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miércoles, 17 de junio de 2015

Monteperdido de Agustín Martínez

Monteperdido es una prisión sin puerta
para sus habitantes
Como ya se han encargado de airear los blogs generalistas, no descubro nada si empiezo este post contando de que va el argumento de Monteperdido: cinco años después de que las amigas de once años de edad Ana y Lucía desaparecieran al salir del colegio y no llegar a sus casas, reaparece Ana, malherida pero viva, ahora con dieciséis años, en la escena de un accidente de coche junto al cadáver del conductor.

Premisa estimulante que consigue atrapar la atención desde el principio y que abre un sinfín de posibilidades de hacia donde avanzará la trama; obviamente la primera pregunta para todos es: si ha aparecido Ana, ¿dónde está Lucía?

Y ¿quién? ¿Cómo? ¿Por qué?

Monteperdido es un pequeño pueblo del Pirineo oscense encogido entre moles de piedra que sobrepasan los tres mil metros de altura. Montañas de cimas nevadas y aspecto áspero y desafiante que esconde entre sus gargantas y sus desfiladeros pueblos pequeños habitados por gentes de aspecto áspero y desafiante. La naturaleza forja el carácter de las personas a su imagen y semejanza.

Los pueblos encerrados en si mismos tienen el inconveniente de que lo malo se enquista. Y el mal precisa alimentarse para seguir vivo y por ello cuesta mucho olvidar rencillas y superar desacuerdos. Algunas relaciones humanas en un espacio reducido tienden a agriarse como un vaso de leche al sol.

Los habitantes de Monteperdido, que no olvidan la desaparición de las niñas, se muestran sorprendidos ahora por el regreso de una de ellas. Pero sorpresa no es sinónimo de felicidad y por eso los recelos y las sospechas que un día sacudieron la convivencia vuelven, como lo ha hecho Ana, para instalarse de nuevo en el pueblo.

El inspector Santiago Baín y la sub inspectora Sara Campos son los forasteros encargados de la investigación. Son los que reabren viejas heridas al considerar de nuevo a todo el pueblo como posible sospechoso. Son los que revisan antiguos interrogatorios y coartadas y a su vez son blanco de desprecio y desconfianza.

A sus órdenes está el cabo Víctor Gamero, jefe del puesto local de la Guardia Civil, los otros agentes y también los habitantes de Monteperdido, incluida Caridad.

Caridad es una mujer ya mayor que padece insomnio y un personaje interesante en la estructura narrativa de la novela. Sus breves apariciones tienen la capacidad de introducir fracciones en la línea argumental que seducen por su lógica y su naturalidad más elemental y permiten seguir avanzando.

Agustín Martínez, el autor
Agustín Martínez presenta un thriller noir centrado en las relaciones humanas que se establecen en una prisión al aire libre sin puertas como lo es un pequeño pueblo enclavado en una hendidura montañosa.

Y lo escribe con capacidad literaria alejada del redactado efectista del best seller. La novela funciona de forma correcta en la modulación de los tempos y en la dosificación del suspense y es una lástima que no se alcancen a explorar hasta el fondo los abundantes matices de complejidad psicológica que presentan los personajes femeninos que son mayoría y absolutamente determinantes.

Thriller noir psicológico page-turner con ritmo de serial televisivo que, de capítulo en capítulo, como si de episodio a episodio se tratara, va desgranando miguitas de pan en ese tortuoso sendero montañoso por donde transcurre la también tortuosa novela para mantener cautiva la atención en la lectura y desear culminar el recorrido para conocer el final: sorpresivo y digno de un thriller de esas características.






2 comentarios:

  1. Suena bien. Me recuerda en parte al argumento de la serie Punta Escarlata, que no estaba nada mal para lo que se estila por aquí. Le echo un vistazo al primer capítulo.
    ¡Un placer leerte como siempre, Jordi!

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    1. En cuanto a parecido con series (y eso si salvando distancias) la emparejaría más con Bajo sospecha y un poco también con Broadchurch (por mencionar más recientes). La novela es de este estilo: sospechar de todos para descartarlos y volver a sospechar a raíz de nuevos indicios.
      Saludos!

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