domingo, 28 de septiembre de 2025

Inspectora Ellis

Inspectora Ellis es una miniserie de televisión que se vende como rareza por ser la primera serie de detectives protagonizada por una mujer negra en el Reino Unido.

Algo más que una rareza, el primer episodio de la serie se presenta novedoso, inteligente e interesante, pero lo que genera esa expectación acaba volviéndose en su contra al ser un cliché que se repite en cada uno de los 3 episodios que componen la 1ª temporada.

La inspectora Ellis es una inspectora jefe sin comisaria ni despacho centralizado que viaja, como enviada especial plenipotenciaria, a lugares donde se ha cometido un asesinato y los agentes locales o no tienen experiencia suficiente o recursos, para abordar la investigación. Su entrada resulta desconcertante en la comisaría de turno, y su actitud nada empática con sus colegas, genera automáticamente suspicacia, escepticismo, desprecio y rechazo.

En cambio, en sus conversaciones e interrogatorios con víctimas, testigos y sospechosos derrocha una empatía que se agradece en un policía, que siempre se nos muestran arrogantes y vanidosos.

La Inspectora Ellis es una mujer gruesa, negra, de mediana edad y ante quien hay que subordinarse, lo que no despierta simpatía en una profesión donde proliferan actitudes racistas, machistas y misóginas. En cambio, para el espectador es gratificante que una mujer contemporánea, consiga poner firmes a machitos provincianos y que además atine en sus planteamientos y resuelva los casos.

Y es el modo de convenir esa asignación, de hacer el viaje, buscar alojamiento, solicitar despacho, recursos, cuestionar todo lo realizado hasta el momento y empezar a impartir órdenes y luchar contra un entorno hostil, lo que supone un claro empoderamiento femenino y una más que evidente reivindicación feminista.

Por lo demás, los casos policiales son entretenidos, pero los asesinatos tampoco resultan brillantes muestras de ingenio, son más bien prontos domésticos y vecinales que, aunque intrigantes, no generan el suspense suficiente. Probablemente se deba también a que la duración, 90 minutos, resulte excesiva para lo que muestra.

Así la serie más que de novela policiaca o de novela negra, se reduce a un costumbrismo británico. Filmada en escenarios naturales, a lo que la mayoría de series de la BBC se están acostumbrando, en un claro intento de estampar denominación de origen, demuestran más preocupación por el desarraigo, la inmigración, la denuncia social y por demostrar el lado menos romántico de la investigación policial, tan propio de las series americanas.

La actriz protagonista, Sharon D. Clarke, que goza de mucha y buena reputación en el Reino Unido, se muestra contenida en exceso y rostro hierático, lo que compensa con una sutil ironía y una amabilidad para con interrogados que no suele ser habitual en otras series hermanas.

Se anuncia 2ª temporada y ahora que ya se conoce al personaje y se sabe el porqué de su forma de ser, es probable que aún se disfrute más. 

domingo, 14 de septiembre de 2025

El fin de ninguna parte de Israel Díaz Reinado

El fin de ninguna parte es una novela negra, policíaca, al uso.

En ella se encuentra todo lo que ha hecho grande al género: un policía desplazado de su hábitat, con sus fantasmas a cuestas; una nueva compañera tan profesional como extrovertida y entusiasta de la vida más allá del deber del uniforme; comisario malhumorado pero comprensivo; un entorno social con explotación laboral; presencia de la Unidad de Crimen Organizado; unas víctimas, mujeres, jóvenes con sueños rotos y recompuestos, aunque no sea de la mejor manera; trapicheo y paisaje de ensueño.

El inspector Hugo Monforte, asturiano de nacimiento, pero madrileño de adopción se incorpora, sus motivos hay, a la comisaría de Cádiz y su llegada no puede ser más oportuna para incorporarse a una investigación que acaba de instruirse.

Su compañera, la inspectora Candela Martín es su opuesto, y no porque sea mujer sino porque representa y evidencia todo lo que Hugo ni ha sido, no es y no será en la vida.

Ya no solo por diferencia de edad sino de forma de entender y vivir la vida, de elegir la ropa, de preferir un cierto tipo de bebidas o de deleitarse gastronómicamente.

Y es que Cádiz ofrece opciones para distintos gustos y unifica el de la vista por sus paisajes, su campiña y su mar. Y también tiene su lacra criminal y entre una cosa y otra avanza una investigación que ofrece complejidad, desconcierto y distintas vías de investigación que, si todos los caminos van a parar a Roma, en este caso van a parar al mar.

La adaptación al entorno del recién llegado no es fácil como tampoco lo es adaptar su método de investigación, propio de una Unidad de acción rápida pero muy ajustada a la legalidad vigente so pena de no rematar el caso en un entorno judicial, al de una zona en la que la determinación puede ser necesaria para encauzar el caso y no perder sábanas por el camino.

