lunes, 22 de julio de 2024

La enfermera del Bellevue de Amanda Skenandore

El estudio de la enfermería en el Hospital Bellevue de la ciudad de New York, en 1883, es de acceso exclusivo para jóvenes de cierta condición social que asegure un mínimo de cultura y un máximo de respeto y educación, por eso es impensable que alguien que vive del robo y del pillaje y que además está en busca y captura por la policía pueda acceder.

Pero Una Kelly, que es ese alguien, lo consigue y con ello da un vuelco a su vida tan inesperado como impensable hace pocos días, pero es que en ello le va, literalmente, salvar su vida.

Pero en el hospital no solo tendrá que lidiar con unos estudios exigentes sino con unas instructoras y unos doctores que no toleran ningún atisbo de creatividad ni en los quehaceres ni en las conversaciones; aspectos difíciles de encajar para alguien que ha vivido en la calle y ha sustentado su supervivencia en la improvisación y la independencia.

Y, por si fuera poco, la posibilidad de que un asesino en serie callejero haya podido actuar dentro del Bellevue va a complicar aún más las cosas.

La enfermera del Bellevue es un poliédrico retrato de la diversidad social de la ajetreada vida neoyorkina de finales del siglo XIX que incluye una trama policiaca con un asesino en serie.

Amanda Skenandore relata fotográficamente esas calles llenas de inmundicia, esa falta de higiene y esas prácticas hospitalarias con medios precarios, donde verdaderas vocaciones se sobreponen al desánimo.

Lo hace con gran angular, casi ojo de pez, para que la imagen panorámica permita apreciar el todo, el ambiente y el bullicio y luego emplea macroobjetivo para acercarnos los detalles, lo que no deja de ser una visión espeluznante.

La autora ficciona una parte de la historia real para que sepamos que aunque la enfermería siempre se ha asociado con enfermeras, no fue fácil para la mujer acceder a esa profesión.


sábado, 13 de julio de 2024

El Club de las Damas Maleducadas de Alison Goodman

Las novelas criminales de época, ambientadas en pretérito, así como sus primas hermanas históricas, tienen que añadir a su trama principal una ambientación exhaustivamente veraz para hacer verosímil la anterior.

Y en este sentido El Club de las Damas Maleducadas es un ejemplo a seguir por otras obras que toman ese camino.

Reúne la esencia de las novelas folletinescas de la época en la que se desarrolla, con su equilibrada mezcla de romanticismo, aventuras, denuncia social y costumbrismo que la convierten en un sabroso te de media tarde con un inusitado bocadito de pepino con jengibre que le aporta acidez y picante.

Una novela clara y altamente feminista, Reivindicando la posición que a la mujer le corresponde, en cuanto a libertad de acción y toma de decisiones por iniciativa propia.

Así los casos que en esta obra se tratan, hacen clara alusión al enunciado anterior y en ellos la mujer es objeto, mercancía y deshecho. Y nada es inventado, aunque sea ficción. Y aun hoy hay que lamentar que ciertas culturas se postulen a favor de esa degradación femenina exaltando la autoridad masculina.

El crimen, el delito, no siempre ha tenido igual calificación y actos hoy punitivos e impensables han tenido sus días de presencia con aceptación social.

Por ejemplo, que un hermano pueda decidir sobre su hermana hasta el punto de poder encerrarla en un manicomio por considerar que su comportamiento pueda poner en evidencia la imagen social de la familia.

Y así a principios de 1800, albores del siglo XIX, en Inglaterra, durante la Regencia, una mujer, a ojos de la sociedad gobernada por los criterios de un heteropatriarcado rancio y sordo a cualquier sugerencia de cambio, era poco más que mal necesario.

Y si se supiera que dos hermanas mellizas, de momento solteras, aunque por edad no deberían según las costumbres sociales del momento, están resolviendo conflictos de una forma claramente ilegal, la horca sería una sentencia aplaudida.

Actuación ilegal a ojos del injusto sistema gobernante; pero racional y humanitaria vista con ojos de justicia social.

Alison Goodman vehiculiza mediante Lady Augusta y Lady Julia, las hermanas Colebrook, esa rebelión sorda, haciendo que ambas participen como detectives aficionadas de unas acciones que exigen resolución sin amedrentarse.

El resultado es una novela que va sorprendiendo a medida que avanza, con momentos de entretenimiento risueño ya que, igual que no hay tortilla sin romper huevos, no pueden haber acciones de brutalidad sin que las dos damas participantes imiten el comportamiento masculino, en sus gestos, charla, vestuario y juramentos incluidos.

Por eso Lady Augusta y Lady Julia sostienen que "... deberemos ser rebeldes, en ocasiones maleducadas y totalmente indomables"

El Club de las Damas Maleducadas muestra una precisa estructura detectivesca junto a una apuesta por la ruptura de las convenciones sociales de la época. Es una novela que seduce por su valentía transgresora.

Y lo mejor: es el inicio de una serie de la que pronto volveremos a tener noticias.

 

domingo, 7 de julio de 2024

Viaje a la oscuridad de Lou Berney

A Lou Berney lo conocimos en Carreteras de Otoño (reseñada en este blog) y descubrimos su capacidad para armar relatos a escala humana donde las personas tienen toda la importancia y la trama no es más que su circunstancia.

