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lunes, 12 de septiembre de 2022

El Mussol Maltès de Jordi Valero


Este 7 de septiembre de 2022 se ha emitido el primer programa de El Mussol Maltès en Radio Sabadell 94.6 una emisora con 90 años de historia y que se reinventó hace 20.

El Mussol Maltès, cuyo título rinde merecido homenaje a la novela y la película El Halcón Maltès, es una desordenada colección de fascículos auditivos sobre el mundo Noir en todas sus manifestaciones: literatura, cine, comic, teatro, gastronomía, moda, etc. Todo mezclado pero no agitado.

Historia e historias del mundo noir narradas en forma de relato punteado por cortes musicales que comparten cuerpo argumental.

Es un programa breve, entre 27 y 29 minutos o sea que permite ser escuchado con tranquilidad mientras cada cual hace sus cosas: andar, pasear al perro, hacer deporte, viajar, cocinar, esperar la vez, planchar, regar las plantas, hacer el vermú…

Y es mensual, con lo que no hay agobios ni urgencias. Si un mes tiene 43.200 minutos, ¿a ver si no se pueden dedicar 27 o 28 de ellos a escucharlo?

Y se emite en Radio Sabadell 94.6, el primer miércoles de cada mes a las 20:30 y, también en redifusión y queda accesible en la pestaña de programas de su web para ser escuchado a conveniencia; y también está disponible en las mejores plataformas de podcast como Apple Podcast, Ivoox, Spotify y otras más.

Y gratis. Nadie da tanto por nada. Suscríbanse a su plataforma de podcast preferida y recibirán una notificación cada mes cuando haya uno nuevo; sin excusa para no perderse ninguno.

Espero que les sorprenda y guste por igual, escuchen el primer fascículo: El Mussol Maltès 01 – Negra i Criminal (I) y que ustedes lo maten bien.

En catalán (y también en plataformas podcast)

https://radiosabadell.fm/podcasts?field_programa=30376

En castellano, en varias plataformas de podcast como:

Spotify  https://open.spotify.com/show/6xK0qKoJrcYK8JcMivHdTt

Ivoxx https://www.ivoox.com/el-mussol-maltes_sb.html?sb=el+mussol+maltes


Desde 2010 Blog Interrobang: reseñas y artículos de fondo.

Desde 2011 Twitter bloginterrobang: noticias e informaciones puntuales.

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Desde 2022 El Mussol Maltès: Historia e historias noir musicalizadas.

domingo, 27 de mayo de 2018

Novela negra y magia: Sé lo que estás pensando de John Verdon



“-El otro día tuve un sueño sobre mi padre –empezó Gurney.

Vaciló involuntariamente. Su propia voz le sonaba diferente. Oyó en ella un eco de la profunda tristeza que el sueño le había generado. Holdenfield lo miró con curiosidad, pero no de manera desagradable. Se obligó a continuar.

-Después de despertarme, me descubrí pensando en un truco de cartas que mi padre solía hacer cuando venía gente en casa por Año Nuevo y se había tomado unas copas, lo que siempre le daba energías. Abría un mazo e iba por la sala pidiendo a tres o cuatro personas que eligieran una carta. Luego se concentraba en una de esas personas y le decía que mirara bien la carta que había elegido y que volviera a dejarla en el mazo. Entonces le daba el mazo a esa persona y le pedía que barajara. Después empezaba con toda su charla de que leía la mente, que podía durar otros diez minutos, y al final terminaba revelando teatralmente cuál era la carta...”


Reseña de la novela Sé lo que estás pensando de John Verdon

Acceda aquí para ver todas las entradas de este blog donde se relacionan argumentos de novela negra y magia.




domingo, 6 de noviembre de 2016

Houdini & Doyle

Houdini & Doyle una serie que combina
lo sobrenatural con la lógica de la física
y la observación detectivesca.
Harry Houdini (interpretado por Michael Weston), americano de origen húngaro, es un soltero enfant terrible que vive de números de ilusionismo y escapismo que encandilan al público mientras les pone el corazón en un puño. Sus estudios y conocimientos de la magia de escenario le convierten en un escéptico sobre todo lo que desafíe la física y persigue con saña a los médiums y charlatanes que se aprovechan de la buena fe de las gentes para robarles o llevarlos a tomar decisiones contraproducentes.

