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domingo, 24 de abril de 2022

Lágrimas de ceniza de Rubén Aído Cherbuy

Un viaje al pasado siempre busca respuestas. Nadie remueve el cuchillo clavado, sabiendo que le va a despertar el dolor dormido, sino es por una causa mayor.

En la literatura de suspense se recorre al ayer para explicar la situación del hoy, buscando por qué, sabiendo que tal vez no haya un mañana.

Jason Chapman inicia ese recorrido sabiendo que necesita exorcizar viejos fantasmas que le arrebataron su adolescencia, rompieron su familia y le condenaron a un exilio forzado. Nada se puede ya evitar, pero si saber por qué le tocó a él sufrir la pérdida de su hermano, de su familia, de su vida y de sus proyectos.

Su hermano gemelo fue acusado de unos gravísimos asesinatos y desapareció al poco de que se descubrieran; ahora, dos décadas después del suceso, acaba de ser encontrado. Muerto. Tantas preguntas sin respuesta a no ser que alguien todavía pueda aportar luz. Y para eso hay que regresar a Thornwick, donde pasó todo. Dónde todo empezó.

Para Jason, Thornwick, el pueblo de su infancia, no es un regreso a una niñez feliz, es un descenso al infierno y no va a tardar en darse cuenta.

Rubén Aído Cherbuy ha entrelazado una intrigante historia aunque no haya podido sustraerse a los tópicos propios de este subgénero psicológico de suspense: el miedo en una comunidad rural cerrada, el ascendente de una personalidad fuerte sobre otras más débiles, el temor de Dios… un relato más propio del siglo XVIII que encuentra acomodo en nuestros días sin perder autenticidad.

Los personajes están construidos desde su pasado, lo que les da cuerpo y consistencia, y ha sabido dosificar la información para ir sabiendo más de cada uno a medida que avanza el relato. Lo que mantiene en vilo la duda sobre en quien confiar.

Lágrimas de ceniza es un thriller de suspense que cuenta con la habilidad de ir desmontando las hipótesis que se van elaborando en la lectura. A la que algo se da por sentado viene un giro que supone una visión distinta, desde otro ángulo; una nueva explicación a unos hechos que parecían irrefutables.

Las cenizas de un fuego pueden quedarse pegadas en las mejillas si estas están húmedas por las lágrimas. Y en esta novela hay muchas lágrimas y muchas cenizas.

martes, 19 de abril de 2022

El diablo en cada esquina de Jordi Ledesma

En otros tiempos la sabiduría popular clasificaba las novelas como del oeste, de guerra, de amor y de tiros. La intelectualidad las identificaba por géneros: western, bélico, romántico y policiaco. Pero en cualquier caso todos estaban de acuerdo en entender el significado de muere hasta el apuntador.

El diablo en cada esquina es una novela negra de tiros y de muertos, muchos. Muere hasta el apuntador.

Esteban acepta un par de encargos, nada raro, habituales, con los que ir costeando su vida. En uno de esos tiene que conseguir algo que le está aguardando, lo que no sabe es que no es el único que lo quiere.

Y de repente el mundo se pone cabeza para abajo y ya no hay donde agarrarse. Y lo peor es que sigue girando. A partir de ese momento el caos se apodera del control y cada nueva decisión despliega más descontrol y la suma de personajes no hace sino avivar el despropósito en el que unas vidas anodinas, pero que iban tirando, de repente se ven abocadas a una espeluznante lucha por sobrevivir.

El diablo en cada esquina es una novela negra aséptica y quirúrgica. Fría, dura, insensible, despiadada, violenta y sin retorno, como un cuerpo congelado.

Leerla es como penetrar en una morgue y rodearse de cadáveres. No hay espacio para la vida ni concesión alguna a la duda. Los protagonistas saben muy bien lo que quieren y saben que si entran en una morgue y no son conscientes de ello es que ya están muertos.

Jordi Ledesma muestra a sus personajes tal como son: piedras con piernas, brazos y cerebro. Las despoja de toda sensibilidad y les extirpa los sentimientos. Solo son humanos que satisfacen necesidades básicas y vicios por los que mentir, robar y matar. Son los que viven al otro lado, en el oscuro.

