Calor andaluz y frío siberiano. |
Siberia es un thriller de acción que acompaña a María Masha Nikoláyevna Ivanova siguiendo órdenes nada oficiales de alguien muy
poderoso del Servicio Federal de Seguridad y del Departamento
Central de Inteligencia de Rusia.
María Masha Nikoláyevna Ivanova es una ex-soldado del ejército
ruso que después de pasar un tiempo vendiendo matrioskas a turistas acaba aceptando ese oscuro trabajo
consistente en dar de baja sujetos non gratos a los ojos de su nuevo jefe
Sergey Sokolov que apela al patriotismo como resorte para justificar los
asesinatos.
Sergey ve en ella, además de una preciosa y sensual mujer,
a un activo muy bien entrenado para realizar misiones entrando y saliendo de un
país a otro como si fuera una sombra.
El nuevo encargo lleva a María Masha Nikoláyevna Ivanova a
la costa andaluza y al lujoso tren Al Andalus, nada que envidiar al Orient
Express, en su itinerario Ruta Extremeña donde espera contactar con su
objetivo: un reportero vasco que publica en National Geographic. No sabe las
razones para eliminarlo ni las quiere conocer. No empatizar no es un rasgo de
psicópata, que no lo es en absoluto, sino que forma parte de su instrucción para
ser una infalible asesina y salir con bien de las misiones.
Interior del vagón restaurante del tren Al Andalus |
La vida le ha enseñado que desde jovencita solo cuenta
consigo misma y tiene muy claro que para salvaguardarse no hay líneas rojas.
Todo vale.
La novela evoca a las entretenidas y siempre emocionantes
películas de espías, agentes secretos y confabulaciones de poder, con sus dosis de sensualidad y sexualidad, que
proliferaron en las décadas de 1960 y 1970 en la época en que se permitía
cierta frivolidad en la crítica de la guerra fría al distenderse las tensiones
entre las dos superpotencias: EEUU y URSS y al abrirse delgadas grietas en el
telón de acero.
La época en la que se estrenaban entre otras El hombre de MacKintosh, El factor humano, Odessa, La conversación y
la mayoría de películas protagonizadas por James Bond verdadero icono mediático
del género.
Si Siberia,
esta novela, se hiciese película,
debería formar parte de ese elenco.
La presentación de los rusos como los malvados a combatir
era una constante que aún hoy prevalece en el inconsciente colectivo. Y la idea
de que Siberia era además de un enorme gulag, una zona donde desarrollar
experimentos científicos y tecnológicos, donde fabricar bombas convencionales y
agentes tóxicos se mantiene hoy viva, sea verdad o no, merced que sigue
empleando ese vasto territorio como escenario de sugerentes tramas novelescas y
peliculeras.
Jesús María Sáez |
Jesús
María Txusmi Sáez se
basa en unos hechos reales sucedidos en Siberia de forma y modo muy parecidos a
los que refleja en su argumento a la que añade el componente de intriga y
suspense que se supone debe tener todo buen thriller de acción y que, para no
desentonar, se mantiene hasta el mismo punto y final. Un final, por cierto, de
los que sorprenden por inesperados e indeseados.
Lectura amena por su ritmo y su dinámica alternando dos tramas
en las acciones que se desarrollan en paralelo y casi simultáneas.
La edición está magníficamente complementada con ilustraciones a
carboncillo hechas en su mayoría por el propio autor, un detalle hoy en desuso
y que se agradece.