Pedro Luis Fernández no
precisa de esa muleta. En esta novela, su primera de género noir, demuestra
tener la información y saberla transmitir; y para acentuar la predisposición
lectora entreteje una enfermedad tan temida como es el cáncer con un relato
policiaco sembrado de supercherías, toques milagrosos y episodios históricos
que, reales o ficcionados, ayudan a componer la melodía de la aventura.
El resultado es Carcinos: un thriller rural que
transcurre en Valdemonte un ficticio recóndito lugar de La Mancha de cuyo
nombre real el autor pretende no acordarse.
Un villorrio al que ha
regresado Alonso, el hijo del boticario, para hacerse cargo de un patrimonio
familiar y en donde coincide con amistades de crío. A su alrededor se desenvuelve
una trama criminal de funesto desenlace que lo involucra en una aventura que
firmaría la mismísima Enid Blyton si sus Cinco hubiesen proseguido la
investigación de sus misterios al llegar a la edad adulta.
Novela negra, policiaca, suspense,
thriller… todo parece igual pero es distinto. Con cáncer, carcinoma, tumor,
neoplasia… sucede lo mismo. Y del mismo modo que los géneros literarios ofrecen
diferentes niveles de lectura, el cáncer ofrece múltiples caras y contra cada
una hay que acomodar el comportamiento y el tratamiento adecuado para sanar al cuerpo.
Pedro Luís Fernández Ruiz, catedrático en la UAB y especialista en Anatomía Patológica y Jefe de este Servicio del Hospital Can Ruti de Badalona, escribe con precisión acorde a su oficio y a su trabajo. Con rigurosidad académico-científica pero empleando un léxico de divulgación absolutamente literario.
De forma progresiva va presentando los personajes que ha seleccionado para ejercer una función precisa dentro de un argumento que se va extendiendo para hacerse amo del relato.
Un
relato que va cogiendo cuerpo, como el vino en bota, para ir desplegando todos
sus recursos seductores. Equilibra la seriedad del tema de fondo vistiéndolo de
aventura de acción y elige jóvenes en fase de madurez para encabezar el reparto lo que
le permite pausas de relajamiento tensional.
Es un placer leer una obra de
estas características que entretejida con tantos géneros tiene momentos para
todo y para todos. Un thriller rural y tan criminal, como para dejar bastantes
cadáveres por el camino.
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