domingo, 4 de noviembre de 2018

Crimen en el paraíso temporada 7

Florence Cassel y Jack Mooney,
los protagonistas de la 7ª temporada
de Crimen en el paraíso

La serie Crimen en el paraíso continua siendo una de las más amables de la oferta policiaca actual, heredera de las clásicas Colombo y Se ha escrito un crimen va camino de convertirse, como ellas, en leyenda.

Y no es que sea brillante, es más, esta última temporada se apoya más en su vis cómica que en la policial, pero tampoco tiene ínfulas de serlo y esta sencillez se manifiesta en una serie sin más pretensión que entretener y llenar de luz y de color, en el trópico ambos abundan, los veranos televisivos.

La sempiterna, e imaginaria, isla caribeña de Saint Marie acoge nuevamente los 8 episodios que conforman la, ya, séptima temporada y sin dar muestras de cansancio.

En esta ocasión y tal como finalizó la anterior hay cambio de inspector en la gendarmerie de Honoré, Jack Mooney, un irlandés más que evidente, sustituye a Humprhey Goodman, un inglés redomado, que decidió quedarse en Londres.

Jack Mooney, el cuarto inspector desplazado a la isla, parece haber ido a la misma escuela que los dos inspectores anteriores (al primero no lo conocimos) ya que su modo de proceder durante la investigación y su súbita iluminación para resolverla se sustenta en los mismos principios y se ejecuta con los mismos métodos.

Uno de los secretos de que aun cambiando protagonistas la serie no solo se mantenga sino que aumente su audiencia. El guion y la estructura narrativa siguen sosteniendo la propuesta.

En el resto del equipo no hay cambios y siguen la subinspectora Florence Cassell y los agentes Dwayme Myers y JP Hooper, bajo la atenta y escrutadora supervisión del comisario.

El inspector Jack Mooney, que se ha instalado con su hija adolescente en la isla en la misma cabaña que ocuparan sus predecesores y donde sigue residiendo el lagarto más simpático de cualquier serie televisiva, sufre el inevitable periodo de aclimatación al entorno, a la forma de vivir, pensar y moverse de los nativos y a lidiar con los turistas y empresarios extranjeros que suelen ser siempre víctimas y verdugos de los casos de asesinatos.

Asesinatos enmarcados en el más clásico estilo de la novela policíaca inglesa que recurre a pocos sospechosos, crimen con poca sangre, habitaciones cerradas y coartadas para enmarañar la trama y dejar para el mismísimo final de cada episodio la resolución del caso.

No le pidan a la serie más de lo que honestamente ofrece y no solo no saldrán defraudados sino que se lo pasarán muy bien jugando a descubrir quién es el asesino al más puro estilo Cluedo solo que en el Caribe.

Solo queda esperar que el 2019 traiga la octava temporada.

Aquí están las reseñas de las temporadas anteriores:

1ª Temporada (con Richard Poole y Camille Bordey)
2ª Temporada (con Richard Poole y Camille Bordey)
3ª Temporada (con Humphrey Goodman y Camille Bordey)
4ª Temporada (con Humphrey Goodman, Camille Bordey y Florence Cassel)
5ª Temporada (con Humphrey Goodman y Florence Cassel)
6ª Temporada (con Humphrey Goodman, Jack Mooney y Florence Cassel)



miércoles, 31 de octubre de 2018

Anna Grimm de Montse Sanjuan

La reseña en castellano al final de la versión en catalán


La sèrie de la sergent Anna Grimm de Montse Sanjuan

La sergent Anna Grimm (en català)
y
Anna Grimm, investigadora criminal
(en castellano)
Agatha Christie, desprès d’haver llegit, entre moltes altres novel·les, El misteri de l’habitació groga de Gaston Leroux es va dir que ella també era capaç de escriure una novel·la policíaca i la seva germana Madge la va reptar a fer-ho i El misteriós cas d’Styles va ser el resultat i la resta es història.

Montse Sanjuan va llegir una novel·la policíaca que no li va fer el pes, i es va dir que en podia escriure’n una de millor. I dit i fet. Així va néixer La sergent Anna Grimm la primera d’una sèrie de novel·la negra que ja te tres títols publicats en català (el segón es El misteri del bressol buit i el tercer Memòria mortal) i el primer, amb el nom de Anna Grimm, investigadora criminal també en castellà, i a punt de ser adaptada al cinema.