Personajes que andan por las calles y se mueven por bares y restaurantes con gente corriente. Y es que Jordi Ledesma no ha ido a buscar gente especial, simplemente se ha asomado por la ventana y se ha fijado con quien se cruza por la calle y ha sabido ver la desesperación de quienes habitan en el lado oscuro y los ha inmortalizado en esta novela simpar.

Leerla es aceptar su invitación de darse una vuelta por el lado salvaje de la vida take a walk on the wild side

El autor relata de donde viene cada uno de los protagonistas principales hasta llegar al momento actual en que se van a ir presentando y vamos a acompañarles, cámara al hombro, en permanente movimiento, por senderos de maldad hacia destino incierto. Sus destinos están escritos y algunos se cruzarán para descruzarse a continuación o bien para fundirse en uno solo.

Esteban, Dulce, Jorge y Santi viven su presente a diario aunque todos sueñen con un futuro. De conseguirlo o no depende de tomar las decisiones correctas algo tan difícil como jugar al escondite con los ojos vendados: todo se reduce a cuestión de suerte.

Lean esta, magnífica, novela y sientan lo afortunados que son al terminarla, y seguir vivos, y cerrar lo que solo es un libro. ¿Sólo?

 

lunes, 18 de abril de 2022

Por encima de mi cadáver de Jeffrey Archer

Jeffrey Archer fue atleta de 100 metros lisos, y es ex-vicepresidente del Partido Conservador de Reino Unido, lord británico y escritor superventas.

En su currículum cuenta casi con más escándalos: financieros, mediáticos, sexuales y políticos, incluida su estancia en prisión, que libros publicados; aunque si hay que reconocerle la facilidad que tiene para el relato fluido y tramas imaginativas que han rendido el público lector ávido de literatura best-seller y preferencia feelgood.

Por encima de mi cadáver relata la obsesión del inspector jefe d’Scotland Yard William Warwick por alguien que hace poco falleció: el millonario coleccionista de arte Miles Faulkner, condenado por falsificación y robo. William tiene un pálpito que le inquieta y es la sospecha de que Miles fingió su propia muerte y que ahora se pasea tan campante gastando su dinero y disfrutando de su magnífica colección.

Así para despejar su inquietud William en complicidad con su esposa y su equipo policial tiende una astuta trampa para que Miles, si es que está vivo, se descubra.

En paralelo su unidad trabaja en otros casos difíciles de cerrar y que en algún caso se precisaría un golpe de suerte o un saltarse la línea para poder hacerlo. Tantos frentes abiertos dan pie a cortas subtramas que no dan respiro ni al equipo ni al lector.

La novela salta de un escenario a otro con una rapidez sorprendente. Empieza en un crucero de placer, engañoso ya que hay que resolver un asesinato, hacia Nueva York; continua en Londres, viaja por Europa, por Gran Bretaña, vuelta al continente y así en un sin parar propio de la caza del gato al ratón en una serie de dibujos animados, cumpliendo con todo el entretenimiento que se le supone.

Una novela con erudición pictórica y detalles de bon vivant, aportados por el propio autor y unas relaciones interprofesionales entre departamentos que conoce por haberlas cultivado en su etapa política.

Todo esto le sirve, como es habitual en su obra, para deslizar una ágil, ligera e ingeniosa trama sin otra pretensión que posibilitar un rato de lectura amable y divertida con giros y sorpresas.

Por encima de mi cadáver es una novela que lleva inconfundiblemente el ADN de su escritor Jeffrey Archer y que no defraudará a sus habituales y seguro conseguirá añadir de nuevos.

lunes, 11 de abril de 2022

La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana

Bajo esta largo y evocador título encontraremos una serie, como no, paródica del genero criminal. Un domestic noir de manual que consigue distanciarse del encasillamiento que le presupone la etiqueta gracias a su sentido del humor.

Anna (la actriz Kristen Bell) es una mujer joven a la que un escalofriante suceso le arrebató la vida de su hija, rompió su matrimonio e hizo añicos su vida que intenta recomponer pegando los trocitos que va recuperando.

