domingo, 22 de octubre de 2023

Las mujeres sostienen la mitad del cielo de Jesús María Sáez

El mundo del espionaje es complejo y confuso, si a algo se le puede aplicar lo de nada ni nadie es lo que parece, es a este. Las identidades varían según con quien o en dónde se esté. Y el cuando es fundamental para que sea el momento oportuno: ni antes ni después. Ser espía no es un trabajo y más que un oficio. Ser espía es un estilo de vida y de muerte.

Vida y muerte son los dos pilares en los que se sustenta un thriller de espionaje, como este, Las mujeres sostienen la mitad del cielo, y como los que escribe Karlos Larrea, escritor de fama, el más leído y vendido en España y conquistando el mercado internacional.

Y por aquello que la realidad supera la ficción, a Karlos le toca vivir una peligrosa experiencia mejor que las que escribe. Resulta que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) le contacta, de forma peliculera, para informarle que su joven amante oriental, una agregada cultural en el Consulado de China en Barcelona, es en realidad una peligrosa y letal espía.

Y por si no fuera suficiente, el CNI, le pide que les ayude y Karlos pasa a convertirse en el protagonista amateur de uno de sus argumentos. Solo que en la vida real no es posible reescribir el texto y cualquier falta de ortografía se paga con la vida.

Las mujeres sostienen la mitad del cielo es un thriller eléctrico y hedonista.

Jesús María Txusmi Sáez le tiene tan cogido el tranquillo al thriller que leerlo es garantía de entretenimiento a modo de bolsilibro de los de antes. No hay respiro, hay muertes, hay lujuria, hay sexo, hay gastronomía de alto nivel i suficientes apuntes de arte, cultura, geografía, arquitectura…para contextualizar apropiadamente los diálogos y los hechos.

Acción y más acción son distintivo de su obra y si fuera cine, sería una película de alto voltaje.

El autor aprovecha también para poner en su sitio, esos interesados premios literarios y esas exquisitas editoriales que no dudarán en suplantar humanos por inteligencia artificial en cuanto las ventas estén aseguradas.

De este autor y en este mismo blog ya se han reseñado obras anteriores con elogios similares. Lecturas de evasión con emoción garantizada.

Siberia

Poniente 

Pandora 

Moscú 

domingo, 15 de octubre de 2023

El miedo en el cuerpo de Empar Fernández

Es de sobras conocido que las ciudades son una jungla... de asfalto. Una jungla con depredadores y presas. Una jungla donde quien sobrevive no siempre es el más fuerte sino aquel a quien la diosa fortuna decide proteger. No todos los animales de la selva son de fiar, Mowgli. 

Si a veces los cinco sentidos no son suficientes ni para un adulto ¿Cuántos precisaría un niño de 7 años, de relaciones sociales inhibidas, para permanecer a salvo?

Daniel Marín Torres no conoce Barcelona, de hecho, casi ni conoce el lugar donde vive, pero si recuerda esa pared contra la que chuta de forma precisa y metódica su pelota. Su madre, que está sentada cerca, lo ha llevado allí otras veces. Él prefiere su entorno habitual y sus rutinas, pero se resigna.

La pelota golpea la pared y ésta la devuelve con un sonido de bombeo de corazón lento… Bum…Bum…Bum… Un beat de batería. Una llamada insistente a una puerta inexistente que, claro está, jamás llegará a abrirse. Para Daniel es un gesto que regula sus ritmos y que, se supone, le hace feliz.

Daniel y su pelota son uno y por eso cuando en un rebote, la pelota toma una dirección imprevista, Daniel no piensa más que en recuperarla, no pierde ni un segundo en ir a por ella, a pesar de que signifique entrar en territorio desconocido; en territorio comanche, aunque eso él no lo sabe.

Mauricio Tedesco, inspector de los Mossos d’Esquadra, recibe la llamada que comunica la desaparición de Daniel y como conocido de la familia, se implica, junto a su equipo, en una investigación que pertenece a otra comisaría.

En una desaparición, y más de un crío, las primeras horas son decisivas. Hay que conseguir testigos, hay que recopilar información, reconstruir los movimientos y sobre todo hay que poner todo el esfuerzo y tesón más allá del debido cumplimiento del deber.

Empar Fernández va dibujando un plano donde entrecruza líneas del callejero de la ciudad con los comportamientos de los habitantes de la zona.

Lo hace, como en ella es habitual, ahondando en las sensaciones y en como cada cual las percibe, para traducirlas, según su nivel de humanidad y empatía, a sentimientos.

