El cuerpo de un político, un
edil municipal, se ha encontrado desperdigado a trozos después de que lo
embistiera un tren y le corresponde a la Ertzaintza, y en concreto a la
inspectora Maialen Guevara, dilucidar si es uno u otro. Suicidio o asesinato, ya que no cabe el accidente.
Pero igual que no se debe
mover una piedra en el desierto, so pena de encontrarse un huésped dañino, no
debería abrirse una investigación sin tomar precauciones. De ahí el título. No
toda la mitología es mito.
Maialen y su compañero van a
recibir una ayuda inesperada de una detective privada madrileña cuya
investigación podría tener elementos en común. Con lo que el abanico va
abriéndose lentamente para mostrar entre varilla y varilla la sección de país que muestra el dibujo en toda su ominosa magnitud.
Pandora es una novela negra en
la que lo dañino está más en lo que se infiere que en lo que salta a la vista y
es que el argumento de Pandora tiene base real y, tal vez por eso, remueve aún
más el interior de quien se acerca a su lectura.
Pandora es una novela negra
que denuncia, sin ambages, el execrable comportamiento de pederastas y
pedófilos, que se mueven entra las sombras del internet oscuro; y el rechazo a
mujeres lesbianas, especialmente en cuerpos y fuerzas de seguridad.
Y les pone el acento y la
tilde para que quede claro que ahí están: uno para ser penado severamente en
aras de su erradicación y el otro para ser integrado con total normalidad sin
atisbo de reticencia.
Y lo hace sin perder un ápice
su intención de entretener y emocionar, prueba superada, al tiempo que incita a
la reflexión sobre el comportamiento de la especie humana. Esa que siempre está
presta a medir con doble rasero optando a cum laude de hipocresía.
Jesús María Sáez, hábil compositor de distintas melodías, como el cosmopolita thriller Siberia o la novela negra Poniente, ambas reseñadas en este blog, ofrece ahora una nueva novela negra tratando temas que la sociedad parece no querer afrontar.
Lo hace con un redactado de estilo directo que facilita una lectura rápida y comprensible y dando vida a unos carismáticos personajes con los que es fácil solidarizarse.
Hay una buena puesta en escena del procedimiento policial y de las relaciones personales dentro y fuera de la profesión, que da cohesión al conjunto, alejándose de esa imagen preconcebida de la soledad que acompaña al elenco policial.
Y para quien desee una inmersión más completa, el autor sugiere acompañar la lectura de, algunos capítulos con banda sonora y para ello aporta un código QR.
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