Y si esta era una suerte de road novel, con carreteras y caminos polvorientos, en la actual, Viaje a la oscuridad, también está presente el viaje, pero en este caso es el viaje interior que realiza el protagonista desde una vida anodina y sin expectativas claras hacia un crecimiento personal y un objetivo muy definido.

Hardy Hardly Reed tiene 21 años, vive solo, no tiene familia, salvo a Preston, un medio hermano de cuando coincidieron en una familia de acogida. Le gusta colocarse con marihuana, jugar a videojuegos y sobrevive gracias al mísero salario mínimo que cobra por hacer de actor en el pasaje del terror de un parque de atracciones que recrea el viejo oeste.

Una tarde, mientras hace cola en una dependencia judicial para solicitar el aplazamiento del pago de una multa de aparcamiento, se fija en dos críos, una niña y un niño que parecen hermanos y que están modosamente sentados en la sala de espera. Tan quietos que resulta impropio en niños de esa edad y tal vez por eso atrae su atención y su mirada que, sin querer, resbala por esos cuerpecitos para fijarse en unas marcas que identifica como quemaduras de cigarrillos.

Esa visión produce un chispazo neuronal y activa un mecanismo de protección que le conduce a tomar decisiones e iniciar acciones que unos minutos antes nunca hubiera imaginado.

Lou Berney relata con parsimonia para entender el proceso mental que realiza el protagonista para poder llevar a cabo ese viaje en el que se encuentra a si mismo lo que le permite identificarse con una misión en la vida.

Es una trama contenida en todo momento, pese al gran esfuerzo que supone no abrir compuertas, pero es el tiempo que necesita Hardly para asimilarse, a si mismo, en su nueva faceta personal. Por eso la lentitud en el avance de la historia describe ese ejercicio de crecimiento personal.

Los personajes secundarios, todos sin excepción, son pilares imprescindibles para levantar esta construcción que va a permanecer durante mucho tiempo en la mente del lector

Hay mucha belleza en tanta tragedia y mucha humanidad entre tanto individualismo. Es una novela desgarradora por la maldad impune y por los pocos medios de los servicios administrativos, pero esperanzadora a la vez ante la presencia de héroes anónimos capaces de actuar por conciencia.

Viaje a la oscuridad es tan estremecedora, tan negra, tan tierna, tan humana, que no puedo dejar de recomendarla.

lunes, 1 de julio de 2024

Se ha horneado un crimen de John Allison y Max Sarin

Estamos ante un cómic del género Whodunit, ya saben, esa trama policiaca donde conocemos los sospechosos y tenemos que descubrir quién ha cometido el crimen.

Un Whodunit que transcurre entre bambalinas de un reality show televisivo que premia la mejor creatividad pastelera.

Efectivamente, en el programa La Carpa de los Pasteles, el concurso de repostería más famoso del Reino Unido, se dan cita 12 concursantes y tienen que ir superando pruebas y semanas para alcanzar el premio final.

Pero nada más empezar uno de ellos cae envenenado y, la también concursante, Shauna Wickle, que se considera a sí misma una experimentada solucionadora de misterios, se ofrece a la dirección del programa para descubrir al culpable y evitar el fracaso del concurso.

Así entre recetas y pasteles y creatividad y apetito, va amasándose la trama de Se ha horneado un crimen. Un pastel que espera superar la cocción cogiendo volumen sin deshincharse.

La sintaxis del título recuerda demasiado a la serie televisiva Se ha escrito un crimen (el título original es bien distinto: The Great British Bump-Off) para no notar el parecido con el que la editorial ha pretendido activar nuestra cultura popular que aúna televisión y misterio criminal.

La historia es de corto recorrido argumental, ya que, lamentablemente, el guionista John Allison ni ha querido ampliar el número de víctimas ni rascar el maquillaje que esconde las miserias de este tipo de reality, y se ha quedado en la parte más anecdótica consiguiendo un relato repleto de humor, que demuestra ser su zona de confort.

Aún y así la trama refleja a la perfección las envidias y las estrategias de los concursantes, el punto estimulante y a la vez corrosivo de las entrevistas que va intercalando la presentadora y la superioridad moral que ejercen los miembros del jurado, que resultan sumamente desagradables, en lo que son los rasgos característicos de un reality televisivo para todo tipo de público.

Los personajes están suficientemente caracterizados de forma diferenciada para explotar al máximo el carácter de cada cual, que se refuerza con diálogos cortos de palabras pero largos de significado irónico.

El estilo cartoon, muy acorde al requerimiento televisivo de este tipo de concursos, en el dibujo de Max Sarin potencia las expresiones faciales y gestuales hasta un nivel de histrionismo aceptable y la paleta de colores planos y saturados, aunque demasiado corta, de Sammy Boras, consigue secuestrar la mirada para que no echemos en falta la, prácticamente, ausencia de decorados. Pero, si que hacen falta.

El resultado es un pastelito endulzado que leído entre lecturas más densas y tenebroso calado aporta frescura y divertimento. Además, a nadie le amarga un dulce.

martes, 25 de junio de 2024

La Novela Negra se muere

La Novela Negra se muere. Antes se murieron las librerías especializadas en su venta. Hoy se muere el producto. Envenenado con uno de esos venenos de efectos lentos pero progresivos e inexorables.

A la novela negra le hicieron creer que era inmortal; que solo sus páginas contenían víctimas y ella no lo sería; que estaba por encima de la humana condición de falible.

