The bridge es una serie televisiva norteamericana (remake
libre de otra del mismo nombre de la europa del norte, Broen en danés o Bron en
sueco) que relata la vida entre las ciudades vecinas Ciudad Juárez y El Paso y que no
tiene miedo a ensuciarse tratando la corrupción policial, la hegemonía
delictiva de los cárteles, la explotación de mujeres en bares de alterne y
prostitución y el periplo, muchas veces mortal, de los que ansían salir de su México
natal para alcanzar una vida mejor en los Estados Unidos.
Ciudad Juárez, estado de Chihuahua en México, ciudad fronteriza
con El Paso, estado de Texas en territorio norteamericano, unidas por un puente.
Ciudad Juárez donde cada años se cometen cientos de asesinatos: por despecho,
por venganza, por celos, por envidia, porque si.
Uno de estos cadáveres corresponde al de una mujer blanca y
se descubre en el Puente de las Américas que une ambas ciudades, ambas
naciones. Sobre el Río Grande. El cuerpo tendido transversalmente justo en la
mitad, encima de la línea fronteriza pintada en el suelo, una mitad en México y
la otra mitad es Estados Unidos.
El cadáver tendido en el puente; justo en la línea fronteriza |
La detective Sonya Cross (Diane Kruger) pugna por encargarse del caso: desconfía de la pericia de sus colegas de la nación vecina del sur y además la víctima es estadounidense. Pero el levantamiento del cadáver por parte de los camilleros muestra un hecho que va a cambiar el enfoque inicial: el cuerpo está cortado por la mitad y las dos mitades, aunque de mujer, no se corresponden. No hay un cadáver sino dos.
La mitad de arriba pertenece a una juez estadounidense,
conocida por su proclamada posición contraria a la inmigración ilegal; la mitad
de abajo podría pertenecer al de una joven mexicana.
La policía estadounidense Sonya Cross contacta, muy a su
pesar, con el detective mexicano Marco Ruíz (Demián Bichir) para establecer una
cooperación que satisfaga los intereses de ambas dependencias y den pronta solución
al caso criminal.
Sonya Cross |
La causa: un lamentable suceso criminal que freno su
crecimiento emotivo y ocultó sus sentimientos en una caja cerrada de la que se
perdió la llave; por eso en el terreno de las relaciones resulta arisca en su
manera de expresar sus convicciones, por su brutal e ingenua sinceridad. Aspectos
que le dificultan resultar cordial a pesar del conocimiento que tiene de las
consecuencias de sus actos, de sus esfuerzos por superarse y de su búsqueda
incesante de la aprobación de su superior, el teniente Hank Wade (Ted Levine,
de la serie 'Monk') que sustituye a la figura paterna.
Marco Ruíz |
A pesar de la disparidad de caracteres y de enfoque
vivencial de ambos detectives, la tirante relación inicial dará paso a un
entendimiento mutuo de aceptación personal, amplia comprensión y gran capacidad
resolutiva en el terreno profesional.
El avance en la investigación expone la posibilidad de que
detrás de todo esté la mano de un atípico serial killer, cuanto más interesante
porque no responde a ninguno de los perfiles habituales y lo que lleva a la
policía a pensar que en sus actos existe algo más, algún tipo de mensaje a
descifrar y no solo una necesidad patológica de infringir el mal.
Ambos detectives deberán sortear circunstancias e
impedimentos formales como la presencia del FBI, la corrupción dentro del
cuerpo, los intereses de los cárteles en prostitución, en narcotráfico, en las desapariciones de chicas jóvenes, en el
tráfico de inmigrantes, configurando una red de tramas y subtramas argumentales
que van dando cuerpo a una situación compleja e interesantísima con muchos
hilos de los que tirar.
La serie ahonda en esos hechos que suceden cada día, y que
son triste noticia en periódicos y en televisión, y que en el argumento no solo
se mencionan sino que pasan a convertirse por derecho propio en protagonistas
de la serie tan importantes o más que los propios actores. La autenticidad lingüística
mantenida por encima del doblaje refuerza esa intencionalidad y lo consigue.
De ahí que The bridge sea una serie con poca ficción y mucha
veracidad ficcionada, poco o ningún parecido guarda con las otras series
glamurosas, que cuidan su estética y la de sus protagonistas: luces brillantes,
ropa de marca e imágenes para enmarcar. Si hay que encontrarle algún parecido
habría que buscarlo en el espejo de The Wire.
Es una serie sin concesiones, dura en lo que cuenta y en
como lo cuenta, por eso no deja indiferente y por eso atrapa, porqué lo que se
ve no parecen decorados con candilejas, ni lo que pasa parece sacado de la
imaginación de un guionista, sino copiado de la vida real.
The bridge se asemeja más a un documental que a un guión
premeditado hasta el mínimo detalle. Más a un reportaje callejero, que no se
sabe por dónde va a seguir, con movimientos de cámara esquivos como si quien
filma no quiera ser visto, ni identificado, porqué mostrar al mundo según que
tiene su precio.
Así Steven Linder, Eva Guerra, Charlotte Millwright, Fausto Galván, la joven
periodista Adriana, su madre y hermanas, y el veterano redactor Daniel Frye,
entre otros protagonistas secundarios no son sino encarnaciones de miles de
voces anónimas; son actores que prestan su cuerpo y su voz a la denuncia: es
una forma de poner rostro a la vida y a la muerte.
Sonya y Marco son la columna vertebral de la serie, junto
con el teniente Hank Wade. Todos absolutamente creíbles, naturales en sus actos
y en sus gestos y comedidos cuando por exigencias del guión se les requiere
mayor histrionismo.
Tampoco sus guionistas Meredith Stiehm (Homeland) y Elwood
Reid (Caso abierto) son cualesquiera. Pesos pesados para una gran producción
de la que se espera mucho en su próxima segunda temporada. Para más información, la web del Canal FX
(cuidado hay información spoiler).
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