Los viejos papeles explica el reencuentro de un escritor con sus orígenes, con su vocación, con su realización personal.
Los viejos papeles explica el encuentro de estos dos escritores y de lo que ello acontece.
De Los viejos papeles sorprende todo.
Sorprende su narrativa, cercana y sin léxico pretencioso. Su facilidad en contarnos la historia y su complicidad implícita de que formamos parte de la amigable y larga conversación que es la novela.
Sorprende su acercamiento a esa época en la que lo que importaba era el meollo y el desenlace con su punto justo de ambientación.
Sorprende su brevedad, justamente en una época en que parece que se venda a peso o por número de caracteres y en la que se abusa de llenar páginas que no dicen nada.
Sorprende que su autor se llame David G. Panadero y no Dave G. Baker, ya que tendría todos los motivos para serlo (cuando la lean entenderán porque).
Sorprende que este fundador, precursor, artífice de la revista Prótesis (veán en este enlace de que va si aún no la conocen) no escriba más por lo bien que lo hace.
Sorprende su excepcional portada, del genial y original artista Felideus (vean en este enlace su obra), cuya explicación se encuentra en el interior y que es perfecta para esta novela y para la otra novela aún no publicada.
Sorprende su pequeño formato, el 10,5 x 16,5 cm. de las novelas de kiosco a quienes homenajea por fuera y por dentro, en forma y en contenido.
Sorprende su peso ligero pero con el empaque suficiente para que aguante bien el manoseo y el paso del tiempo.
Sorprende su bien cuidada edición, el agradecido contraste del color de fuente sobre el papel, y que además de Texto de la novela tenga secciones como: Presentación, Acerca del autor e Índice.
Sorprende que una modesta editorial como NGC ficción! siga apostando por lo bueno, le de status de colección a este formato y sobreviva a los envites de estos tiempos.
Sorprende su precio: 7,60€. En su punto: ni pasado ni crudo.
Si no la encuentran en su librería habitual, consíganla a su precio justo sin gastos de envío solicitándola directamente a la editorial vía Internet. Como hice yo. Desde este enlace. Y recuperarán la mágica sensación de recibir por correo, en su buzón de cada día, algo que no sea publicidad; la mágica sensación de abrir el buzón con ilusión como cuando existía algo llamado correspondencia epistolar.
Sorprende abrir el buzón y encontrar una novela que además se llame Los viejos papeles, título tan afín al buzoneo, y que sea tan digna.
Sorprende que con lo complicado que resulta a veces hacer un post, en este caso sea tan fácil, pues entre la editorial y el autor lo dan todo hecho.
Sorprende que haya alguien que aún no la conozca o que aún no la haya leído.
Blog interrobang y un servidor están franca y agradablemente sorprendidos.
¿Y ustedes, como están?