Arthur Conan Doyle (Stephen Mangan), escocés residente en Londres, es un médico casado y padre de una pareja preadolescente, que está cosechando cierta fama por unas novelas en las que narra las investigaciones de un peculiar investigador privado llamado Sherlock Holmes. Cree en el espiritismo, las hadas y en el más allá y por ello ve en los fenómenos paranormales la manifestación de una realidad paralela a la que además, se aferra por razones personales.

Constable Adelaide Stratton (Rebecca Liddiard) es la primera mujer policía de Scotland Yard y a pesar de sus indudables aptitudes para la investigación, sus dotes de observación y su autonomía en la defensa personal, vive su profesión relegada en el sótano de las dependencias policiales encargándose del archivo y sufriendo la ignorancia, cuando no desprecio, de los mandos que la toleran pero no la soportan. Es feminista y no cree más que en las pruebas sin prejuicio alguno.

Constable Adelaide Stratton la primera mujer policía de Scotland Yard
Espíritismo, reencarnaciones, milagros, fantasmas, premoniciones, extraterrestres, posesiones infernales, vampirismo (con la agradable presencia de Bram Stoker), poltergeist y el poder mortal del maligno son los argumentos, por este orden, de los 10 capítulos que componen la serie que el atípico trío de protagonistas mencionado se encargará de investigar formando equipo en el Londres de 1901, con escapada a Estados Unidos y Canadá.

La serie está muy bien ambientada y resulta correcta en la interpretación, los argumentos bien elegidos y trufados de sucesos, aparentemente, inexplicables por, aparentemente, paranormales, están diseñados a juego de las filias y fobias de cada miembro del equipo para que a lo largo de la trama cada uno pueda desarrollar sus aptitudes a pesar de los encontrados y manifiestos puntos de vista. Como subtrama líneal cada uno sufre, en su vida personal, un trágico suceso que confiere el contrapunto dramático al tono de comedia ligera que, lamentablemente, impregna la serie.

Doyle & Houdini amigos en la ficción y en la realidad
Y a pesar de que cada pieza aislada podría hacer presumir un mejor conjunto, algo no se ha hecho bien ya que en lugar de aprovechar el rico potencial que suponen las jugosas ideas argumentales y las tres personalidades reales (aunque la agente femenina no lo fuera hasta 1915 y tuviera otro nombre) con una vida rica en vivencias y anécdotas se cae en una suerte de rivalidad casi infantil que no solo no consigue generar química sino que tiende a la ñoñería al limitarse a extraer de los protagonistas solo su parte más superficial con lo que resultan unos perfiles tremendamente unidimensionales.

Y la culpa hay que repartirla entre todos: poco acierto en las tramas, ligeras respecto de la potencia de los argumentos; en los actores elegidos, buenos en su papel, aunque sin opción al lucimiento ni a hacerse mejores sinérgicamente; en el exceso de directores: hasta 5 distintos para 10 episodios y el exceso de guionistas: 7 acreditados. 

El punto de partida de la serie resulta goloso, unos protagonistas, Houdini, Holmes y Stratton, enormemente atractivos y con solo unos pequeños retoques y unas pequeñas correcciones resultaría brillante pero sea por el motivo que sea la productora ha decidido no hacer el esfuerzo de mejorarla y ha preferido proceder a su cancelación por lo que no habrá segunda temporada. Una lástima.

Este post se podrá leer también en el blog de magia Magicatessen con la intención de aunar géneros y favorecer la difusión del arte y la cultura.

viernes, 2 de enero de 2015

The Wizard of gore, El mago del horror, de Jeremy Kasten

¿Y si el truco fuese el mago?

La actuación de un mago en un número de grandes efectos de escenario ha de estar perfectamente planificada, tanto en su parte mecánica, de gestos y movimientos, como en su parte comunicacional, con una oratoria comprensible y convincente.

Todo con un solo objetivo: provocar un nivel de tensión in crescendo y facilitar al espectador las claves para que suponga que sabe lo que va a pasar, buscando su complicidad, dándole pábulo a creer que es más listo que el mago, para luego sorprenderlo con un giro que no espera y aprovechar ese momento de desconcierto para aparentar un fallo, ser sorprendido en un renuncio, que de nuevo suba el ego del espectador para terminar hundiendo sus mermadas barreras de resistencia con un final apoteósico y, aparentemente, imposible e inexplicable.

