lunes, 1 de agosto de 2016

Quantico 1 temporada


Una entretenida serie si no se
le exige demasiado.
Quantico es una serie de tv que combina una situación en tiempo presente como son las consecuencias de un atentado terrorista en Central Station de New York, atentado que resulta el más importante desde el 11-S, con un largo flash back intercalado cada pocos minutos cuando no toma el protagonismo, que narra el ingreso, formación y graduación de un nuevo grupo de reclutas aspirantes a agentes del FBI en su centro formativo de Quantico y que se verán envueltos en la onda expansiva del atentado.

El atentado ha sido demoledor y entre las runas se encuentra con vida a la agente Álex Parrish que vigilaba el perímetro. En unos minutos pasa de valerosa agente herida cumpliendo una misión a ser la principal sospechosa del atentado sin que nadie avale su declaración de inocencia y tenga que investigar para salvar su vida.

Todo se remonta a meses atrás cuando Alex Parrish formando parte de un nuevo grupo de reclutas se persona en Quantico dispuesta a superar todas las pruebas necesarias para obtener el mérito de agente y de paso aclarar el pasado de su padre.

Y ya desde ese primer día una conspiración contra ella le ha escrito un negro futuro que solo podrá alterar a costa de mucho sufrimiento y perdiendo amistades. Y no solo figuradamente.

Acertijos, conspiraciones, mentiras, fraudes, persecuciones, tiroteos y daños colaterales, se dan cita en una serie de relevante acción y ritmo generalmente bien llevado, aunque haya que lamentar que esto coexista con comportamientos pueriles, diálogos de adolescentes rebotados, historias románticas desapegadas y fallos de atención tanto de reclutas como de superiores absolutamente impropios de agentes federales dignos de ese nombre.

En la parte relativa a la escuela, tanto en el nivel de las clases como en las relaciones entre alumnos se nota tanto la mano de Disney que a veces se tiene la sensación de estar viendo High School Musical por lo light que resultan los entrenamientos físicos y las pruebas intelectuales.

Y en la parte relativa a la investigación del atentado la pretenden tan intrigante y rebuscada y juegan tanto a despistar haciendo sospechar ahora de uno ahora de otro que la génesis de la trama resulta poco menos que increíble.

Y no hablemos de la falta de rigurosidad en las investigaciones oficiales. Si las llevasen como sugiere la serie haría años que el Bureau habría desparecido.

La protagonista Alex Parrish consigue dar una imagen de metomentodo impertinente que maximiza todo lo que le sucede y que se cree con suficiente autoridad moral para decidir lo que conviene a cada cual por lo que atrae más odio que cariño.

Reclutas aspirantes a agentes del FBI
El resto del elenco tiene sus momentos y hay caracteres que son mucho más logrados y más interesantes y que acaban, lamentablemente, eclipsados por Alex a quien los guionistas y la cámara miman en demasía. Algo tendrá que ver que fuera elegida Miss Mundo 2000.

Una serie que puede llegar a entretener si no se le exige más que pasar un rato. Otra vez más un grupo de jóvenes son los protagonistas pero a años luz de los argumentos interesantes de otras series. Muy pronto la segunda temporada.

domingo, 24 de julio de 2016

Los misterios de la gata Holmes de Jirō Akagawa

La gata calicó es de pelaje blanco
con manchas negras y marrón anaranjado.
Los misterios de la gata Holmes es el título de la primera novela de una larga serie, 35 publicadas y lamentablemente aún no traducidas, protagonizada por Yoshitaro Katayama, un joven detective, cercano a los 30, de la policía metropolitana de Tokio y una gata calicó llamada Holmes.

Holmes pertenece al rector Morisaki de la Universidad Femenina Hagoromo y es gata por condición y calicó por ser blanca y tener en el pelaje manchas negras y marrón anaranjado; una rareza que solo se da en hembras ya que precisa de doble cromosoma X. Presenta además una indiscutible capacidad investigadora y una peculiar forma de comunicar los resultados de sus pesquisas.

Y a pesar de que la novela lleve su nombre, y toda la serie, solo aparece en contadas ocasiones y siempre las justas donde su aporte sea valioso por lo que no acapara el protagonismo; honor que cede a Yoshitaro Katayama.

Por su parte Yoshitaro Katayama debe su profesión más a ser el hijo de un famoso detective ya fallecido y estar ahora bajo el amparo del comisario MItamura, compañero y gran amigo de su padre, que no por sus aptitudes que parecen inexistentes.