La engañaron. La sedujeron invitándola a docenas de festivales hasta la extenuación, exhibiéndola como objeto de deseo a mayor gloria de quienes copan los sillones que solo buscan su lucimiento personal en unas charlas autocomplacientes y endogámicas.

La hicieron creer que era necesaria, los demás, contingentes. La engalanaron, salía en todos los papeles y pantallas; lucía en carteles de DIN A/3 en paredes y escaparates y era la niña de los ojos de las editoriales.

Citada por todos los medios, y los enteros, desfilaba por los estands de ferias del libro, siendo la más buscada para una firma, una selfi o un flash.

Ofrecía su lado bueno para las fotos “Novela Negra mira aquí” “Novela Negra haz un mohín que denote tu lado oscuro” “Novela Negra, se mala” “Novela Negra posa como una femme fatale” y la Novela Negra se adecuaba a requerimientos y dejaba de ser quien era para ser lo que querían los demás; repartía sonrisas y lanzaba besos como quien sabe que nunca le han de faltar y que siempre habrá stock.

Ni lo sospechaba, pero ya le habían inoculado el veneno. Aún tardará años en hacer todo su efecto, pero para cuando se evidencien los síntomas será tarde.

Las editoriales tiran de sucedáneos, más económicos, menos divos y más rentables. Hace tiempo que no importa la calidad, solo la rentabilidad.

Las envidias son insanas solo para quien la sufre. Son un goce para quien las proyecta. Y True Crime y Cozy Mystery han sabido esperar.

A la sombra de la Novela Negra, han ido desplegando una maraña de artimañas con la finalidad de desbancarla. Conscientes de la polarización social, sabían que si jugaban bien sus cartas podrían repartirse el pastel.

Sus contenidos antagónicos no luchan entre sí, más bien se complementan. Quienes siguen a True Crime detestan la tibieza del Cozy Mystery y viceversa, quienes votan Cozy la sola presencia de True les provoca arcadas.

Y en medio, sin sospecharlo, la Novela Negra va perdiendo apoyos. Ciertamente que iba en mala dirección, su relamido, cuando no pedante, estrellato le ha impedido ver como sus argumentos se repetían, sus clichés se multiplicaban y sus personajes se guionizaban hasta la mediocridad.

La literatura así como el alma ya la han abandonado en muchas de sus publicaciones; los intereses comerciales, como dijo un reconocido editor, no busco lectores sino clientes, piensan en IA como medio para abaratar costes. El arte vale por lo que está tasado no por su condición innata, que ya no importa a nadie.

La Novela Negra ya no muerde, no incomoda. Se ha reblandecido por exigencias del guion y por indicaciones de lectores sensibles y encontrar un espécimen verdadero no solo es difícil, sino que pronto será misión imposible.

La Novela Negra se muere. Como estrella lejana que ya no existe pero que seguimos viendo su luz, tardaremos un tiempo en certificar su defunción, pero mucho y gordo habría de pasar para que no haya pronto una esquela en los medios.

La Novela Negra se muere porque True y Cozy, con el apoyo de los intereses comerciales aliados con estamentos, esos que la Novela Negra tanto denunció, la han envenenado para desahuciarla y ocupar su posición durante los años que la efímera y volátil fama tenga a bien concederles.

Junto a Thriller que siempre ha sabido cuál era su lugar y ha sabido mantenerse, True y Cozy serán los nuevos objetos de deseo de selfis y páginas dedicadas. Los festivales serán monográficos y llevarán sus nombres reluciendo con colores que ya no incluirán el negro.

Porque el negro es para el luto y el muerto al hoyo y el vivo, al bollo.

 

miércoles, 19 de junio de 2024

Muerte en El Cairo de Erica Ruth Neubauer

En 1926 los viajes intercontinentales eran algo solo al alcance de muy poca gente y si bien para algunos, ingleses, franceses, era más habitual porque sus colonias se extendían por varios continentes, para los americanos, en cambio, resultaba más extravagante y oneroso.

Lo que no impide a Millicent Stanley, tía Millie, arrastrar a su sobrina política y joven viuda, Jane Wunderly, a un lugar donde la ley seca no le impida practicar su deporte favorito que es degustar bebidas espirituosas hasta más allá de lo socialmente razonable.

Egipto, y el maravilloso Mena House Hotel, que incluye un campo de golf lindante con la arena del desierto; ese oasis para clases privilegiadas y con privilegiadas vistas en primer plano de las pirámides, es el exótico destino para pasar unos ociosos días de placer.

Pero encontrar el cadáver de una díscola joven, recién conocida en el bar del hotel, no entra dentro de los pasatiempos planificados por Jane y tener que investigar, a escondidas, su muerte para quitarse de encima la etiqueta de sospechosa, tampoco.

Una aventura romántica con cócteles refrescantes en un lugar de ensueño no casan bien con la pesadilla que supone un cadáver y un jefe de policía suspicaz. La emoción está servida en este Cozy Crime ingenuo y nostálgico.

Erica Ruth Neubauer reconoce su devoción por aquella época de películas en blanco y negro, humor blando, romanticismo elegante y novelas policiacas de la Golden Age, y este es su reconocimiento y su homenaje desde una planta baja de un alto edificio.

Así su protagonista, Jane Wunderly, que esconde un pasado truculento, está leyendo El Hombre del Traje Color Castaño, la novela más aventurera y menos policiaca de Agatha Christie, y sin duda Muerte en El Cairo, quiere ser clara deudora y aspira, sin conseguirlo, a ser reflejo.