La sergent Anna Grimm es una mosso d’esquadra que exerceix de cap de la Unitat d’Investigació Criminal de la regió de Ponent a Lleida capital. Es una dona jove totalment identificada amb la seva feina, que adora, i amb una especial traça per desllorigar delictes diversos i tèrbols casos d’assassinat.

En la feina es estimada i respectada pel seu equip i superiors i en la seva vida privada es una persona senzilla, d’imprescindible cafè matiner, àpats casolans al migdia al Bar Rafel i sessió de natació al capvespre al gimnàs a prop de casa. Casa en la que pateix del mal de la solitud que afecta a tots els que fan de la feina quasi una religió i que acaben tenint casa pero no llar.

02. El misteri del bressol buit    i    03. Memòria mortal

L’Anna es exigent, amb ella mateixa i amb el seu equip, però també es conciliadora, comprensiva i tolerant. Es una dona molt actual, en la manera de ser, vestir i pensar. No te cap passat tenebrós ni amaga res sota la catifa. No te vicis ni dèries, exceptuant clar està la feina minuciosa i ben feta. Es una persona normal. I això en el mon noir actual, amb testosterona amb escreix i personalitats quan més esgarrifoses sembla que més interessants, es quelcom remarcable per la salut del gènere.

A cada novel·la madura, els esdeveniments deixen empremta i això l'ajuda a entendre que es el que vol de la vida i a lluitar per aconseguir-ho. L'evolució de l'Anna es un reflex de l'evolució també de l'escriptora que página a página, novel·la a novel·la es consolida i culmina una tercera entrega esplendida.

La Montse Sanjuan te una manera de redactar planera i propera, cerca la versemblança en cada petit racó dels seus arguments, uns arguments complexos amb casos simultànis, i aprofita per donar-li sempre un toc positiu i optimista que esquerda la bruta foscor que tota novel·la negra llueix com a domàs en balconada.

De crims ni ha arreu, de persones dolentes també, de bones i víctimes també, però, en la vida real, generalment no son exagerats en els seus actes, ni son histriònics, ni escandalosos. Son essers moguts per sentiments, ferits a conseqüència d’alguna malifeta, que han triat la solució equivocada. I això es el que la Montse Sanjuan s’entesta a transmetre i ho fa molt bé.

En les seves descripcions es fàcil distingir els exteriors on es desenvolupen les trames, es palpa el territori i fa que els assassinats serveixin, a més de justificar la novel·la, per tractar temes que interessen a la societat.

En les seves obres la violència no hi es per se, la mostra com a resultat d’un disfuncionament de l’equilibri social, i la Montse sap trobar la mesura alhora d’exposar-la: la justa per explicar uns fets i no pas per alimentar morbositats.

Prefereix aprofundir en els personatges, en els trets que els fan rellevants, que els fan ser com son, en allò que viuen i senten. I els esdeveniments sembla que els tinguem a tocar, per això les seves novel·les son tan properes i fàcils de llegir i gaudir. No us les podeu perdre.

Reseña en castellano

La serie de la sargento Anna Grimm de Montse Sanjuan

Anna Grimm, investigadora
criminal
Agatha Christie, después de haber leído, entre muchas otras novelas, El misterio del cuarto amarillo de Gaston Leroux se dijo que ella también era capaz de escribir una novela policíaca i su hermana mayor Madge la retó a hacerlo y El misterioso caso de Styles fue el resultado y el resto es historia.

Montse Sanjuan leyó una novela policiaca que no la satisfizo, y pensó que podía escribir una de mejor. Y dicho y hecho. Así nació Anna Grimm, investigadora criminal la primera de una serie de novela negra que ya tiene tres títulos publicados en catalán (el segundo es El misteri del bressol buit, lo que vendría a ser El misterio de la cuna vacía, y el tercero Memòria mortal que no precisa traducción y solo quitarle el acentoy en castellano de momento solo el primero que además está a punto de ver su versión en pantalla grande.

