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viernes, 14 de noviembre de 2014

Tyler Cross: Río Bravo de Fabien Nury y Brüno

Cubierta Tyler Cross: Río Bravo
Estamos ante un cómic de factura impecable y con una economía de líneas y de diálogos que potencia el ritmo tenso de una lectura secuestrada. Imparable desde el principio al final.

Estamos ante un argumento de novela negra que discurre dentro del oeste americano. Estamos ante un western que discurre dentro de una novela negra.

A Black Rock, pequeña localidad de Texas, sobre 1950, llega Tyler Cross. Un gángster que habiendo aceptado un encargo que, por aquello del destino, se ha torcido de forma desdichada e inesperada y lo ha conducido a ese pueblucho. Del que desconocía que existiera.

En Black Rock le espera el caciquismo y el nepotismo.

De rostro hierático y anguloso con labios finos (apenas dos líneas delgadas), solo sonreiría ante la picadura de una cascabel y por el grotesco modo que supondría recibir así la muerte, Tyler Cross es un duro. Práctico, muy poco sociable, muy poco emotivo, frío y austero. Un duro.

Tyler Cross Río Bravo pág. 18
Y aunque herido y apaleado nunca hay que darlo por vencido; siempre emergerá de él el instinto de supervivencia que identifica a esos seres condenados a ser eternamente infelices y aprender a disfrutar con ello.

La historia de este primer tomo Tyler Cross: Río Bravo arranca con un flash back guiño a Supergolpe en Manhattan el film de Sidney Lumet y en apenas quince páginas de las noventa y dos que contiene, ya ha situado al lector exactamente en el punto que quería. Le ha mostrado el caramelo y ya no hay marcha atrás.

El guión de Fabien Nury es de estructura clásica en lo que se refiere a la tipología de maldad, no maldad y bondad pero sorprende a cada momento y muestra una economía admirable ¿cómo se puede decir tanto con tan poco?, los diálogos más cortantes que una cuchilla acuden en el momento preciso. Solo los justos y necesarios. No hay verborrea, lo que facilita el lucimiento del dibujante, y prácticamente no hay voz en off, solo la indispensable.

El dibujo de Brüno es especial, muy suyo, gran conocedor de los recursos técnicos realiza un trazo preciso y muy pulido que puede parecer simple pero que los conocedores saben que no lo es. No abunda en detalles pero curiosamente no se echan en falta, rellena las viñetas con lo que deben de tener para conectar con la historia; lo que no cuente nada, no sirve y por tanto no se dibuja.

Y Laurence Croix colorea iluminando; empleando solo colores planos, persiguiendo y consiguiendo el mismo efecto contrastado que si el tratamiento hubiese sido en blanco y negro, ya que no emplea el color para ilustrar sino para resaltar contrastes de ambientes, momentos y sentimientos.

El argumento rememora la desdicha de los perdedores, tan habitual del género, cuando se enfundan en el traje de vengadores para convertirse, sin querer, en héroes y narra una historia tan viva y trepidante que obliga a releerlo ya que con el frenesí de devorarlo es más que sabido que se nos han quedado detalles por el camino.

Un pulp con todos los tics. Un clásico con tratamiento moderno. Una aventura llena de polvo, sangre, sudor, lágrimas y meados. Disparos y explosiones. Astucia, arrojo y venganza.

Tyler Cross Río Bravo, viñetas pág. 13: un funeral de muerte

Esplendido y rendido homenaje a grandes clásicos del cine negro y del western a partes iguales, como se encargan de reconocer los autores en el apéndice glosario ‘Juego de referencias’ al final del volumen, consigue sin embargo no ser copia de nadie ni parodia de ninguno. Todo lo contrario: configura una identidad tan propia que se diría, si no fuera anacrónico, que han sido los otros quienes han encontrado en él su inspiración.

Referencias a Sergio Leone y Clint Eastwood, a Sidney Lumet, a Bogart... a tantos que los autores dedican dos páginas a referenciarlos con mención expresa de las viñetas donde se pueden ver.

Meritorio trabajo es cuando se consigue el reconocimiento unánime de todo el mundo comiquero. Y para los que siguen los premios recordarles que esta obra, entre otros, acumula el BDGEst’ Arts 2013 y el BD Le Point 2013. Muy indicativo.

Y meritoria edición de Dibbuks. En cartoné, páginas de calidad, y con bonus tracks como bocetos, viñetas alternativas, viñetas suprimidas, y homenajes de otros autores.

Esta es la primera. Que vengan más, por favor, y pronto. No sean reacios a su lectura ahora que saben lo que se perderían.

Inevitable rememorar a Parker en este mismo blog.

Post scriptum:
el segundo tomo de la serie titulado Angola reseñado aquí


2 comentarios:

  1. Enorme obra. De lo mejor que he leído este año. De hecho, hice mi pequeña reseña en verano, nada más leerla:
    http://elsanedrindelcomic.blogspot.com/2014/06/tyler-cross.html
    Un placer leerte como siempre, Jordi.

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    1. Es para tenerlo a mano e ir releyendo páginas y sobre todo localizar los pararelismos cinematográficos, un divertido juego que no resta originalidad alguna al cómic.
      Un abrazo Roberto!

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