Muerte en El Cairo, tiene una trama lineal plagada de diálogos y situaciones que consiguen hacerla espiralada por la lentitud en la que avanza. Y aunque resulte en exceso previsible no le afea el interés por lo que ofrece: una lectura relajada y amable, adecuada para días de asueto en los que desconectar de la rutina y pensar lo mínimo es la máxima prioridad.

Léanla bajo un ventilador de aspas y acompáñenla con un batido de frutas con un chorrito del licor que prefieran, les ayudará a superar la visita del calor que conlleva el verano.

miércoles, 12 de junio de 2024

La luz más cruel de Fernando García Ballesteros

La luz más cruel es la que ilumina lo que nadie desea ver. Bueno, nadie no. Hay personas depravadas que no solo disfrutan haciendo el mal sino que además desean inmortalizar sus hazañas en una fotografía que permita evocar a perpetuidad esos momentos, dichosos.

Fernando García Ballesteros no necesita inventar mucho, le basta y le sobra, con redactar hechos que fueron o muy bien podrían haber sido.

Y los redacta con mucha maestría, y lo que inventa no se diferencia de lo que coge de la realidad para ofrecer una fotografía dinámica de esas épocas en las que el patriarcado unido al apellido suponen dinero, poder y respeto además de libertad absoluta para realizar cualesquier actos ominosos que tengan a bien desear.

Sea del carácter que fuere y se ejecute contra bienes o personas. Así personal de servicio, mujeres de cualquier condición y obreros y otras personas de pensamiento u obra contrario a su concepción del mundo y del honor nada tienen que decir y mucho a temer.

La luz más cruel es una novela sobre una fotógrafa, Clara Prats, que ha aprendido el oficio familiar, y sobre sus intentos por ser libre y reconocida profesionalmente en ese mundo donde el heteropatriarcado no admite desviaciones ni salidas de tono.

Una fotógrafa criminalista que inmortaliza a personas muertas, y escenas de crimen como la del cuerpo que acaba de aparecer en la playa de La Barceloneta y del que nadie sospecha aún que es solo el primero de una serie.

Es una novela negra, de esas que se catalogan como histórico-policiacas que transcurre en Barcelona a principios del siglo XX y en ella se reflejan, como en los charcos de inmundicia que jaspean las calles, tanto ropas recosidas y remendadas como ropas hechas a medida con ribetes y encajes.

Todo cabe en una ciudad que acoge barrios de clase baja que están a nivel de mar y de clase alta que están hacia la montaña.

El autor demuestra gran aptitud y pasión por fotografiar esas épocas de contrastes sociales tan exagerados como ignominiosos, como ya lo hiciera con su otra obra El crimen del Liceo reseñada también en este blog y que, junto con la presente, deberían leer.

domingo, 9 de junio de 2024

Agatha Raisin y la turista impertinente de M.C. Beaton

Entrega número 6 de la serie protagonizada por Agatha Raisin y sin duda la menos policiaca, de las publicadas hasta ahora, la más empalagosa y sensiblera y únicamente interesante para irreductibles fans de la protagonista y para viajeros que estén planificando una estancia en Chipre.

A esa isla que los lugareños dividen en dos partes identificándolas como grecochipriota y turcochipriota según sea norte o sur y su cercanía con el país continental referenciado, llega Agatha Raisin en busca de su amor, James, que ha huido buscando sosiego después de casi sucumbir en una ceremonia nupcial.

La practicidad de James hace que elija Chipre y la casa alquilada como viaje de bodas, total ya estaba pagado, para hacer las paces consigo mismo lejos de Agatha, a quien considera compañía perniciosa.

A su llegada, Agatha coincide, en un mini crucero de recreo, con un grupo de compatriotas (Chipre es uno de los destinos preferidos por británicos como lugar de turismo y como asentamiento de jubilados) que no parecen tener mucho en común salvo la circunstancia de compartir la excursión.

Un asesinato vendrá a turbar la paz del grupo a la vez que despertará el espíritu de investigadora que anida en Agatha viendo en ello la oportunidad de resolver el caso y recuperar a James si consigue encontrarlo y convencerlo de que participe en las pesquisas.

Agatha sospecha que sus desequilibrios hormonales, síntoma inequívoco del avance menopaúsico, son los causantes de sus frecuentes cambios de humor que alteran su mente y su comportamiento hasta el punto de querer recomponer la relación con James, el amor de su vida, a partir de la lógica y no de los sentimientos.

La autora, centrada en exceso en el torbellino de emociones amorosas y estímulos sexuales de la protagonista deja de lado la trama policiaca que resuelve de forma apresurada y con desgana como si se hubiera acordado de repente de que no podía cerrar la novela sin solucionarlo.

Aparte de las ganas de recorrer Chipre, de probar la comida local en cualquiera de los muchos restaurantes nombrados y de bañarse en sus aguas, no queda mayor recuerdo de la trama una vez cerrada la contraportada.

Leyéndola se entiende perfectamente que la editorial dudara sobre la conveniencia de su publicación, así como también se entiende plenamente el título Agatha Raisin y la turista impertinente (entendiendo que se refiere a ella y no a cualquier otra turista que pasara por allí).

