domingo, 5 de julio de 2020

Yeruldelgger, la muerte nómada de Ian Manook

Yeruldelgger, la muerte nómada es la
novela más íntima de toda la trilogía y
por eso con la que más se sufre.

En las más atávicas tradiciones se encuentran las explicaciones a nuestros actos. Y en Mongolia más.

Un país tan grade y tan poco poblado, donde el nomadismo es la normalidad y el asentamiento la excepción; con clima extremo y dominado por estepa y desierto más que por montañas es un lugar en el que conviene estar a bien con los antepasados ya que son las únicas brújulas que pueden evitar perderse en la confusión.

Yeruldelgger, cansado de tantos años de lucha estéril y de soportar pérdidas, ha renunciado a su posición social, a su cargo policial, a su rutina y a las personas queridas y se ha trasladado a vivir a un lugar donde los lamentos no alcancen a sus oídos y en donde pueda recobrar la comunión con su yo, el equilibrio con el todo y las percepciones sensoriales que la ciudad le ha arrebatado.

Pero incluso la soledad está poblada de maldad y no tarda en darse cuenta que su destino parece ligado a impartir esa justicia ancestral que le llevó a ser policía y que aunque quiera desasirse de su función algo le dice que esa es precisamente la razón por la que está en este mundo y la exaltación de su figura, como un nuevo liberador, por un pueblo oprimido parece ratificarla.

Un enfrentamiento con sicarios, con multinacionales y consigo mismo es lo que desarrolla una trama que a cada situación desplegada aporta personajes femeninos esenciales y cuya presencia ayuda a estimular las distintas vertientes funcionales de Yeruldelgger en su aspecto humano terrenal, humano místico y en el de ex-comisario.

Una novela repleta de crímenes sobre personas donde la esclavitud es casi lo mejor que se explica, el resto es aún menos complaciente, y sobre, dentro y contra la naturaleza y sus recursos, contaminando, devastando, arrasando con la connivencia de las élites gobernantes, que parece empeñadas en demostrar que tienen enraizado lo peor que cada nación invasora ha sembrado en forma de egoísmo personal como único método para asegurar la supervivencia del estatus y que en Mongolia parece haber florecido de manera inigualable.

La novela policiaca de las dos entregas anteriores deja paso a un thriller que evoluciona a partir del intento de reconciliación del protagonista con la razón de ser de todo ser humano; una novela de sufrimiento como lo es todo intento de redención. Un tratamiento profundo de la parte más íntima de unos personajes sujetos a su destino por su condición de meros comparsas en este gran teatro del mundo que se gobierna, como la novela negra más intensa, por deseos y ambiciones propios y ajenos.

Se culmina una serie que ha puesto sobre el mapa un país nada conocido y que ha supuesto conocer una cultura muy interesante aunque por sus costumbres ajenas a nuestros valores suponga enfrentarse a un universo desagradable y degradante en muchas de ellas.

Ian Manook
Un adiós a uno de los personajes, Yeruldelgger, de la novela negra reciente más carismáticos y atípicos. Ian Manook (seudónimo de Patrick Manoukian) ha puesto fin a una trilogía que merece un puesto de honor entre los clásicos del género.

Hay que leer la trilogía entera. Eso sí, no prueben a hacerlo de un tirón; no son novelas pasapáginas, son textos de profundo calado que precisan su tiempo y su espacio para desplazar todo su contenido y poderlas entender y disfrutar en toda su magnitud.

Las reseñas de las dos anteriores también en este blog:




miércoles, 1 de julio de 2020

El asesino de novias de Yasmina Pérez

El asesino de novias: cuando el vestido
del día más feliz se convierte en mortaja
del día menos deseado.

La boda de Sonia y Antonio transcurre con normalidad hasta que la novia, ahora ya recién casada, no regresa de su habitación en el hotel donde ha ido a cambiarse el vestido y zapatos buscando mayor comodidad para lo que queda de celebración. Un clásico necesario.

