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jueves, 18 de mayo de 2023

El Crimen de la Habitación 12 de Anthony Horowitz

Estamos ante una novela sin fisuras, que no deja ni el más mínimo cabo suelto, que despliega una trama con derroche de imaginación y que resuelve el misterio a tres niveles. Estamos ante la joya de la corona del género policiaco-detectivesco de este primer semestre y probablemente de todo el año.

Anthony Horowitz es el autor de esta entramada y entretenida novela en la que todo tiene su razón, su motivo y su utilidad en algún momento. Es una obra de artesano hecha a medida; nada de producto industrializado y seriado.

El Crimen de la Habitación 12 plantea un misterio a modo de los publicados en la Edad de Oro de la novela policiaca, no estamos pues ante una novela negra. Vaya esto por delante. Lo que el autor ofrece es una inteligente revisitación a los clásicos británicos.

Y lo hace con un libro que despliega el misterio de una desaparición y, con su personal estilo, muestra el avance de una investigación que va mostrando los hilos con los que se va tejiendo la resolución.

Hilos que se muestran en el libro y, además, en su interior, y por tener relación con dicho caso los que contiene una novela completa que se incluye con su crimen, su policía y su detective, y que a su vez contiene un relato corto completo.

Pero no estamos ante la técnica narrativa de las muñecas rusas o las cajas chinas, sino con piezas relevantes, directamente relacionadas y claves para la resolución del caso actual y principal: la desaparición de Cecily.

Al parecer Cecily habría podido descubrir, leyendo la novela Atticus Pünd acepta el caso, un error policial acaecido 8 años atrás y estaría dispuesta a destaparlo.

Como fuera que el escritor de esa novela, Alan Conway, falleció, los padres de Cecily acuden a quien fuera su editora, hoy viviendo en Creta retirada del negocio de los libros, como mejor conocedora de la obra para que participe en la investigación y descubra que pudo leer Cecily para acreditar su teoría y saber su paradero.

La capacidad de Horowitz para crear los personajes del libro y la novela que guardan similitud, pero no evidencia; para adaptar la escritura y la narrativa al tiempo presente y pasado del libro y de la novela según suceden los acontecimientos; para dar constantemente pistas, presentes, pero no evidentes; y para resolver el caso con tres niveles de profundidad, es sorprendente y demuestra un gran ingenio y un gran conocimiento de técnicas narrativas.

Algo que suele darse cada vez menos y que hace que encontrar una obra así sea un lujo para quienes amen la literatura policiaca-detectivesca y un placer para quienes gusten de una buena lectura en general.

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