Yeruldelgger, la muerte nómada es la novela más íntima de toda la trilogía y por eso con la que más se sufre. |
En las más
atávicas tradiciones se encuentran las explicaciones a nuestros actos. Y en
Mongolia más.
Un país tan
grade y tan poco poblado, donde el nomadismo es la normalidad y el asentamiento
la excepción; con clima extremo y dominado por estepa y desierto más que por
montañas es un lugar en el que conviene estar a bien con los antepasados ya que
son las únicas brújulas que pueden evitar perderse en la confusión.
Yeruldelgger,
cansado de tantos años de lucha estéril y de soportar pérdidas, ha renunciado a
su posición social, a su cargo policial, a su rutina y a las personas queridas y
se ha trasladado a vivir a un lugar donde los lamentos no alcancen a sus oídos
y en donde pueda recobrar la comunión con su yo, el equilibrio con el todo y
las percepciones sensoriales que la ciudad le ha arrebatado.
Pero incluso
la soledad está poblada de maldad y no tarda en darse cuenta que su destino
parece ligado a impartir esa justicia ancestral que le llevó a ser policía y
que aunque quiera desasirse de su función algo le dice que esa es precisamente
la razón por la que está en este mundo y la exaltación de su figura, como un
nuevo liberador, por un pueblo oprimido parece ratificarla.
Un
enfrentamiento con sicarios, con multinacionales y consigo mismo es lo que desarrolla
una trama que a cada situación desplegada aporta personajes femeninos
esenciales y cuya presencia ayuda a estimular las distintas vertientes
funcionales de Yeruldelgger en su aspecto humano terrenal, humano místico y en
el de ex-comisario.
Una novela
repleta de crímenes sobre personas donde la esclavitud es casi lo mejor que se
explica, el resto es aún menos complaciente, y sobre, dentro y contra la
naturaleza y sus recursos, contaminando, devastando, arrasando con la
connivencia de las élites gobernantes, que parece empeñadas en demostrar que
tienen enraizado lo peor que cada nación invasora ha sembrado en forma de
egoísmo personal como único método para asegurar la supervivencia del estatus y
que en Mongolia parece haber florecido de manera inigualable.
La novela
policiaca de las dos entregas anteriores deja paso a un thriller que evoluciona
a partir del intento de reconciliación del protagonista con la razón de ser de
todo ser humano; una novela de sufrimiento como lo es todo intento de redención.
Un tratamiento profundo de la parte más íntima de unos personajes sujetos a su
destino por su condición de meros comparsas en este gran teatro del mundo que
se gobierna, como la novela negra más intensa, por deseos y ambiciones propios
y ajenos.
Se culmina
una serie que ha puesto sobre el mapa un país nada conocido y que ha supuesto
conocer una cultura muy interesante aunque por sus costumbres ajenas a nuestros
valores suponga enfrentarse a un universo desagradable y degradante en muchas
de ellas.
Ian Manook |
Un adiós a
uno de los personajes, Yeruldelgger, de la novela negra reciente más carismáticos y atípicos. Ian
Manook (seudónimo de Patrick Manoukian) ha puesto fin a una trilogía que merece
un puesto de honor entre los clásicos del género.
Hay que leer
la trilogía entera. Eso sí, no prueben a hacerlo de un tirón; no son novelas
pasapáginas, son textos de profundo calado que precisan su tiempo y su espacio
para desplazar todo su contenido y poderlas entender y disfrutar en toda su
magnitud.
Las reseñas
de las dos anteriores también en este blog:
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