Nunca, bajo ningún concepto, elijan el asiento 7A de un avión. |
En el suelo Nele, la hija del psicoterapeuta Matt Krüger,
ha sido secuestrada cuando iba a dar a luz. En el aire el propio Matt Krüger
vuela para ver nacer a su nieta cuando recibe una llamada advirtiéndole del
suceso y dándole una sola orden para terminar con el secuestro y hacer que su
hija y nieta sobrevivan: debe estrellar el avión.
600 vidas a cambio de dos ¿salen las cuentas?
Matt es un psicoterapeuta de los que deberían tratarse a sí
mismos, tantas son sus fobias y complejos. Resulta muy entretenido, incluso
divertido pese a lo trágico del momento, ir conociéndole y es admirable lo que
una persona, con tanto por superar, es capaz de llegar a hacer por amor.
Un thriller psicológico de manual. Un pasa páginas sin
tregua. Tan insustancial que no pasará a la historia de la literatura (¿acaso a
alguien le importa?) pero tan adictivo que dura dos telediarios.
Mucho diálogo, mucho monólogo en voz baja, mucha acción y
todo escrito en un estilo directo, conciso y sencillo: directo a la vena. Una
trama que aparenta una cosa y va adquiriendo complejidad, e interés, y por ello
va mejorando la impresión inicial que suscita de producto pensado por y para
agradar.
Sorpresas, coincidencias, giros e incluso sugerencias
tramposas: todo vale para no soltar al lector una vez pillado.
Sebastian Fitzek |
No en vano Sebastian Fitzek es un gran autor best-seller de
este subgénero, con varias novelas top ventas muy bien valoradas por el
público, conoce perfectamente los resortes que hay que tocar para secuestrar la
atención del lector; sabe que teclas hay que tocar para motivar; sabe que ritmo
establecer para no fatigar pero tampoco aburrir.
Asiento 7A es un producto artesano realizado con métodos
industriales. Un producto de consumo rápido de pastelería pero ¿a
quién le amarga un dulce? Juega con la reacción de cada cual ante el miedo y la
inseguridad y con los caminos que siguen los procesos mentales, incluso los
más retorcidos.
Novela adecuada para leer en vuelo transoceánico: nunca olvidará el vuelo ni el argumento. También funciona si se lee en piscina o en la playa, pero ¡ojo!
no olviden ponerse crema solar: el suspense en la lectura les va a absorber de
tal manera que no recordaran ni dónde están.
Y si son de las personas que se muerden las uñas,
protéjanselas antes de abrir la novela. Ah y recuerden que nunca, bajo ningún concepto deben elegir el asiento 7A
de un avión.
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