domingo, 26 de diciembre de 2021

Contrapaso. Los hijos de los otros, de Teresa Valero

Desde el golpe de estado de 1936, se han vivido distintas etapas donde el color negro, que no el noir, ha ido desde el negro ominoso, al negro nauseabundo, negro temeroso hasta alcanzar el negro eterno; esos tonos han pintado un país que el dictador convirtió en su jardín de caza y aisló en una burbuja.

Las historias que en esa época se sucedieron conforman nuestra Historia y ya no se pueden esconder ni desmentir. Una de las más deleznables, si es que hubo alguna que no lo fuera, tiene que ver con la apropiación y venta de recién nacidos.

Mujeres jóvenes, sin posibles, o de pensamientos esquivos a los impuestos por leyes arbitrarias, o repudiadas o con familias excesivamente pudorosas o temerosas de Dios, parían sin poder llegar a ser madres.

Unas por omisión ante la unilateral e inapelable docta declaración médica de muerte súbita del recién nacido; otras por acción cediendo a la conveniencia de que su retoño sería más feliz en una casa bien estante.

La maquinaria bien engrasada apenas chirrió durante los largos años que se dedicó a suministrar bebés a familias afines al régimen. Una fábrica de producción en cadena ininterrumpida y muy rentable que surtía a familias afines a los principios del movimiento, de mentes moldeables candidatas a perpetuar los privilegios y de paso erradicar malas hierbas de aquel jardín del edén

Contrapaso. Los hijos de los otros, denuncia esa tragedia a través de una elaborado argumento en la que todo es cierto o nada es mentira, según como se mire, espectacularmente dibujado y coloreado con gran sensibilidad y oficio.

La misma sensibilidad que emplea para relatar los hechos sin que por ello se desvíe ni un milímetro de la ruta de desenmascaramiento iniciada sin vuelta atrás. Nada está dejado al azar, la documentación, rigurosa, minuciosa hasta la avaricia, avala todos y cada uno de los pasos que mueven la trama.

Sin duda unos de los mejores cómics jamás publicados en toda la historia de este país y de muchos otros. Por su guion respondería a una novela negra del subgénero true crime a ritmo de thriller policiaco y por su realización gráfica fácilmente equiparable a una obra de arte. Un placer para la vista, un revulsivo para la mente y un sacudidor de conciencias.

Teresa Valero demuestra un gran nivel como relatora tanto en el texto como en los dibujos. No hay voz en off y son los encuadres en las viñetas quienes se encargan de ir marcando el ritmo; y es en el detallado contenido de las viñetas, en ese estilo a caballo entre cartoon y realismo acuarelado, esa cariñosa evocación a Blacksad, donde se viste definitivamente la historia.

Poco más se puede decir, solo recomendarles su lectura e insistir en recomendarles su lectura.

¡Ah! y lo mejor: su final indica que esto no ha hecho más que empezar.

viernes, 17 de diciembre de 2021

El cuento del Lobo de Blas Ruíz Grau

Un título tan engañoso como su cubierta y como su reclamo publicitario: Conoces el final del cuento. ¿Serás capaz de cambiarlo?, que parece escrito por alguien que no se ha leído la novela. Nada que ver con su contenido.

Una familia de buena posición económica y social se acerca a un centro comercial el viernes por la tarde para comprar ropa para asistir a una comunión. Mientras el marido espera, cargado de bolsas, sentado en un banco, su mujer y su hijo entran a una tienda, poco antes de la hora del cierre, para desaparecer a continuación.

Ni rastro. Siendo hija de quién es se debería contemplar la posibilidad de secuestro para atacar a su padre, aunque tampoco se debería descartar un abandono voluntario, aspectos que la policía duda en contemplar.

Con este punto de partida el autor pretende sumergirnos en un torbellino de emociones y angustia que no logra por distintas razones.

Al narrador omnisciente hay que reprocharle que el uso del recurso Cliffhanger al final de capítulo se convierta en abuso y por tanto no solo pierda su intención sino que aburra. Y al autor que abra subtramas para explicar los conflictos emocionales de sus personajes y ni los cierre y, en algunos casos, ni tan solo aporten nada a la trama principal, lo que supone sortear piedras en el camino de la lectura, frenar el ritmo y ralentizar la tensión.

Aparte que recurre a un recurso (desvelarlo sería spoilear en demasía) que no solo resulta censurable, desde los tiempos del Detection Club, sino que además deja en evidencia la poca rigurosidad policial, que en todo momento parece moverse por impulsos y no por procedimiento.

Y es que la investigación brilla por su ausencia en una trama que solo coge carrerilla en el último tercio de la novela, y eso que cuenta con una especialista venida exprofeso, y que evidencia la incapacidad policial para resolver un caso que va abriéndose por sí solo y que soluciona quien menos se esperaría que lo hiciera.

Un thriller sembrado de recursos manidos y personajes cliché: unas elecciones a la vista, un político corrupto con un asesor turbio, una periodista salida de la nada con recursos ilimitados, un narco gallego bondadoso, un sicario ruso apodado el checheno muy malo, unas policías que arrastran problemas emocionales y que no dudan en fundirse en abrazos entre mares de lágrimas (algo que tal vez si fueran personajes masculinos no se daría) a la mínima ocasión…

Una lectura que hará las delicias de las personas lectoras de prêt-à-porter.

PD: a lo de “señora no, señorita” solo faltaría añadirle será porqué usted quiere...

lunes, 13 de diciembre de 2021

Antes del Incal de Jodorowsky y Janjetov

De la alucinada y transgresora mente de Alejandro Jodorowsky, artista polímata chileno, nacionalizado francés y aún activo a sus 92 años; y de la capacidad mesiánica y alienígena para crear universos gráficos del dibujante Moebius (nacido Jean Giraud (8/5/1938 – 10/03/2012) surgió desde 1980 a 1988 una ópera espacial llamada El Incal. Una magna y épica historia que en formato cómic revolucionó el medio y de paso hizo explotar un montón de cerebros.