El cadáver desnudo de la joven Aurora Fernández ha sido descubierto por un joven pescador de la zona y más no les voy a contar. Disfruten participando de una investigación que se va complicando por momentos y que va toparse con algún que otro cadáver más.  

Israel Díaz Reinado ofrece un suculento plato donde hay variedad, redacta con brío y se entretiene solo lo justo y necesario cuando quiere resaltar algún aspecto relevante que no debe pasar desapercibido.

Una trama que juega al despiste para ir sorprendiendo a cada nuevo giro. Mucho diálogo, descripción precisa y ritmo lo suficientemente rápido, como pide un buen thriller, pero tampoco tanto como para perder el paso a imagen de esa novela negra que encierra en su interior.

I es que, como sucede con los moluscos, el cuerpo se esconde en su interior. Una lectura agradecida, de las que es inevitable pedir otra ración.

 

viernes, 12 de septiembre de 2025

Indomable, serie TV

Indomable es una serie policíaca de televisión que transcurre con la lentitud que se mueve el agua de un arroyo en terreno plano. Y no lo hace por fastidiar sino porque la trama discurre en pleno parque nacional de Yosemite, en California, y por lo tanto el perezoso ritmo narrativo se mimetiza con el propio de la naturaleza.

No busquen efectos especiales, ni complejos trabajos de postproducción. La serie no los muestra porque no los necesita, se basta y sobra con la magnificencia de las grandes rocas, los altos árboles y las vastas planicies de un espacio real, que consigue su condición de personaje acreditado gracias a los silencios y a los sonidos ambientales.

Las escenas son por ello de gran plasticidad, postales para el recuerdo de cuando a la naturaleza se la adoraba como madre y fascinaba por sus misterios y sus secretos.

Apelando a ellos el inicio de la serie, espectacular, no parpadeen para no perdérselo, es de gran fuerza narrativa cuando aparece de manera desconcertante el cuerpo de una joven, Jane Doe, en lo que no queda claro si su muerte se debe a un acto voluntario de suicidio o a un desafortunado accidente.

La investigación la lleva a cabo Kyle Turner, un agente de la policía propia del Servicio de Parques Nacionales, que conoce el parque mejor que su propia casa, en la que para prácticamente solo para dormir; a quien ayuda Naya Vasquez, una joven recién llegada de la gran ciudad, para quien el caso no solo supondrá entrar en terreno policial desconocido, sino que también en naturaleza desconocida, pues su contacto con el lado salvaje, como buena urbanita, ha sido nulo hasta el momento.

Ambos son personajes atormentados por fantasmas del pasado y conforman un tándem complementario por lo dispar que resultan sus visiones de la vida, resignado y pesimista uno, entusiasta y optimista la otra, y las actuaciones, de Eric Bana, áspero, ascético y duro con los humanos y amable con el entorno, y de Lily Santiago, madre leona y superviviente en un mundo masculino, son de lo más convincente.

Como también lo es el guión escrito a cuatro manos por Mark L. Smith y Elle Smith, que consiguen una narrativa sólida de gran magnetismo, sustentado por esa mezcla de rural noir y thriller étnico, donde los sentimientos explotan haciendo que del sentimiento de culpa de los protagonistas aflore su propia redención.

Muchos la comparan con True Detective por su sobriedad y contención. Ahí lo dejo.

6 episodios, no se necesitan más. Y aunque se concibió como una sola entrega, su éxito ha propiciado que se trabaje en una segunda temporada. Una curiosidad para cinéfilos: las puertas del ascensor del hotel Parks son las mismas puertas utilizadas para el ascensor de "El Resplandor" de Stanley Kubrick.

martes, 9 de septiembre de 2025

Esvástica de hielo de Fernando de Cea Velasco

En las guerras está claro que hay que protegerse del enemigo, ese que no dudará en matarte si puede, pero no hay que dejar de vigilar al amigo circunstancial, ese que no has buscado, que te lo ha propiciado la situación y se ha unido por la desgracia, y que puede que no sea tan amigo.

Obras como esta, Esvástica de Hielo, que relatan posibilidades como si fueran verdades, que presentan escenarios ficticios que nada envidian a la realidad que subyace entre líneas, son un ejemplo, a imitar, de que la novela negra sigue siendo el reflejo del lado oscuro de la sociedad.

Grandes fortunas personales y grandes imperios empresariales tienen en las guerras su punto de inicio, su consolidación o su engrandecimiento, cuando no todo a la vez.

Los perdedores lo pierden todo. La vida y lo que tuvieron. Los ganadores se lo quedan todo incluidos los proyectos y el futuro de aquellos que murieron.

Ferrán Simón, de edad tan avanzada como su alzhéimer, ha recibido una carta de su padre David. Un hecho que no debería sorprender a nadie si no fuera porque el remitente habría fallecido más de 70 años atrás.

