Una nueva entrega protagonizada por Will Trent y su
compañera Faith Mitchell de la GBI, Oficina de Investigación de Georgia, que en
esta ocasión se dirigen a la prisión del condado a investigar un asesinato
durante un motín. Y de lo que suponen una reyerta más entre presos, regresan
con petróleo: un convicto les ofrece la oportunidad de reabrir un antiguo caso
para encontrar el verdadero culpable.
Un caso que tiene que ver con el pasado de la forense Sara
Linton, actual pareja de Will. Un caso que tal vez no se enfocó con la óptica
correcta o se desenfocó a propósito. Un caso que por aquello de que el destino
es juguetón y malintencionado podría tener relación con otro actual. Y si fuera
así todo estuvo mal y el empeoramiento podía haberse evitado.
Silenciadas es un
thriller de fuegos artificiales. Esa sensación de que a cada explosión y las
luces ya se ha acabado y sin embargo un nuevo fiiiiiiuuuu rasga el aire, suena
el trueno, el cielo se ilumina y vuelta a empezar.
Un thriller que va dejando información y pistas a
cuentagotas para dar tiempo a degustar cada nuevo avance, cada descubrimiento.
Para permitir oír el inexistente ruido que hacen las piezas de un puzle al
encajar.
Narrado en dos tiempos, presente y pasado, va acercando los
dos relatos para converger en ese punto de no retorno que se produce cuando
todo se explica.
Karin Slaughter escribe con minucioso detalle. Da igual que sea en la descripción de una herramienta, una intervención forense, el atuendo de los protagonistas, el coche con el que se circula o el suelo donde se pisa.
No importa que sea una acción, un pensamiento o un deseo.
Primero disecciona y luego lo describe, el efecto es de un realismo tan cercano que resulta
demoledor.
Silenciadas puede echar para atrás viendo su grosor, tiene
una extensión de 600 páginas, pero sería un error. Es lo menos que debe ofrecer
un thriller que se precie de serlo.
El suspense y la intriga están presentes incluso en los
párrafos donde no se necesitan y aunque el argumento no ofrezca originalidad,
es la forma de redactar y la capacidad para desarrollar la trama lo que acaba
convenciendo.
Karin es toda una especialista, como lo acreditan sus
grandes éxitos internacionales, en este tipo de literatura donde agarrarse con
los dedos al borde del acantilado solo retrasa la caída.
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