Un argumento de etiquetaje imposible que se desarrolla en una trama laberíntica, con la posesión y mantenimiento del poder como eje, a cuyo alrededor giran subtramas pobladas de razas y etnias de un mundo constituido por submundos con tensiones políticas y sociales.

Pero leer El Incal es como entrar en el cine con la película ya empezada: se inicia con un salto desde El Callejón (o Paseo) de los Suicidas en caída libre, salvo cazador avispado que lo mate al vuelo, hacia el lago de ácido.

Pronto se entiende todo y se disfruta lo que sucede a continuación pero nos consta que algo tuvo que suceder anteriormente para desencadenar toda la historia y terminar con ese salto mortal de necesidad salvo imponderables.


Y lo que sucedió antes es lo que se cuenta, precisamente, en Antes del Incal.

Esta precuela del Incal, escrita por el mismo Jodorowsky pero en esta ocasión dibujada por Zoran Janjetov se gestó al acabar la anterior entre 1988 y 1995, manteniendo el estilo de dibujo que creara Moebius.

La historia empieza con un adolescente e indeciso John Difool, de padre delincuente y madre prostituta, para nada conocedor de lo que el destino le reserva ni del predominante papel que tendrá en la historia de Ciudad-Pozo, y evoluciona hasta verlo madurar y conseguir la licencia de detective privado de clase R.

El examen para obtenerla consiste en una investigación, objeto de este álbum, no exenta de riesgo extremo para el protagonista y con quien se le cruce o se le junte, que puede poner al descubierto una trama construida por grandes mentiras que busca perpetuar la situación de las clases sociales de Ciudad-Pozo.

Ciudad-Pozo es un ensamblaje, más o menos cilíndrico, de múltiples niveles superpuestos a modo de anillos, siendo el superior, atmósfera exterior y luz natural, el ocupado por la clase dominante de los Aristos y el inferior, el anillo Rojo, los bajos fondos, el habitado por las clases más desfavorecidas e incluso mutantes, a un paso del lago de ácido que desintegra lo que o quien en él cae.

El poder legislativo, el poder religioso y el poder policial, claramente identificados y diferenciados, se reparten la gestión de la ciudad y aunque mantienen sus diferencias a raya, la investigación de John Difool puede romper tal delicado equilibrio y destapar las ansias de apoderarse del poder ajeno, que, aunque ocultas, permanecen insatisfechas en cada ámbito.

Antes del Incal desnuda todas las vilezas humanas, y especialmente las machistas, sin reparos y muestra las artimañas que emplean los gobiernos para mantener a la ciudadanía como pacíficos rebaños aunque no por ello consigan evitar la existencia de elementos revolucionarios, capaces de todo para desenmascarar la élite y mejorar la situación de sus conciudadanos.


Antes del Incal
es una revisitación a la lucha de clases aunando los principios del materialismo histórico con la metafísica, en escenarios de investigación criminal.

En 300 páginas se pueden decir y dibujar muchas historias y sin duda tanto Jodorowsky como Janjetov las han aprovechado al máximo, el conjunto es un compendio de tiranía, religión y pseudociencias mostrado con lenguaje soez y acompañado de toda clase de violencias, inherente en todo régimen patriarcal excesivo.

Esta edición es espléndida ya que respeta las viñetas y los colores originales. Lejos de otras ediciones que mostraban viñetas censuradas, especialmente desnudos, y donde, por haber recoloreado, predominaban colores planos sin contrastes ni sombras.

Sin duda un esfuerzo editorial, que se agradece y aplaude, por recuperar una obra tal como se concibió y se realizó. Una edición de lujo para regalársela o para regalarla, pero sobre todo para leerla y para fijarse en los cientos de detalles que encierra cada viñeta.

 

jueves, 9 de diciembre de 2021

Pájaros nocturnos de Alexandre Galien

En el mundo hay dos formas de vida: la diurna y la nocturna. Y a su vez se subdividen en otras dos: la expuesta y la oculta.

La forma nocturna sumada a la opción oculta da como resultado un submundo propio que se rige con normas propias y en donde las relaciones pierden humanidad y solo rige el interés. Nocturnidad y alevosía.

Es el submundo donde se mueve la delincuencia, el trapicheo, el proxenetismo y la prostitución. Pájaros de vida nocturna.

La novela se mueve por este submundo parisino y tiene como protagonistas a esas aves que vuelan bajo, por los bajos fondos, y mueren sin importar a nadie.

El comandante de policía Philippe Valmy, habitual de la noche por trabajo policial, pide el traslado a la Brigada Criminal para pasar las veladas nocturnas en casa, contentar a su mujer y salvar su matrimonio.

Algo por lo que habrá de luchar habida cuenta de que el deterioro sufrido no es nada con una dura prueba que les queda por afrontar. Algo capaz de socavar cualquier relación por muy consolidada que parezca estar.

Su estreno en la brigada no resulta cómodo. Coincide con el asesinato de una joven, a quien conoce sobradamente por haberla tenido de confidente, y con la actitud distante de un subalterno, que hizo suyo el puesto y que ahora siente que se lo ha arrebatado alguien sin experiencia y sin mérito alguno.

Relaciones familiares, profesionales y con soplones hacen girar al comandante Valmy como si estuviera en un tiovivo, sabiendo que si no baja no podrá resolver el caso.

Alexandre Galien ha escrito una novela negra que aunque a ratos se mueve a ritmo de thriller, es claramente de procedimiento policial. No obstante, en ambos casos otorga a la lectura la sensación de no parar quieta ni un momento y de que constantemente pasan cosas y más que van a pasar.

El autor demuestra su gran conocimiento del funcionamiento interno del cuerpo policial dando detalles y mostrando comportamientos, que dan alta verosimilitud a las partes de la narración que le son afines.

En cambio, y en lo que se refiere a personajes, no se da tanta maña y a algunos los deja un poco a merced de las circunstancias; como un acompañamiento decidido sobre la marcha a un plato que se merecería algo mejor.

La novela fue Premio Quai des Orfèvres 2020 y es que tiene esa característica del policial francés clásico que tanto gusta a lectores canónicos y a jurados, especialmente en el país vecino.