La sargento Anna Grimm es una mosso d’esquadra que ejerce como jefe de la Unidad de Investigación Criminal de la región de Poniente en Lleida capital. Es una mujer joven totalmente identificada con su trabajo, que adora, y con el que tiene una especial habilidad para resolver delitos diversos y turbios casos de asesinato.

En su entorno profesional es querida y respetada tanto por su equipo como por sus superiores y en su vida personal es una persona sencilla, de imprescindible café matutino, comida casera al mediodía en el Bar Rafel y sesión de natación al anochecer en el gimnasio cerca de su casa, Casa en la que sufre el mal de la soledad que afecta por igual a todos los que hacen de su trabajo su religión y acaban teniendo casa pero no hogar.

Anna es exigente, consigo misma y con su equipo, pero también es conciliadora, comprensiva y tolerante. Es una mujer muy actual, en su forma de de ser, vestir y pensar. No arrastra pasado tenebroso ni esconde nada bajo la alfombra. No tiene vicios ni manías, exceptuando, claro está, el trabajo minucioso y bien hecho. Es una persona normal. Y eso, en el mundo noir actual, donde sobra testosterona y donde las personalidades criminales cuanto más ominosas mejor, es algo remarcable para la salud del género.

A cada novela madura, los sucesos dejan huella y esto la ayuda a entender que es lo que espera de la vida y a luchar por conseguirlo. La evoluión de Anna es también un reflejo de la evolución de la escritora que página a página, novela a novela se consolida y culmina una tercera entrega esplendida.

Montse Sanjuan
La redacción de Montse Sanjuan es muy cercana, busca la verosimilitud en cada detalle de sus argumentos, unos argumentos complejos con casos simultáneos, y aprovecha para darle siempre un toque positivo y optimista que abre grietas en la sucia oscuridad que luce toda novela negra como ropa tendida en los balcones.

Crímenes hay por doquier, personas malvadas también, buenas y víctimas también, pero en la vida real generalmente pocos exageran sus acciones, ni resultan histriónicos ni escandalosos. Son seres movidos por sentimientos, heridos por alguna circunstancia y que han elegido la solución equivocada. Y eso es lo que transmite Montse Sanjuan y lo hace muy bien.

En sus descripciones es fácil distinguir los exteriores donde se desarrollan sus tramas, se siente el territorio y hace que los asesinatos sirvan, además de justificar la novela, para tratar temas que interesan a la sociedad.

En sus novelas la violencia no está per se, la muestra como el resultado de un disfuncionamiento del equilibrio social, y Montse sabe encontrar la justa medida para explicar unos hechos y no para alimentar morbosidades.

Prefiere profundizar en los personajes, en los rasgos que los distinguen, que los hacen ser como son, en aquello que viven y sienten y así los hechos parecen suceder en nuestra calle y por eso sus novelas son tan cercanas y tan fáciles de leer y disfrutar. No se las pierdan.

domingo, 28 de octubre de 2018

Desaparición en Trégastel de Jean-Luc Bannalec

La costa rosa de la Bretaña escenario
de una novela negra.

Para el comisario Georges Dupin la inactividad es una enfermedad que atrofia el cuerpo, asola la mente y acaba devorando el alma, por eso cuando su novia Claire lo arrastra a un paradisíaco enclave de la costa bretona para pasar quince, ¡quince! días sin otra ocupación que estar todo el día en la playa, se siente como un náufrago sin otro menester que aburrirse como una ostra.

Dupin no gusta vestir pantalón corto, no quiere ponerse crema solar ni protegerse la cabeza con una gorra. Así que solo le queda andar recorriendo la costa y entrar en el agua y nadar; pero incluso las cosas agradables se vuelven tediosas a fuerza de repetirlas.

Trégastel es un oasis rosa, una costa salpicada de rocas de granito rosa y un mar de aguas tan trasparentes que en el fondo reluce la arena rosa a los rayos del sol. El hotel donde se alojan es L’Île Rose y una cantera cercana ostenta el original nombre de Carrière Rose, incluso al cadáver de una chica encontrado hace años se le recuerda como La Muerta Rosa. La vie en rose!

Pero incluso en el paraíso hay maldad y el rosa presenta toques de gris claro en forma de robo, en forma de allanamiento y en forma de agresión, de gris marengo en forma de desaparición y de negro en forma de asesinato.