Sus novelas parten de decisiones y consecuencias. ¿Y si…? No se puede retroceder en el tiempo, aquella decisión, oportuna o equivocada, ha tenido esta consecuencia y esto no ha hecho más que empezar.

El miedo en el cuerpo, como sus otras obras, incita a una reflexión constante sobre los comportamientos y las actitudes. Muestra las diversas formas que tienen el dolor, el sentimiento de culpa y el miedo para manifestarse y como las afronta cada cual.

Las temáticas de esta autora pivotan a partir de una tragedia y sobre la onda expansiva que proyecta sobre los más allegados. Dicen que por no abordar el género de forma convencional no es novela negra. Tanto da la etiqueta, lo que importa es el material sobre el que se ha construido la trama. Y en eso, a negra, entendida como realismo social de maldades y miserias, no la gana ni el alquitrán humeante de un asfalto.

El miedo en el cuerpo es ese que una vez metido dentro te roe las entrañas. Como la lectura de esta novela. No la dejen escapar.

domingo, 1 de octubre de 2023

El problema final de Arturo Pérez Reverte

El problema final es un acercamiento al género policiaco clásico, que no novela negra, desde el respeto y la admiración de quien, siendo escritor de mérito y de éxito, sabe que la aparente sencillez en la redacción de Dama Agatha es fruto de un extraordinario virtuosismo.

Del autor, Arturo Pérez Reverte, no vamos a discutir su oficio, ni su dominio del lenguaje, ni sus aptitudes narrativas para hilvanar tramas inteligentes e interesantes.

Tal vez por eso acercarse a El problema final con la expectativa alta puede suponer un ligero desencanto.

El problema final es una novela policiaca de corte clásico, que en nada o poco se distingue de tantas otras escritas durante la edad de oro del género. Y que, como ellas, entretiene y mantiene el interés hasta el final solo para confirmar la identidad del asesino, como si de participar en un juego se tratara. Un enigma perfecto y una resolución inteligente.

Sin embargo, a la novela le falta imaginación, no para construir sino para sorprender, y le sobra erudición. Es claramente una fan service, una concesión a fans irredentos de Agatha Christie, pero principalmente de Sherlock Holmes y cinéfilos de nivel, ya que por momentos se asemeja a un trivial nivel pro por la cantidad de referencias, alusiones y guiños que despliega. La mayoría innecesarios en el desarrollo de la trama pero altamente vistosos para quien precise alimentar su ego con citas grandilocuentes.

La trama, a imagen y semejanza de las desplegadas por Agatha Christie, tiene un singular planteamiento y magnifico inicio. La idea de que un actor deba encarnar a su personaje de ficción preferido es sumamente original y secuestradora de atención lectora.

Por eso, Arturo Pérez Reverte, no busca un pastiche sino una trabajada revisitación de un método, Christie, y de un personaje, Holmes.

El aislamiento forzado de los protagonistas en un lugar momentáneamente inaccesible y el asesinato en habitación cerrada ya predisponen la ambientación adecuada y todo hace presagiar un derroche de falsas pistas, cuestionables coartadas y pasados que esconden secretos y nada de eso falta. El argumento es canónico en todo y por tanto no tiene ni un pero en cuanto al consabido planteamiento, nudo y desenlace.

En el nudo, el público habitual del género, que conoce sobradamente la obra de Dama Agatha, ya ha descontado la identidad del asesino y espera inútilmente ese giro de prestidigitador que le sorprenda; pero los siguientes sucesos solo son descargas de desfibrilador sobre un cuerpo ya inerte.

El problema final es una magnifica novela policiaca escrita hoy a modo y manera del ayer, que no pasará a la historia del género salvo por ser su autor y su supuesto protagonista quienes son.

jueves, 28 de septiembre de 2023

La cárcel de aire de Aurora Guerra

A Carlota la recluta Armando como pupila, como alumna, como compinche para perpetrar robos. Pero nada de robos al descuido de carteras o bolsos, no, robos de obras de arte protegidas por los 6 costados.

Pero primero Carlota debe aprender. De todo. Especialmente arte, pero también a vestirse, a utilizar los cubiertos, a entender la carta de un restaurante de muchos tenedores y a hablar. Hay que dejar de lado su parte choni y su hablar barriobajero y debe evolucionar para mezclarse con quienes tienen mucho dinero y, lo principal, no desentonar.

El punto de partida evoca inevitablemente al mito de Pigmalión, en una combinación de sus versiones cinematográficas de My Fair Lady, Pretty Woman y La Trampa.

Pero no se lleven a engaño, porque esa evocación solo está en su mente lectora; la autora tiene otros propósitos aunque no suelte prenda.

