El falso inspector Dew es una divertida novela policíaca de
factura británica, o sea un whodunit en toda la regla, que, en su ubicación,
salta de las calles y mercados de Londres a embarcar en un majestuoso trasatlántico.
El falso inspector Dew es falso porque no es inspector y
porque no se apellida Dew. Aunque hay un Dew que si existe y que si es inspector de
Scotland Yard pero que para su desgracia esta vez no es el protagonista de la
historia, como si lo fuera cuando detuvo, también a bordo de un barco, al
famoso Doctor Crippen y entró a formar parte de la Historia Policial con
mayúsculas.
Recuerden al malvado doctor Hawley Harvey Crippen, el de verdad, pinchando aquí (en
inglés y versión extendida con foto) o aquí (en castellano y versión reducida sin foto). Cosas de la Wikipedia.
Lydia es una reconocida actriz a la que ahora ya no la
reconoce nadie, ha pasado tiempo y la guerra desde que actuara por última vez y
la edad y las nuevas modas teatrales del 1921 no le ofrecen la posibilidad de
relanzar su carrera por lo que decide dar un cambio de aires a su vida en la
que incluye su matrimonio con el odontólogo Walter Baranov otrora ilusionista
en circos y teatros de segunda.
Walter no comparte la decisión tomada por su esposa y se
debate entre la obligación, moral y material, que conlleva su matrimonio y su juramento
hipocrático de una profesión que lo fascina, terrible dilema al que no ayuda
que últimamente tenga cierta inclinación por la compañía de una joven, Alma
Webster, que se cuenta entre sus pacientes.
Otros personajes como el matrimonio formado por Livy y
Marjorie Cordell y su hija Bárbara, o el joven Paul Westerfield II e incluso la
insumisa Poppy Duke, que se trabaja visitantes en Petticoat Lane bajo la
permisividad de los vendedores que la tienen por una Robin Hood femenina, son
los protagonistas de esta aventura policiaca.
En sus vidas todos presentan aspectos curiosos e
interesantes y transcurren paralelas a este debate interno de Walter entre
hacer lo debido o hacer lo querido.
Todos acaban coincidiendo en el majestuoso SS
Mauretania de la Compañía Cunard.
El SS Mauretania, comandado por el capitán Arthur Roston que
otrora y al mando del Carpathia rescatara más de setecientos supervivientes del
Titánic, parte de Europa hacia New York y ya se sabe que en lo que dura una travesía
transoceánica hay tiempo para el amor, el desamor, el engaño y el crimen.
Pero solo el último es punible y cuando se produce se
encargan las pesquisas al oficial Saxon, voluntarioso y entregado pero falto de
experiencia en casos criminales, lo que casualmente induce la participación del
inspector Dew. Que como se verá no es inspector ni se llama Dew.
El bar, los salones, el comedor, las cubiertas, las
tumbonas, los juegos al aire libre, el baile de disfraces, lugares y motivos
para coincidir con otros pasajeros y establecer relaciones transitorias o
duraderas, con especial cuidado hacia los Lotarios por parte de las jóvenes casaderas.
Peter Lovesey ha creado un magnífico juego de enredos con un
innegable británico sentido del humor que avanza a velocidad de crucero y que
se mece al son de los vientos. Muy recomendable.
En la banda sonora de la novela se puede escuchar:
Knees up
Auld Lang Syne
Y si tiene pareja puede bailar:
I’m forever blowing bubbles
Post scriptum: sin salir del blog, la reseña de Abracadáver, novela del mismo autor, pinchando aquí