domingo, 27 de febrero de 2022

Muerte en el Nilo de Kenneth Branagh

Muerte en el Nilo se convierte, por obra y arte del director y protagonista principal Kenneth Branagh, en Muerte en el Cine… de aburrimiento.

En una escena de la película, una de los protagonistas se dirige a Poirot calificándole de pomposo, engreído, petulante y vanidoso, entre otros elegantes adjetivos.

Lo suscribo y, como los Dupondt de Tintín, aún diría más: es la descripción perfecta de Kenneth Branagh en ese vano, insustancial y huérfano intento de remakear (no sé si existe el verbo pero se entiende) dos grandes films que sí intentaron, con más modestia, adaptar dos de las mejores novelas de Agatha Christie y que consiguieron aprobación unánime.

Las dos versiones de Kenneth Branagh, Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo, no son las peores adaptaciones que ha sufrido la obra de la autora inglesa, hay algunas de 10 negritos verdaderamente espeluznantes, pero no será por falta de méritos. Empeño lo han puesto.

Muerte en el Nilo en manos del director y actor británico es un títere sin cabeza. Unos personajes sin carisma ni protagonismo, es imposible hacerse con ellos; tienen poquísimos diálogos con sustancia y un papel casi irrelevante en la trama. Se diría que están porque a medida que avanza el metraje se les usa y deshecha a medida que son necesarios.

Poco mobiliario, poco vestuario; no hay ninguna comida, ni ninguna relación con el personal del barco que no tiene papel alguno (de repente aparecen en tropel para un registro), ni tan solo el capitán. No se siente el calor del lugar, ni la humedad del río, no hay tensión que cargue el ambiente y que dispare suspicacias y temores; y el barco parece de cartón piedra con las cubiertas vacías sin nada que demuestre que tenga un uso habitual.

Todo está tan exageradamente dramatizado, las posiciones de los protagonistas en cada toma, los gestos, las muecas de sorpresa y asombro, que estamos claramente ante papeles teatrales y no cinematográficos, salvo que fuera en la época del cine mudo.

Los paisajes, algo que debería arropar la trama, se reducen a imágenes tópicas que no le llegan a la suela del zapato de cualquier documental de la 2 y están a años luz de un reportaje del National Geographic.

El destrozo que sufre el argumento original, Disney productions fecit, y los innecesarios cambios en las localizaciones buscan desmarcarse de comparaciones con el film anterior y la novela original y lo logran por el lado contrario al deseado.

La explicación del bigote de Poirot resulta tan ridícula como el propio bigote de guías bicéfalas y su recién descubierta pasión por el soul es algo tan alejado de su personalidad como tener un cocodrilo en un gallinero esperando que enseñe a leer a los polluelos.

Kenneth Branagh como Poirot evoca el papel que mejor lo representa: el de Gilderoy Lockhart en Harry Potter y la Cámara Secreta.

Hay quien valora que se intente algo nuevo, creo que para ello lo mejor es crear y no adaptar. Claro que esto último es más fácil: no es necesario trabajar solo cambiar algo aquí y acullá sobre lo ya realizado. Versionar se le llama. Recrear.

Concluyendo, vayan a ver esta versión de Muerte en el Nilo solo si no han leído la novela homónima ni visto la versión cinematográfica protagonizada por Peter Ustinov; si no es el caso y aun así insisten, relájense y disfruten.

viernes, 25 de febrero de 2022

El somriure dels guepards de Sebastià Bennasar

Hi ha famílies que es barallen sovint i d’altres que esperen a Nadal per fer-ho. N’hi ha d’altres, però, que conviuen amb tanta unitat que semblen una sola persona. Entre aquestes hi ha les famílies que son més que una família; i és que ja deien al Padrino que l’honor, la família i els negocis ha d’estar pel damunt de tot.

Així hi ha famílies de sang, en les que els membres estan units per llaços consanguinis i també, literalment, per la sang. La sang que vessen, sense cap mena de recança, d’aquells que s’atreveixen a fer mal algú dels seus.

I aquestes famílies que barregen sang i bitllets, aquests clans tancats, viuen de negocis que son verdaderes organitzacions criminals. On la unió fa la força i si en toques a un ja has llepat.

Famílies que van iniciar-se en els negocis il·legals fins que tant caler negre havia d’aflorar i desprès del pertinent blanqueig de capitals van veure que els negocis legals eren tant o més lucratius que els altres i menys perillosos. I així sense tallar la font de finançament original unten per aquí i per allà per aconseguir una pàtina de blanqueig social, tal com fan amb els quartos, que els allunyi del punt de mira de la policia com d’algú massa ambiciós com per fer-los caure.

La novel·la va de la Família Neige (així amb F majúscula, Familia, doncs estem davant d’un poder fàctic amb tentacles infinits). Controlen i respecten i a canvi de la seva comissió deixen que tothom visqui més o menys bé, mengen i deixen menjar. En el mon de l’hampa catalana tothom els coneix i saben el pa que s’hi dona. Per això sobta que un sicari, un pringat que no te, encara, on caure mort, hagi acceptat pelar un dels capos de la família Neige.

Aquesta mort es tota una declaració d’intencions: anem per vosaltres, per ocupar el vostre lloc, per quedar-nos els vostres negocis i per ser els nous amos. Una declaració de guerra que només pot acabar d’una manera: o quedant dempeus o sortint amb els peus per davant.

En Sebastià Bennasar ens regala una simfonia per metralleta, pistola i mall en do major, com la majoria de misses. El do major permet que escoltem els tres instruments en la seva tonalitat original i que ens produeixi calfreds només de llegir-ho.

En poques paraules t'ha construït un caràcter, amb dos caràcters ja ha muntat una escena més o menys sagnant, i aplegant-ne uns quants més desenvolupa una complexa trama criminal.

Una trama esplèndida en documentació sobre el funcionament dels negocis tèrbols: importació, emmagatzemant, distribució i venda de tot allò que doni calers. Un relat colpidor del que passa cada dia davant dels nostres nassos, al carrer, i no ens assabentem. Narrat en un ritme ràpid sense accelerades que permet admirar el paisatge però no baixar en marxa. Aquesta lectura no s'abandona fins el final.

Una magnífica historia de ambició i poder, d’honor i d’ètica entre delinqüents, assassins i sicaris, que passa només en una setmana i on corre la sang a dojo.

No us la perdeu i no us sorprengui empatitzar amb malfactors que no voldríeu veure ni al cine, en Tià te l’habilitat de fer-nos posicionar en un o altre bàndol el que suposa o caure al foc o a les brases.

Del mateix autor hi ha la ressenya d’una novel·la negra primerenca: Mateu el President

domingo, 20 de febrero de 2022

Proyecto Silverview de John Le Carré

Una novela póstuma suele contener un alto grado de componente personal en su vertiente ideológica. John Le Carré así lo entendió y así lo escribió y el resultado es Proyecto Silverview.

Proyecto Silverview es una gran novela de espionaje, y también de espías. De espionaje entendido en su realidad: burocracia y politiqueo, y no en la idealizada imagen que le diera James Bond. De espías, entendido como personas humanas con oficio, ejemplos del disimulo, del anonimato y del recogimiento y no mostrados como superhéroes.

En Proyecto Silverview, sus personajes son personas, aparentemente, normales y corrientes. De vidas comedidas y casi anodinas. Personas hogareñas, familiares y vecinales. Y es que no hay que olvidar que las y los espías también son personas.

Proyecto Silverview es un intimista canto de cisne al servicio secreto que fue y que tiempo ha dejó de serlo. Una glosa a un modo de patriotismo donde había sentimiento de orgullo nacional y no solo intenciones estratégicamente geoeconómicas.

