lugar de entretenerse resolviendo crímenes circunstancialmente lo hace resolviendo crímenes de forma oficial por encargo. Con todo esto tendrán a la protagonista de una serie de novelas policíacas al más puro estilo whodonit de la escritora india Kalpana Swaminathan que evoca, sin duda alguna y por ella reconocido, a la sin par Agatha Christie.

Los crímenes de Ardeshir Villa es una novela policíaca en toda regla y es la primera de esta serie.

Lalli y su sobrina, cuyo nombre no sabremos, son invitadas a pasar un fín de semana gastronómico en Ardeshir Villa, una preciosa residencia campestre cercana al mar, por su amiga Hilla que la ha restaurado y redecorado después de haberla heredado inesperadamente.

El cocinero, que no chef, tiene dos habilidades además de saber cocinar todo tipo de platos; la primera consiste en interpretar los deseos de cada comensal y otra más malévola que emplea para cocinar un plato a medida para cada uno que les retrotrae a un recuerdo del pasado. Para algunos agradable y para otros un secreto inconfesable.

Otros invitados coinciden con ellas, además de la sobrina de Hilla que va a cumplir dieciocho años y el cocinero. También, y sin ser invitada, una lluvia torrencial, que los deja aislados, hace acto de presencia. Y cuando se descubre el asesinato está claro por las circunstancias climatológicas que el culpable ha de ser alguien de dentro de la casa.

Por descontado que Lalli, por su trayectoria como policía ya jubilada y su experiencia en estos asuntos, se hace cargo del caso y ayudada por su sobrina va a desenmascarar al culpable que resulta serlo de más muertes.

Cada uno de los protagonistas, de edades muy distintas, tiene su carisma asociado a su estatus y oficio y su comportamiento social refleja el sistema de castas aún imperante en la India y en la narración se va conociendo su forma de ser y de pensar a través de diálogos con referencia a su pasado. Un fin de semana encerrados por la lluvia da para charlar, reir, enfadarse, amar, odiar e incluso matar.

Así la novela va situando a cada cual a través de su vestuario, su comportamiento frente a la comida, sobre todo los desayunos, su paciencia o impulsividad, su necesidad de brillar o pasar desapercibido y permite al lector formarse una opinión sobre quienes llegaran al final como cadáver y quien será el criminal.

Siendo el eje del encuentro en Ardeshir Villa un recorrido por la historia gastronómica de la India, no pueden faltar descripciones de platos que, si gustan de este tipo de cocina, hacen la boca agua mientras se avanza en la lectura, lo que no sucede tanto con el avance de la trama que tiene momentos de languidez contemplativa propios de la forma de vida oriental.

Nada extraño teniendo en cuenta que la percepción del paso del tiempo transcurre de forma diferente en la India y que la importancia o relatividad de los hechos se mide por una escala muy distinta a la de los occidentales. Es lo que tiene leer novelas de otros países: que hay que empatizar con sus usos y costumbres para poder entrar en la atmósfera de la trama.

Lo que no resulta para nada difícil ya que la autora ofrece información más que suficiente para ambientarse sin excesiva dificultad.


Kalpana Swaminathab
Kalpana Swaminathan hace que la novela esté narrada en primera persona por la sobrina anónima de Lalli y contiene perlas de humor inteligente que enriquecen el relato y una resolución final que no desmerece y que para los seguidores de Agatha Christie tendrá el retrogusto de estar leyendo una obra de la escritora inglesa, con modismos indios y estilo distinto, eso si, pero con la misma esencia y planteamiento.

Pudiendo seguir tomando té y sin echar en falta una didáctica charla sobre diversas clases de veneno con aplicación práctica.