Y es que a partir de cierta edad los defectos y las
virtudes tienden a encontrarse y no a enfrentarse y quien no se ríe de sí mismo
quizás ya no tenga tiempo de hacerlo.
La vida te permite recordar cuándo fue la primera vez de
algo, pero no te da pistas de cuándo puede ser la última.
Elizabeth es una mujer decidida y con capacidad de
liderazgo que esconde un pasado vinculado al servicio secreto; Joyce es una
viuda reposada, ex-enfermera, de apariencia ingenua pero de mente ágil y gran
capacidad de síntesis; Ron es un antiguo activista sindical que no ha perdido
capacidad oratoria ni facilidad para analizar situaciones e Ibrahim, que, como ex-psiquiatra,
mantiene intactas sus facultades para interpretar reacciones y comportamientos.
Y todos sobrados de ingenio y energía.
Un equipo, donde las mujeres son las piezas fuertes, que se
entretiene en investigar casos policiales antiguos hasta que se les presenta
uno calentito y a las puertas de su casa. Magnífica ocasión que no hay que
desaprovechar y en nada consiguen convencer a los policías Chris y Donna para
establecer una relación que beneficie a todos y ayude a resolver los crímenes
(después del primero siguen más) lo más rápido posible.
A ninguno de los cuatro les asusta estar delante de
personas muertas, a su edad es una constante y un desenlace asumible, pero
estar ante un asesinato sí que debería. Y tampoco. Al contrario, les resulta
estimulante y conlleva una mezcla de emociones que les revitalizan, aún más.
Richard Osman desarrolla una intricada trama, cuidadosamente sembrada de pistas falsas, adarves y trampantojos que funciona como un reloj; pero lo mejor son las caracterizaciones de su carismático elenco de personajes y su forma de entender y sobrellevar los agridulces momentos que les ofrece la vida.
Resulta una lectura tan agradable, fácil e intensa como repleta de
humor, ternura y suspense. De principio a final donde todo cuadra. Tanto la
trama principal como las distintas subtramas tienen perfecto cierre. Y si bien
arranca con fuerza no solo no decae sino que acaba mejor que empieza y esto,
hoy en día, es un lujo al alcance de poca gente que escribe.
Disfrútenla sin complejos. Y vayan ahorrando y pidiendo plaza para Cooper’s
Chase que seguro que hay lista de espera.
Ah! el autor ya trabaja en una segunda entrega. Ojalá salga pronto.
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