 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

El Club de los Psicópatas de John Katzenbach

Penetrar en la web oculta tiene sus riesgos. Es como recorrer un callejón maloliente de los bajos fondos de una gran ciudad. Si se hace cabizbajo, a paso rápido y con los brazos pegados al cuerpo igual se consigue llegar al otro extremo sano y salvo; si por el contrario se interpela a alguien con la vista o la palabra, puede pasar cualquier cosa.

Connor, un adolescente responsable y deportista, ha entrado, por azar, en un chat privado, sin invitación, en la web oculta por donde se movía por razones propias. Y en lugar de retirarse antes de ser descubierto alardea de su presencia, de haber seguido las conversaciones y de dudar de la veracidad de lo que en ellas se dice.

Los interpelados, ofendidos y violentados, deciden que Connor no va salir del callejón y organizan su eliminación. Son unos psicópatas y no dejaran que un niñato ponga en duda su superioridad. Entre ellos se conocen por apodos: Alpha, Bravo, Charlie, Delta y Easy y conforman el grupo Los muchachos de Jack, por su idolatrado Destripador.

Connor no sabe que ha pisado un nido de víboras y que con ello ha puesto en marcha un plan que no solo puede incumbirle a él sino también a sus allegados, como Nikki su también joven amiga y sus abuelos PM1 y PM2. Sus enemigos son hábiles usuarios informáticos, algún hacker entre ellos, y despiadados asesinos.

A partir de aquí un thriller de suspense e intriga que parece más dirigido a adolescentes que adultos, como suele ser habitual en las obras que, siendo escritas por mayores de 60 años, a quienes la tecnología digital queda lejos más allá de funciones básicas, tienen a internet y en especial su parte oscura como línea vehicular del argumento.

Probablemente por ese motivo en la novela no hay el mismo nivel de detalle sobre navegación web, encriptación y seguridad informática que sobre armas y útiles prácticos en la logística de asesinatos planificados. Lo analógico vence a lo digital, así que no teman encontrarse con un lenguaje incomprensible.

A la obra, como suele ser cada vez, y lamentablemente, más habitual, le sobran bastantes páginas y en particular se le agradecerían giros que dotasen a la trama de mayor inquietud e interés ya que mantiene un tono lineal constante y una gran dosis de previsibilidad a lo largo de su extensión que es de 543 páginas.

El Club de los Psicópatas es el thriller noir en el que los asesinos conspiran en la internet profunda y salen a matar al mundo real.

John Katzenbach sigue fiel a su estilo y no se sale del guion ni de los argumentos que le han hecho famoso; lo que resultará satisfactorio para quienes disfrutan de sus thrillers de alto voltaje y costumbrismo social. Ya saben que no es novela negra pero sus asesinatos y su presión social le confieren un aspecto turbio y peligroso que hará recapacitar sobre la seguridad en internet.

lunes, 29 de noviembre de 2021

El Secreto de la Boticaria de Sarah Penner

Si la documentación empleada por la autora para construir esta novela es toda cierta, evidenciaría que durante un largo periodo de tiempo, desde finales del siglo XVIII y todo el XIX, las mujeres habrían asesinado por envenenamiento a decenas, sino cientos de amos, maridos, padres, amantes…

Ante la imposibilidad de llevar sus casos a juzgados donde una mujer poco o nada tenía a hacer ante lo que la justicia no consideraba delitos sino ejercicio del derecho marital o de propiedad, estas habrían actuado con sigilo y sutileza.

Así una época en la que autopsias y necropsias aun habían de evolucionar para ganar en fiabilidad, se convirtió en campo abonado para ajustar cuentas, vengar afrentas u obtener beneficios.

El patriarcado, que siempre esconde un machismo rancio, protege a los suyos y otorga privilegios como el uso de la fuerza para obtener satisfacción a cualquier deseo que se preste. Violencia, abusos, violaciones, desprecio, humillaciones, todo tipo de maltrato ante el que las mujeres solo pueden ceder, callar, aguantar y sufrir.

Una boticaria siente la necesidad de proteger y ayudar a esas mujeres que sufren y están desamparadas y emplea sus conocimientos sobre herbología para reparar las injusticias, lo que en caso de detención le supondría la horca sin duda alguna.

Estamos ante un thriller comedido narrado a dos tiempos. Uno ancestral, con Nella, la boticaria, en el siglo XVIII y otro actual, siglo XXI, con Caroline, una joven que trabaja en casa de sus padres y que se siente despechada por su marido y por ello necesitada de encontrar su espacio y aclarar sus ideas viaja de Estados Unidos a Londres.

Y relatado a tres voces. De tres mujeres que tienen en común la lucha por su condición y por sus sueños. Nella, Eliza y Caroline. Tres caracteres con mucha personalidad, al que se añade el de una cuarta: Gaynor.

Londres es el escenario afín y una incursión en la riba del Tamesis con los mudlarkers, un grupo variopinto que no duda en meterse en el barro en busca de objetos antiguos y si son valiosos mejor, es el detonante de la historia en tiempo presente.

El Secreto de la Boticaria es una novela que interesa más por lo que sugiere que por lo que muestra; y convence porque los hechos concuerdan con los pensamientos que determinan las acciones.

Toda la trama, incluidos sus giros, y especialmente el que determina el sorprendente final, está perfectamente sustentada con nada fuera de lugar.

Sarah Penner ha creado unos personajes convincentes, en una trama que parecería apoyarse en principios historicistas, que convierten en verosímil todo lo que tocan y que tanto satisfará a quienes gusten de thrillers como a quienes prefieran domestic noir, ya que está escrita para agradar y conseguir la complicidad que permita empatizar rápidamente.

Al parecer es su primera novela de género. Solo hay que desear que pronto haya más.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

La comunidad de Helene Flood

Rikke vive con su marido Asmund y sus hijos Emma y Lukas en un bloque de cuatro viviendas dúplex, en una zona acomodada donde la mayoría son casas unifamiliares.

El resto de vecinos del bloque donde vive Rikke son buena gente con los que tomar café y charlar de vez en cuando. Una pequeña comunidad en armonía en la que todos creen conocerse.

