domingo, 3 de agosto de 2025

Deudas de sangre de Vladimir Hernández

Mercè es una recepcionista de un hotel del eixample barcelonés que ve como su vida da un giro de 180 grados por tomar una decisión en un arranque de valentía con el que agota el cupo que los dioses le han otorgado.

Elenka es una escort de lujo, rusa y subyugada por un poder tan ominoso como poderoso del que solo pensar en librarse ya provoca dolor, aunque sea su solo objetivo, y que está alojada en el hotel donde trabaja Mercè.

Issa es una ex de un cuerpo militarizado cubano de elite a quien los suyos no perdonan que les haya abandonado y por eso lleva tiempo huyendo de todo y de todos sin dejar de mirar atrás.

Tres mujeres, sin nada que les una, van a ver sus destinos confluir de repente y van a depender unas de otras si quieren sobrevivir.

A los thrillers hay que pedirles, pero no exigirles, credibilidad argumental, y sobre todo que haya buenos y malos claramente diferenciados. Buenos tan buenos como para identificarse con su lado vulnerable y desearles una victoria que de por si se antoja imposible, como en este caso donde tres mujeres van a enfrentarse a una rama de la mafia rusa tan poderosa como el ejército de un pequeño país. Y malos tan malos y desagradables como para desearles la muerte no sin antes una buena dosis de sufrimiento que es solo una ínfima parte del que han prodigado generosamente.

Y Vladimir Hernández sabe como dibujar personajes carismáticos.

Deudas de sangre es un thriller que demuestra haber hecho los deberes para obtener tal calificación. Personajes carismáticos, violencia, cadáveres, persecuciones y giros de guion, todo servido a ritmo de vuelta rápida de fórmula 1.

También es otro thriller más con todos los ingredientes que hoy el mercado demanda: protagonistas todas femeninas, guapas, sexis y empoderadas. Más listas, atrevidas y resolutivas que los protagonistas masculinos, todos secundarios, previsibles y testosteronicos. Lesbianismo light y tour nomenclátor por calles y carreteras y topónimos que dan verosimilitud a los recorridos pero que no aportan idiosincrasia argumental más allá de movimiento.

Deudas de sangre es de lectura fácil que les va a entretener, incluso emocionar sin exigirles nada a cambio.

Del mismo autor también reseñadas en este blog y con más enjundia, y por ello más recomendables si cabe, están Indómito y Habana réquiem