El espectador viaja en una montaña rusa de sensaciones contradictorias que le mantienen atado a la silla sin parpadear y casi sin respirar porque no quiere perderse nada de lo que está ocurriendo. Y porque necesita comprender aunque sepa que no lo conseguirá. O no del todo.

Montag el Magnífico es el mago protagonista de este film. Un psycothriller, The Wizard of gore, El mago del horror, que sigue el manual a la perfección y provoca al público hasta más allá de lo que permite el buen gusto.

Ofrece un espectáculo de sangre y vísceras, una performance gore que no puede dejar indiferente y en cada actuación cosecha gritos de horror y pánico y gritos de entusiasmo y celebración a partes iguales de un público asqueado y maravillado también a partes iguales.

Una de las muchas bellezas de la magia es que la ilusión puede comenzar mucho antes de que la audiencia sepa que va a ser engañada”

The Wizard of Gore, film de 2007 absolutamente gore, como su titulo explicita, y de serie B, dirigido por  Jeremy Kasten e interpretado por Edmund Ed Bigelow (Kip Pardue), su novia Maggie (Bijou Phillips) y Montag el Magnífico (Crispin Glover) es un remake del film del mismo título de 1970 dirigido por Herschell Gordon Lewis, mucho más oscuro y siniestro que su antecesor y que no deja indiferente si se consigue aguantar hasta el final.

El inicio del film es ya un claro anticipo de lo que presagia, y a medida en que como espectadores de la película consigamos trascender a espectadores del espectáculo de magia viviremos en primera persona la sensación de ser una suicide girl (chicas jóvenes y guapas elegidas al azar entre el público por Montag el Magnífico para ser víctimas, más que colaboradoras, de sus tejemanejes vejatorios, las desnuda en el escenario, y trucos de ilusionismo, psicodelia e hipnosis) con toda la carga de sensualidad, sexualidad y horror que atesora.

La aparición de cadáveres va a propiciar que Ed Bigelow investigue la posible relación entre los asesinatos imaginarios del espectáculo de magia y los asesinatos reales.

En ese punto la película adquiere tintes de novela negra y la investigación de Ed traspasa el concepto de obsesión al desplazar cualquier atisbo de vida cotidiana para entregarse en cuerpo y alma a descubrir quien está detrás de los asesinatos sin ser consciente que está mezclando realidad y fantasía y que el precio puede suponer perder la razón.

Film turbulento de interesante guión y factura y buena interpretación que destila momentos brillantes sobre todo conseguidos con un ambiente de confusión visual (hay mucho movimiento de cámara y asiduo empleo de ángulos bajos y oblicuos) y auditiva (mucho ruido de fondo para aprovechar al máximo las distorsiones del efecto Doppler) para provocar un efecto de irrealidad y ensueño con el que se pretende, y consigue, favorecer la transición de espectador externo (del film) a espectador interno (del espectáculo), como comentábamos anteriormente.

Una experiencia que acaba confundiendo al espectador por no poder delimitar lo que es truco y lo que no, en todo el film. El mago finge, el espectador puede creer sus mentiras y la complicidad admitida de engaño transforma delirios en realidades.

¿Y si el mago fuese el truco?

Esta reseña se publica conjuntamente en el blog Magicatessen, en su sección crossover, en un entente para favorecer la divulgación de la cultura y tender puentes entre la magia y otras secciones.

domingo, 6 de abril de 2014

Más rápido que la vista de Claude Cueni

Más rápido que la vista es un axioma del lenguaje empleado en el mundo de la magia y sirve también para dar título a una novela que combina hábilmente el ilusionismo y el género de intriga.

El ilusionismo porque su protagonista Ben Kruger, conocido en los escenarios como Mc Syme, se gana la vida con sus habilidades en ese arte actuando allí donde le contraten.

Sus alardes con todo tipo de trucos encandilan a los profanos por su aparente imposibilidad.

Y con él, convive y comparte una vida nómada su hermana Ingrid Kruger, que por presentar un comportamiento sometido a alteraciones nerviosas, tiene gran dependencia de su hermano y éste una gran responsabilidad para con ella.

