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domingo, 10 de marzo de 2019

El intercambio de Rebecca Fleet

Hay quien intercambia su vivienda
con naturalidad envidiable por quienes
no lo harían y no lo harán jamás de
los jamases.

Cada vez más gente intercambia su vivienda por cortos periodos, fines de semana, vacaciones, es una forma barata de viajar a otro lugar y te da libertad de acción. Es como alquilar un apartamento pero sin pagar alquiler. Pero pagar se paga: tu vivienda habitual, con toda tu ropa, tus cosas en tus cajones, tus papeles, tus fotos, tu historia, en fin toda tu intimidad la expones a desconocidos que no sabes cómo se van a comportar ni que van a hacer, ni si sus actos pueden tener consecuencias.

Hay quien por su honradez, su respeto hacia lo ajeno y sus nobles intenciones cree que los demás actuarán igual. Y puede ser que si o puede ser que no. Esta novela es un claro exponente.

Caroline y su marido, Francis, están intentando superar lo que empezó siendo un bache y ha acabado siendo un profundo agujero en su relación, por eso cuando, a través de una web de intercambio, Caroline recibe un email que le propone una casita cercana a Londres y en una zona residencial, no duda en aceptar a fin de comprobar si su convivencia marital es algo deseado y no solo soportado. Y se preparan para afrontar su semana decisiva.

El intercambio es un thriller de suspense psicológico que busca ahondar en la incomodidad de ceder tu hogar y habitar uno ajeno en un momento donde está en juego salvar tu matrimonio, y en la complejidad de las relaciones humanas.

Y lo consigue mediante el recurso literario de intercalar capítulos del pasado, ese en donde se inició el derrumbe familiar, con presente, este en el que se encuentran reconciliándose en casa ajena, para ir desmenuzando un argumento que resulta convincente.

Rebecca Fleet
Rebecca Fleet desarrolla con gran habilidad, potencia y de forma muy verídica la compleja relación de una pareja en la que Francis tiene un derrumbe que arrastra a Caroline quien se resiste a sucumbir pero a la que acaban fallando las fuerzas en su intento de salvar a quien no quiere ser salvado.

Recelos, dudas, traición, todo converge y se sucede casi sin remedio. La autora describe los sentimientos contradictorios que afronta Caroline y su necesidad de ser considerada persona y mujer, con inquietudes y deseos. Y es aquí donde el aspecto psicológico se luce. Se diría que la autora está bajo la piel de la protagonista, lo que no sucede lamentablemente con el resto de personajes.

Al resto de la trama, la que daría pie al suspense, le cuesta aparecer, más asentarse y no acaba nunca de despegar y eso se debe a que los giros, bien pensados, tienen corto recorrido para desarrollar todo su potencial.

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