La música de los huesos es una novela negra millennial, escrita por una autora millennial, protagonizada por personajes millennial y dirigida a un público no solo millennial sino preferentemente femenino. Y si no millennial por calendario si por su fondo y su forma.
Y es que la novela negra millennial tiene en autoras su
principal exponente, parece que los autores jóvenes no acaban de estar por la
labor.
Y esa corriente genera un cambio de paradigma en el género que no se podrá analizar hasta que hayan pasado unos cuantos años. Por ello mismo nombrarla como novela negra es erróneo, aunque sea el modo en que editoriales, librerías y lectores hayan convenido comunicarse de forma consensuada.
La novela negra millennial tiene mucho de millennial y poco o nada de negra. Y La música de los huesos es el hibrido resultante de intentar mezclar novela negra, policiaca y thriller con un ritmo ágil y fresco adecuado a los tiempos actuales y buscando un nuevo público lector que viene de leer otras fuentes y por tanto no comulga con los popes del género que, le son ajenos e impropios.
La trama gira alrededor de las peripecias vivenciales de Anne, una
joven que decide renunciar al sueldo fijo de su trabajo, que entiende
coercitivo de sus capacidades creativas, y busca reencontrar su camino
alejándose de la urbe. Y decide alojarse en una vieja e indiana casona familiar
que además de recuerdos y reencuentros le traerá preocupaciones y serios problemas.
La música de los huesos es una historia tiovivo donde giran los personajes y sus
vivencias esperando que cese la música y se detenga el movimiento.
La letra la pone una redacción pulida y correcta, en
construcción e intención, aunque mermada de literatura por abuso de frases
cortas que la acerca peligrosamente a un largo hilo. Pero una vez más responde
a la adecuación a los nuevos tiempos. Que deleitará a quienes se acerquen a la
lectura viniendo de redes y que no aceptará quien venga de la tradición
lectora.
La trama va avanzando merced a un desarrollo capitular alterno
en doble tiempo, pasado y presente, excesivamente habitual últimamente. El
relato en primera persona favorece lo que parece la inclusión de pensamientos
propios de su autora que ayudan a hacer aún más real a la protagonista.
Capítulos titulados con nombre de canción, conforman la banda sonora, la soundtrack, si se desea acompañar la lectura o tenerla como lista de escucha permanente. Para alguien, como la autora, Nagore Suárez, que ha triunfado en redes sociales, es fundamental asegurarse la presencia en todos los ámbitos posibles.
Hoy en día no basta con escribir, hay que moverse en muchos
frentes y solo los que lo logren sobrevivirán en ese mundo tan exigente y tan
poco recompensado de la literatura.
Una novela que tendrá su público y a veces, como tener likes en las redes, con eso basta. El
otro público encontrará que no responde al eco propagandístico ni mediático
otorgado y que se echa en falta el punto rompedor que debería contener por consonancia
histórica de una generación que pide su espacio.
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