Total Khéops, Chourmo y Soleá son las novelas que conforman la trilogía marsellesa de Fabio Montale escrita por Jean-Claude Izzo |
La imagen de una Marsella hardboiled se refleja en una
demoledora trilogía tan compleja y visceral como solo lo es la amistad y tan intensa
como solo lo son los sentimientos desbordados.
Marsella no es esa ciudad que elijan facilmente los turistas porque
no hay nada que responda al tópico que pueda ilustrar la llamativa cubierta de un folleto
de agencia de viajes. Marsella es pues una ciudad de marselleses ya sean nacidos dentro o venidos de fuera.
Marsella es ante todo un puerto y como tal una puerta de
entrada y salida a Francia, empleada sobre todo para lo primero por distintas
oleadas de inmigrantes, algunos franceses (de segunda) provenientes de antiguas
colonias africanas y otros no. Verdadero crisol de razas y lenguas y donde las
rencillas no solo son verbales y la mafia se apodera de los negocios
como las palomas las migas de pan.
Tras el nombre de mafia hay una realidad que responde a unos intereses que involucran a
mucha gente y que se nutre de soldados fácilmente prescindibles. Esa realidad
no se detiene ante palabras,
Como en cualquier otra ciudad el extrarradio es lugar donde
se expansiona la construcción más barata y donde se desdibujan sus límites
entre ciudad y amalgama de edificios de bajísimo presupuesto y materiales de
idéntica calidad. Nada bueno puede salir de esos lugares; y si algo sobresale
la vida/muerte suele recordarle de donde proviene y hasta donde le permite llegar. Esa es La Marsella de Jean-Claude Izzo.
En esos ríos revueltos de desesperación es fácil tentarse
en buscar el dinero fácil y la mafia puede ser un instrumento para ello.
Fabio Montale es un policía que vive solo acompañado de los recuerdos de sus relaciones, las que ha abandonado y las que lo han abandonado, y de whisky y nostalgias de si
hubiera hecho o hubiera dicho y oyendo, escuchando, sintiendo jazz, mucho jazz y
evocando poesías y lecturas de juventud y reivindicativas letras oídas en
cualquier rap.
Su desorden emotivo va cambiando a medida que avanza la trilogía hasta entender que el pasado sirve para tomarle la medida al tiempo y que vivir el presente es aceptar comprometerse con la vida.
Su desorden emotivo va cambiando a medida que avanza la trilogía hasta entender que el pasado sirve para tomarle la medida al tiempo y que vivir el presente es aceptar comprometerse con la vida.
Su enfoque policial basado en la conciliación y no la
represión le ha hecho acumular fama de legal entre quienes viven marginados
pero le ha restado credibilidad en el cuerpo más partidarios de la mano ligera para
golpear, para disparar bien y para esconder unos billetes.
La trilogía recorre las calles de esa Marsella donde no
solo es fácil ensuciarse las suelas de los zapatos sino además acabar pringado
de arriba abajo. Una serie hardboiled de arriba abajo.
En Total Khéops,
caos total como dice la letra de un
rap, Fabio debe abordar dos casos muy delicados para su equilibrio emocional;
de esos que te gritan que los resuelvas tú y no la justicia, que no se sabe cuan justa puede llegar a ser. El presente le hace revivir el pasado y el recuerdo de los amigos de entonces Manu, Ugo y Lole y los de ahora, Leila, le despiertan emociones que no creía capaz de sentir.
En Chourmo Fabio no puede evitar que el desorden que genera la violencia impune le afecte tan directamente como para que llegue a dudar de su axioma conciliador y piense en métodos más expeditivos para vengar la muerte de un joven inocente en un caso en que la mafia sigue engrandeciéndose sin escrúpulos.
En Soleá todo se desborda; emociones, sentimientos, recuerdos, pasiones y se enzarzan en una violencia que parece no tener fin ni solución. La novela sirve para delimitar los espacios de libertad amenazados en las dos anteriores y para que Fabio pueda poner por fin orden en sus prioridades.
Esta trilogía es una de las mejores elecciones de lectura de novela negra, dura y realista, que puede hacerse hoy en día. Merece leerse completa y seguida para no distanciarse de la atmósfera con la que Jean-Claude Izzo, fallecido en el 2000, consigue impregnar la escritura y en la que es fácil sumergirse desde el primer momento con total intensidad y una entreverada sensación de angustia esperanzadora hasta el mismo punto y final.
En Chourmo Fabio no puede evitar que el desorden que genera la violencia impune le afecte tan directamente como para que llegue a dudar de su axioma conciliador y piense en métodos más expeditivos para vengar la muerte de un joven inocente en un caso en que la mafia sigue engrandeciéndose sin escrúpulos.
En Soleá todo se desborda; emociones, sentimientos, recuerdos, pasiones y se enzarzan en una violencia que parece no tener fin ni solución. La novela sirve para delimitar los espacios de libertad amenazados en las dos anteriores y para que Fabio pueda poner por fin orden en sus prioridades.
Esta trilogía es una de las mejores elecciones de lectura de novela negra, dura y realista, que puede hacerse hoy en día. Merece leerse completa y seguida para no distanciarse de la atmósfera con la que Jean-Claude Izzo, fallecido en el 2000, consigue impregnar la escritura y en la que es fácil sumergirse desde el primer momento con total intensidad y una entreverada sensación de angustia esperanzadora hasta el mismo punto y final.
Total
Khéops, Chourmo y Soleá son una reflexión sobre lo que
cuesta la muerte y lo que vale la vida; donde la lucha por defender los
principios puede ser la causa de perderlos; donde la amistad es hasta que la
muerte nos separe y más allá.
La televisión francesa adaptó las novelas en 2002 en una
mini serie de tres episodios con Alain Delon interpretando a Fabio Montale
No hay comentarios:
Publicar un comentario