La armonía se tambalea cuando de repente uno de los inquilinos aparece asesinado en su casa y las sospechas recaen en el resto de vecinos. Surgen las suspicacias y se retrotraen los caracteres.

Ingvild Fredly, antigua conocida de una época lejana de Rikke, se encarga de la investigación y aunque un caso anterior la aparta temporalmente, en beneficio de su compañero Gunnar Gundersen, mantiene el contacto con Rikke a quien ayuda a superar la situación y le aconseja en sus decisiones.

Helene Flood enfrenta a la protagonista al dilema de identificar si su estado emocional deriva de sentimientos de culpa o de vergüenza y le da un par de centenares de páginas para que se aclare, justo poco antes de resolver el caso policial que parece haber sido la excusa para poner a Rikke en tan dramática tesitura como verdadera razón de ser de la novela.

Una interiorización psicológica de largo recorrido y poca trascendencia. Un estudio de laboratorio, de la dinámica de comportamiento de grupo, cuando una tragedia sacude a una pequeña muestra de especímenes sometidos a presión. Un experimento, extraído de Wilhem Reich i que tuvo su auge a principios de los ’70, transportado a nuestros días.

La comunidad es un domestic noir nórdico y responde al patrón: relato en primera persona, protagonista femenina con protagonismo absoluto, diálogos interiores y pensamientos verbalizados, preocupaciones por temas cotidianos, ritmo narrativo lento, pausado. Sin sorpresas, sin giros, prácticamente sin emoción ni suspense.

Se promociona como thriller y ni por asomo, y también como novela negra y ni las tapas aunque predomine ese color. Si es, en cambio, un domestic noir que bucea en las intimidades ocultas para satisfacción de las amantes de este subgénero que está en alza.

domingo, 21 de noviembre de 2021

Alma de Juan Yanni

Toda obra artística debe contener una parte de quien la crea. A veces son intangibles como sentimientos, suspiros, gritos o sonrisas. Otras, más corpóreas como lágrimas u otros fluidos corporales; incluso sangre.

Es la parte viva que se adhiere a la obra y le da alma. Si no hay alma no hay comunicación y la obra, muda, ciega y sorda no alcanza a proyectar emoción alguna.

En el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid tiene lugar una exposición única, con fines benéficos, que alberga obras firmadas por genios de nombres reconocidos.

Una magnífica ocasión, previo pago considerable, solo el coste del seguro ya es estratósferico, de admirar obras raramente accesibles, de autores ya fallecidos o aún en activo, ya que muchas pertenecen a celosas colecciones privadas.

Mia Golding, una galerista estimada por museos y coleccionistas, solicitada por artistas y envidiada por colegas, se mueve por las salas de la exposición, antes de la invasión de público. Aprovecha para admirar cuadros y piezas en silencio y a solas cuando una, que estaba buscando, atrapa su atención y noquea su razonamiento.

La obra es un cuerpo humano que representa un ser humano asesinado y seccionado y aunque toda obra, para ser única y excepcional, debe contener una pizca de locura, en este caso parece que al autor se le ha ido la olla y la inspectora de policía Idoia Iturri va a ser la encargada de averiguarlo introduciéndose en un mundo donde las envidias y rivalidades se cotizan al alza, y la venganza, como el champán de las inauguraciones, se sirve fría.

Alma es un thriller que se desenvuelve en el mundo del arte. Un mundo que para el espectador se reduce a la visión, si acaso comprensión, de cuadros y esculturas, pero que en su interior mueve millones en transacciones no siempre dentro de los límites legales. No solo por evasión de impuestos al efectuarse con dinero de caja B sino por el trasiego de falsificaciones que precisa de un entramado complejo de distintos protagonistas implicados: mafiosos sin escrúpulos, galeristas con contactos, artistas que trabajen en negro, ambiciosos compradores, certificadores corruptos, críticos vendidos…

Y la novela, como buen thriller, los mueve a todos como títeres en un guiñol sin dar descanso a la función y haciendo que las muertes, el suspense y los giros argumentales se sucedan para sorprender a cada instante y evitar que nadie abandone la sala hasta el final.

Juan Yanni, pseudónimo del autor, crea personajes que encajan en la idea que se tiene de este mundo, tan visto en películas, y tan poco leído especialmente en este país. Gracias a este autor, la novela está escrita desde el conocimiento en la materia, ahora se puede saber un poco más de un mundillo cerrado al que solo se puede acceder con saldos de muchos ceros.

La trama evoluciona por distintos espacios tanto cerrados como abiertos, para disfrute de exquisitas decoraciones o de vistas privilegiadas, y por distintos lugares, incluso países, de marcados contrastes. Lo que le imprime distintos ritmos a la narración y mejora el conjunto.

Alma entretiene, tensiona y apasiona con sus referencias artísticas y las relaciones personales de los protagonistas y, con perversa intención, deja la obra en l'atelier del artista para su toque final.

jueves, 18 de noviembre de 2021

Terror de Estado de Hillary Clinton & Louise Penny

El Presidente saliente de los Estados Unidos, un bobo corto de miras narcisista, tomó decisiones controvertidas antes de su destitución cuyos resultados, ahora a la vista, afectan no solo a su país sino a todo el mundo. Y aún hay más por descubrir y las sospechas apuntan a consecuencias catastróficas.

El nuevo equipo gobernante tiene un estreno de lo más excitante y peligroso y tanto el Presidente como su Secretaria de Estado van a tener que superar no solo animosidad personal e ideológica sino también suspicacias para poder enfrentarse, con la mente despejada, a un peligro sin precedentes.

Y la novela, un thriller político con mayúsculas absolutamente canónico, recorre en tiempo real la sucesión de los hechos, unos atentados terroristas de origen y finalidad desconocidos, durante los pocos días en los que trascurre el argumento.

La Secretaria de Estado, su familia y su equipo son los protagonistas absolutos de esta novela. Leerla es como seguir a un reportero cámara en mano que no pierde detalle de nada de lo que se piensa, se dice y se hace a su alrededor.

