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miércoles, 4 de septiembre de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker

La verdad sobre el caso Harry Quebert no es tan tanto como se ha querido publicitar pero tampoco es tan poco como se ha querido demostrar. De hecho no es ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario.

Si el Planeta premiando novela negra ya olía a oportunismo (sin desmerecer para nada al ganador Lorenzo Silva, muy buen escritor de género y también de narrativa, que no lo necesitaba para su reconocimiento) dar ahora el Goncourt (y el Lire a la mejor novela francesa y el de novela de la Academia Francesa) a la misma temática, y, no lo olvidemos, a alguien prácticamente desconocido, no deja de ser sospechoso.

Vender o no vender, he ahí el dilema. ¿Que es más reconfortante para el bolsillo? ¿Sufrir en silencio los golpes de la insultante crisis o alzar las armas de la persuasión contra el piélago de infortunios y haciéndoles frente vender como un poseso?

Y éxito garantizado si además de novela negra se trata, aunque La verdad sobre el caso Harry Quebert no pueda ser considerada como tal y no porque sea claramente un thriller, sino por que no la consideraría novela: es claramente un guión de serie televisiva americana. Un armazón vestido para dar el pego como novela. Y lo consigue.

Aunque de ahí a considerarla la novela más trascendente de la década (¿ya se ha acabado? pensaba que quedaban siete años), a considerarla la resurrección del género negro en lengua francesa (donde queda el ‘neopolar’ y en donde Vargas, Grange, Sylvain, etc), a considerarla una revisitación de Lolita de Nabokov (¿toda adolescente atrevida es una Lolita?) o un novelón (a no ser que sea por el número de páginas), media un claro abismo.

La verdad sobre el caso Harry Quebert cuenta la desaparición de Nola Kellergan, una jovencita de quince años (tiene mi amooooor) en Aurora, una pequeña localidad de New Hampshire y por distintos motivos y suma de circunstancias el Harry Quebert, un ex-profesor y ahora escritor platónicamente enamorado de ella, que pone nombre al título, se convierte en sospechoso y precisa de la intervención de alguien, en este caso Marcus Goldman un antiguo alumno y ahora colega de oficio, que crea en él lo suficiente como para ayudarlo a demostrar su verdad. La verdad sobre el caso. La verdad sobre su caso. La verdad sobre el caso Harry Quebert.

Disculpen si he podido parecer reiterativo. Para conocer el alcance exacto del término reiterativo, lean la novela.

Nola es una adolescente de compleja personalidad que arrastra secuelas infantiles que han marcado un carácter que se diría bipolar atendiendo sus dispares comportamientos y sus relaciones con el resto de vecinos del pueblo.

Comparten localización New York y New Hampshire contrapunto provinciano de la gran manzana y con lo que juega el autor para describir caracteres contemplativos contra caracteres depredadores, aunque acaba viéndose que allí donde haya personas todo se contamina.

Y lo cuenta empleando una prosa a la que le falta dar cera, pulir cera. Pero aún y así es golosa y casi sin querer se va leyendo con ganas de más, aunque tenga sus momentos de fatiga y de sopor sobretodo por reiterativa en la narración de los hechos una y otra vez. Como en un bucle.

La estructura de la novela mezcla voces y recursos narrativos como si fuera un catálogo y que sirven para hinchar una historia, floja, y darle páginas, paja. Mezcla temporalidades, la trama avanza desde tres épocas distintas que se van alternando para darle coherencia al conjunto y es la suma de varias novelas en una: la escrita por Harry, la que escribe Marcus y la que se lee escrita por Joël Dicker; e incluso contiene un tratado de como escribir (con aprovechables e interesantes reflexiones), no en balde los dos protagonistas, Harry Quebert y Marcus Goldman, son escritores. De éxito además.

Como es también un escritor de éxito Joël Dicker este joven autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert que ha visto como su nombre pasaba del anonimato al estrellato cuando menos se lo esperaba y que no es responsable de que su novela no haya respondido, para los habituales del género, a las expectativas (rara vez lo hacen) artificiosamente creadas.

Aunque como novela sin más, gustará enormemente. Y no es una contradicción con lo que se está diciendo en este post, es aceptar una dualidad que supone que le falte literatura y en cambio sepa atrapar la atención. Como pasaba con El código Da Vinci: pésimamente escrito pero intrigante.

En cualquier caso le sobran doscientas páginas de la primera mitad y la mitad de las doscientas en su segunda mitad. Tanto si lo catalogamos como novela o como guión de TV. Las pistas que se dan para la resolución apuntan a tantos posibles desenlaces que tanto giro y regiro marean y el final escogido casi parece elegido a suertes por ser el que es.

El formato thriller ha sabido combinar todo lo necesario como si se estuviese formateado en 24 capítulos de 40 minutos cada uno de serie televisivadictiva. Se plantean enigmas que se van resolviendo y que van generando de nuevos: atrapar la atención y mantener vivo el interés; tal cual una serie televisiva.

Incluso recatada en sexo, cuando el argumento, en varias situaciones pedía a gritos lo contrario, para no tener que readaptar lo escrito a las estrictas normas de la televisión americana. Y si no al tiempo.

Si desean banda sonora mientras leen oigan Can’t Help Falling in Love with You mientras se imaginan a ese ser tan deseado y poliédrico que es la adolescente Nola y escuchen cualquiera de las canciones de Village People, YMCA por ejemplo, cada vez que tengan a la madre de Marcus al teléfono: diálogos que sin duda aportan los mejores momentos a la historia.


8 comentarios:

  1. ¡Madre de Dios¡ y la tengo que leer para el próximo club de lectura. Probaré suprimir lo que te sobra (es un guiño a los hermanos Marx?') y ya veremos que pasa.

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    1. Revisa la parte contratante de la primera parte del contrato de tu club, para ver si algún vacío legal te permite eludir su lectura, y si no, con entusiasmo que de todo se aprende.
      Saludos!

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  2. Pues eso, compañero, que hemos leído la misma novela. Nada más que añadir, salvo que cuando alguien me sale con "Harry Quebert" y sus supuestas excelencias, yo le recomiendo "Perdida" de Gillian Flynn, que SÍ es el thriller (y la novela) del año. Un saludo.

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    1. No se si alguien (Proust, tal vez?) me devolverá el tiempo perdido en su lectura...
      Saludos!

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  3. Mmmmmmmmm. esa doble coincidencia de dos buenos lectores policiales me hace dudar. ¡la comprare? ¿No la comprare? Ultimamente prefiero gastar mi dinero en novelas de "los nuestros". llevo ya unas cuantas decepciones nordicas y britanicas.Eso o me vuelvo a los clasicos claro.....Estupenda reseña Jordi. Como estupenda es la de Francisco J.
    Juan Mari

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    1. Efectivamente hay otras opciones para gastar dinero, pero si te queda el gusanillo siempre podrás pedirla en una biblio o esperar la versión de bolsillo barata (si no la hubiera regalado te la mandaba).
      Me alegro que te haya gustado el post.
      Saludos!

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  4. Nolitaaaa tq Nolitaaaa tq Nolitaaa tq y así hasta el final. Final MUY predecible para una servidora que se aburrió como una ostra. Fantástica reseña!!!

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