Narrando, aparentemente, unas relaciones intrascendentes en una trama, aparentemente, sin resalto alguno, el autor define ese mundo en el que la organización en la que trabajó está siempre con el oído parado y atento a cualquier disonancia. Por eso cuando se percibe un chirrido se articula rápidamente un procedimiento de comprobación y Proctor es el encargado de llevarlo a cabo.

Julian Lawndsley, un joven y exitoso gestor económico en la City, cansado del estrés se ha retirado a una localidad costera para llevar una librería. Poca clientela, mucha tranquilidad y Edward Avon, quien le propone ubicar en su sótano La República de las Letras: una cuidada selección de lecturas indispensables. Un proyecto humano e intelectual al que Julián no se puede resistir.

Los agentes de esta novela arrastran su desesperanza, su desánimo y su desconcierto por vivir en una sociedad a la que ya no reconocen como propia. La ilusión por ayudar a mejorar el mundo se ha disuelto en la rutina de las normas y las ordenanzas, en gestiones de despacho, en redacción de informes y memorándums bajo el dictado de los políticos que no de la política. El derrotismo se ha instalado en sus vidas y la decadencia en los valores sociales.

John Le Carré nos deja su último texto, corregido por su hijo, y con él nos regala su experto dominio del lenguaje críptico, propio de un agente, que tantas veces hemos disfrutado en sus obras y que ahora, más si cabe, se despliega en una clase magistral de redacción. Contando sin contar, diciendo sin decir, pasa cuentas con quien le empleó y a quien ayudó.

Es una novela de agentes secretos, o espías como prefieran llamarlos, en la que habita la nostalgia. Es la lectura perfecta para el adiós a un grande. Hay quien siente placer tomando un café doble, o un whisky doble; leer este Le Carré es placer doble.

Del mismo autor y reseñada en este blog Una verdad delicada su última novela publicada en vida.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Diccionario Apasionado de la Novela Negra de Pierre Lemaitre

Están leyendo la reseña de un libro que no he leído. Pero, esperen, no se vayan que aún hay más.

No lo he leído porqué a un diccionario no se le lee sino que se le consulta bajo el axioma de Jack el Destripador: yendo por partes.

Estamos ante el particular y personalísimo recorrido de un novelista, a lo largo de su vida como lector y escritor, por la novela negra, policíaca y cualquier otro subgénero u etiqueta que se les ocurra. Una revisión de emociones y sentimientos como indica afectuosamente el título: Diccionario apasionado de la novela negra.

Cada cual tiene su propio periplo y seguro que se encuentran coincidencias con los de los demás, ya sean en forma de opiniones partidarias o detractoras sobre novelistas, sobre novelas…

A un diccionario como este, no se le puede, no se le debe, abordar con lectura apresurada. Cada entrada precisa ser leída con detenimiento y su contenido merece ser consultado en nuestro particular palacio de la memoria para ver si hay registro o no. Y si lo hay evaluar si merece ser revisitado o no, y si no lo hay si merece ser conocido.

Así de fácil y así de complejo. Por eso un diccionario, como este, no puede tener reseña al uso y por eso estoy escribiendo esta entrada sin haberlo leído del todo aún, voy por la mitad de la letra B y sin embargo ya lo estoy recomendando.

Lo leído hasta ahora me ha llevado mi tiempo. No piensen que sea cansino ni tan solo un esfuerzo considerable; es solo que hay que saborear cada entrada bien sea para reafirmar nuestra opinión preexistente o cuestionarla. Y agradecer cada nueva información que permitirá ampliar nuestro horizonte.

Cada entrada, haga referencia a personaje, título o novelista, es en sí misma una caja de Pandora. Y de lo que pueda acontecer al abrirla no hay previsión alguna.

Bien sabido es que en novela negra el horizonte, esa línea que se perfila donde el mar se junta con el cielo, es inalcanzable y por eso leer este diccionario lo hace aún más interesante: mucho por descubrir, mucho por explorar.