Ni se les ocurra empezar la serie por esta obra ya que fácilmente la abandonarían y sería un error ya que cuenta con títulos mucho más relevantes y ya reseñados anteriormente:

01 – Agatha Raisin y la quiche letal

02 – Agatha Raisin y el veterinario cruel

03 – Agatha Raisin y la jardinera plantada

04 – Agatha Raisin y los paseantes de Dembley

05 – Agatha Raisin y la boda sangrienta


domingo, 2 de junio de 2024

Torpedo 1972 - Un hombre llamado Capullo de Enrique Sánchez Abulí y Leandro Fernández

Luca Torelli, Torpedo, no es físicamente inmune al paso del tiempo. No le pesan los kilos, sigue estando tan delgado o más que siempre, pero los años no pasan en balde.

Sus reacciones no son tan viscerales ni tan explosivas, pero no por ablandamiento hermanado con la edad, sino porque sus reflejos tardan unas milésimas más que antes en desencadenar las acciones.

Quien dijo aquello de genio y figura hasta la sepultura sabía que Torpedo lo ejemplarizaría y lo haría bueno.

Y es que Torpedo peina canas y luce arrugas pero sigue siendo el mismo canalla malnacido con el que nunca te has de enfrentar si deseas seguir con vida y entero.

Amoral es su primer apellido y para el segundo hay disputas entre misógino, a menudo, y machista, siempre.

Amoral pero con código de honor propio que mantiene intacto y a mucha honra.

Le tiembla el pulso, la edad se cobra su peaje, y sigue con esa parafasia fonética que debería preocuparnos por si es un síntoma de un cerebro deteriorado, pero sin embargo no reímos de sus traspiés con el lenguaje.

Torpedo 1972 significa el retorno de un personaje mítico de la historia de la historieta y exponente del género negro más cinematográfico representado por gánsteres y sicarios.

Un hombre llamado Capullo es su tercera entrega, siempre con su fiel Rascal, y adquiere tintes épicos en una historia escrita con ingenio y mucho humor blanco y humor negro, y rojo si me apuran porqué hasta las muertes que salpican de sangre tienen su punto risible.

Enrique Sánchez Abulí, su eterno guionista, a partir de un atraco a mano armada que debería ser tan sencillo como quitarle un caramelo a un niño, construye un argumento rebosante de pasiones y lleno de sorpresas y giros de guion que mantienen al lector pegado a la lectura terminando cada página con una viñeta escandalosamente cliffhanger.

Leandro Fernández acentúa con rasgos cartoon, que nos recuerdan al gran Spirit, las expresiones de los protagonistas para destacar sus cambiantes estados de ánimo y lo resuelve con tal solvencia que deseamos que vuelva en la siguiente entrega.

A Torpedo, por su peligrosidad, hay que darle de comer aparte, por eso puede parecer incomprensible que lo sigamos queriendo sentado a nuestra mesa. Tal vez sea por aquello de ten a tu enemigo cerca.


miércoles, 15 de mayo de 2024

Crimen a bordo del SS Orient de C. A. Larmer

En épocas pretéritas era muy común encontrar antes del nombre del barco unas siglas identificadoras de su sistema de propulsión; así SS significa Stean Ship, o sea, Barco de Vapor.

El SS Orient actual, el protagonista de esta novela, es una réplica de un mítico barco que en tiempos realizaba la travesía entre Inglaterra y Australia y como aquel realiza el mismo itinerario solo que ahora más que un medio de transporte es un crucero de placer.

Y en el tramo final de ese crucero, el que va de Sídney a Nueva Zelanda, embarcan los miembros del club de lectura El Club del Crimen ansiosos por descubrir los placeres en un barco de lujo, sin sospechar que entre ellos estará el involucrarse en una investigación criminal.

Lo que redunda en placer, ya que además de la lectura sienten pasión por la investigación, aunque una de las investigaciones les cause mayor desazón habida cuenta de quien es la posible víctima.

Segunda entrega con los mismos protagonistas, los componentes del Club del Crimen, que ahonda en el subgénero Cozy Crime. Esa vertiente de la literatura donde prima la estructura de guion, e incide en la amabilidad, el romanticismo y el confort para propiciar una lectura sin sobresaltos, sin sangre y sin necesidad de tomar partido alguno por inexistencia de denuncia social.

Un regreso al origen del policiaco, cuando el crimen era una trama de personajes, coartadas y secretos; un intrincado rompecabezas y resolverlo la máxima aspiración de quien investiga y de quien lee.

A Cristina A. Larmer hay que agradecerle que haya recuperado esa parcela y que de satisfacción a nostálgicos del género de cuando la edad de oro era el referente.

Si son de novela negra pura y dura, aléjense, ya que si son de buen saque literario se van a quedar con hambre, si por el contrario son de picar y un solo plato, esta novela de suspense psicológico va a colmar sus necesidades y va a satisfacer sus papilas gustativas, levantándose de la mesa sin sensación de pesadez.

Crimen a bordo del SS Orient es una novela que si se le otorga la complicidad que solicita, ofrece entretenimiento, diversión y emoción en régimen de buffet libre.

sábado, 20 de abril de 2024

Soy su silencio de Jordi Lafebre

Editado simultáneamente en castellano y catalán, es una obra que aporta frescor al panorama Noir del cómic local. Un Noir que ha sido generalmente secuestrado por arquetipos americanos.