Se nos pega la ropa al cuerpo por el sudor, se nos cierran los ojos por la falta de sueño, se nos atraganta la comida ante lo que vamos descubriendo, se nos encoge el corazón ante los asesinatos, sufrimos, lloramos, caemos y nos levantamos de nuevo para seguir y seguir.

El argumento, uno más en la línea de thrillers políticos, destaca de otros por su pase VIP para entrar en cualquier despacho de la Casa Blanca, recorrer sus pasillos y acceder a sus ascensores más restringidos. La cocina a la vista y todo lo que se cuece también.

El thriller lo firman Hillary Clinton y Louise Penny y está claro que la primera por su condición de ex-Primera Dama y ex-Secretaria de Estado, aporta su conocimiento del funcionamiento de la Casa Blanca y de la política exterior norteamericana para que Louise Penny redacte, como hace en sus exitosas novelas negras, de modo y forma que todo quede estructurado y capte la atención lectora.

Moverse entre bambalinas en la Casa Blanca, en reuniones de Estado Mayor y en reuniones con dirigentes extranjeros es el privilegio de quien lee este thriller.

Lo bueno de los thrillers es que se viaja y se toman decisiones trascendentales sin moverse de casa y, principalmente, que su relato es ficción.

Lo malo es lo terriblemente cerca que están de la realidad. Y lo terrorífico es que nunca se sabe dónde acaba la imaginación y donde empieza la verdad.

Si les va el ritmo trepidante, aguantando la respiración, en un argumento asequible, Terror de Estado es eso y mucho más. Conspiraciones y terrorismo en un pasa-páginas que consigue que las más de 500 parezcan menos de la mitad. Ya tienen solucionado uno de los regalos de navidad y el éxito asegurado.

domingo, 14 de noviembre de 2021

L’origen del pecat de Marta Alòs

La religió ens il·lustra sobre el pecat. La religió ens atemoreix amb el pecat. La religió ens amenaça amb el pecat com a passaport a l’infern. Però ens obre la porta a la salvació, si hi ha penediment, passant per la taquilla de confessió on es despatxen bitllets per anar al cel.

En aquesta novel·la negra, L’origen del pecat, hi ha de tot l’anterior. I és que el pecat no s’entén sense la persona pecadora i menys sense la religió. Ai! Adam quina maledicció vas desfermar, i tot per una poma!

I és que a Lleida hi entenen força de pomes encara que de l’edèn no se’n sàpiga l’indret.

El caporal Roure, a qui vàrem conèixer a Ulls maragda, la primera novel·la d’aquesta sèrie, ha d’encarregar-se d’investigar la mort d’una persona quins restes han aparegut en un cotxe incendiat a les afores de la capital.

Marta Alòs, la autora, ho ha tornat a fer. A partir d’un fet que a primer cop d’ull policial es podria creure fortuït o circumstancial va desplegant tot un mostrari de comportaments execrables, de venjances despietades i de somnis truncats que sacsegen els pilars de la societat i se’n porten pel davant més d’una vida.

Res que no es sàpiga per diaris i telenotícies però que descrits amb la seva prosa arriben més endins i fan més mal. La denuncia d’aquests comportaments per part de l’autora és plana, directa i entenedora. Es novel·la negra de debò, de la que no s’amaga i de la que treu les vergonyes al pecat a partir del seu origen.

La investigació dels mossos compta amb l’ajut, interessat, com no podia ser d’altra manera, del periodista local Joan Serradell que també intervingué en Ulls maragda, qui, amb les seves fonts d’informació, resulta determinant en la resolució del cas.

És una novel·la intensa on l’horror va agafant embranzida fins més enllà del final del llibre. I on es demostra que en la resolució de casos criminals el factor sort hi és present i ni s’ha de descartar ni menysprear.

Lleida, un cop més, escenari de crims salvatges i esfereïdors que porten a creure que hi ha ments més emboirades que no pas els carrers. Llegiu les novel·les de la Marta escrites sense embuts ni eufemismes. On la veritat i la ficció van vestides igual. Tal com raja.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Los crímenes de Atapuerca de Nuria Verde

Los yacimientos de arqueología de restos humanos no dejan de ser enormes cementerios. Todos los huesos que en ellos se encuentran pertenecen a seres muertos. Algunos por enfermedad, otros por vejez, por accidente y también los hay que se corresponden con personas asesinadas.

Cometer un asesinato en un yacimiento es ser consecuente con el entorno y su predisposición.

En Atapuerca, se sigue excavando en un inmenso complejo de simas, galería y paredes. En Atapuerca se han encontrado restos humanos datados en hace más de 800 mil años, algo muy inaudito y tremendamente revelador ya que había la certeza de que el ser humano no se remontaba más allá del medio millón de años.

En Atapuerca entusiastas estudiantes voluntarios, becarios y equipos experimentados remueven cada día tierras que suman ya billones de metros cúbicos y los hallazgos entusiasman no solo a la comunidad científica sino incluso a profanos.

Y ahora entre tanto hueso se ha encontrado el cuerpo de una joven de 16 años. Todo apunta a un asesinato premeditado. Todo apunta a que el culpable es alguien con puesto relevante en la organización.

Una muerte que retrotae a otros sucesos y accidentes que ahora se pueden ver con otra luz.

Y es que entre paleontólogos hay las mismas envidias, recelos y disputas que en cualquier otra profesión.

Un whodunit cavernario que entre la investigación policial intercala información relevante sobre la investigación paleontológica y del mismo modo que la tierra se superpone por capas de sedimentación que permiten datar e identificar su procedencia, el caso criminal va revelando aspectos que hubieran permanecido ocultos si no se hubiera excavado en las vidas de las personas sospechosas.

La autora, Nuria Verde, hace discurrir la trama en un círculo cerrado de investigados e investigadores que evoluciona a vicioso por sus relaciones personales que, en algunos casos, vienen de la infancia. Mucha casualidad que vayan a confluir de ese modo, en ese lugar, después de años sin relación alguna.

Hay algo en la escritura de esta novela que vela el resultado, más translucido que transparente y también en su final excedido en dramatismo, pero que establece unas relaciones interpersonales bien trabajadas y muy conseguidas.