Dupin ya tiene donde agarrarse: un buffet libre de variados delitos a su alcance para investigar; lo malo es que ni Claire ni nadie de su equipo, bien adiestrados por su eficiente secretaria Nolween, le va a permitir inmiscuirse en nada que no sea decidir qué comer y beber literalmente. La vie n’est plus rose!

Pero Georges Dupin, personaje tenaz y singular, pondrá su ingenio a disposición de sus intereses y logrará su objetivo: hacer vacaciones y divertirse.

Mapa de la zona
Jean-Luc Bannalec consigue en esta nueva novela, sexta entrega de la serie protagonizada por el comisario Georges Dupin, transmitir todo el encanto de la novela policial clásica británica al ubicar los delitos en un idílico pueblecito, perfilar convenientemente un reducido número de sospechosos e incluir red herrings en forma de secretos y misterios.

Por momentos la estancia de Dupin en el hotel evoca a otras parecidas de Poirot y el estilo narrativo consigue transportar al lector a los tiempos en que las vacaciones eran para unos pocos y no había aglomeraciones, como si escribiera la mismísima Agatha Christie.

Resulta muy bien orquestada la confabulación de gente del pueblo para que Dupin pueda estar al corriente de las pesquisas de la policía local sin que Claire sospeche, lo que genera una compleja trama de situaciones equivocas en el más puro estilo de comedia de enredo, donde todos esconden y amagan sin que ni Claire ni Nolween consigan salir indemnes.

Sin duda la novela más divertida de la serie, mantiene el interés policial hasta el final y, fiel a su ideario turístico, sigue ilustrando sobre las bondades paisajistas de la Bretaña, sus leyendas y su apetitosa gastronomía.

Lean las reseñas de otros títulos de la serie:










jueves, 18 de octubre de 2018

Pájaros sin alas de José Javier Abasolo

Puedes retener un pájaro cortándole
las alas, pero entonces dejará de ser
un pájaro.

Pájaros sin alas es la primera novela negra de una serie protagonizada por Goiko, Mikel Goikoetchea, inspector de la Ertzaintza en excedencia forzosa hasta que se olvide una infundada acusación de formar parte de una red de pederastia que ha destrozado su carrera y su matrimonio.

La vida le ha cerrado una puerta a Goiko pero le ha abierto una ventana y ahora es detective privado. Casos de poca monta. Migajas para quien fuera un prometedor investigador de homicidios, pero menos es nada. Y la vida sigue y hay que pagar facturas y comer, aunque sea poco y mal, algo excepcional por sus raíces.

A Goiko aún le queda quien cree en su inocencia.

Aún tiene amigos, buenos amigos, en el cuerpo y fuera de él. Y si un amigo ya es bien preciado, en sus circunstancias, es como que le toque la lotería. Y si encima velan por él, ya no son amigos: son ángeles de la guarda.

Un conocido notario de Bilbao lo quiere contratar para que investigue la muerte de su mujer considerada por todos un desafortunado accidente mientras que él sospecha que en realidad ha sido un asesinato.

Nadie aparte del marido cree en ello. Forense y policía fueron concluyentes en su dictamen. Goiko no quiere este caso pero se ve abocado a aceptarlo por la insistencia de sus amigos. Y a un amigo que te echa una mano no se le hace un feo.

La novela está narrada a dos voces, arriesgado ejercicio ya que una, la de Goiko es en primera persona, nada sorprendente en novela negra, pero la otra, la del asesino profesional, lo está en segunda persona y con ello el autor evidencia las dos posiciones ante la vida de los dos protagonistas y acentúa el aspecto psicológico de ambos.

Sus pensamientos, sus decisiones, sus sentimientos quedan expuestos sin pudor y en perfecto antagonismo aunque al final se desdibujen los contornos y las intenciones.

La voz del asesino resta capacidad de sorpresa por anticipar acciones y la inevitable confluencia final. Tanto el delito como el delincuente se van viendo venir pero resulta algo que no preocupa ya que la obra busca precisamente que se viva el avance progresivo de la investigación y sus repercusiones sobre la condición de quienes la hacen posible y eso se logra manteniendo un ritmo narrativo sosegado y una esmerada selección del vocabulario y del conocimiento de la gramática.

