viernes, 12 de abril de 2013

Tres novelas policíacas de Rafael Bernal

Bajo este pomposo título se encuentra en realidad un librito con tres cuentos breves; tres cuentitos de temática policial que encandilan por su candidez y por su edad: escritos en 1948; o sea, casi veinte años antes de la imprescindible El Complot Mongol (recuérdenlo aquí y en una época con pocos escritores decididos a desentrañar la construcción de una novela policial, como de alguna forma pretende el autor con estos cuentos.

Se diría por su extensión que es una obra menor, pero sin embargo resulta muy ilustrativa para entender la forma en que Rafael Bernal abordaría poco después la novela negra a partir de la novela policial.

En estos cuentos, Bernal plantea la resolución y análisis de los enigmas de la novela policíaca británica y ya lo hace empleando ese especial humor negro tan desarrollado en su magnífica novela El Complot Mongol, donde se ríe por no llorar, que es lo único que mantiene en pie a la sociedad de ese momento que esperaba mucho de la revolución y se siente defraudada por la lentitud con que parecen abordarse los cambios si es que lo son y si es que los hay.

En el primero de los tres cuentos, El extraño caso de Aloysius Hands, se lleva a cabo un minucioso análisis de deducción y observación, pilares de la labor detectivesca, ante una serie de asesinatos por envenenamiento sin aparente conexión ni razón, siendo los muertos habitantes todos de La Mesa, un pueblito de Texas. El descubrimiento del método empleado resulta determinante para llevar a cabo la identificación del asesino.

En el segundo, De muerte natural, el argumento gira en torno a una aparente muerte natural en un hospital, una variante del clásico caso de la habitación cerrada, que una mente inquieta ve como asesinato y una vez más es la curiosidad hermanada a la deducción la que resuelve el enigma.

El tercero y último, El heroico Don Serafín, ubica el asesinato en una universidad y el sospechoso, pese a tener todos los elementos en contra, podría no ser el asesino. Observar y deducir.

 
Estructuras todas ellas sencillas sobre las que construir un enigma, como un rompecabezas infantil, pero inteligentemente construidas y levantadas con el material del que está hecha la ironía y la capacidad para reírse del propio ridículo.

Resultan el aperitivo ideal para conocer al autor de El Complot Mongol. Tres novelas policiacas es una novela que se lee en menos que canta un gallo y sus giros lingüísticos autóctonos dejan ese sabor agridulce con regusto picante, cuando no abrasador, tan propio de la comida mejicana y que siempre ¿por qué será? da ganas de más.

Para acceder a la reseña de su gran novela El Complot Mongol pinche aquí.
Para saber más y mejor sobre Bernal pinche aquí.  

4 comentarios:

  1. Me gustan las novelas que hacen pensar, no conocía este autor, lo buscaré a ver que tal.
    Gracias por la reseña!

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    1. Laura, no esperes más que unos cuentitos de una época en la que casi no había literatura de este tipo. Hoy hay que leerlos con la condescendencia que esto supone.
      Saludos!

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  2. chido siempre me ha gustado lo de bernal me gustaria que me dijeran mas historias

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    1. Puedes encontrar su bibliografía en este enlace con la Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Bernal
      Saludos!

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