Lo del juicio justo puede sonar a perogrullada, pero nada más lejos de la realidad.
Un juicio puede y debe ser legal, pero en el
momento en que su desarrollo se sustenta en pruebas que pueden ser manipuladas,
en la habilidad por la defensa o por el ministerio fiscal para presentar y
retorcer los hechos y en la interpretación (y, por que no, los prejuicios) que
pueda conceder cada miembro del jurado, el veredicto puede acercarse a ser
justo, pero imposible asegurarlo al cien por cien.
Adam Green un joven abogado que espera que le
hagan fijo en un bufete donde está como pasante, debe preparar el caso del
siglo junto a su mentor Jonathan Taylor-Cameron, prestigioso abogado que en su
vida personal solo busca placer y en la profesional tranquilidad. Un caso que
podría consagrar a un abogado, aunque en esta ocasión no parece que sea de esos
ya que se anuncia perdido de antemano.
Grant Cliveden, policía y héroe nacional, muere
envenenado cuando está a punto de declarar en un juicio. No parece haber
ninguna duda de que Jimmy Knjght, condenado en libertad vigilada, por un delito
en el que Gran Cliveden le detuvo, es el culpable. Hay testigos de amenazas,
hay seguimiento de llamadas telefónicas, hay video de un encuentro minutos
antes del deceso: blanco y en botella.
Por eso el caso se presenta perdido de
antemano. Nadie duda de su culpabilidad, la policía quiere un culpable y la
opinión pública, aleccionada por los medios informativos, parece haber emitido
ya su veredicto.
Pero el caso suscita en Adam Green una
convulsión mental por un paralelismo familiar, y quiere creer que no solo es
inocente, sino que puede demostrarlo, así que se dedica en cuerpo y alma a
analizar detalladamente los hechos para buscar un resquicio que como mínimo
aporte esa duda razonable que puede significar diferencia entre la cadena
perpetua o la libertad.
Adam no solo cree en la bondad de la justicia sino también en su necesidad,
Rob Rinder, el autor, es abogado penalista así que escribe desde la experiencia, mostrando los entresijos que rodean la labor de los bufetes de abogados y los que enmarcan los juicios con todos sus virtudes y defectos.
Y como en las mejores novelas de juicios nada
es definitivo hasta que no se cierra la contracubierta.
El juicio, es
una primera novela, cuyos giros inesperados satisfará a lectores de thrillers
jurídicos y también a quienes valoran los argumentos con personajes complejos y
atormentados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario