"Ya no era un día de playa. Era un día de perros" |
El agosto, ese mes caluroso y vacacional, se presta para
que los cuerpos sean carne de playa por eso no es de extrañar que también Miquel y Patro tengan previsto pasar ese miércoles en los baños de San Miguel.
Pero prever y suceder de acuerdo a lo
previsto no siempre van de la mano y lo que acaba sucediendo no estaba, para nada, previsto. Una vez
más el pasado llama a la puerta del presente y no de forma amable precisamente convirtiendo una ilusión en un desconcierto.
“Ya no era un día
de playa. Era un día de perros”
Miquel Mascarell, quien durante la República fuera
inspector de policía, es ahora un hombre más que maduro, por edad y porqué la
mala vida le ha dado más que a una estera y le ha madurado el cuerpo. La mala vida que ha de agradecer al Régimen que
entre prisión y trabajos forzados le ha ratificado en sus convicciones y no ha
conseguido que cambien ni un tanto así: podréis vencer pero no convencer.
Al ex inspector Mascarell los casos le vienen del pasado;
será, por eso de la edad, que como tiene más pasado que futuro de ahí arrancan
las historias a las que debe buscar explicación. Como es el caso actual donde
le piden amablemente no solo que
investigue sino que resuelva un caso de asesinato ocurrido doce años atrás, en
1938. Un crimen cometido a traición en la persona de Indalecio Martínez cuando
estaba intentando rescatar víctimas entre los escombros de edificios
bombardeados en la confluencia Balmes con Gran Vía http://barcelofilia.blogspot.com.es/2011/05/edificis-bombardejats-gran-via-balmes.html.
Un mortifero bombardeo que excedió sus posibilidades al alcanzar un camión cargado de trilita lo que expansionó el efecto devastador en lo que la Historia ha acabado conociendo como La bomba del Coliseum.
El caso no pinta nada pero que nada bien. Mal asunto. A nadie le importa, en esos tiempos de exaltación del régimen, hacer justicia por la muerte de un
radical republicano. Pero Miquel Mascarell no puede elegir. Y tiene solo tres
días para resolverlo: los que median de miércoles a viernes que es cuando termina el plazo.
Jordi
Sierra i Fabra nos ofrece la séptima entrega de este
carismático personaje al que por primera vez le ofrece un futuro alentador.
Habrá que esperar a la próxima novela para comprobarlo.
A su innegable capacidad para analizar y seguir las
pistas, hay que sumarle su sentido ético y su gran humanidad. Un detective muy
atípico si nos atenemos a los clásicos y los menos clásicos. Muchos deberían
aprender de este autor y de este personaje.
Tres
días de agosto revisa, como lo hace toda la serie,
episodios negros de una Barcelona que vivió un asedio terrible por parte de los
golpistas en ese episodio tan execrable como fue la mal llamada Guerra Civil:
un insultante golpe de estado que encerró a España en una maloliente caverna
para hacerla descabalgar del tren de la Historia en la que ocupaba vagones
destacados en muchas materias.
A través de los recuerdos de Miquel Mascarell y de sus
vivencias y los de las personas con las que interactúa en la investigación de
sus casos conocemos esa visión de la Historia que no escribieron los
vencedores. y manteniendo en todo momento el tono y los registros de la novela negra más purista.
Atentos al guiño con el que Jordi Sierra i Fabra saluda a
la Calle de la Sal donde reside la Librería Negra y Criminal que regentada por Paco Camarasa y Montse Clavé
cerrara como establecimiento comercial en 2015.
Una serie indispensable para cualquiera que guste de la
lectura de calidad. Y se agradece que haya regresado a las cubiertas ilustradas con imágenes que guarden relación con el contenido.
La serie completa reseñada en este blog:
- Cuatro días de enero
- Siete días de julio
- Cinco días de octubre
- Dos días de mayo
- Seis días de diciembre
- Nueve días de abril