Y combina con el género de intriga porqué precisamente esa actitud enfermiza de Ingrid va a propiciar una situación inesperada y altamente compleja para cuya resolución Ben Kruger, el gran Mc Syme, deberá emplear todas sus habilidades mostradas a media luz, también fuera del escenario.

Mc Syme es un mago que no utiliza las palabras en sus actuaciones, su interpretación cuenta con las manos y se resuelve con gestos y expresiones faciales de mimo, lo que le faculta para actuar en cualquier país y continente, pues no tiene el idioma como obstáculo.

Sus juegos de manos son meras danzas aéreas de hábiles dedos. Su arte merecería lucirse en grandes escenarios con resonancia mediatica y con público acorde y en cambio malvive representado sus números en tugurios de mala muerte. Debería brillar bajo luminosas luces y ha de conformarse con dejarse entrever entre el humo de cigarros y cigarrillos y la palidez de luces mortecinas.

Y a lo largo de la trama se irán viendo las razones de dicha penuria y se daran a conocer explicaciones de este proceder. Una vida arrastrada bajo peso, sin otra esperanza de que el mañana pueda ser mejor que el presente.

Más rápido que la vista es un thriller ligero de lectura rápida, perfecta para entretener y que solo desmerece un poco en su final que hubiera podido ser más estimulante.

Claude Cueni, escritor suizo de largo recorrido, en diversos géneros, pero poco renombrado compone en este thriller el paralelismo de mostrar una situación en la vida real análoga a la que puedan interpretar los ilusionistas en los escenarios.

Lo que vemos puede ser verdad o simplemente una ilusión. La diferencia o no, solo puede estar en el desenlace: en el teatro todo es ficción bajo control, en la calle todo es real sujeto a la ordenación del caos.

Esta reseña se publica simultaneamente en los blogs Interrobang y Magicatessen, en virtud de una colaboración cross over por su ambivalencia temática entre lo policial y la magia de escenario. Disfruten de la lectura, disfruten del espectáculo.


miércoles, 9 de octubre de 2013

Carter engaña al diablo de Glen David Gold

¿Qué mejor novela para enlazar la magia y el género interrobang que “Carter engaña al diablo” de Glen David Gold?

Y no solo por su cubierta, ¿quien puede resistirse a ella?, por cierto Premio mejor portada en la Semana Negra de Gijón 2004 y cartel original del último espectáculo del Gran Carter; ni por sus láminas interiores, por cierto reproducciones de carteles originales de espectáculos de otros grandes magos, sino porque si empezamos su lectura vamos a sumergirnos en un mundo de magia y de investigación policial del que ya no podremos salir. 


Habremos comprado una entrada para butaca de primera fila a un apasionante espectáculo de misterio y enigma que cambiará nuestra percepción de la realidad.

El Gran Carter es un gran mago que se encuentra representando su celebrado espectáculo ‘Carter engaña al diablo’ cuando el Presidente de los EEUU sube al escenario como voluntario en uno de los juegos en el que es desmembrado ante los atónitos ojos de su mujer y de todo el público asistente.

A las pocas horas se comunica oficial y públicamente su muerte.

Evidentemente Carter es el primer y único sospechoso y el agente del servicio secreto Jack Griffin el encargado de encontrar pruebas y detenerlo.

Si los libros ya son en si mismos una caja de sorpresas: basta con abrirlos para vivir las más variadas experiencias, los de género policiaco son hermanos de sangre del arte de la magia; por lo que si en una misma novela mezclamos investigación criminal y magia multiplicamos la capacidad de sorpresa por dos.

Tanto los espectáculos mágicos como las novelas de género enigma, interrobang, cuentan historias emocionantes, aparentemente imposibles, se sustentan en un argumento hábilmente trenzado, tienen una mise en scene muy cuidada, ambos emplean la misdirection para conducir la atención del público, sorprenden al final y sobretodo y por encima de todo ambos dejan con ganas de más.



