Un thriller de autor. |
Hace muchos años leía a John Grisham, soportando pullas ¿lees
best-sellers? ¿por qué? me entretiene respondía yo más por educación que por
justificación. En efecto me gustarme sumergirme en su lectura absorbente, me emocionaba
la lucha desequilibrada del bien contra el mal y me entretenían sus vericuetos legales para
sacar adelante los casos judiciales. Era la versión 2.0 del Perry Mason de Erle Stanley Gardner publicado por Molino e interpretado en blanco y negro por Raymond Burr.
Después de bastante tiempo, he vuelto a leer un libro de
John Grisham, El soborno, movido por
la curiosidad de en qué andaba ahora este autor y veo que sigue igual.
John
Grisham se mantiene fiel a su universo y por tanto fiel a sus
lectores.
Los que se acerquen a El Soborno se encontrarán con un thriller de autor.
Ritmo rápido, descripciones las justas, personajes
maniqueos y por sus actos los conoceréis, diálogos que van al grano, documentación
exhaustiva y un dominio de los protocolos de investigación policiales y del FBI
y de las prácticas judiciales para arropar un argumento que despliega
asesinatos, perjurio, corrupción, blanqueo de dinero y prevaricación.
Lacy Stultz y Hugo Hatch son dos abogados e
investigadores de la Comisión de Conducta Judicial (CCJ) que recogen denuncias
de malas praxis de jueces y dictaminan, previa recolección de pruebas, si
procede o no elevarlas como acusación formal.
Por eso cuando Ramsey Mix, un abogado, les comunica que
tiene información sobre una conducta judicial dolosa y que está dispuesto a
firmar una demanda formal acuden a su encuentro para recabar información y
datos que les permitan abrir un expediente. Lo que no suponen es que la
investigación no es sobre una persona sino sobre toda una banda de
delincuentes.
John Grisham un autor fiel a su universo y a sus lectores |
La trama transcurre en Florida, en tierra Tappacola, una tribu de indios Semínolas, que regentan casinos en zona con
reconocimiento federal lo que convierte dicha zona en una nación en sí misma al
dictado de sus propias leyes.
Territorio vedado para investigadores y policías
ajenos a la tribu excepto si media delito federal.
John
Grisham estructura el argumento de forma académica y las tres
partes, introducción, nudo y desenlace están claramente diferenciadas. Del
mismo modo que se muestra inflexible en dejar constancia de sus principios
morales destacando el rechazo a la pena de muerte y la exaltación de la
integridad.
Un thriller de autor con sus virtudes y defectos y una
novela que una vez empezada te obliga a llegar hasta el final.
Hace mucho que no leo una novela de este autor, por lo que no me importaría leer esta.
ResponderEliminarBesos
Un autor fiel a su protocolo lo que garantiza estabilidad; una lectura cómoda y entretenida. Ya me dirás.
EliminarBesos!
Lo bueno de Grisham es que no te vende la moto, da lo que se espera, ni más ni menos. ¡Un placer leerte como siempre, Jordi!
ResponderEliminarEfectivamente.
EliminarGracias por comentar Roberto, un abrazo!