domingo, 13 de julio de 2025

Ballard

Ballard es nueva serie policiaca de streaming y ya es como de la familia. Es un spin-off de la serie Harry Bosch guionizada por el propio autor de los libros, Michael Connelly.

La actriz Maggie Q es la detective Renée Ballard única policía titular de una unidad, formada con la ayuda de una voluntaria, una becaria y dos jurados, inicialmente, encargada de investigar casos sin resolver.

Casos abiertos o mal cerrados que escuecen por el simple hecho de recordar constantemente que a pesar de que las fuerzas del orden cuentan con más recursos que los criminales, estos pueden llegar a no ser identificados o desaparecer sin más.

Ballard no ha elegido destino; era eso o una salida (des)honrosa del cuerpo. Ballard se ha atrevido a denunciar a un compañero hombre y eso, aunque sea culpable, no está bien visto. El cuerpo policial es de lo más corporativista, homófobo y misógino del universo de cuerpos donde el heteropatriarcado ha sido siempre el rey.

Y no es una proclama reivindicativa, que si, sinó una constatación de un hecho aun hoy no afrontado y mucho menos solucionado.

Como spin-off de Bosch, transcurre en Los Angeles, y tanto Bosch como otros protagonistas de su serie hacen apariciones crossover i cameos en esta nueva serie. Lo que decía, acaba de empezar y ya te sientes como en casa. Y es que todo el universo literario, de ficción y formal, que acompaña a la serie raíz se continua en esta otra.

Las mismas pausas, los mismos diálogos con sentido y contenido, no vacíos que solo sirven para rellenar silencios, los mismos métodos de investigación y sobre todo y ante todo el mismo comportamiento ecuánime, el mismo rigor por la justicia y el mismo sentido ético por la verdad caiga quien caiga.

El equipo de Ballard, compuesto a partes iguales por experiencia y bisoñez entusiasta, trabaja sin descanso y con afán desde un sótano, lo que acentúa el abandono y el desprecio de quienes lucen placa como patente de corso, y cada uno de los personajes suma y aporta lo que enriquece al colectivo.

La serie se inicia con los interrogantes de porque a Ballard se la ha castigado de ese modo, porque está enemistada consigo misma y su entorno familiar, porque tiene un caso entre manos tan importante y contrareloj, y se irán resolviendo, por ser tramas lineales, a medida que avanzan los episodios.

Lo que no quita que haya casos auto conclusivos que confirman la verosimilitud de la serie, en el sentido de que nunca hay un solo caso sino muchos y a la vez. En ese aspecto entra de lleno en el subgénero de novela negra conocido como Policial Procedimental. Rigor y cumplimiento de las normas dentro de lema servir y proteger.

Ballard es una gran serie y merece ser seguida con atención. Es digna con el espectador y respetuosa con su inteligencia; además, está bien interpretada, bien narrada y con un tempo tan bien establecido que pide a gritos larga vida.

miércoles, 9 de julio de 2025

Las Aventuras de Sherlock Holmes de Berardi y Trevisan

Estamos ante una obra hecha para que las neuronas se relaman y los ojos se desorbiten.

Para acercarse a un gran clásico sin hacer el ridículo ni pasarse de soberbia hay que hacerlo con prudencia, fielmente y sobre todo de forma respetuosa.

Sherlock Holmes es el clásico entre los clásicos, y a pesar de sus adaptaciones cinematográficas y televisivas, más mediáticas y accesibles, su obra escrita, aunque referencia obligada de la gente que escribe y de la gente que lee, lamentablemente es poco conocida.

Esta edición (una cubierta magnífica), a cargo de Ponent Mon es una recopilación de 6 historias aparecidas entre los años 1986 y 1989 en la revista italiana L’Eternauta. 

Giancarlo Berardi, el cerebro de la obra, sabe que cualquier guionización de esas narraciones históricas será revisada minuciosamente; que los aciertos no serán aplaudidos por estar ya descontados de antemano, mientras que los desajustes serán objeto de crítica y befa.

Por eso se ha arrimado el máximo posible al texto original, tanto como le permite la adaptación al cómic, que tiene su propio lenguaje y por ello su propio ritmo narrativo supeditado al componente visual. Y elegir 6 casos del Canon no solo indica valentía sino también confianza en sus posibilidades.

Y ateniéndose a ese comportamiento propio del cómic, construye una obra toda diálogo, y se olvida de las cartelas para que sean los dibujos quienes sustituyan el papel de voz en off.

Y dejar este apartado a Giorgio Trevisan, para solucionar la parte gráfica, es no solo un acierto sino toda una garantía.

Con un estilo de realismo clásico, y un dominio absoluto de las técnicas de dibujo a lápiz y difuminados a fin de conseguir distintos y variados efectos estéticos, da como resultado una serie de precisos fotogramas enlazados por las imprescindibles elipsis sin que el ritmo narrativo se vea afectado lo más mínimo; todo lo contrario.