Hay una cierta tendencia a empatizar con quien realiza robos extraordinarios, prodigiosos y sobre todo sin violencia. Por eso este tipo de lecturas son amables, interesantes y divertidas.

Robos a museos, galerías de arte, coleccionistas, supone la revisión del mito de robar al rico, aunque, en esta ocasión, no sea para darle al pobre. Aún y así, el tema tiene ese punto romántico que supone la audacia. Ese punto novelesco al que es inevitable sustraerse y por eso se plasma en libro recurriendo a la ficción, porqué en la realidad sería poco menos que imposible.

Aurora Guerra que antes que literata es guionista, al menos en esta obra, aplica los recursos de las series de ficción televisiva para captar la atención, pero no suelta prenda de hacia dónde nos conduce.

Y hay misterio y suspense y romance y su justa dosis de sexo. Estamos ante un thriller muy bien trazado del que vamos suponiendo su intención a partir de tres voces narrativas y dos espacios temporales que van ajustando las piezas para sorprendernos con la imagen final que nada tiene que ver con la imaginada y muchísimo menos con la supuesta.

La cárcel de aire es un trampantojo de principio a final. La autora juega con los personajes y con los lectores, de buena fe, para que se diviertan tanto como ella al escribir la novela. Da para una brillante serie televisiva, incluso, ¿por qué no? para una película.

Los personajes son tan distintos que su contraste da nuevos sabores: la agorafobia, el control y el desparpajo son elementos distintivos de cada uno y que suponen su debilidad y su fortaleza a partes iguales.

Y Carlota, que no calla nunca, que siempre tiene que decir la última palabra, que pincha y pincha hasta hacer sangrar, resulta, de entre todos, el personaje más emotivo y por eso es inevitable tomarle cariño.

Léanla. Es una lectura aérea, fresca y muy entretenida de esas que no se caen de las manos y además de pasárselo bien, no les importe poner cara boba a cada nueva sorpresa. Forma parte del entretenimiento.

domingo, 24 de septiembre de 2023

La Sociedad Espiritista de Londres de Sarah Penner

Desde finales del siglo XIX hasta bien mediado el siglo XX la ciudadanía se divide entre la ciencia y las pseudociencias. Así la clarividencia, el tarot, la astrología, la telequinesis, el espiritismo… en fin todo el catálogo de disciplinas con recursos extrasensoriales, son objeto de devoción y de rechazo simultáneamente.

 Hay defensores y detractores de contrastada solvencia; así, entre el grupo de los primeros, entre quienes creen, destacan por ejemplo Charles Dickens o Arthur Conan Doyle y entre quienes no creen, a pesar que tal vez desearían tener pruebas para hacerlo, está ni más ni menos que el gran Harry Houdini.

Los dos primeros fueron socios fundadores del Club de los Fantasmas, creado en Londres en 1862, y que aún hoy existe, y cuya realidad da pie a ser ficcionada como La Sociedad Espiritista de Londres que constituye el eje principal de esta novela.

Sarah Penner, escritora inquieta y atrevida que disfruta recogiendo elementos históricos con los que recrear sus argumentos policiales y que nos hizo disfrutar tanto con El Secreto de la Boticaria, nos sumerge en la Inglaterra victoriana para adentrarnos en el fascinante mundo del espiritismo.

Ha habido una muerte relacionada con La Sociedad Espiritista de Londres y Morley, su vicepresidente y director del Departamento de Espiritismo, contacta con la prestigiosa médium francesa Vaudeline D’Allaire para que ayude en su esclarecimiento habida cuenta del poco avance que presenta la investigación policial.

Vaudeline solo se dedica a invocar espíritus de víctimas de crímenes y su fama trasciende países.

Por eso Lenna Wickes, científica que quisiera creer en esa disciplina que absorbió a su hermana Evie, se ha convertido en su alumna ya que desea aprender los rituales de invocación a fin de esclarecer la muerte de su hermana.

Pero la investigación va a colisionar con intereses de quienes actúan de forma fraudulenta y que no desean que sus actos salgan a la luz.

La ilusión como proyección de una representación fruto de la imaginación contrapuesta a la realidad del procedimiento científico. La fe frente a las pruebas tangibles.

La novela La Sociedad Espiritista de Londres es un relato policíaco victoriano que se vale del espiritismo para aportar una dosis extra de misterio y canalizar una militante defensa del feminismo; algo en lo que la autora demuestra tener habilidad y convicción.

Una lectura que apaga velas encendidas para volverlas a prender y en donde no basta con poner los cinco sentidos: hay que incorporar habilidades extrasensoriales; ¿las tienen? ustedes?