Pero no vuelve y en la habitación un charco de sangre envuelve el rostro deliberadamente golpeado hasta desfigurarlo, y salpicaduras de la misma adornan macabramente paredes y muebles, procedentes de las numerosas incisiones que unas tijeras abiertas han propiciado al cortar piel, músculos, órganos y feto.

La felicidad se ha evaporado en el transcurso de unos minutos de terrible dolor y terror. El resultado es ahora un espectáculo atroz, una visión que repugna e hiere por igual, un desconcierto inaccesible a cualquier mente racional.

Antonio Rojo, otrora novio, marido y ahora viudo, inspector de homicidios de la policía nacional se enfrenta, junto con dos compañeros, con un caso que no comprende y por el que aparcará su vida hasta resolverlo. Su amiga, su amor, yace destrozada y ya nunca más estará ahí.

Pero el descubrimiento de otra novia, otro cadáver en circunstancias parecidas aunque con un modus operandi distinto, da un giro al planteamiento y se teme que enfrente tengan un temible y peligroso depredador.

Yasmina Pérez
Yasmina Pérez ha compuesto una novela como si tuviera un límite de palabras y tuviera miedo de que no le cupiera todo lo que tenía en mente. Y efectivamente es demasiado para tan poco espacio y el resultado desmerece al argumento. Todo apretujado, como metro en hora punta; hay mucho, demasiado, de todo y, como una película proyectada al doble de velocidad, no da tiempo a saborear, a recrearse, a introducirse en la trama.

El tempo narrativo, eso que tan bien entienden los músicos también es imprescindible en la literatura; es quien marca el ritmo y hay que buscarlo y cuando se encuentra, no perderlo.

Un punto de partida interesante, una evolución criminal atrayente y un final suficientemente claro y bien cerrado conforman una novela para quienes gusten de series criminales donde en poco tiempo, antes de llegar a los anuncios, tiene que pasar todo.


domingo, 28 de junio de 2020

Procelosos Lodazales y Las Lágrimas de Hauwa Samuel de Javier Holmes

Javier Holmes
¿escritor
de novela negra o
detective noir?
La serie de Yaiza Cabrera tiene en los elementos criminales al indispensable contrabajo: siempre presente, siempre imprescindible, de sonido relevante y grave.

Está, se oye, pero casi no se ve. Y es que las novelas protagonizadas por esta joven y aún inexperta detective, su avasallante carácter puede con cualquier caso que se le enfrente y su personalidad siempre se sobrepone a cualquier trama.

Sus casos recogen el espíritu de las novelas policiacas del siglo de oro británico y lo trascienden. Mantiene, ya saben, lo de pocos sospechosos pero los distribuye en círculos concentricos alrededor del epicentro del que ha surgido el terremoto.

Porqué sus casos son, en efecto, seísmos que sacuden conceptos y principios comunmente aceptados en sociedad por aquello de ojos que no ven, pero devastadores en sus consecuencias.

Los casos de Yaiza también se alejan, no mucho, del policial británico por tener un par de marchas más para ser resueltos fuera de salones y bibliotecas cerrados y polvorientos y hacerlo después de patear calles, meterse en problemas y líos complicados y peligrosos, recibir puñetazos y buscar a alguien que le lama las heridas.

Javier Holmes, el escritor, arma unos argumentos tan complejos que Javier Holmes, el detective, debe echar mano de toda su experiencia y sabiduría para ayudar a Yaiza a desentrañarlos y dedicar un montón de páginas a explicarnos por qué y el cómo de todo ello.

Un curioso personaje ese Holmes, con una apasionante vida anterior, aunque yo lo haya conocido en cuanto Yaiza ha entrado en su vida robándole el papel protagonista. Un tipo que se refleja en el Marlowe de Chandler pero que es capaz de recitar casos del Poirot de la querida Christie. Alguien que por amor es capaz de renunciar al bourbon y pasarse a la manzanilla, la de infusión. Alguien noble y nada engreído y pigmalion de una Yaiza que empieza a asentarse en ese universo tópicamente masculino.