Soy su silencio, Soc el seu silenci en catalán, es una joyita del género policiaco autóctono. Destaca por su original argumento y por la habilidosa forma de narrarlo que lo va desplegando a sorbos, como corresponde, ya que trata de los entresijos de una bodega familiar.

También destaca por el tratamiento del dibujo, de línea clara, delgada y simple; y de la imagen cercana al expresionismo cartoon propio del manga, pero tamizado por el carácter mediterráneo. Y no solo por los rostros, sino, además, y especialmente, por los gestos y las posiciones corporales que, de tanto dinamismo realista, las viñetas parecen pequeñas para contenerlas.

Y el color, de una gama tonal amplia, va ajustándose a cada ambiente y situación apostando por tonos pastel de suave calidez.

Y si a la vista resulta atractivo y gratificante, añadiendo el argumento y los diálogos se convierte en una lectura absolutamente adictiva.

Tanto por el tema, una investigación de asesinato, siempre interesante, como por su enfoque a partir del relato en primera persona mediante el recurso de flash-back en una consulta de psiquiatra.

Eva, doctora en psiquiatría, recibe la invitación, de su pacienteamiga Penélope, a pasar dos días en la finca bodeguera de Can Monturós, donde está previsto que se lea el testamento en vida de la anciana matriarca de la familia, una estirpe con intereses tan retorcidos como las vides que dan su cava. Serpientes de madera.

En la finca va a ir trabando conocimiento real de personajes que conoce de oídas, por las sesiones de terapia, y cuando se produce el asesinato se ve obligada a actuar, investigando en paralelo a la investigación policial, entre otras circunstancias porque está siendo considerada culpable.

109 páginas para deleitarse con cada viñeta y releer una y otra vez para seguir sorprendiéndose del habilidoso engranaje narrativo, cuyos giros y requiebros, mantienen secuestrado el interés lector.

Hay que agradecerle a Jordi Lafebre que haya aportado esta obra al mercado, que se ve rejuvenecido por ello, y hay que pedirle que retome a Eva y nos permita acompañarla en una nueva aventura.

Lean este cómic y anótenlo para regalar este próximo Sant Jordi. Triunfo asegurado.

viernes, 12 de abril de 2024

La puerta de los traidores de Jeffrey Archer

Fiel a su cita, Jeffrey Archer vuelve a publicar una obra que es un engranaje mecánico perfectamente diseñado, en el que cada pieza encaja con su vecina y da como resultado un artefacto que, bajo el nombre de novela, se comercializa sin publicidad habida cuenta que la demanda ya está descontada.

La novela La Puerta de los Traidores coge el nombre de su homónima que es una de las que permiten el acceso al recinto de La Torre de Londres.

Y es que La Torre de Londres y el tesoro que custodia, y que cada día visitan cientos de turistas, es el epicentro de una trama que se asemeja al vuelo de un colibrí: veloz e imparable.

Una trama que se desarrolla en un plan para apoderarse de ese bien tan preciado y no solo por su valor económico, incalculable, sino por su valor simbólico y por tanto de un impacto emocional solo entendible por la ciudadanía británica.

Un plan magistralmente elaborado que, como todos, será tan infalible como lo sea su eslabón más débil, y, éste, a veces no es tangible sino solo sentimental y tiene en la soberbia su talón de Aquiles

Esta novela, La Puerta de los Traidores, es la continuación, aunque puedan leerse de forma independiente, de su obra anterior Por encima de mi cadáver y, como en ella, mantiene el ingenio y la intención de sorprender por encima de cualquier otra aspiración literaria.

Nos volvemos a encontrar con los mismos protagonistas y, como en el circo, busca el más difícil todavía. En esta ocasión la sensación de angustia sobrepasa cualquier escala de medición que existiese ya que el desenlace se produce en solo 24 horas y es muy poco para lo mucho que hay que hacer.

El plazo contagia al lector que siente que debe apresurar la lectura para entrar en tiempo y que no duda en empujar directamente a según que protagonistas para que se den prisa.

Jeffrey Archer lleva tanto tiempo en la cúspide, que su única intención es entretener y eso son sus novelas, un rico helado en una tarde de verano. Frescura, dulzor adictivo y placer momentáneo.

No dejen de aproximársele si andan con concentración baja de serotonina.

miércoles, 10 de abril de 2024

Almuerzo en el Café Gotham de Stephen King

El subgénero GastroNoir, o Gastronomía Criminal, dentro de la novela policíaca y la novela negra, trata sobre argumentos que tienen como eje principal el mundo de la gastronomía, ya sea encarnada por chefs o maîtres de restaurantes, o por críticos gastronómicos, distribuidores y productores.

Próximamente dedicaré varios fascículos de El Mussol Maltès a informar sobre la oferta literaria, cinematográfica y televisiva para su deleite.

En esta ocasión la reseña es un pequeño aperitivo, servido en forma de relato escrito por el maestro del género de terror, cuando no horror, Stephen King.

Steven Davis llega a casa del trabajo y encuentra una nota de su mujer Diane, Diane Coslaw, en la que se despide, le pide el divorcio y le comunica que pronto tendrá noticias de su abogado.

Al asombro por parte de Steven le sigue el desconcierto y van aflorando otros sentimientos, aunque se fija un objetivo y es recuperar a su mujer como sea.

Mal momento para dejar de fumar. Y más si se es un fumador empedernido.

