Los rostros de Victoria Bergman reflejados en el espejo de la vida |
Trauma es la segunda
parte de la Trilogía Los Rostros de Victoria Bergman. Y no solo es segunda
parte porqué termina lo que en la primera quedó colgando de un hilo sino
también porque el nuevo giro que adquiere la trama le da entidad propia. Cuerpo y rostro propios.
Los asesinatos de
componente sexual de chicos indocumentados y sin identificar cuyos cuerpos
fueron usados sádicamente para luego ser desechados en cualquier lugar como
basura y cuya investigación llevaran a cabo Jeanette Kihlberg y Jens Hurtig en el primer volumen han dado paso
a nuevas muertes.
Ahora los muertos son
adultos y si bien en algunos casos son claramente asesinatos, premeditados y
ejecutados con saña buscando la humillación y sugiriendo algún tipo de venganza
o ajuste de cuentas, en otros son
consecuencia de accidentes al parecer fortuitos en lo que algunos calificarían
de designios divinos.
Claro que al escarbar
entre los antecedentes y en las relaciones interpersonales de los fallecidos
surgen sorpresas que permiten orientar la investigación que lleva el mismo
equipo policial protagonista: Jeanette y Jens ayudados por la psicóloga Sofía.
Y estas pesquisas
orientan hacia poder y dinero. Al fin y al cabo es lo que mueve al mundo ¿no? y el sexo que depende de cómo se practique se es social o asocial.
En una sociedad hipócrita
que alardea de tolerancia y presume de nivel de sociabilidad elevado y que
esconde su racismo y su xenofobia barriéndolo bajo la alfombra. Una sociedad
donde la dignidad de las personas está sobrevalorada.
La adolescencia por si sola ya puede resultar un trauma; no hace falta añadirle nada más |
Durante la investigación sabremos
mucho más de Victoria Bergman ya en su etapa adolescente.
Una nueva etapa y nuevas situaciones que maltratan un carácter ya de por si castigado añadiendo más heridas y a la vez consolidando la capacidad de abstracción de su propio cuerpo y su propia mente para no ser consciente ni del dolor ni de la vil utilización de su cuerpo al que se le niega el propio placer en beneficio del de otros.
Una nueva etapa y nuevas situaciones que maltratan un carácter ya de por si castigado añadiendo más heridas y a la vez consolidando la capacidad de abstracción de su propio cuerpo y su propia mente para no ser consciente ni del dolor ni de la vil utilización de su cuerpo al que se le niega el propio placer en beneficio del de otros.
Preparada para el salto
evolutivo que supone pasar de gusano a libélula. Dejar atrás el rostro de
Victoria y estrenar uno nuevo para olvidar y empezar de nuevo.
Trauma: emoción o
impresión negativa cuyo choque en la mente produce un daño duradero en el
inconsciente.
Bloquear recuerdos puede
llegar a suponer esconder el yo que los vivió bajo otro yo que emerge paralelo
y que no tiene ese pasado en su haber. El choque de trenes viene cuando cada yo
es consciente de ser solo una parte del todo y tanto si hay rechazo como si hay
deseo de fusión, el proceso de génesis es confuso, lleno de dudas y doloroso.
“Cuando cumplió tres años, su padre construyó
dentro de ella una habitación. Una habitación desierta y helada donde solo
había dolor. Con los años, la habitación se rodeó de sólidas paredes de pena,
se pavimentó con deseo de venganza y se cubrió con un grueso techo de odio.”
Los rostros de Victoria Bergman, máscaras de tragedia eterna |
Dos personalidades en un
mismo cuerpo. Un trastorno disociativo de identidad. Dos rostros, mostrándose alternativamente
al mundo según la personalidad dominante en ese momento. Los rostros de
Victoria Bergman.
Erik Axl Sund han
dedicado la mayor parte de esta segunda novela a exponer las debilidades y
fortalezas de las dos protagonistas principales y darle un toque gore a los asesinatos.
Ambas Jeanette Kihlberg y Sofía Zetterlund
han resuelto sus problemas de pareja, aunque tal vez no de la manera deseada;
ambas han trascendido su relación profesional alcanzando una relación más
personal y complaciente y ambas completamente entregadas a resolver la
investigación en curso.
La redacción de la novela
se ha vuelto más intimista, hay menos descripción de exteriores y más
introspección. El avance narrativo es lento, al mismo ritmo como correspondería
dedicar muchas sesiones de terapia para descubrir quien es el yo más profundo
que alberga todo ser humano. Todo a su justo tempo. La trama empieza a cerrarse.
Lean aquí el primer capítulo de Trauma.
Lean aquí la reseña dedicada a Persona, la primera novela que compone esta trilogía.
Esperando ya la tercera
parte de esta holística serie: Catarsis
Post Scriptum lean aquí la reseña de Catarsis la tercera y última parte de la trilogía Los Rostros de Victoria Bergman
Post Scriptum lean aquí la reseña de Catarsis la tercera y última parte de la trilogía Los Rostros de Victoria Bergman