Y a la vez alguien tan elegante como para regalarle a Yaiza el caso de su tercera novela, haciendo mutis por Tailandia aunque, eso si, sus consejos  y sus apariciones resulten imprescindibles y determinantes.

Estas son la segunda y tercera novela de la serie protagonizada por Yaiza Cabrera una auditora reconvertida a detective (ver la primera novela de la serie El primer gran caso de Yaiza Cabrera)

Procelosos Lodazales,
segundo caso de
Yaiza Cabrera
Yaiza es un personaje que está creciendo en la vida, como mujer, y en el oficio, como detective, después de una corta carrera como economista.

Tras sus dubitativos inicios como investigadora en los que precisaba de una autoestima personal y una reorientación vivencial, la compañía de Melitón, ese sargento que le ayuda en sus pesquisas y en su busqueda de placer carnal, le está haciendo bien en ambos aspectos y su éxito, no exento de riesgo y dolor, la están reafirmando en lo acertado de su elección. En la de su pareja y en la de su trabajo.

En Procelosos Lodazales, la segunda, la trama tiene su razón de ser en unos hechos acaecidos en París a principios del siglo XX y como que todo acto tiene sus consecuencias a lo largo del tiempo, estas alcanzan de lleno y en época actual, a una Yaiza descolocada y que se las ve y desea para salir indemne e intentar resolver un misterio que contiene asesinatos, desapariciones y atentados contra bienes históricos en el mismo museo del Louvre.

Las Lágrimas de Hauwa
Samuel, tercer caso de
Yaiza Cabrera
En Las Lágrimas de Hauwa Samuel, tercera novela de la serie y con un upgrade de madurez literaria, el foco se pone en la trata de personas para fines indignos e ignominiosos en un caso que empieza con una muerte que bien podría ser tanto natural como suicidio como asesinato. La tragedia rodeará a Yaiza haciendo tambalear sus convicciones morales y también su cabeza merced a los puñetazos recibidos, en un caso de largo recorrido, mucho más del que aparenta en inicio.

Dos novelas negras que asientan a este personaje que aún tiene margen de crecimiento y cuyas maneras, que apuntaba en su primera aparición, aún se perfilarán más.

Su descaro impertinente y su libertad de pensamiento y actos, especialmente en lo que a sexo se refiere, aporta un toque de frescura que renueva los tópicos de mujer detective y nos hace esperar grandes cosas aún por relatar.


jueves, 25 de junio de 2020

Olvídame de J. S. Monroe

Olvídame: thriller psicológico con los
recursos del domestic noir.

Las enfermedades que cursan con síntomas físicos son más fácilmente evaluables que las que no; por eso ante un cuadro de amnesia no es extraño mostrar un punto de suspicacia hacia el sujeto que dice manifestarla.

Lo que acentúa el padecimiento de quien la sufre ya que la descoordinación entre recuerdos y memoria con el tiempo presente es algo complejo de explicar pero de una angustia que puede desquiciar a cualquiera.

No saber ni tu nombre, ni de dónde vienes ni a dónde vas, ni porqué estás donde estás o vistes como vistes, ni si tienes familia o amistades, si trabajas o no y en donde o en qué.

Por eso cuando una desconocida que dice padecer amnesia llama a la puerta de una casa diciendo que ella vive ahí, todo resulta desconcertante: tanto para ella, que no entiende que hacen unos desconocidos en su hogar, como para la pareja que, recién mudada, intenta comprender lo que está sucediendo, como para el lector de la novela cuya atención queda inmediatamente atrapada en esa tela de araña y de la que no podrá soltarse hasta el punto y final.

Jemma, así la llaman hasta ver si consiguen descubrir su verdadero nombre, escribe cada noche lo vivido para que al día siguiente pueda reconstruir unas pocas horas de su vida, de esa que, cómo Penélope, teje durante el día y su cerebro deshace durante el sueño.