Pierre Lemaitre, un gran escritor francés de polar y un gran conocedor del género (quien mejor escribe suele ser quien más ha leído, entendido y asimilado) es un magnífico guía en esta travesía y su diccionario la herramienta adecuada para interpretar muchas claves del género. De este autor se ha reseñado en este blog su novela Vestido de novia.  

Pensar que me quedan casi doscientas entradas de este diccionario por delante es el anuncio de un placer que en sí mismo ya es placentero.

Sin prisas y con pausas.

Este diccionario se suma a otros libros de cabecera indispensables, de similar tratamiento, entre los que tampoco debe faltar Sangre en los estantes del malogrado Paco Camarasa que dedica una trabajada entrada a Pierre Lemaitre y su obra.

lunes, 14 de febrero de 2022

El Corazón de los Ahogados de Daniel Fopiani

Las personas que escriben siempre tienen alguien, dentro del gremio, a quien admiran, alguien a quien desearían imitar, alguien que les puso el gusanito de la escritura en el cuerpo. Sucede en todas las artes.

Y hay quien va más allá y decide recrear alguna novela. Tesitura arriesgada de la que no se suele salir indemne. Daniel Fopiani se ha atrevido a hacerlo y el resultado es de nota.

Se ha atrevido con una de las novelas más conocidas de la novela policiaca. Un clásico entre los clásicos. Una obra emblemática de la sin par Agatha Christie. Y ha cambiado la música para darle ritmo de thriller.

Una música compuesta por el rugido quejoso del mar al estrellarse contra las rocas; por los alaridos de las gaviotas que a veces suenan como bebés y otras como gatos pero siempre inquietantes; y por el golpetear de una lluvia insistente que suena distinta según caiga sobre cristal, sobre piedra o sobre un cuerpo. Y, a pesar de lo que puedan pensar, suena la mar de bien.

El Corazón de los Ahogados es un thriller de suspense con cuerpo propio a pesar de ocupar uno ajeno. No es una novela, es un pararrayos que atrapa la electricidad no para evitar su daño sino para propagarlo. Su lectura genera una percepción de desamparo total y una sensación de ahogo terriblemente angustiosa.

Daniel Fopiani hace alarde de su profesión y escribe con enorme realismo para construir una trama que evoca, homenajea y recrea un clásico, sin perder su propia voz y haciendo más grande aquel y consiguiendo que su obra se sitúe al lado y no detrás.

En la Isla de Alborán, un pedrusco que el Mediterráneo amaga constantemente con devorar, solo habita fauna de forma permanente bajo control de reserva. Fauna que comparte graciosamente esos cerca de 700 metros de longitud y poco más de 200 de anchura con un destacamento de la Armada Española que vigila por si alguien se la quiera apropiar.

La presencia militar es constante y los relevos se producen cada cierto tiempo según necesidad. La estancia en la isla no es en nada agradable y el lugar nada acogedor y quienes realizan esas labores experimentan distintos niveles de ansiedad.

El último destacamento ha descubierto una cabeza, probablemente de algún migrante, rodeada de ciertos elementos que evocan algún ritual ominoso, colocada en el diminuto cementerio de la isla. El mando en tierra ordena el relevo para investigar y en el siguiente destacamento formado por miembros del Cuerpo General de la Armada y de Infantería de Marina, se encuentra la sargento Julia Cervantes con el encargo de averiguar lo sucedido.

Construida con dos tramas que avanzan en paralelo y con el mar como nexo de unión nos adentramos en la soledad como si atravesáramos una puerta abierta.

10 personas en una isla azotada incesantemente por la lluvia y el oleaje. 10 personas unidas a tierra firme por el cordón umbilical de un teléfono satélite guardado bajo llave en el despacho del capitán. 10 almas alborotadas que aún no saben que con ellas también va a compartir estancia el horror.

El Corazón de los Ahogados es un thriller donde el suspense es plato único; una reinvención de la novela enigma. Absolutamente recomendable.