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domingo, 23 de febrero de 2014

Ciudad del Sol de David Levien

Se ha dicho y repetido: los padres no deberías jamás sobrevivir a los hijos. Y Paul y Carol son unos padres que se encuentran en la terrible disyuntiva que supone empezar a asumir que su hijo quizás haya muerto. Aceptarlo supone dar un portazo a la esperanza, algo en lo que no están dispuestos a ceder.


Ciudad del Sol es una magnífica novela negra que se inicia con la desaparición la mañana de un 24 de octubre de un niño de poco más de doce años mientras realiza su recorrido matutino en bicicleta repartiendo periódicos en un barrio de clase media alta de la habitualmente soleada Indianápolis.

El tiempo transcurre sin noticias, las investigaciones no avanzan, la desesperación de los padres va en aumento, su vida de pareja se deteriora, sus idelaes como personas se deshilachan, todo empieza a carecer de razón de ser y solo hay un motivo para seguir viviendo: saber de su hijo.

La novela recupera la figura tradicional, y se agradece, del detective integro de novela negra clásica que exorciza sus propios demonios dando caza a los de los demás y para el que no existe otra ética que la que contrae con su cliente, por encima de sus propios deseos o necesidades; por lo que no hay límites en los medios a emplear. Ni legales ni morales.

Es una novela magnífica en su planteamiento clásico de investigación retrospectiva: lo sucedido se investiga desde años después del suceso; cuando, según dicen los que entienden, las pistas ya están frías.

Hereda también del clasicismo la figura y maneras del detective Frank Behr que actúa con pasional entrega lírica; y también un meticuloso tempo de avance en el desarrollo de la trama en el que cada nueva pista genera esperanza y a la vez un terrible y escalofriante presentimiento.

Pasadas las tres cuartas partes, la novela cambia su ritmo pausado y analítico para pasar a visceral y con ello consigue mayor velocidad para convertirse en trepidante y adictiva hasta su final.

David Levien ha escrito una novela minuciosa en las interiorzaciones de los actos de los distintos protagonistas, y en sus pensamientos, para ofrecer al lector la posibilidad de experimentar las emociones de tan amarga situación; y lo consigue, consigue que sintamos la misma impotencia y la misma rabia y que lo pasemos igual de mal.

David Levien retoma la esencia de la novela negra y la actualiza sin traicionar sus intenciones primeras en las que la denuncia de lo podrido y de la ineficiencia de los valores fácticos y la libertad de tomarse la justicia por la propia mano no son sino el llevar a la práctica pensamientos que muchos inhiben pero que no por eso dejan de tener.

Este revival no tiene nada de nostalgico y si mucho de integridad. Un retorno a los valores que encumbraron el género.

En la novela hay música para acompañar unas jóvenes en un escenario de barra vertical de striptease:

Cherry Pie, para captar la atención.
Mr. Brownstone, para seducir.
Don`t close your eyes, para calentar.
Home sweet home o Don't know what you got, para el mutis.

8 comentarios:

  1. Esta novela no ofrece dudas que te ha gustado, sin leer entre líneas (tu comentario). Así que como fiel lectora tuya y experta en leerte, ya te digo, entra líneas,pienso entrar en ella a ver qué pasa.

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  2. Concuerdo con Anónimo al cien por cien. :)

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  3. Desde que salío no dejo de ver buenos comentarios de la novela. Es de esas que tienes apuntadas para abordar un día que te tropiezas con ella.
    Buena reseña compañero.

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  4. Curiosamente la adelante, así como mil puestos ;), en mi lista de pendientes sin haber leído ninguna crítica y desde luego no me defraudó. Buena novela!

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    1. Curiosa la gestión de pendientes: yo también siempre hago trampa!
      Gracias por comentarn y no dejes de hacerlo.

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