De repente, entre los nubarrones, un rayo de sol: una invitación a un almuerzo el jueves al mediodía con Diane y su abogado. Una encerrona pensará alguien, una oportunidad de tenerla cara a cara y recuperarla, piensa Steven.

Y ese es el principio de todo. O el principio del final. No les diré más, si desean saber que ocurrió en ese almuerzo tendrán que ir al Café Gotham.

Stephen King hace alarde de su humor negro y echa mano a sus existencias gore para derrocharlas sin recato y ofrecer un relato criminal hijo de sus particulares pesadillas terroríficas con las que se ha hecho famoso al pasarlas a papel y aún más a cine.

Almuerzo en el Café Gotham es una lectura con ilustraciones que ponen la tilde en aquellos aspectos relevantes y conforman un conjunto sencillo pero satisfactorio. 

lunes, 1 de abril de 2024

El Coleccionista de Daniel Silva

El Coleccionista es un thriller que aúna espionaje, robo de obras pictóricas más que relevantes y conspiraciones políticas con fines bélicos bajo falsa bandera.

Y es que el espionaje tiene tantas o más ramas que un árbol y cuando te encaramas a una y empiezas a ascender o a desplazarte lateralmente, nunca sabes en cual acabarás.

En esta novela, empezamos en Venecia, descenderemos hasta el este, la bella costa Amalfitana, para ir a Dinamarca y… ya no digo más para no restarle interés.

Baste solo saber que se empieza por el robo de un cuadro, tal vez el más caro del mundo, y uno de los más desconocidos, y se acaba con… y ya no digo más para no restarle emoción.

El protagonista es Gabriel Allon, un marido feliz y padre afortunado, residente en Venecia, que se dedica a la restauración de cuadros, aunque anteriormente tuviese un oficio lleno de misiones peligrosas, al que el general Ferrari coacciona amablemente para que le ayude a recuperar el cuadro robado.

En su investigación recibirá ayuda de Ingrid Johansen, una habilidosa ladrona y consagrada hacker danesa y de antiguos compañeros que, con él, se apuntarían a un bombardeo, nunca mejor dicho.

La misión acabará complicándose hasta extremos insospechados que podrían cambiar tanto la faz del planeta que sería irreconocible… y ya no digo más para no restarle curiosidad.

Daniel Silva no precisa presentación puesto que su obra es sobradamente reconocida y bien valorada. Sus thrillers son pasapáginas angustiosos y excitantes, y en El Coleccionista se explaya sin cortarse un ápice y aunque algunos aspectos se solucionen de forma poco ortodoxa, se le permite la licencia creativa.

La novela entusiasmará a sus fieles fans y si no lo conocían, esta puede ser una buena ocasión para acercarse a su obra y a su estilo.

El Coleccionista es entretenimiento con visos de realidad amparado por una contextualización histórica verdadera en su mayor parte. Lo que hace que la reflexión final sea del tipo ¿podría suceder?

sábado, 23 de marzo de 2024

El vino del alquimista de Pepe Müller

Dentro del género thriller de aventuras, hay un subgénero, no diagnosticado, protagonizado por buscadores y que en su trama desarrolla la búsqueda, no exenta de peligros, de un objeto valioso.

Valioso por su valor crematístico, como un tesoro, o porque su trascendencia histórica puede alterar paradigmas y conseguir tambalear los principios éticos y sociales que hemos dado por inamovibles a lo largo de muchos años.

Suelen tener dos figuras prácticamente a la sombra y antagónicas que persiguen el mismo fin: encontrar el bien preciado. Que a su vez disponen de empleados y sicarios que son los que ejecutan el trabajo y corren los riesgos.

El protagonista principal, por lo general masculino, suele empezar titubeante pero una vez coge carrerilla ya todo se sucede de forma rápida y relativamente fácil. Hay viajes que buscan vistosidad y que se adornan con petulantes nombres de hoteles y restaurantes, marcas de ropa y comidas, y vinos exclusivos no, lo siguiente, aunque sus notas de cata carezcan de alma.

Y no faltan simbología, acertijos y secretos ocultos durante siglos que ahora se resuelven de forma pueril. Y es que a este subgénero hay que concederle esta prebenda, pues en caso contrario, las novelas necesitarían más de mil páginas.

Y en la trama siempre hay una chica, atractiva e inteligente, que ayuda al protagonista. Y muertes; ingrediente esencial para demostrar que no se está ante un juego de sobremesa.

El vino del alquimista es un thriller de buscadores, y como va de vino, diré que, elaborado a partir de un coupage de los tópicos identificadores de este subgénero que no difiere de otros títulos parecidos, a los que si supera, y con nota, con un diseño de cubierta muy apropiado.

En esta novela la búsqueda se ajusta a una botella de vino perteneciente a un fraile que además de enólogo era alquimista. Por lo que a la botella se le confieren propiedades químicas vinculadas al esoterismo.

El inicio es trágico con el incendio de uno de los más conocidos restaurantes de Barcelona con resultado de muerte de una persona.

A partir de aquí, los buscadores tienen un reto de pista fría y sin mapa con la X que indique el lugar lo que los equipara a los lectores que pueden ir avanzando en las pesquisas y descubrimientos a la par.

Si fuésemos exigentes, diríamos que a esta ópera prima de Pepe Müller le falta lo que se le pide a un buen vino, estructura, equilibrio y matices, pero siendo una lectura pasarratos se entiende que carezca de esa acidez que puntúa al vino.