José Javier Abasolo
José Javier Abasolo consigue que una novela larga parezca corta; describe con igual maestría sentimientos y vulnerabilidades que paisajes y edificios y que rostros y cuerpos.

Recrea las disputas saldadas con muertes transformándolas en literaria crónica social.

Sabe escribir y sabe de lo que escribe y la prueba es que Goiko aprobó con nota su bautismo literario y tiene serie propia con varios títulos publicados.

Es una suerte saber que hay más botellas en la bodega. No dudéis en saborearlas.

Puedes retener a un pájaro cortándole las alas pero entonces dejará de ser un pájaro. Pájaros sin alas toma el nombre de la canción Txoria txori

domingo, 14 de octubre de 2018

Primavera cruel de Luis Roso

La crueldad no debería evocar una
de las más poéticas estaciones
del año.

La crueldad es un sustantivo que no puede aplicarse ni a las estaciones del año, ni a efectos meteorológicos, ni a veleidades climatológicas.

Y sin embargo relacionamos la crueldad a un momento del día, o a un mes o una estación por efecto de asociación mental.

Nuestros recuerdos van ligados al momento de los hechos, así no es raro que las huelgas de otoño sugieran titulares como Otoño caliente. Lo que si es raro es que se recuerde una Primavera cruel. Sucesos muy malos hubieron de suceder para evocar esa época, asociada generalmente a luz y color, de forma tan ominosa.

La crueldad es un privilegio de los seres humanos. De los seres humanos que obtienen satisfacción y placer infringiendo dolor. Hay quien lo considera una patología y con ello se exime al que la practica como si no fuera responsable o no tuviera total control de sus actos. Los torturadores desarman esta tesis.

Los torturadores que, como plantas en primavera, despuntan en las épocas de guerra y florecen en las dictaduras no son flores, son mala hierba, rastrera y venenosa.

Al inspector Ernesto Trevejo le endilgan un caso de trascendencia nacional, nada menos que un intento de atentado contra el Caudillo. Hay que aclararlo rápidamente y desarmar cualquier complot sin que la noticia trascienda. El inspector Bustos, un viva la virgen y sobrino del comisario, será su compañero en la investigación.

En esa época los enemigos del estado son los enemigos de España y por encuadrarse en alguno de los brazos de la denostada conspiración judeo-masónico-comunista-internacional reciben la atención simultánea de la Brigada de Investigación Criminal y la Brigada Político-Social.

Son esos tiempos convulsos donde la BIC abusa de su estatus para amedrentar y amenazar a quien les parezca y la BPS va más allá de las palabras o las bofetadas y se silencia lo que ocurre en los sótanos y calabozos de las dependencias policiales.

Trevejo entiende por donde se quiere que vaya la investigación e intenta contentar a sus superiores y a su sentido del deber que no desliga de cierto resquemor humanista.

Luis Roso, como ya hiciera en su anterior y primera novela con el inspector Trevejo como protagonista, no da nada por sentado y no deja que el lector haga lo mismo por lo que cada puerta que se abre conduce a otra sala con más puertas.

Un argumento intenso y opaco en cuanto a pretensión final que va desvelando momentos de la historia de este país al tiempo que lo hace con la trama que estructura la novela. Refleja incluso el ancestral odio que se le tiene a Catalunya, sin aclarar muy bien quien lo suscribe.

Una novela muy bien documentada que logra transmitir el sentir de la época en sus diálogos y pensamientos en voz alta, en la descripción de la forma de vestir y en sus comidas y trasiego de bares, que hacen avanzar la narración y que van ilustrando el realismo social, económico y político de la época.

Esta verosimilitud hace que la novela trascienda de su función de puro entretenimiento y se involucre en el análisis social de la clandestina oposición al régimen, en su forma de estructurase y en sus intenciones; todo sin caer en lecciones y manteniendo en todo momento el caso policial en primer plano. No en vano se trata de una novela negra. De hecho en una novelaza.

Mejor lean primero Aguacero la primera de la serie para entender mejor al personaje y al contexto y ya no podrá dejar de leer esta segunda.