Páginas

domingo, 9 de junio de 2019

Detectives victorianas: las pioneras de la novela policíaca por Michael Sims

Un homenaje a esas precursoras que
son el eslabón fenotípico entre las
mujeres de antes y las de ahora.
Detectives Victorianas, contra lo que pueda parecer, no fueron un grupo de mujeres dedicadas a la investigación criminal en la época/o bajo la supervisión de la Reina Victoria de Inglaterra. No, nada de eso. Detectives Victorianas ofrece aventuras de mujeres ficticias, aunque imbuidas de realidad, que se dedican a resolver crímenes, porque para eso no es indispensable tener colgajos sino sentido común, capacidad de análisis, dotes de observación y un punto de osada irreflexión (si quieres resultados distintos, haz cosas distintas).
También ayuda la poca atención que recibe la mujer de su época en un entorno masculinizado lo que permite moverse, con discreción, a su antojo y su facilidad por empatizar y ser recipiente de confidencias.
Detectives victorianas es un homenaje a esas precursoras, a esas advenedizas, respondonas, contracorrientistas y exigentes de igualdad de género que son el eslabón fenotípico entre las mujeres de antes y las de ahora luchando siempre contra la opresión en todos los frentes y que a un nivel íntimo se tradujo en suprimir los corsés como años más tarde caerían los sujetadores. Bad Girls!
Detectives victorianas: las pioneras de la novela policíaca es una recopilación de once relatos policiacos protagonizados por mujeres como detectives por oficio u afición. Es un viaje al pasado que desmerece el presente ya que su irrupción y sus demostraciones hacían presagiar un futuro apuntaba más alto. Es una recriminación a la poca empatía del ser humano, del hombre básicamente, que sigue discriminando por género, entre otras razones. Es un empuje al sufragismo que alcanzó el voto y hoy debería ser razón de estado.
Poner en duda lo que siempre
nos han dicho que es serio.
No hay que leer solo a Detectives Victorianas por su contenido policiaco y por su generosa intriga, que sí y que se disfruta mucho salvando la época; también hay que leer entre líneas y constatar la dificultad de la mujer por ejercer en un mundo dominado por hombres (¿les suena?) y más en profundidad comprender que en las lecturas de esos relatos hay mucha sociología: hay la narración en tiempo real de la evolución de un mundo que, hoy nos parece lógico y normal pero entonces, cambiante, era la revolución de las cosas, bonitas, puesto que eso eran las mujeres, poco más que adornos que lucir; la evolución de un mundo patriarcal y condescendiente (¿les suena?).
Una ficción que resulta premonitoria. Hay que remontarse a 1860 para conocer los primeros escarceos en el mundo criminal con mujeres detectives; hasta 1883 para encontrar una mujer en el cuerpo de policía con poca relevancia y esperar hasta 1918 para encontrar la primera agente, operativa, de policía en Scotland Yard.
Michael Sims ha hecho su selección, otros, otras, la hubieran hecho distinta; es así y siempre será cuando haya subjetividad, pero hay que reconocerle elevado grado de acierto en el índice confeccionado.
Como todo compendio consigue su fin pero no evita que unos relatos destaquen más por su apasionamiento y otros por su suspense, algunos por su intrincado planteamiento o por sus perfilados protagonistas, y todos alardeen, sin saberlo, de unos argumentos entretenidos y magníficos retratos sociales que ya muestran los síntomas que han hecho de la novela policiaca una enfermedad que gusta padecer.
Un compendio que se sustenta en estos 11 relatos:
  • La condesa misteriosa, W. S. Hayward.
  • El arma desconocida, Andrew Forrester hijo.
  • Dagas dibujadas, C. L. Pirkis.
  • El brazo largo, Mary E. Wilkins.
  • El asunto de la puerta de al lado, Anna Katharine Green *
  • El hombre de los ojos feroces, George R. Sims.
  • La aventura de la anciana quisquillosa, Grant Allen.
  • Las muescas del bastón, M. McDonnell Bodkin.
  • El hombre que me cortó el pelo, Richard Marsh.
  • El hombre que tenía nueve vidas, Hugh C. Weir.
  • La segunda bala, Anna Katharine Green.
Solo una pregunta, habida cuenta del motivo del compendio y habida cuenta de las distintas sensibilidades ¿por qué la selección la hace un hombre? ¿Por qué no se han seleccionado solo escritoras?

*No es un relato autoconclusivo y no debería formar parte de este libro.

2 comentarios:

  1. Esto suena a joyita y más avalado por ti.Intentaré encontrarla y seguro que la disfruto y bendigo tu recomendación.
    Te comentaré.
    Un abrazo negro y criminal(La sombra de Paco Camarasa es alargada)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que leerlo desde la condescendencia, no en vano sus edades están cercanas a los 150 años.
      Un beso!

      Eliminar