 

martes, 19 de marzo de 2024

Contrition de Carlos Portela y Keko

Dentro del amplio catálogo de crímenes al que acude el género noir para manifestarse, hay un tema engorroso de abordar, peliagudo de escribir y desagradable de leer, que es el protagonizado por depredadores sexuales de menores.

Personas mayores que usan y abusan, para satisfacción sexual propia, de la impostura, la mentira, el chantaje e incluso la violencia sobre niñas y niños pequeños, inocentes e indefensos. Y frágiles.

Contrition es un conjunto de casas que conforman una atípica comunidad de vecinos en el condado de Palm Beach, en el estado estadounidense de la soleada Florida. Su censo lo completan personas exconvictas, condenadas por delitos sexuales que aspiran a una reinserción, que saben que jamás obtendrán.

Pederastas que han abusado físicamente de menores, y pedófilos, que se sienten excitados sexualmente con la proximidad o imágenes de menores, sobreviven como deshechos sociales, en un remedo de vertedero municipal, aferrándose a la religión que es la última esperanza.

No eligen el lugar donde vivir, el lugar los elige a ellos. La ley prohíbe a todas las personas que han sido condenadas por un delito sexual contra una víctima de 16 años o menor, vivir a 1.000 pies (305 metros) de una escuela, parque, zona de juegos o guardería. Y Contrition cumple con la ley

En Contrition se ha declarado un incendio en una vivienda y se ha encontrado un cadáver en su interior. En la casa vivía Christian Nowak, ergo Nowak es la víctima. Accidente o suicidio, tanto da. Caso cerrado para la policía local.

Pero no para Marcia, una periodista ambiciosa que sabe que solo un buen y gran artículo le puede ofrecer el reconocimiento que le permita una vida mejor en un lugar mejor. Su investigación irá sacando capas a la cebolla, hasta llegar a su germen y mostrará como se vive con el dolor cuando este es dolorosísimo.

Carlos Portela, guionista, y Keko, dibujante, se enfrentan a ese abismo, que ocuparía un infierno aparte.

Carlos Portela y Keko

Contrition es un relato bien concebido, bien estructurado, bien desarrollado y bien concluido por Carlos Portela. Es una historia terrible i cruel, de víctimas directas y victimas colaterales, de odio y venganza.

Una historia tan negra como la tinta que emplea Keko para desarrollar su técnica profesional de sombras y luces en un claroscuro que es perfecto para mostrar unos rostros que no exponen sus pensamientos, si acaso, resignación y desesperanza.

Por todo ello, Contrition es un comic noir indispensable.

 

miércoles, 6 de marzo de 2024

Las chicas están bien de Ilaria Bernardini

No todo se logra en la vida con voluntad, esfuerzo y sacrificio, aptitud y actitud. Hay que contar con los factores externos que pueden alterarlo todo. Se puede llegar al grado máximo de idoneidad para un ascenso laboral y ver la meritocracia apartada de un plumazo nepotista. Se puede estar al máximo nivel para una prueba deportiva y sin embargo no alcanzar la gloria

En todos los lugares donde haya que competir para ganar siempre habrá rivales y siempre adversidades circunstanciales o inducidas, pero, en general, y eso es lo peor, imprevisibles.

Las chicas están bien es un thriller psicológico desgarrador que ahonda en el entorno de las gimnastas de élite y del dolor que lleva parejo.

Pero no solo en el dolor visible, ese que se traduce por lesiones musculares, de ligamentos, fracturas de huesos, cuando no muerte por una mala caída o condena a silla de ruedas para toda la vida.

Sino también en el invisible. El de las privaciones de comida, el de las represiones de goce mundano; el de sufrir en silencio humillaciones y maltrato de quienes las entrenan; el de padecer tocamientos lascivos de fisioterapeutas que se aprovechan de su posición de poder y de la ingenuidad y el miedo de las pupilas.

Pero hay aún otro tipo de dolor. La tensión mental que provoca la obligación de ganar y cualquier otro resultado no vale. El que se instala día a día, quebrantando la fuerza mental, hasta convencer de que el fin justifica los medios.  

Ilaria Bernardini, conocedora de lo que escribe, revela esas condiciones en el marco de una competición. A modo de dietario, con Martina como vehículo, relata esos estados de ánimo y esos esfuerzos durante la semana que dura el torneo.

Desde temprano por la mañana hasta la noche. Las relaciones con el entorno y los diálogos interiores, todo al descubierto, expuesto a los focos gritando que dentro de maillots de lentejuelas brillantes, además de proyectos de medalla hay niñas en tránsito a ser mujeres.

Su prosa es directa y concisa. Todo músculo, apenas nada de grasa. No hay edulcorantes en lo que relata porque la realidad es amarga.

Y denuncia lo mal que se trata a quienes eligen el deporte como medio para alcanzar un sueño, por creer, quienes las entrenan, dirigen y deberían cuidar que la dureza endurece.

La gimnasia, como cualquier otra disciplina deportiva de élite, está compuesta de personas y no de robots. De seres humanos necesitados de cariño, estímulos positivos y risas sin fin. Así se liberan las presiones, cualquier otro método puede también conseguir liberarlas, pero sin control.

Y ahí radica el quid de esta novela, sin el control adecuado, sin la visión periférica cualquier cosa puede suceder. Incluso el asesinato.