Tiene por compañía vino a copas, una detrás de otra, y ansiolíticos y antidepresivos. Aún suele cocinar su famoso gratinado de pollo aunque ya no tenga quien lo deguste y alabe; y ha abandonado en el desván sus útiles de pintora truncando así lo que prometía ser un brillante futuro artístico. Sus aptitudes culinarias y artísticas relegadas a simples manualidades de escuela.

Pero he ahí que nuevos vecinos en la casa de enfrente vienen a alterar su rutina y a despertar motivaciones dormidas para seguir teniendo ilusiones.

Ilusiones para reactivar pulsión de vida, ya que tan pronto siente un impulso sexual irresistible como uno maternal inenarrable. Y ver un asesinato desde la ventana del salón, remedo con gaseosa de La Ventana Indiscreta, y contarlo a todo el mundo sin que nadie te crea, no solo no ayuda a la estabilidad psíquica y emocional, sino que o te hunde en tu depresión o te levanta el ánimo.

La serie, sembrada de cadáveres, tiene una vis cómica de claro humor negro que no solo se manifiesta constantemente en pequeños detalles sino en el tono general y especialmente en los dos finales: el que cierra el arco argumental y el que da pie a un continuará.

El almacenamiento de corchos, la forma de llenar la copa, las cazuelas y su trágico fin, la ombrofobia o fobia a la lluvia, el surrealista final de su hija, el arreglo de su buzón, los ruidos en el desván, las alucinaciones… mil y un aspectos que buscan la complicidad en el humor e insieren la semilla del terror esperando que dé sus frutos, aunque no sea para aterrorizar sino para sorprender y a continuación provocar hilaridad.

Una sola temporada, de momento; un total de 8 episodios de unos 25 minutos cada uno, lo que da para verla toda entera de una sentada y quedarse con ganas de más.

Sus creadores y el amplio equipo guionista ha trabajado duro para distanciarse lo suficiente del original y mejorar lo que en él se quedó a medio camino. Su título evoca inequívocamente al best seller La mujer en la ventana que también fue llevado al cine con el mismo título. Un producto de consumo rápido, rechazado por crítica y público, que ahora se ve revitalizado en esta serie con un reenfoque satírico, gore y noir.

Ideal para llenar una tarde de estas fiestas si no son amantes de procesiones y su economía no está para viajes. Van a divertirse a costa de las excentricidades y desbarajustes de un guion que, a pesar de lo que pueda parecer, es inteligente y capaz de armar una interesante y seria trama de misterio que mejora en mucho otros productos de similar factura con los que podría llegar a confundirse.

No se la pierdan.

miércoles, 6 de abril de 2022

En la sangre de Laura Gomara

La sangre es lo que ata familias y compromisos. La sangre es lo que libera el cuerpo cuando es herido. La sangre puede enfermar y contagiar. La sangre es vida y sin ella es muerte.

Hay parejas que fundamentan su relación en encuentros y desencuentros. Eva y Oleg forman una de ellas. Oleg trabaja en el restaurante familiar y en un taller de reparación de motos.

Eva Valverde trabaja hurtando en el metro, en la calle y en pisos de alquiler turístico para luego revender. Podría no hacerlo pero lo ha escogido como forma de vida para satisfacer una necesidad autoimpuesta con la que busca reafirmar lo que no se le permitió en la adolescencia.

Una desafortunada e inesperada carambola en forma de chantaje la coloca en una situación de vulnerabilidad que la obliga a enfrentarse a sus principios al asumir unos riesgos para los que se descubre preparada pero no dispuesta.

Es consciente del conflicto interior que le suponen sus tortuosas relaciones, cuando no conflictivas, que se mueven en círculo, sin avanzar: con sus amigas, sus confidentes, su novio, su madre, sus víctimas y su perista. Sabe que en parte es culpa suya pero no está dispuesta a flagelarse, en todo caso a iniciar de nuevas.

Un nuevo suceso viene a desequilibrar su quehacer diario lo que le hace tomar conciencia de que la vida es eso que pasa dentro de un autobús mientras ella va a pie i tiene claro que quiere dejar de ser peatón, aunque calce unas Ferragamo.

En paralelo la mafia rumana marca territorio en una partida de altos vuelos, y ella, experta ajedrecista, sabe que un simple peón solo tiene poder si resiste hasta el final y puede coronar.

