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lunes, 7 de enero de 2019

El crimen que tú cometiste de Zidrou y Philippe Berthet

El cadáver presenta 77 incisiones.

La sociedad tiene a culpabilizar con facilidad. A poco que alguien sugiera algo, si encaja en el inconsciente colectivo, la muchedumbre se lanza cual manada de lobos sobre la oveja. 

Da igual que sea o no culpable; lo importante es que lo podría ser.

Por eso, cuando la sociedad ha pronunciado su veredicto no quiere saber más del tema; teme enfrentarse a la verdad ya que esta podría evidenciar que aquel es erróneo. Y si la víctima, una mujer joven y guapa, presenta 77 incisiones, que no puñaladas ya que el arma es un formón de carpintero, aún más motivo.

La acción transcurre en Australia, algo puramente coyuntural e intrascendente para la trama, donde un pastor de ovejas, en realidad alguien en busca y captura como sospechoso del asesinato de su esposa ocurrido 27 años atrás, vive su rutina en el presente sin dejar entrever su pasado
.
Pero ahora su hermano acaba de fallecer y antes de morir ha confesado ser el autor material del crimen. Esta confesión, por inesperada e insospechada, aturde e incomoda a todos los habitantes de la localidad y a él le abre las puertas a poder regresar redimido a su anterior vida. Si es que de ella queda algo.

Los comercios, los edificios y los habitantes no son los mismos 27 años después, pero hay algo que no cambia y es la hipocresía humana. Una atractiva y emocionante historia llena de misterios y suspense, digna de Hitchcock, que favorece tomar partido por unos y otros según avanza la trama.

Una mujer cuya calentura deja en pañales las calderas del infierno. Un pueblo con más gente con misterios que con pantalones. Un asesinato atroz con un arma nada usual. Una o varias redenciones.

Línea clara para una historia que da hilo sin
que se acabe el carrete.
Zidrou (actualmente de lo mejor que le puede ocurrir a un cómic y a un dibujante) ha escrito un guión negro donde se maneja con habilidad, a pesar de que toca diversos géneros y se alía con distintos dibujantes es en el noir donde consigue transmitir esa sensación de que lo común esconde lo singular y de que las vidas rutinarias no son sino una proyección manipulada de otra realidad que las personas esconden. Él se encarga de retorcer la historia para ir abriendo frentes inesperados como generadores de sorpresas que consiguen que el interés se mantenga álgido en todo momento.

Philippe Berthet dibuja de nuevo ese género en el que tan cómodo se siente, donde la mujer tiene prioridad, ese arquetipo de belleza fatal, esa temible combinación de rostro aniñado y cuerpo ansioso, donde las miradas y los gestos han de transmitir emociones. Y su trazo fino y sin interrupciones, esa adaptación propia, tan suya, de la línea clara, se adapta como un guante a esta historia que va dando hilo sin descanso.

Un cómic con cuerpo y mente, una atmósfera plácida y turbulencias en el interior. Una historia negra de las de verdad.

2 comentarios:

  1. Caramba, parece que estabas hablando de España. Al parecer en todas partes cuecen habas :-)

    Mira que soy aficionada a los tebeos, ¿pero no hay una novela de este título?

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    1. Si, tal vez alguna isla desierta se libre... desconozco lo que dices del título, no tengo ni idea.
      Saludos!

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