El resultado gráfico consigue ese ambiente claro-oscuro de la época y también ese aire enrarecido por la suma de humedad y contaminación. 

La elección de Basil Rathbone y Nigel Bruce como modelos para los dos protagonistas es un pleno.

Asegura una aceptación implícita por parte de fans de los personajes, no en vano es la pareja más reconocible en sus papeles de Holmes i Watson por su verosimilitud con el ideario colectivo y por eso resulta la más entrañable.

Pero también porque evoca esa época dorada en la que la lectura de los relatos aún no se ve como algo anacrónico y permite aceptarlos como algo de nuestro pasado aunque su escritura se remita a tiempos más pretéritos.

Y el resultado es un cómic que supone un privilegio al que nadie debería renunciar

viernes, 4 de julio de 2025

El retiro de Celeste Bena de Rette

El peor miedo de alguien que vive de la escritura es caer en el Síndrome de la hoja en blanco.

Esa desazón que supone el bloqueo mental ante una página en blanco que debe ser rellenada con texto. No hay ideas; hay temor a crear algo de inferior calidad a la obra anterior; hay síntomas físicos: angustia, insomnio, inapetencia y otros.

La incapacidad creativa afecta incluso a la relación social por temor a ser interpelado por como va la nueva novela y no poder evitar caer en una desesperación que suponga un desborde incontrolado de lágrimas.

Paula, editora que aspira a mejorar su cargo, ha decidido ofrecer un retiro con gastos pagados a un castillo semi abandonado, sin cobertura y alejado varios días de cualquier lugar civilizado, a siete de sus firmas fetiche del género de terror, autoras y autores (no hagáis caso de las reseñas que hablen de 6, significa que no han leído la obra) que se encuentran en esa situación en la que la inspiración ha decidido tomarse vacaciones y se ha marchado sin importarle las consecuencias.

Así a modo del clásico 10 negritos de la simpar Agatha Christie, 7 escritores: Odette, Erik, Ana, Sandra, Oscar, Carmen y Terrence, y 3 encargados de atender su estancia: Isabel, responsable de la organización, Sebastián, el cocinero y Kevin, camarero y ayudante para lo que salga, vivirán unos días de retiro esperando que la atmósfera del lugar les inspire para su próxima novela.

Cada cual tiene sus miedos, sus fobias y sus fantasmas, y el ambiente ominoso de un lugar que parece construido para el crimen no solo no les ayuda a superarlos, sino que consigue que se materialicen de forma que su mente no sea capaz de distinguir entre realidad y ficción.

La autora, Celeste Bena de Rette, ha escrito una historia de suspense, que combina el terror de la novela gótica con el terror psicológico a los que añade un argumento policiaco clásico: el del crimen en lugar cerrado.

Con los apagones, tormentas incesantes, edificio viejo con sus sonidos y sus quejidos, consigue una atmósfera claustrofóbica y combina suficientes elementos para conseguir que todos los presentes sean sospechosos. La personalidad de cada uno, su vanidad, su ego, van a ir emergiendo desde la educación cortés al principio hasta el abandono que supone la desesperación que muestra el egoísmo por sobrevivir.

El retiro les deja frente a su yo anterior, y no siempre es agradable ni asumible. La novela está estructurada en tres partes, a modo de capas, lo que le confiere una particularidad inusual y la distingue del resto de oferta.

Una capa es la conocemos a través de la lectura, en la segunda tendremos una interpretación de lo ocurrido y en la tercera una explicación. Todo muy bien enlazado para que nada quede sin respuesta y podamos identificarnos con el pavor que sufren los protagonistas, teniendo miedo al propio miedo. Y es que la peor oscuridad es la que se lleva en el interior y no se puede ver.

domingo, 15 de junio de 2025

El primer caso de Unamuno de Luis García Jambrina

Hay novelas que son lecciones de vida y cuando además son del género de novela negra, son también lecciones de muerte.

De vida, cuando incitan a la reflexión sobre lo que siempre se asume como verdad y tal vez no lo sea; cuando sugiere revisar si los principios sobre los que se adecuan los actos son tan sólidos como para explicarlos y no solo justificarlos, cuando ofrece perspectiva sobre la visión de la historia.

De muerte, cuando la soberbia impide entender que toda acción tiene una reacción y cuando hay enfrentamiento minusvalorando la capacidad de proyectar violencia que tiene el oponente.

A la novela negra se le exige que la crítica política y social no solo esté presente, sino que, además, si aquella es histórica, se sustente en datos contrastables.

El primer caso de Unamuno cumple con todo lo anterior, no solo es una novela negra que aúna crítica política y social sobre un hecho histórico contrastable, sino que además es una lección de vida y de muerte.