Princesita es el apodo por el que Katayama es conocido por sus compañeros al considerarlo un pusilánime ante el horror manifiesto a la visión de la sangre y a su bloqueo a tratar con chicas. Por si fuera poco vive al cuidado de su hermana de veintiún años y lo pasa fatal cada vez que su tía le organiza un omiai, encuentro con jóvenes casaderas.

Sin embargo Katayama va a tener que ir superando sus fobias y tendrá oportunidad de desplegar sus dotes detectivescas, gracias a la inestimable ayuda de la gata Holmes, en la investigación que está llevando a cabo en la Universidad Femenina Hagoromo a raíz de que se haya descubierto asesinada a una de sus alumnas.

El caso podría estar relacionado con una posible red de prostitución de alumnas de ahí que la investigación precise dedicar además una especial atención a las habitaciones de la residencia de las jóvenes estudiantes: Katayama no sabe comportarse con chicas y ahora va a estar rodeado de ellas.

Otros sucesos con otros intereses y motivos vienen a abrir nuevas líneas de investigación y Katayama debe gestionar diversos frentes a la vez entre los que se cuenta atender un nuevo omiai con intención de boda.

De toda la producción de novela negra y policíaca japonesa reseñada en este blog, esta novela es claramente la que tiene un tratamiento más occidental siendo sin embargo y en esencia absolutamente oriental.

Jirō Akagawa, el autor
Jirō Akagawa, un prolífico autor japonés, ofrece una novela pura desde el punto de vista policial y recurre al clásico crimen en habitación cerrada que resuelve de forma muy original y acertada.

El suspense está muy bien dosificado y el humor magníficamente representado y tan bien repartido que se sincronizan las situaciones de tensión y relajación; el autor demuestra gran habilidad al compaginar las macabras escenas (cuerpos despedazados) con las más hilarantes (las trabas imprevistas que dificultan consumar una relación sexual). El resultado es tan insólito como adictivo.

Describe las situaciones, comportamientos sociales y sobre todo las expresiones faciales de forma tan gráfica que parece que las dibuje y es facilísimo imaginarlas en viñeta de manga o en secuencia, esas postales inmóviles, de anime y resulta imposible no sucumbir a la risa.

Lean sino este párrafo y no me digan que no están visualizándolo como anime:

“Al imaginarse a Yukiko en ropa interior, Katayama notó cómo su cara iba palideciendo. Si iba a darse un baño, era imposible que lo hiciera con la ropa interior puesta. Cuando pensó en eso, se le pusieron los ojos como platos, se le subió la sangre a la cabeza y su cuerpo se calentó como una llama.”

El conjunto consigue mantener el interés gracias a un ritmo trepidante donde no paran de encadenarse sucesos de distinta índole y en donde los giros argumentales sorprenden, aquí si, hasta la misma página final.

No extraña nada saber que Holmes es idolatrada en Japón y que la serie televisiva y los films presentan audiencias millonarias. Una serie que empezara en 1978 y que aún sigue dando guerra. Esperemos que Quaterni siga con su apuesta personal y vaya editando los restantes títulos.

Eso sí, recomendarles que si bien el trabajo de la cubierta es interesante y atractivo y la luz y los colores están bien conjuntados no costaba tanto, puestos a darle protagonismo a la gata Holmes, adecuarla a su descripción: “… la pata delantera derecha de color negro y la pata delantera izquierda de color blanco”

martes, 19 de julio de 2016

Velvet Antes del gran final de Ed Brubaker y Steve Epting

¿Y si Moneypenny fuese más letal
que James Bond?
El cómic Velvet: Antes del gran final es un interesante, complejo y largo thriller de espionaje ubicado en la Europa de la década de 1970, cuando la guerra fría favorecía aún más este tipo de actividades y toma el nombre de su protagonista Velvet Templeton.

Velvet Templeton, una mujer de esa edad madura que se supone que alcanzas cerca de los cincuenta y que se mantiene en forma tanto intelectual como físicamente. Actualmente es la secretaria del director Manning de la Agencia de Espionaje ARC-7 que enrola a operativos X súper secretos, uno de cuales, sino el mejor, acaba de ser asesinado.

Mal negocio que maten a un agente y si las circunstancias inducen a creer que quien lo hiciera tuvo acceso a información privilegiada y las sospechas se orientan a la propia organización aún peor.

Velvet participa de la investigación resaltando con rotulador párrafos del dossier del asesinado Jefferson Keller agente de campo X-14, cuando descubre algo que podría ser relevante y que lo relacionaría con el agente X-02 con quien decide hablar para contrastar la información.

Lo que no sospecha es que pueda ser una trampa y menos aún que alguien ha decidido colgarle el muerto, o más de uno y hacerla pasar por culpable.