Apetece ir a Atapuerca y leer la novela Los crímenes de Atapuerca in situ recorriendo todos los lugares prolijamente descritos y ya instalados en la mente por siempre jamás.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Misterio para tres detectives de Leo Bruce

En la narrativa policiaca abundan pastiches y parodias. Esta novela es un claro ejemplo y no sin cierto recato, ya que es poco el parecido con la presente, me permito recordar una de las primeras reseñas de este blog ya que es inevitable su evocación al leerla.

Se trata de la película paródica Un cadáver a los postres, a la que se debe regresar una y otra vez.

En Misterio para tres detectives, como toda buena parodia que se precie, se dan todas las circunstancias tópicas, buscadas ex profeso, para el desarrollo de una novela genuinamente enigma: chantajes, extorsiones, pasiones carnales y pasiones religiosas, dinero, herencia, testamento, mayordomo, chofer, cocinera, criada, chimeneas encendidas y todo encerrado entre muros.

Los Thurston, un matrimonio bien avenido, disfrutan teniendo invitados en su mansión georgiana en un maravilloso rincón de la campiña inglesa. En la velada del fin de semana, a la que hace referencia esta novela, se debate sobre las diferencias entre crímenes literarios y reales, lo que parece ser una premonición ya que esa noche se comete un horrible asesinato que tiene como víctima a uno de los asistentes.

Un aparentemente irresoluble asesinato en habitación cerrada. El máximo placer para ejercitar la mente de un detective y, como no, del lector.

Una magnífica ocasión para que tres mentes brillantes en investigaciones criminales se den cita y procedan a desplegar toda su capacidad analítica, sus métodos deductivos y su privilegiado ingenio para resolver el intrincado caso que tiene a los habitantes, habituales y circunstanciales, de la casa, en un alto grado de ansiedad.

Así el prolífico escritor inglés Leo Bruce (1903-1979) inicia la parodia, ciertamente gruesa y escasamente bien afinada, que ridiculiza más que retrata los caracteres y los métodos de tres grandes de la literatura universal de novelas enigma pertenecientes a la edad de oro británica del género.

Por un lado tenemos a Simon Plimsoll, que emula a Peter Wimsey el diletante investigador creado por Dorothy Sayers. Está también Amer Picon, alter ego del inefable Hércules Poirot de la simpar Agatha Christie y por último monseñor Smith, que evoca al bonachón padre Brown creado por Gilbert Keith Chesterton.

Cada uno a su modo y manera darán con la solución del caso dejando boquiabiertos a los asistentes, en especial al sargento Beef, un hombre pragmático y con poco interés por la imaginación, principal protagonista de una serie de novelas policiacas de Leo Bruce.

Para el sentido común del sargento Beef es el conocimiento de las gentes del lugar lo que debería ser determinante para amarrar la fantasía al suelo e impedir que echando a volar deje un culpable en libertad.

La intención de la novela es interesante y su planteamiento logra satisfacer las expectativas. Está claro que va dirigida a un público sobradamente conocedor de los tres investigadores elegidos, por su personalidad y sus métodos de trabajo, y por ello, el autor no se entretiene en presentarlos adecuadamente y se nota tanto en lo que se escribe y en lo que se debería haber escrito.

Quienes conozcan las hazañas de Wimsey, Poirot y Brown gozarán al verlos inundados en su propia salsa de vanidades y ridiculeces y como su fatuidad se volatiliza en un abrir y cerrar de ojos. Quienes no los conozcan tiene ahora un buen motivo para acercarse a los originales.

lunes, 1 de noviembre de 2021

El método Catalanotti de Andrea Camilleri

En algún momento la vida puede sorprender ofreciendo oportunidades cuando ya no se esperan. Y esos trenes hay que cogerlos sí o sí; aun sin saber cuánto durará el viaje ni cuál es el destino. Solo una cosa se sabe a ciencia cierta y es que coger ese tren es lo que más se desea en este mundo y si no que le pregunten a Salvo Montalbano inmerso en un caso decisivo para su carrera y su vida.

Hay casos de asesinato que se visten de tragedia y otros de comicidad. Así sucede que una aventura amorosa clandestina pueda acabar con el descubrimiento de un cadáver. Un cadáver móvil para más inri.

Salvo Montalbano se enfrenta al teatro de la vida y de la muerte, en un caso que tiene mucho de representación de farándula.

Carmelo Catalanotti, un exigente director de teatro aficionado y atípico guionista con un particular método, su método, El método Catalanotti, para seleccionar y estimular actrices, ha sido encontrado muerto en su cama, por su asistenta. El cuerpo está completamente vestido, con un abrecartas clavado en el pecho y una actitud no solo beatifica sino de plena satisfacción en el rostro.

Rápidamente la comisaría de Vigàta, con sus, sobradamente conocidos, efectivos, protagonistas habituales en la serie de novelas de Andrea Camilleri con Montalbano a la cabeza, empieza las pesquisas para esclarecer lo que más parece una puesta en escena teatral que la escena de un crimen.

Y va a haber sorpresas. Y no solo en el caso, que, bueno, en realidad son tres los casos a investigar, sino también en el equipo por la temporal colaboración de Antonia Nicoletti, jefa de la científica, que sin querer queriendo, va a tener un papel trascendental.

Por lo demás estamos ante una nueva novela con la impronta característica que Andrea Camilleri ha insuflado en Salvo Montalbano. Una forma de escribir que narra obviando descripciones y que, despreciando circunloquios, busca la línea recta por aquello que es el camino más corto entre dos puntos. Siendo el primero el cadáver, la línea, la investigación, y el segundo punto la identificación del culpable.

En medio: los enredos lingüísticos de Catarella, la eficacia de Fazio, los aportes desconcertantes de Mimì, la ironía del dottor Pasquano y la peculiar relación amorosa con Livia, todo acompañado de café, mucho café, apetitosos platos de comida, interesantes vinos y el color y olor del mar.

