lunes, 11 de abril de 2022

La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana

Bajo esta largo y evocador título encontraremos una serie, como no, paródica del genero criminal. Un domestic noir de manual que consigue distanciarse del encasillamiento que le presupone la etiqueta gracias a su sentido del humor.

Anna (la actriz Kristen Bell) es una mujer joven a la que un escalofriante suceso le arrebató la vida de su hija, rompió su matrimonio e hizo añicos su vida que intenta recomponer pegando los trocitos que va recuperando.

Tiene por compañía vino a copas, una detrás de otra, y ansiolíticos y antidepresivos. Aún suele cocinar su famoso gratinado de pollo aunque ya no tenga quien lo deguste y alabe; y ha abandonado en el desván sus útiles de pintora truncando así lo que prometía ser un brillante futuro artístico. Sus aptitudes culinarias y artísticas relegadas a simples manualidades de escuela.

Pero he ahí que nuevos vecinos en la casa de enfrente vienen a alterar su rutina y a despertar motivaciones dormidas para seguir teniendo ilusiones.

Ilusiones para reactivar pulsión de vida, ya que tan pronto siente un impulso sexual irresistible como uno maternal inenarrable. Y ver un asesinato desde la ventana del salón, remedo con gaseosa de La Ventana Indiscreta, y contarlo a todo el mundo sin que nadie te crea, no solo no ayuda a la estabilidad psíquica y emocional, sino que o te hunde en tu depresión o te levanta el ánimo.

La serie, sembrada de cadáveres, tiene una vis cómica de claro humor negro que no solo se manifiesta constantemente en pequeños detalles sino en el tono general y especialmente en los dos finales: el que cierra el arco argumental y el que da pie a un continuará.

El almacenamiento de corchos, la forma de llenar la copa, las cazuelas y su trágico fin, la ombrofobia o fobia a la lluvia, el surrealista final de su hija, el arreglo de su buzón, los ruidos en el desván, las alucinaciones… mil y un aspectos que buscan la complicidad en el humor e insieren la semilla del terror esperando que dé sus frutos, aunque no sea para aterrorizar sino para sorprender y a continuación provocar hilaridad.

Una sola temporada, de momento; un total de 8 episodios de unos 25 minutos cada uno, lo que da para verla toda entera de una sentada y quedarse con ganas de más.

Sus creadores y el amplio equipo guionista ha trabajado duro para distanciarse lo suficiente del original y mejorar lo que en él se quedó a medio camino. Su título evoca inequívocamente al best seller La mujer en la ventana que también fue llevado al cine con el mismo título. Un producto de consumo rápido, rechazado por crítica y público, que ahora se ve revitalizado en esta serie con un reenfoque satírico, gore y noir.

Ideal para llenar una tarde de estas fiestas si no son amantes de procesiones y su economía no está para viajes. Van a divertirse a costa de las excentricidades y desbarajustes de un guion que, a pesar de lo que pueda parecer, es inteligente y capaz de armar una interesante y seria trama de misterio que mejora en mucho otros productos de similar factura con los que podría llegar a confundirse.

No se la pierdan.

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