Román Simón, hijo de Ferrán y nieto de David, periodista en recuperación física y anímica de los efectos de una explosión en el transcurso de su trabajo, y con tiempo por delante, decide desplazarse a Foix, pequeña villa francesa a tocar de los Pirineos, de donde procede la misiva, para averiguar lo que pueda sobre la carta y sus antepasados familiares.

Una excursión sin expectativas va a convertirse en un viaje iniciático de gran trascendencia.

Fernando de Cea Velasco, que ya lleva mucho escrito a sus espaldas, destapa aspectos conocidos pero silenciados de la terrible tragedia de los refugiados españoles que huyendo del expurgo de la Guerra Civil cayeron en manos de nazis más despiadados si cabe.

Y los entreteje con una trama de investigación periodística que le añadirá un componente de denuncia intrínseca, en favor de los silenciados, cuando Román lo publique.

La estructura de la novela y el delineado de personajes permite empatizar rápidamente con las víctimas de la persecución, para acercarse a comprender, aunque solo sea un poquito, la terrible existencia y el desespero por sobrevivir.

Una novela de madurez literaria, cuyo desarrollo transcurre intercalando dos tiempos, los hechos de 1942 y los de tiempo presente. Así la investigación actual es una suerte de reproducción en perspectiva de lo que acaeció. Pero el peligro no finalizó con las contiendas bélicas y Román pronto entenderá que sus pesquisas van a tener como consecuencia remover un avispero.

Esvástica de Hielo es una gran novela negra trágica con trasfondo histórico. Acabada la lectura hay que darse tiempo para asimilar el gran impacto emocional que conlleva. No se la pierdan.

Del mismo autor y en este mismo blog se han reseñado:

Puentes y Sombras 

El suave roce de tu pelo 

Cenizas para un blues 

El leve brillo de tus labios 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Persiguiendo a Bécquer de Miguel Lago

La famosía, palabra que me acabo de inventar para identificar a las personas que suponen un colectivo exclusivo para quienes la fama acompaña como un bien y una maldición, suele despertar filias y fobias. Suele tener de palmeros a fans irredentos, pero también suele interesar a seres envidiosos, rencorosos y alimentar deseos de venganza.

Es lo que tiene estar en el punto de mira, que nunca se sabe si es del disparador de una cámara fotográfica, aunque sea en un móvil, o de un rifle con bala en la recamara.

Hay personas muy, muy, famosas que son humildes, seguro que las hay, aunque cueste encontrarlas, pero hay más con un ego que supura formando una aureola de superioridad que tiene, si es que la tiene, la condescendencia en sus relaciones como la versión más dulce. La más agria ya ni se la cuento.

Antoñito sabe que quiere ser de mayor y su abuelo don Manuel lo ayuda para conseguir su sueño, y ya convertido en Bécquer el sueño se ha materializado en una proyección de su persona urbi et orbe, traducido en una enorme fortuna material y un déficit espiritual como sinónimo de familia con todo el cariño que conlleva, amistades sinceras y amor cómplice.

Bécquer es el cómico que hace reír a todo el mundo, es un seductor, es un truhán y es un señor. Es ególatra y desapegado. Es el sueño húmedo de mujeres jóvenes y maduras. Es el deseo de toda agencia de representación artística.

Llena teatros y salas de espectáculos. Todo el mundo lo encuentra encantador. Todo el mundo menos alguien que ha decidido que ese mundo que lo adora, estará mejor sin él y se ha propuesto matarlo.

Y empieza el espectáculo.

Ante la evidencia la intervención policial es inevitable y Elena Izaguirre, alguien que de jovencita le idolatraba pero que ahora no lo reconocería ni muerta, es la encargada de la investigación.

Y Bécquer es mucho Bécquer. Y Elena es muy Elena. Choque de personalidades a la vista; la de quien está acostumbrado a tenerlo todo con solo chasquear los dedos y la que está acostumbrada a luchar con todo y contra todo para hacerse valer y respetar por su condición profesional.

Del odio al amor solo hay un paso y la ternura puede doblegar a quien se preste a comprender, si dedica el tiempo necesario para ello.

Miguel Lago, a quien hemos visto en programas de televisión, se estrena con esta novela amable, que, para quienes hayan seguido la serie de televisión Castle, guarda mucha relación en su concepto general y en comportamiento de los personajes. El famoso y la inspectora, una inspectora que por cierto se llama Beckett, lo que acentúa el parecido ¿casualidad?

La novela es de corte rápido y estimulante en su vertiente social y es que el modo de vida que otorga el dinero, mucho, mucho dinero, es algo que a todos nos gustaría probar alguna vez.

El caso policial es de sesgo enigmático, aunque la escasez de protagonistas revele casi de inmediato la solución.

Pero en cualquier caso la lectura es entretenida, salpicada de humor y comportamientos infantiles de Bécquer que tira de contactos y saca rédito a su fama, de nuevo recuerda a Castle, y con una intriga que no solo se mantiene hasta el final sino más allá.

Cuando la lean sabrán a que me refiero.