Entrega número 31 y antepenúltima de esta serie que por su evolución y su final dejan entrever que Camilleri tenía muy claro hacia dónde dirigirla y como cerrarla.

Una lectura que resulta tan agradecida por saber cómo evolucionarán los protagonistas como por su contenido, aunque este, como carta de restaurante habitual, ofrece pocas sorpresas a nivel policial y sigue gustando por el reencuentro con los sabores y olores de los guisos de Adelina y de la trattoria de Enzo.

Llevamos tanto tiempo al lado de Salvo que no hay que dejarle solo, ahora que se enfrenta a sus sentimientos. Acompáñenlo en esta lectura. Van a disfrutarla. Seguro.

 

lunes, 25 de octubre de 2021

Assassinat a l’Orient Expréss

Asesinato en el Orient Exprés es una novela de Agatha Christie, una más en la que la autora inglesa, la Gran Dama del Crimen, rompía esquemas y generaba adeptos a la vez que recibía escarnio por parte de colegas.

Publicada en 1934, partía de dos premisas reales, una un secuestro similar y otra una detención forzosa del tren Orient Exprés por razones climatológicas. El resto pura ficción.

Pero esta reseña no va de la novela, cuyo argumento, probablemente, es de sobras conocido y si no, no será este blog quien lo destripe. Antes al contrario, sugeriré encarecidamente que sea leída detenidamente.

Ni tampoco va de ninguna de las adaptaciones a pantalla que ha vivido. Que, exceptuando la pertinente interpretada por David Suchet, cuenta con tres: la primera dirigida por Sidney Lumet en 1974, con Albert Finney como Poirot y un elenco de celebridades, con gran respeto por el argumento original. La segunda realizada para televisión por Carl Schenkel y con Alfred Molina de Poirot, perfectamente olvidable. Y la tercera de Kenneth Branagh, que además interpreta a Poirot y que por aquello de evitar comparaciones acaba siendo un producto más cercano a un thriller rico en efectos especiales y acción, lo que lo aleja tanto, innecesariamente, del original, que nada aporta a los ojos de los fieles seguidores del detective belga que podrán distraerse pero no verse recompensados.

Esta reseña no va de todo lo anterior porque va de la versión teatral que actualmente se puede ver, y disfrutar, en el teatro Condal de Barcelona.

Una versión muy contenida y que por ello exige a los actores mayor expresividad de rostros y modulaciones de voz, lo que consiguen plenamente y todo el elenco en su totalidad aunque haya papeles más agradecidos que otros.

Una obra coral donde todos tienen sus minutos de gloria, con interpretaciones muy sólidas y en la que destaca, no podía ser de otro modo, Hércules Poirot interpretado por un Eduard Farelo muy convincente en su papel para el que se ayuda de precisos ademanes, un posado reposado y un ajustado acento.

La puesta en escena es, en apariencia, escasa de medios. Pero se revela muy inteligente, tremendamente efectiva y de gran complejidad técnica cuyos desplazamientos por el escenario, realizados por los mismos actores, se integran en la trama con una sutil coreografía que aporta y no distrae. Ya que no se puede evitar que se vea, se soluciona integrándolo.

El vestuario, los peinados y los objetos responden a la precisa ambientación de la época; los sonidos, la música y un hábil juego de luces consigue crear la atmosfera adecuada a cada escena, que en todo momento consigue que creamos que vamos en un tren en marcha.

El resultado es una vibrante y emotiva adaptación, trabajada desde los sentimientos y las concepciones de ética y moral, realizada por Iván Morales, en primicia europea. Con un gran respeto por el original (aunque reduzca el número de protagonistas de 12 a 8 por razones entendibles) mantiene el interés durante toda la obra, aunque quien la vea ya conozca su trama. Son dos horas de entretenimiento que se pasan en un suspiro y se agradece que no haya entreacto.

Hay que agradecerle también que nos dé una pista sobre la soltería de Poirot.

Estará en cartel, salvo prorroga, que se la merecería, hasta el 9 de enero de 2022 por lo que no hay excusa para perdérsela.


martes, 19 de octubre de 2021

Morir en noviembre de Guillermo Galván

Nunca es buen momento para morir, pero tal vez noviembre, por aquello que empieza con la celebración del día de difuntos sea el mes más adecuado.

Carlos Lombardi de la agencia de investigación Hermes, recibe, en noviembre de 1942, a una mujer que busca a un amigo desaparecido. Algo nada extraño en este país y esa época. Pero sí que resulta sorprendente por el hecho de que sea un ciudadano alemán.

Y aún más, y peligroso, supone el que haya más gente interesada en él y que sea precisamente una unidad del ejército, lo que añade más interrogantes si cabe y muchas más dificultades en la investigación.

Y a todo eso, el constante amenazador peligro que supone vivir de prestado bajo una dictadura revanchista a la que hay que caerle en gracia pero nunca ser gracioso.

Tercera entrega, larga, protagonizada por Carlos Lombardi, la primera Tiempo de Siega y la segunda La Virgen de los Huesos, en una trama más compleja que las anteriores, con mayor denuncia si cabe sobre las fortunas surgidas del golpe de estado y su relevancia en las decisiones estratégicas del país.

Morir en noviembre supera, si eso es posible, las dos anteriores entregas con su análisis crítico sobre la posición geopolítica de España en un momento en que el panorama internacional libra pequeñas pero decisivas batallas en el norte de África con una clara ventaja aliada sobre las fuerzas del eje en su intento por desbancar a Hitler.

Con Morir en noviembre Guillermo Galván evoluciona el personaje de Carlos Lombardi en su aspecto personal, al enfrentarlo con su pasado, con sus sentimientos como hombre necesitado de afecto y con la necesidad de decidir su futuro; y también en su aspecto profesional, al plantearle un caso que va más allá de la resolución de un crimen y que tiene que ver con material confidencial de trascendencia supranacional.

Después de este caso Carlos ya no va a ser el mismo, no puede serlo. Siente que ahora su vida le pertenece y que aún no sabe qué hacer con ella. Necesita aclararse deprisa y saber que quiere ser de mayor y cuanto de necesario puede ser exteriorizar sus sentimientos hacia las personas cercanas.

