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sábado, 18 de octubre de 2014

Lady Killer de Masako Togawa

La novela negra japonesa, no nos cansamos de decirlo, es de otra negrura. Distinta y atrayente como un abismo sin fondo. Requiere otro modo de afrontar la lectura, más pausado y despierto a otras sensaciones. Otras emociones.

De planteamiento simple y cotidiano por lo general, se lee con la naturalidad de lo que, por ser cercano, nos resulta próximo. Y guarda para el sabor final el giro ingenioso y sorpresivo.

Lady Killer es la historia de una venganza. Una venganza abordada cuidadosamente para infringir daño de la forma que pueda dar más sufrimiento al que lo padece; el daño no entendido racionalmente. El daño  sumado al desconocimiento del quien y sobre todo del porqué.

Es una tortura refinada y pensada hasta el mínimo detalle para dar placer a quien la practica. Un placer reposado y sensual. Pensada para proporcionar miedo e impotencia resolutiva a quien la sufre. Un castigo anónimo.

Lady Killer es la historia de una venganza. Un complot urdido para desarmar los mecanismos equilibrantes del comportamiento, para desquiciar a la víctima. Un maquiavélico plan de fuerte componente psicológico y gran resentimiento próximo a la locura.

Honda es un cazador que ha desarrollado sus habilidades para ligar con mujeres solas en las noches de Tokio donde pasa la semana trabajando ya que el fin de semana transcurre en Osaka con su mujer.

Es un ligón circunstancial, inducido por unos accidentes derivados de su matrimonio. No es violento ni agresivo. No fuerza la situación, elige y espera a ser elegido. Es un maestro en el arte de la seducción.

De repente empiezan a aparecer mujeres asesinadas. Mujeres que han tenido relación con Honda. Mujeres con las que ha estado y con las que ha podido dejar rastro de su contacto.

Y éste, acuciado por los hechos, toma consciencia de que su rol de cazador, de mujeres necesitadas de afecto, puede derivar a cazado, por la policía y la opinión pública.

Masako Togawa ha confeccionado esta novela negra como si bordara una preciada ilustración sobre una seda: con delicadeza, femineidad y sensualidad.

La ha estructurado en forma de capas, con diversas voces, donde cada una aporta elementos que explican la parte de los hechos que les corresponde y enriquecen el conjunto al que van cambiando de significado con cada nueva aportación.

Aparentemente algo tan fácil como diseñar un jardín Zen. Pero tan complejo en su significado y tan rico en las sensaciones despertadas como un jardín Zen.

De Masako Togawa ya se comento la magnifica La llave maestra’.

Y hay más reseñas de novela negra japonesa en este blog pinchando aquí.

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