El Gran Carter es Charles Joseph Carter, nacido en San Francisco en 1874 y fallecido prematuramente de un ataque al corazón en 1936, y la trama de la novela transcurre en los heterodoxos años 20, unos años en los que superada la Gran Guerra hay ganas de avanzar en tecnología, en experimentar con la ciencia, en estudiar nuevas posibilidades médicas y en las que los escenarios de los Music Hall se llenan de artistas de varietés y de magia donde la gente acude ávida de diversión y emociones.

La magia tiene sus momentos de gloria y está viviendo unos años de gran reconocimiento e interés y tiene encandilada tanto a las monarquías, como a la burguesía y a la clase obrera por igual. Es una época de transición económica, de resurgir industrial, y la magia parece el elemento capaz de articular ilusiones.

Es una época en la que los magos miman hasta el último detalle su aspecto y sus actuaciones, inventan constantemente nuevos juegos y practican y ensayan exhaustivamente durante horas y horas para conseguir efectos que atrapen a los espectadores en sus butacas y los dejen sin respiración. La vida del mago es dura y su economía nada boyante y hay que aprovechar que soplan buenos vientos aunque eso signifique reinventarse constantemente en nuevos y cautivadores juegos.

Es la magia de gran escenario, la magia vinculada a lo sobrenatural, a fuerzas ocultas y poderes solo para iniciados.

El contexto histórico donde transcurre el argumento de esta novela es real, perfectamente

documentado, los ecos de sociedad y los hechos sociales son reales, los personajes que se entrecruzan con la vida de Carter, y que interpretan pequeños cameos son reales, los inventos que se presentan son reales, y aunque Carter sea también real evidentemente todo se halla aderezado de ficción para inventar un argumento original y sorprendente, que Glen David Gold presenta con sencillez y sobriedad lo que lo convierte en una lectura amena, digerible, policial, intrigante, llena de ilusionismo y enormemente divertida.

Este libro es un espectáculo de magia y por tanto no vamos a desvelar ninguno de sus juegos. Para saber más, pasen y lean.

Este post se publica simultáneamente en los blogs Interrobang y Magicatessen en virtud de una estimulante colaboración crossover que persigue la pluralidad de voces para enriquecer el mensaje.

domingo, 7 de abril de 2013

El juego de las tres cartas de Marco Malvaldi

He aquí la segunda novela de la saga del Bar Lume con su propietario Massimo Viviani al frente, la atractiva camarera Tiziana y los entrometidos viejitos Aldo, Gino, Pilade y Ampelio (abuelo de Massimo) en el desbarajuste urbanístico que es el pueblo de Pineta compensado por el abrazo de un bellísimo mar azul.

Este rincón de la Italia costera y en concreto el Hotel Santa Bona es el elegido para celebrar el XII International Workshop on Macromolecular and Biomacromolecular Chemistry, así en extranjero y sin acrónimo, y junto con los ponentes y asistentes a los distintos seminarios, venidos de todo el mundo, con especial presencia japonesa, hace acto de presencia también, la muerte para llevarse a uno de los congresistas.

Es mayo, primavera lluviosa y de temperatura traidora, y el comisario Fusco, la suma de él y los dos agentes Turturro y Galán no hace tres, que no ha olvidado lo eficaz que puede ser Massimo como aliado en una investigación policial acude de nuevo en su busca para intentar aclarar el caso antes no finalicen las jornadas y vuelvan todos a sus respectivos países quedándose sin sospechosos y aún peor, sin culpable.

Marco Valvaldi confirma en esta novela que lo suyo es la literatura costumbrista, irónica, salpicada de notas inteligentes y pinceladas culturales y que la temática policial es una simple anécdota que despacha en unas pocas páginas, y le sirve para justificar su verdadera intención narrativa.

Confirma, porque algo así nos temíamos al terminar de leer la primera novela de la saga, La brisca de cinco (comentada aquí),
algo que no deseábamos comprobar ya que la idea de partida era original y fresca y el juego que podían dar los viejitos, de nuevo totalmente desaprovechados solo hay que leer su travesura en los museos, podría ser algo realmente grande.

En esta novela el argumento policial queda arrinconado para dejar paso a la biografía de Massimo, a sus pensamientos que no sentimientos, a su día a día, sus sinsabores cotidianos; echamos en falta su característica forma de servir a la clientela lo que no se le pide y también sus lances dialécticos con Tiziana.

