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martes, 19 de julio de 2016

Velvet Antes del gran final de Ed Brubaker y Steve Epting

¿Y si Moneypenny fuese más letal
que James Bond?
El cómic Velvet: Antes del gran final es un interesante, complejo y largo thriller de espionaje ubicado en la Europa de la década de 1970, cuando la guerra fría favorecía aún más este tipo de actividades y toma el nombre de su protagonista Velvet Templeton.

Velvet Templeton, una mujer de esa edad madura que se supone que alcanzas cerca de los cincuenta y que se mantiene en forma tanto intelectual como físicamente. Actualmente es la secretaria del director Manning de la Agencia de Espionaje ARC-7 que enrola a operativos X súper secretos, uno de cuales, sino el mejor, acaba de ser asesinado.

Mal negocio que maten a un agente y si las circunstancias inducen a creer que quien lo hiciera tuvo acceso a información privilegiada y las sospechas se orientan a la propia organización aún peor.

Velvet participa de la investigación resaltando con rotulador párrafos del dossier del asesinado Jefferson Keller agente de campo X-14, cuando descubre algo que podría ser relevante y que lo relacionaría con el agente X-02 con quien decide hablar para contrastar la información.

Lo que no sospecha es que pueda ser una trampa y menos aún que alguien ha decidido colgarle el muerto, o más de uno y hacerla pasar por culpable.

Pero quien sea que esté detrás no sabe que ella tiene también un secreto y es que bajo la apariencia de una eficiente Moneypenny, existe quien fuera uno de los mejores operativos que tuvo la agencia y está dispuesta a plantar cara a sus perseguidores descifrando un asesinato que, ya no tiene duda, ha sido orquestado desde dentro.

Velvet Templeton en su papel de eficiente secretaria
Velvet: Antes del gran final es un cómic trepidante que le da a una agente femenina el papel estelar que la tradición ha reservado para hombres. Ian Fleming, que sin duda hubiera firmado el título, no firmaría que su Bond, James Bond fuera una mujer, ni con esa edad, cercana a los cincuenta, en la que incluso a las actrices les cuesta conseguir dignos papeles, ni que fuera tan letal como su creación masculina, ni que emplee su propio criterio en materia de seducción y se rija por su propia moral.

Velvet Templeton en su papel de agente X
Ed Brubaker ha volteado los cánones y se siente a sus anchas escribiendo un guión lleno de dobleces, acciones arriesgadas y peligrosas y muchos disparos y muertos: la vida del espía es así; sea del sexo que sea. Brubaker disfruta moviendo la acción por distintos países europeos y a lo largo del periplo aprovecha para irnos contando retazos de la vida de Velvet Templeton; una personalidad muy interesante y para nada infalible.

Steve Epting aporta ese dibujo realista tan común en los cómics americanos y en el que él destaca especialmente. La ubicación temporal de la década de 1970 le obliga a ser muy cuidadoso con los fondos, tanto de interiores como de ciudades y primar la figura humana y las expresiones faciales. Como cuando en el cine los protagonistas, los extras y los escenarios eran de carne y hueso y no proyecciones en croma. También y para ajustarse a esa década de nulo componente tecnológico, emplea recursos gráficos en sus páginas para contextualizar pensamientos e información en off propios del diseño de la época. El resultado es tener en las manos un cómic ambientado en los 70 y dibujado como en los 70.

Elizabeth Breitweiser sobresale coloreando sin cubrir el dibujo, algo que se dice rápido y que se tarda más en conseguir, y con una paleta muy variada, aunque predominen los tonos oscuros como toda trama con secretismo que se precie, recrea la atmosfera adecuada a cada escena.

En conjunto Velvet: Antes del gran final es un cómic de espionaje muy estimulante que invita al lector a ir entendiendo las situaciones que se describen a partir de informaciones que pueden pasar desapercibidas en lectura apresurada y que en una segunda revisión se revelan en toda su plenitud.

Recordemos que la lectura de un cómic requiere mayor tiempo y atención que con una novela; aunque por el hecho de tener dibujos parezca lo contrario.

Estamos ante una serie que promete emociones.

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