Enriquecedora novela negra por su aporte histórico del momento, su crítica del régimen a quien desenmascara sin retranca, emotiva por su acercamiento a la intimidad del protagonista y tremendamente interesante en su aspecto policiaco que la convierte, junto con sus predecesoras, en indispensable lectura.

domingo, 17 de octubre de 2021

¡García! de Santiago García y Luís Bustos

¡García! es un cómic de política ficción, que parodia una historieta clásica de la época franquista, como fue Roberto Alcázar y Pedrín, y que homenajea el proceso de criogenización vivido por el Capitán América.

En tiempo actual y en un laberinto de salas, pasadizos y escondites, oculto bajo El Valle de los Caídos, se libera a García de un periodo de hibernación de cerca de cincuenta años. García es una especie de superhéroe instruido para defender una sola causa.

Era la España de Franco y él un agente secreto del régimen faccioso cuando desapareció para reaparecer en una sociedad democrática mediatizada por las redes sociales.

Su integración supone todo un reto, máxime cuando su lenguaje arcaico desafina actualmente y su conocimiento de los cambios históricos es nulo. Y aunque acepta la nueva realidad y no cuestiona su sentido no por ello deja de sorprenderse especialmente cuando se reencuentra con personas coetáneas que si han envejecido a la par que evolucionaba su entorno.

¡Garcia! Es una curiosidad en el mundo de la historieta española que se mantiene perfectamente vigente por aquello que el dictador dejo todo atado y bien atado y gracias a que la ultraderecha ha avanzado por la derecha bajo piel de cordero.

Políticos secuestrados, corrupción por todos lados, espías a dos bandas. Una representación satírica de una triste realidad plausible y posible que evidencia como el antiguo régimen no solo sigue teniendo presencia sino poder.

Una joven periodista, hija de quien parece ser no es lo que siempre ha aparentado ser, y García avanzan juntos pero no revueltos en una historia donde las cloacas del poder parecen tener todos los triunfos.

¡García! Consta de tres álbumes. Los dos primeros, ¡García! 1 y ¡García! 2 de 2015 y 2016 respectivamente, completan un arco argumental que bien podría haber puesto fin al personaje por lo bien como cierran la historia. El tercero, ¡García! en Catalunya, muy posterior, editado en 2020, podría obviarse por ser un añadido que suena a oportunismo maniqueo en relación con el proceso independentista catalán.

Santiago García es el guionista y cuenta con larga trayectoria como bien denota su elaborado argumento y Luis Bustos es un dibujante que se desenvuelve bien en distintos ámbitos desde el más caricaturesco al realista.

Ambos consiguen una obra representativa de un underground contemporáneo que se ríe de sí misma para no llorar. Y es que la realidad cuando se ve con otros ojos se ve mejor, lo que equivale a verla peor.

 

 

jueves, 14 de octubre de 2021

El nudo Windsor de S. J. Bennett

El nudo Windsor tal vez sea el nudo de corbata más elegante y sin duda uno de los más usados ya que consigue un triángulo perfecto, centrado y grueso que hace que la vista se fije más en él que en la misma corbata. Y es que la elegancia es cuestión de gusto no de dinero.

El nudo Windsor lo inventó Eduardo VIII duque de Windsor y de ahí tomó el nombre.

Y si los nudos se hacen, también se deshacen. Y si en palacio hay un nudo que puede poner en aprietos a la realeza nadie mejor que una reina para deshacerlo.

El nudo lo ha generado la muerte de un joven pianista ruso invitado, junto a otras personas, algunas muy distinguidas, a una cena con pernocta en el castillo de Windsor. Residencia puntual, esporádica y preferida de la reina Isabel II de Inglaterra.

La velada previa al deceso transcurre con normalidad de forma agradable. Hay charlas, interpretaciones al piano y baile distendido. Y la mañana siguiente trae la terrible noticia al hallarse el cadáver por la gobernanta, sorprendida de que, siendo tarde, el huésped no hubiera bajado a desayunar.

Una investigación conjunta de la policía y el servicio secreto pronto parece encontrar un hilo del que tirar. Pero la reina, que de hilos y de ovillos algo entiende, la política interna y la internacional tienen mucho de madeja, tiene una intuición y haciendo alarde de una innata capacidad para descubrir acertijos, mostrada ya desde pequeña y perfeccionada a lo largo de su solitaria y aburrida vida, algo hay que hacer para entretener la mente cuando todos la consideran una entrañable viejecita, y con la colaboración de su ayudante Rozie, se lanza a una investigación personal y paralela a la oficial con resultados sorprendentes.

S. J. Bennet, escritora que como Sophia Bennet ya había publicado literatura para un público más joven, se estrena en la novela policiaca con esta obra que busca picotear de diversos géneros donde los británicos han brillado enormemente: espionaje (Ian Fleming), detectivesco costumbrista (Agatha Christie), intersección entre personal de servicio y realeza y aristocracia (Julian Fellowes) y humor (P. G. Wodehouse), y consigue un resultado cercano a un publirreportaje muy propio de HELLO!

Es tanta, y manifiesta, su devota admiración por su reina que casi olvida que no hay relato policiaco, y en especial del subgénero conocido como enigma, sin la participación del lector. Y que no facilitarle información para que pueda avanzar en su propia investigación y elaborar sus propias hipótesis es reducir la capacidad de sorprender e interesar.

Hay más interés en mostrar la humanidad de la reina, sus pensamientos sobre su solitaria condición, sus amistades, su vestuario, sus bebidas, sus perros, la relación con su esposo, su jardín y sus caballos, e incluso saber si el conjunto rosa es el más adecuado para recibir al matrimonio Obama o mejor el azul celeste, antes que facilitarle al lector pistas en el caso de asesinato.

Siendo la realeza quien lidera el caso ha debido ser cuestión de protocolo relegar al lector siempre unos pasos atrás para llegar a la explicación resolutiva como quien asiste a una conferencia.

Ya hay segunda novela de la serie, aún no traducida, que tendrá legión de seguidores entre los que difícilmente se contarán del bando republicano.