Laura Gomara escribe una novela a ritmo de monologo acelerado, donde el ambiente es opresivo y pesado y amenaza con aplastar a quien no se aparte a tiempo.

La autora repite escenario, Barcelona, y sigue consiguiendo ofrecer una imagen de la ciudad como la que tiene quien vive en sus barrios y conoce sus límites. Así logra que la ambientación arrope la trama y blinde su verosimilitud.

La escribe en primera persona, es Eva quien nos cuenta lo que pasa, pero parece en tercera y es que Eva se mantiene a distancia sin mostrar empatía por nada ni nadie. Una voz dura de quien parece enfadada con el mundo.

En la sangre es una novela negra de barrios urbanos, clases sociales y conflictos personales. Y evidencia como una inadecuada gestión de ellos puede conducir al asesinato y como una circunstancial solidaridad a una redención, en un acto de máxima generosidad.

Su final es consecuente con todo el camino recorrido; digno de una enconada partida de ajedrez, y demuestra que el empoderamiento femenino no es algo que el patriarcado otorgue sino algo que nunca le ha pertenecido.

Una novela negra valiente por alejarse de estereotipos, como ya hiciera la autora con su anterior Vienen mal dadas y demuestra como en la novela negra cuando los conflictos internos de los personajes los llevan al límite, pueden llegar a tener más trascendencia que los propios delitos.

domingo, 3 de abril de 2022

Los miradores verdes de José Luis Pastrana

Al levantar la vista y mirar hacia arriba desde un prado, el follaje verde y el etéreo azul son la antítesis del rojo de la sangre y el negro de aviesas intenciones y peores actos que cohabitan con la humanidad a ras de suelo. El cielo como decía Freud, lo dejamos a las aves y a los ángeles. El suelo, eso no lo dijo él, a la maldad humana.

Odón Calleja, Pepe Pastrana, Basilio y El Guaje se encargan de un caso que combina esa paleta de colores que no solo ensucia sino que además es peligrosa. Un nuevo encargo que precisa de recursos tecnológicos extra y dedicación nocturna como si fueran curuxas de grandes ojos expectantes.

Un encargo que empieza con la investigación de un accidente de tráfico y termina con… mejor no avanzo nada. Solo indicar, parafraseando a Poirot, que todos esconden algo, todos mienten

Segunda entrega protagonizada por la Agencia de Investigación Marbella y en esta ocasión, habiendo presentado sobradamente los protagonistas en la anterior, más centrada en los pasos propios de toda investigación.

Una entrega que confirma el enfoque cozy de la serie, anteponiendo el aspecto detectivesco al noir de una novela negra.

El autor, José Luis Pastrana, prefiere la parte amable, centrada en la interacción entre los personajes y sus vivencias cotidianas, que la escabrosa del propio delito. Y así, en su obra, no se recrean hechos más allá de la mención y no se relatan actos que la imaginación no pueda suponer.

Al dominio del lenguaje, ya demostrado, se le añade la imaginación para ir trenzando una compleja historia con muchos protagonistas; en la que cada cual tiene su papel que, aunque pueda parecer pequeño, resulta indispensable para el avance de la trama.

Los miradores verdes es una novela de procedimiento de investigación. Si generalmente las novelas policiacas explican el procedimiento seguido por comisarías y agentes, esta serie se aborda desde el punto de vista de los investigadores privados en este país.

Muestra así la cara menos conocida del género, la menos peliculera y, en aras del realismo, sus limitaciones legales. Lo que ayuda a entender que el final no sea todo lo redondo a lo que se está acostumbrado, pero es que las leyes de este país requieren que sea cuadrado. Y es que no todos los delitos son pasto verde para las agencias de detectives.

La novela mantiene el tono ligero y cotidiano de cercanías que apuntaba la anterior, lo que parece confirmar que se ha establecido pauta, y significa lectura fácil que la hace recomendable entre lecturas de más calado, aquellas que dejan la mente aturdida y el cuerpo molido aunque no se haya movido del sillón.

De seguir así, el género cozy, poco dado en este país, tiene un nuevo adalid. Habrá que seguirlo de cerca.

Reseñada anteriormente en este mismo blog, Nuevos Horizontes: un caso del detective Calleja, primera entrega de la serie.