La lectura matutina de sus notas le permite saber con quién está, dónde y porqué. Pero esa fragilidad mental le provoca indefensión y puede ser fácilmente manipulada.

Olvídame es una obra concebida para ser best-seller; es un ansioso thriller psicológico protagonizado por personajes que son convecinos típicos de cualquier pueblo. Lo que le permite apropiarse de las claves del domestic noir para presentar un sugerente caso criminal.

Por su condición pasa páginas no necesita ahondar en el perfil de los secundarios a los que usa solo para rellenar espacios funcionales y se centra más en hacer tangible la angustia de la protagonista y de que quienes se mueven a su alrededor. Mientras, va tejiendo esa tela de araña; esa atmósfera de intriga y suspense donde lo ominoso va mostrando atisbos de igual modo que recuerdos difusos van definiéndose y acomodándose unos con otros en un lento proceso de recuperación de la memoria.

J. S. Monroe
J. S. Monroe escribe con lenguaje sencillo y sin complicaciones y no busca lucimiento sino ser accesible a todo el mundo. Por ello tampoco retuerce el argumento y se apoya en recursos efectistas y de contrastada eficacia.

Juega a hacer trampas y engarza casualidades, con la complicidad de la comunidad lectora, para ahondar en los misterios de mentes perturbadas: las que oyen voces, las que no recuerdan y las que quieren que nadie recuerde.

Todo un elenco de posibilidades al servicio de una trama criminal en la que los actos son doblemente reprobables, por su acción vil y su consecuencia fatal.

domingo, 21 de junio de 2020

Testimonio mortal de Anna Bågstam

Novela negra nórdica, nordic noir.

Regresar al lugar donde pasaste la infancia, del que almacenas alegrías y experiencias que te recargan las pilas en horas bajas, para verlo desde el punto de vista de trabajo y no placer, en donde todo, incluidas las personas conocidas, ha envejecido puede resultar confuso y difícil de acomodar.

Harriet Vesterberg, una joven investigadora civil adscrita a la policía, ha dejado Estocolmo y ha regresado a Lerviken, ficticio pueblo costero del sur, donde ha sido admitida en la delegación de la policía local.

Nada más llegar al hogar familiar ya que tiene previsto quedarse con su padre, se encuentra con que debe participar en una investigación criminal, algo inusitado en el pueblo, y de factura espeluznante algo todavía más impensable.

La novela presenta un planteamiento inicial interesante que rápidamente se ve entorpecido por una excesiva atención hacia la vida personal de su protagonista y hacia su necesaria reafirmación profesional, en incesante búsqueda y desencuentro.

Dibujando una persona insegura, inmadura y prejuiciosa, dándole alas a la parte emotiva y romántica de una historia que diluye la tensión propia de una novela negra para dejarla en un policial ligero, muy cercano al domestic noir con muchos puntos que recuerdan la obra de Camilla Lackberg.

Los personajes secundarios, claramente dispares para ofrecer contraste con la protagonista y entre si, son el atrezo en una historia que a cada paso que da anticipa, sin querer, el motivo por el que lo hace, quedando evidente su intención y evidenciando lo que debería ser sorpresa. Tan poco convincente como la cara de sorpresa en una fiesta sorpresa de cumpleaños.

Anna Bågstam
Anna Bågstam conforma una historia ingenua que gustará por su facilidad de lectura y la predisposición a proteger a Harriet constantemente. Una Harriet que, pese a sus imperfecciones, desprecio por las órdenes recibidas y salto de las normas jerárquicas, resulta determinante para esclarecer el crimen superando a todo el equipo policial.

Esta primera novela es el inicio de una serie que apunta emociones en la evolución personal y amorosa de la protagonista, ya que el conjunto acaba siendo una perfecta muestra de Chic-lit y por eso dará alegrías a quienes, entendiendo esta dimensión, se acerquen a su lectura.