Pero quien sea que esté detrás no sabe que ella tiene también un secreto y es que bajo la apariencia de una eficiente Moneypenny, existe quien fuera uno de los mejores operativos que tuvo la agencia y está dispuesta a plantar cara a sus perseguidores descifrando un asesinato que, ya no tiene duda, ha sido orquestado desde dentro.

Velvet Templeton en su papel de eficiente secretaria
Velvet: Antes del gran final es un cómic trepidante que le da a una agente femenina el papel estelar que la tradición ha reservado para hombres. Ian Fleming, que sin duda hubiera firmado el título, no firmaría que su Bond, James Bond fuera una mujer, ni con esa edad, cercana a los cincuenta, en la que incluso a las actrices les cuesta conseguir dignos papeles, ni que fuera tan letal como su creación masculina, ni que emplee su propio criterio en materia de seducción y se rija por su propia moral.

Velvet Templeton en su papel de agente X
Ed Brubaker ha volteado los cánones y se siente a sus anchas escribiendo un guión lleno de dobleces, acciones arriesgadas y peligrosas y muchos disparos y muertos: la vida del espía es así; sea del sexo que sea. Brubaker disfruta moviendo la acción por distintos países europeos y a lo largo del periplo aprovecha para irnos contando retazos de la vida de Velvet Templeton; una personalidad muy interesante y para nada infalible.

Steve Epting aporta ese dibujo realista tan común en los cómics americanos y en el que él destaca especialmente. La ubicación temporal de la década de 1970 le obliga a ser muy cuidadoso con los fondos, tanto de interiores como de ciudades y primar la figura humana y las expresiones faciales. Como cuando en el cine los protagonistas, los extras y los escenarios eran de carne y hueso y no proyecciones en croma. También y para ajustarse a esa década de nulo componente tecnológico, emplea recursos gráficos en sus páginas para contextualizar pensamientos e información en off propios del diseño de la época. El resultado es tener en las manos un cómic ambientado en los 70 y dibujado como en los 70.

Elizabeth Breitweiser sobresale coloreando sin cubrir el dibujo, algo que se dice rápido y que se tarda más en conseguir, y con una paleta muy variada, aunque predominen los tonos oscuros como toda trama con secretismo que se precie, recrea la atmosfera adecuada a cada escena.

En conjunto Velvet: Antes del gran final es un cómic de espionaje muy estimulante que invita al lector a ir entendiendo las situaciones que se describen a partir de informaciones que pueden pasar desapercibidas en lectura apresurada y que en una segunda revisión se revelan en toda su plenitud.

Recordemos que la lectura de un cómic requiere mayor tiempo y atención que con una novela; aunque por el hecho de tener dibujos parezca lo contrario.

Estamos ante una serie que promete emociones.

domingo, 17 de julio de 2016

Un hombre muerto de Ngaio Marsh

El juego del asesino
puede tener consecuencias funestas
El Juego del Asesino es un clásico que tuvo su momento de gloria antes de verse relegado por la múltiple y variada oferta de entretenimiento audiovisual pero que resurgió hace poco en versión juego de rol y más recientemente en vivo auspiciado por diversas iniciativas que ofrecen cenas y estancias en casas rurales donde practicarlo.

En síntesis consiste en seleccionar a un asesino entre los asistentes, sin que nadie más que el elegido lo sepa, y una vez cometido el crimen, de mentira, simular una investigación y/o una sesión judicial con interrogatorios que lleven al descubrimiento del culpable.

Se patentó como juego de sobremesa en 1944 por Anthony E. Pratt (comercializandose en 1948) con el nombre de Cluedo (del inglés clue pista y del latín ludo yo juego) y aún hoy se sigue vendiendo en este formato, y consiste en gestionar diversos personajes con nombre de color (¿no les viene a la cabeza Reservoir dogs?) hasta descubrir al asesino.

Y para jugar al Juego del Asesino es la razón por la que coinciden en una mansión inglesa el propietario y su sobrina y seis conocidos, invitados a un fin de semana de diversión y suspense cuando lo imprevisto sobresalta y alarma por igual: el muerto lo es de verdad. El juego ha derivado a delito. El crimen ficticio se ha materializado en el asesinato sangriento de uno de los invitados.

Un hombre muerto es el resultado inesperado de un juego de sociedad macabro.

El inspector de Scotland Yard Roderick Alleyn, que en esta novela se presenta y que será el protagonista habitual en las siguientes de la misma autora, emplea el método de la reiteración en las conversaciones con los sospechosos y la escenificación de los hechos ya que parte de la premisa de que todos siempre ocultamos algo, voluntaria o involuntariamente, y que la precisión con los pequeños detalles es la clave para desentrañar los misterios.