Si en la primera saboreamos un antipasto, ligero, fresco y oloroso, esta se aproxima más a un plato de pasta sin salsa, denso, monocromático y ligeramente pasado de cocción. Aún y así se puede comer y degustar con media sonrisa de principio a fin.

Marco Valvaldi que buscara en los naipes inspiración y titulara su primera novela, La brisca de cinco, con el nombre de una variante de un entretenido juego de cartas ha continuado la tradición en esta segunda titulándola El juego de las tres cartas, en clara referencia al tramposo juego practicado por los trileros y que en tiempos de juventud practicara el viejo Aldo siendo camarero en un trasatlántico para buscar un poco de fortuna en los puertos.

El juego de las tres cartas o El monte de tres cartas, como se le conoce en ambientes mágicos es un juego que, sin ánimo de estafar sino para entretener y divertir, también interpretan los magos a menudo en sus actuaciones de magia de cerca donde se confirma aquello de que la mano es más rápida que la vista y que lo que ésta cree ver puede no ser cierto.

Los trileros suelen aparentar poca habilidad para parecer vulnerables: pero ojo! nunca apuesten; aunque puedan ganar un lance siempre van a acabar perdiendo.


Post scriptum: la reseña de la tercera novela de la serie titulada 'El rey de los juegos' ya está disponible aquí.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Los crímenes de Oxford y René Lavand

Magia y novela enigma perfecta pareja de baile. Baile lento, acompasado y sugerente.

En la novela “Los crímenes de Oxford”, Guillermo Martínez dedica un capítulo a describir casi literalmente una actuación del gran mago argentino René Lavand de forma que integra el concepto de la magia en el quore de la trama policiaca que se está desarrollando. Un intento de sugerir algo a través de ver lo que no existe.

Imbrica ambos géneros como se imbrican las cartas de una baraja: esponjando.

Esta novela enigma que bebe de los clásicos británicos de esta especialidad narrativa es un interesante juego intelectual al que el hecho de conjugarlo con la magia realza el sentido de espejo y reflejo, del que ambas artes son deudoras, ya que su sorprendente desenlace no deja de ser un logrado acto de prestidigitación.

René Lavand es un gran mago, aún en activo, que practica la magia de cerca con cartas, también llamada cartomagia, que no deben dejar de ver si quieren conocer un poco de la magia elegante e histórica con mayúsculas.

Histórica no por antigua, que también, sino porque el maestro René articula cada juego con una historia que va narrando pausada y musicalmente con lo que consigue que el momento, el instante, sea, todo él, mágico más allá del efecto que realiza con sus manos.

René es manco del brazo derecho que perdió siendo niño al ser atropellado por un coche. ¡Que gran mazazo para alguien que quería ser mago!, pero la ley no escrita de la voluntad y el tesón convirtieron en realidad la ilusión y hoy, un montón de años después, sigue por todo el mundo repartiendo ilusiones como si fueran realidades.

Sus juegos consiguen cautivar al auditorio que después de verlo actuar siente como si hubiera sido protagonista de las fascinantes historias vividas.

Cojan su ejemplar de Los crímenes de Oxford y dediquen unos momentos a releer el capítulo 21, son 7 páginas, y gocen de las palabras del maestro René Lavand y de su magia que basa en la Lentificación representada en este juego llamado No se puede hacer más lento (oficialmente conocido en el mundillo mágico como Agua y Aceite; cuando lo vean entenderán porqué).

Vean el video que muestra el juego citado y cuya actuación es una de las más logradas y aclamadas de este genial artista.  


Léan otros post que relacionan novela interrobang con la magia en este mismo blog pinchando aquí.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Poirot, Las Manos Mágicas y Shade

Desde pequeño siempre he asociado la magia a la novela de detectives y viceversa.

En este post anterior ya apuntaba similitudes objetivas entre estas dos disciplinas.

Pero las hay también subjetivas y se refieren a aquel verano en que coincidí leyendo “El misterio del Tren Azul” de Agatha Christie:  "Cuando pasó junto a un farol del alumbrado público, la luz iluminó un mechón de espesos cabellos blancos".

Y viendo en la tele de blanco y negro los programas de “Las Manos Mágicas” ¡inolvidable cancioncilla!