Cuando Miguel de Unamuno lee un artículo en un periódico que castiga, denuncia y denigra a los habitantes de Boada, un villorrio salmantino, por manifestar públicamente su intención de emigrar en bloque a Argentina al no tener medios para vivir y, literalmente, lugar propio donde caerse muertos, monta en cólera y se informa in situ para responder, con su verbo afilado, con otro artículo que, como sucede a veces cuando no se mide la fuerza del impulso, tiene el defecto de coincidir con un asesinato que lo convierte indirectamente en instigador y para muchos, de ser mano ejecutora.

Miguel de Unamuno se emplea a fondo, para su regocijo, en resolver el crimen no sea que acabe injustamente en la picota y con la ayuda de un Watson coyuntural, en la figura del abogado defensor Manuel Rivera, y de la misteriosa colaboración de Teresa Maragall, una anarquista catalana, descubre que una cosa es la palestra literaria y otra una investigación criminal y que la gran diferencia es que en la segunda puedes morir.

La España Vaciada no tiene otro origen que el desahucio de los habitantes de pueblos que ven como las tierras que han labrado y cosechado y que han servido de pasto a sus animales durante generaciones son subastadas públicamente, con amaños e intereses y comisiones, para devenir dehesas privadas o cotos de caza para deleite de señoritos.

La privatización de la tierra supone hambruna y es el motor de una migración por necesidad que no por voluntad propia.

Luis García Jambrina, doctor en Filología Hispánica y profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Salamanca pone voz a Miguel de Unamuno, a veces sacada de textos originales y otras de suposiciones, pero ajustadas a la realidad de un personaje que ha trascendido a la persona y que, por desgracia, resulta poco conocido para la mayoría de quienes presumen de letrados de este país.

La novela es espectacular. Su léxico, cuidado, rico, prolífico y ajustado a su tiempo; los personajes trabajados hasta el mínimo detalle en su aspecto físico y psicológico y los escenarios cuidados como para ser reconocibles incluso con el paso de los tiempos.

Y esa Teresa Maragall, esa Teresa efímera de los poemas y esa Teresa física y sensual con la fuerza y convicción de quien antepone sus ideales a la propia vida. Esa Irene Adler capaz de sacudir la esencia más primaria de Unamuno y voltear sus convicciones. Esa Teresa se merece no una novela sino una serie de novelas para ella sola.

Léanla si les gusta la novela negra y más aún si les gusta la literatura, ya que raras veces se encuentran en el mismo libro. Mientras esperamos la segunda entrega, refocílense: ¿Hay que sentir los pensamientos? ¿Hay que pensar los sentimientos

domingo, 8 de junio de 2025

El Juicio de Rob Rinder

Lo del juicio justo puede sonar a perogrullada, pero nada más lejos de la realidad.

Un juicio puede y debe ser legal, pero en el momento en que su desarrollo se sustenta en pruebas que pueden ser manipuladas, en la habilidad por la defensa o por el ministerio fiscal para presentar y retorcer los hechos y en la interpretación (y, por que no, los prejuicios) que pueda conceder cada miembro del jurado, el veredicto puede acercarse a ser justo, pero imposible asegurarlo al cien por cien.

Adam Green un joven abogado que espera que le hagan fijo en un bufete donde está como pasante, debe preparar el caso del siglo junto a su mentor Jonathan Taylor-Cameron, prestigioso abogado que en su vida personal solo busca placer y en la profesional tranquilidad. Un caso que podría consagrar a un abogado, aunque en esta ocasión no parece que sea de esos ya que se anuncia perdido de antemano.

Grant Cliveden, policía y héroe nacional, muere envenenado cuando está a punto de declarar en un juicio. No parece haber ninguna duda de que Jimmy Knjght, condenado en libertad vigilada, por un delito en el que Gran Cliveden le detuvo, es el culpable. Hay testigos de amenazas, hay seguimiento de llamadas telefónicas, hay video de un encuentro minutos antes del deceso:  blanco y en botella.

Por eso el caso se presenta perdido de antemano. Nadie duda de su culpabilidad, la policía quiere un culpable y la opinión pública, aleccionada por los medios informativos, parece haber emitido ya su veredicto.

Pero el caso suscita en Adam Green una convulsión mental por un paralelismo familiar, y quiere creer que no solo es inocente, sino que puede demostrarlo, así que se dedica en cuerpo y alma a analizar detalladamente los hechos para buscar un resquicio que como mínimo aporte esa duda razonable que puede significar diferencia entre la cadena perpetua o la libertad.

Adam no solo cree en la bondad de la justicia sino también en su necesidad,

Rob Rinder, el autor, es abogado penalista así que escribe desde la experiencia, mostrando los entresijos que rodean la labor de los bufetes de abogados y los que enmarcan los juicios con todos sus virtudes y defectos.

Y como en las mejores novelas de juicios nada es definitivo hasta que no se cierra la contracubierta.

El juicio, es una primera novela, cuyos giros inesperados satisfará a lectores de thrillers jurídicos y también a quienes valoran los argumentos con personajes complejos y atormentados.