La autora Ngaio Marsh
Ngaio Marsh construye una novela policíaca en la época dorada de este género. Una atractiva oferta literaria hoy relegada, como el juego que da el pie al argumento, por parecer demasiado naïve ante la violencia desatada y la crítica implícita en la novela negra actual que ocupa mayoritariamente las preferencias editoriales y lectoras.

Novela enigma por excelencia con todos los guiños que le son afines a la clasificación del género escrita por la desconocida pero gran Ngaio Marsh que no se debería dejar de leer.

Es recomendable realizar un ejercicio previo de mimetización con la época en que fue escrita, recuerden 1932 y publicada en 1934, para entrar en ambiente y adecuar las expectativas.

La autora fue componente del cuarteto conocido como ‘Reinas del crimen’ junto a Agatha Christie, Dorothy L. Sayers y Margery Allingham y publicó un total de 32 novelas entre 1932 y 1982, año de su muerte.

domingo, 10 de julio de 2016

Nueve días de abril de Jordi Sierra i Fabra

Una cruzada para los vencedores,
una guerra para los perdedores y
un golpe de estado para los
historiadores.
El ex-inspector Miquel Mascarell no gana para sustos como el que le sobreviene cuando, de nuevo desde su liberación, es requerido formalmente a la comisaría de Vía Layetana. El cortés interrogatorio, a diferencia de otros anteriores, le sorprende, tranquiliza dentro de lo posible y suministra más información que la que él puede facilitar.

Y al tener conocimiento de unos hechos que implican a un conocido suyo no puede evitar inmiscuirse en una nueva investigación que le supone haber de sobreponerse a los achaques de la edad y a las recriminaciones de su conciencia que tanto abogan por hacer el bien ayudando a quien lo merece como por pensar más en quien bien lo quiere y lo necesita.

El hijo de un amigo está en La Modelo acusado de asesinato de alguien importante y afecto al régimen. Las cosas no pintan nada bien. Mascarell sabe que una vida humana y el futuro de una familia puede depender de sus pesquisas pero también sabe que Patro lo necesita y que si no anda con cuidado puede acabar compartiendo celda o aún peor.

Visto en perspectiva para los vencedores fue una cruzada, para los perdedores una guerra, para los historiadores un golpe de estado. Pero se le ponga el nombre que se le ponga la realidad conlleva sobrevivir en la miseria económica, social y cultural conviviendo con las ruinas aún humeantes de los bombardeos.

Es el mismo escenario de derrota militar, política y social de las entregas anteriores, es la misma Barcelona gris que solo se ilumina cuando el sol se refleja en las aguas del Mediterráneo; la misma ciudad con el mismo miedo, dolor y hambruna que anida en esa posguerra donde Miquel Mascarell y Patro consolidan su amor y los vínculos de su relación no solo compartiendo intimidad sino ayudándose mutuamente en sus respectivos quehaceres: Miquel en la mercería y Patro haciendo sus pinitos como investigadora.

Como ya sucediera en la entrega anterior de esta serie, la nueva configuración del panorama político internacional requiere de oídos y ojos que informen y las naciones despliegan sus agentes secretos para tal menester y de nuevo los caminos de estos intereses y los de la investigación de Miquel Mascarell se cruzan.

Jordi Sierra i Fabra le ha cogido el tranquillo al personaje y a la ambientación y narra historias admirables llenas de sentimiento y con tensa intriga policiaca. Es una serie apasionante y absorbente. Si ya la conocen no dejen de seguirla y si se acaban de enterar ahora de su existencia empiecen por la primera.


Hay que lamentar la involución creativa en las cubiertas; mientras que las 3 primeras se mimetizan con la época y transmiten la imagen de lo que el interior tan bien explica, las 3 restantes responden a un estereotipo más adecuado para una colección de postales de diseño y de promoción turística de la ciudad (además se les ha colado repetir en la entrega número 5 la imagen del monumento a Colón empleado en la 3, aunque sea con distinta perspectiva).

Otra muestra de la falta de interés con que se despachan las cubiertas en las editoriales y que ya se denunciara aquí en este blog Interrobang.

Todas las reseñas de los cinco casos anteriores del Inspector Mascarell se encuentran en este blog así como mayor referencia histórica y social a la época y al personaje que en esta reseña ya que se me acaban las ideas para seguir comentándola:

  1. Cuatro días de Enero
  2. Siete días de Julio
  3. Cinco días de Octubre
  4. Dos días de Mayo
  5. Seis días de Diciembre