"Las manos mágicas le dirán,
la forma de aprender,
bonitos trucos que de magia son,
el resto depende de usted".
Ambos géneros quedaron en aquel entonces inevitablemente unidos en mi subconsciente y cuando en alguna manifestación artística se produce un cross over de ambos no puedo resistirme a su atracción.

Si bien es cierto que ha sido la prestidigitación la que más ha copado la audiencia por sus famosas representaciones en películas de timos y casinos, no hay que confundirla con la magia.

La prestidigitación es la manifestación aséptica de una trampa, es un habilidoso juego de manos ejecutado en perfecta sincronía y rapidez que practica un tahúr y para nada puede ser considerado un juego de magia, en donde el mago ofrece una ilusión.

Pero para los efectos de este blog, la bandera interrobang hermana sin buscar tres pies al gato (negro) y sin pretender herir sensibilidades a nadie.

Y para muestra este fragmento de "Los cuatro grandes" de Agatha Christie:

“Terminé por convencerme de que la vanidad de Poirot era tan inquebrantable que aguantaría cualquiera de mis intentos de ataque. Le recordé que en más de una ocasión los triunfos del juego habían estado en las manos de nuestros enemigos; pero como era de suponer resultó improbo el asalto a sus defensas del entusiasmo con que Poirot esgrimía sus artes.

- Mire querido Hastings, es igual que ese truco que realizan los prestidigitadores con los naipes. Lo recordará seguramente. Se cogen los cuatro ases y se reparten por distintas partes de la baraja. Se mezclan las cartas y se corta el mazo y pese a la imposibilidad del acto al final los cuatro ases aparecen de nuevo juntos. Este es mi métier, déjeme que los consiga reunir, como a los cuatro ases de la baraja, y entonces con un solo coup acabaré con todos a la vez.”

Este corte de la película Shade viene al pelo para ilustrar la respuesta de Poirot.


La película Shade es de las que el timo es el leit motiv. En las que la fortuna baila un agarrado con el trilero, el fullero, el prestamista, el primo y el gangster, al compás de la música de los disparos y el gorgoteo de las gargantas de los moribundos. Recomendable película. Magia e Interrobang: el principio de una gran amistad.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El naipe y la bala

Dentro del blog, fíjense, está nevando.

Lleva así todo el invierno. La nieve del blog es ficticia; es un efecto especial, es un efecto de ilusionismo. En los blogs no nieva.

Aunque el género interrobang se vista de verosimilitud es claramente un espectáculo de ilusionismo. Se diría que la misma esencia ha buscado manifestarse en artes distintos.

En ambos hay una presentación de un efecto que puede parecer que camina hacia una dirección; luego hay una concatenación de movimientos encaminados a lograr el fin pretendido sin dar pistas o dándolas falsas y finalmente hay una materialización o visualización del efecto conseguido.

La misdirection es el arte que practican los magos para retener y dirigir la atención del espectador hacia donde interese a cada momento de forma que a pesar de tener a un palmo la resolución del misterio no sea capaz de verlo aunque lo este mirando.

Y es la misma habilidad que despliegan los autores interrobang al presentar personajes y situaciones que a la vez que sirven para hacer avanzar la trama envuelven al público en un laberinto de despistes con lo que consiguen que toda la representación sea una mise en scene para un clímax final que ha de desmentir cualquier tesis supuesta de la forma más inesperada y asombrosa posible.

No es de extrañar que en su devenir hayan coincidido en época y se hayan entrelazado en más de una ocasión en sus representaciones.

El asombro es la vivencia de lo inesperado y de lo imprevisto. Es ser testigo de lo que no podía suceder y sucede y viceversa. La premonición de que lo imposible se vuelva inevitable  solo alarga la expectación pero no reduce ni un ápice el momento de la sorpresa.

Del mismo modo que el as de corazones que estaba en la mano del mago aparece dentro del bolsillo del espectador de la tercera butaca de la primera fila.

El asombro es la chispa que salta de la fricción de enfrentar lo racional a lo visual. Es la chispa que genera el percutor y dispara la bala.

Y que una bala agujeree un naipe es puntería.

Pero que la bala seccione un naipe es magia.

Intenten verlo desde este punto de vista. Y díganme que opinan.

Disparen sus comentarios.