miércoles, 21 de marzo de 2018

You are here de Kyle Baker

Un relato muy actual, una visión irónica
y critica de la contemporaneidad.

You are here es una historia de novela negra que revisita el intento de un eficiente ladrón de joyas de dejar atrás cualquier vestigio delictivo y empezar una nueva vida lejos del mundanal ruido en un paradisiaco entorno rural con una chica que le ama incondicionalmente.

Noel Coleman es un apuesto delincuente y consumado seductor, un urbanita de pies a cabeza, iluminado por la luz de los fluorescentes, preferiblemente de bares y peep shows, que un buen día decide ver la vida a través de sus dibujos y con ello alejarse del mundo criminal y cambiar radicalmente de forma de vida.

Helen es una ingenua joven que cree en la bondad por encima de todo, capaz de comunicarse con la naturaleza y los animales, vive en el campo y respeta puntualmente su cita diaria con la puesta de sol y no desea nada más que no sea compartir esa forma de vida new age con Noel.

Solo que Noel no le ha contado toda la verdad sobre su sórdida vida, de hecho todo lo que le ha contado son mentiras y falta que Vaughan, un ex-convicto, un alter ego de un homenajeado Robert Mitchum, le aceche para matarlo como para que toda la ilusión se tambalee como un castillo de naipes.

Kyle Baker, un gran artista del cómic
Kyle Baker es el autor global de esta historia que resulta una obra de arte.

Combina un guión humanista y optimista con una feroz y ácida crítica social; combina una trama trepidante, sanguinolienta, hilarante y con largas escenas repletas de acción y suspense al más puro estilo Hitchcock, con planos y diálogos sacados de Disney; combina un dibujo elegante de trazo fino de estilo cómico cartoon con el realismo fotográfico otorgado por ordenador, y todo con un coloreado que respeta, distingue y personaliza cada objeto valiéndose de una extensísima paleta de saturados colores que demuestra un sabio empleo de habituales técnicas de animación.

Un relato muy actual, una visión irónica y crítica de la contemporaneidad, como es habitual en la obra de este autor, que se desarrolla en una trama sustentada con diálogos que abren puertas mentales y servido desde dos puntos de vista, el de Noel y el de Helen, que evidencian la eterna dicotomía entre la bondad de quien vive en comunión con el campo y la suspicacia de quien vive en New York.

Todo el cómic se estructura en largas secuencias, a cual mejor, que simultanean acciones a ritmo vertiginoso con largo planos de contemplación extasiante. Diálogos con asesinos en la jungla urbana y diálogos con animales en el bosque. Cuestión de comunicación.

Brillante cómic. Indispensable en toda colección noir.

domingo, 18 de marzo de 2018

La sustancia del mal de Luca d’Andrea

La sustancia del mal es de origen
desconocido pero nadie puede negar
su presencia.

La naturaleza es un ser vivo que se manifiesta solo con hechos ya que no dispone del don de la palabra. Los hechos, apacibles o devastadores según su estado de ánimo no tienen en cuenta las consecuencias para ese otro ser, el animal racional, con el que comparte hábitat.

Los fenómenos atmosféricos tal como vienen se van pero lo que dejan puede no parecerse a nada de lo que fue. En la alta montaña todo es más extremo y el viento, la lluvia y los rayos parecen multiplicar su fuerza por 10; hay que ser muy experto para sobrevivir a según qué situaciones y aún y así salir indemne física y mentalmente no está al alcance de todos.

Jeremiah Salinger es un norteamericano dedicado a los documentales que resuelve instalarse con su hija y su mujer en el pueblo de esta para alejarse de su vida frenética en la gran ciudad y tomar perspectiva para determinar donde encaminar su futuro.

Pero poco tendrá que decir ya que la naturaleza, ese monstruo que puede devorarte en segundos, va a decidir por él. Y además está el Bletterbach, ese prehistórico museo al aire libre que esconde fósiles y también el oscuro secreto de una tragedia, ocurrida hace treinta años, que comparten vivos y muertos y del que nadie quiere hablar. Cada cual lame sus propias heridas y hay cicatrices que aún están abiertas.

La sustancia del mal es de origen desconocido pero nadie puede negar su existencia ante los efectos que provoca.

El instinto investigador de Jeremiah, buscando siempre el tema que pueda atrapar la atención pública, se ve sometido al influjo de ese misterio y he ahí unas garras de las que no se puede escapar. O se muere o se mata.

El escenario es apabullante, sobrecogedor y gulliveriense para los habitantes de ese pueblo del sur del Tirol; una villa de cuento donde la vida no es tal. Donde todo hay que trabajarlo y ganárselo. Hasta el saludo de los locales. Y el respeto. Y dónde es posible perder en un segundo lo que se ha tardado meses en conseguir.

Luca D'Andrea
A Luca d’Andrea la visión de las grandes montañas le ha contagiado la intención de hacer una gran obra donde ha mezclado diversos ingredientes que cada uno individualmente puede ser resultón pero que juntos ofrecen una pobre imagen de plato combinado.

Los soliloquios mentales del protagonista entorpecen el ritmo narrativo, a veces sin aportar ningún valor a la trama y parecen apropiados para ahondar en el número de páginas. La trama tampoco consigue una velocidad de crucero y sus trompicones que salpican de interés y aburrimiento casi alternativamente no favorecen una lectura lineal absorbente.

Y es una lástima pues la obsesión, in crescendo, del personaje por averiguar lo sucedido está bordada. La imperiosa necesidad de saber le genera tal conflicto interno y de pareja y familiar que equivale al que sabe que aquello lo va a matar pero no lo puede dejar. Ni tan solo un terrible suceso puede alejarlo de su adicción.

Su angustia es tan palpable que traspasa las páginas del libro y si fuera tinta mancharía las manos de quien lo sostiene. Nada hacía presagiar que tanta algarabía iba a quedar en tan poco.

Aún y así les recomiendo que si les cae en las manos le den una oportunidad; tiene momentos impagables y tiene también una bella cubierta que, no sé por qué, me lleva a la infancia y al recuerdo de las cajas Alpino de seis colores.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Asesino de Jacamon & Matz

Una obra introspectivamente criminal.

A veces, en la adolescencia o la juventud se descubren aptitudes que por sí mismas deciden lo que se va a ser de mayor. Y no parece cosa del libre albedrío.

¿Los asesinos nacen o se hacen?. Un asesino de verdad, no alguien capaz de matar en un momento dado, por un arrebato o un calentón, o sea alguien cuyos actos criminales le resultan tan naturales como respirar, ha de nacer así. Puede moldearse pero no se hace.

Lo que si hace es convertir esa aptitud en un oficio, del que se pasa de aprendiz a maestro al perfeccionarse con el tiempo y la casuística, o sea con la acumulación de víctimas.

Asesino es un relajado cómic que relata la vida de un profesional del arte de matar. De alguien que nació con esa aptitud y que la ha desarrollado con habilidad y buen hacer. De alguien frío, con pocas pulsaciones, paciente, metódico. Es de los pocos que no fallan y por eso está muy bien remunerado.

De alguien humano, a pesar de lo que pudiera parecer, que también tiene deseos y sueños. Sus víctimas responden a encargos; no hay nada personal en su ejecución: es la obra de un contrato. Pero todo trabajo acaba cansando y Asesino está pensando en jubilarse anticipadamente. Tiene dinero y tiene su paraíso que le aguarda: una mujer que le quiere, una casa que le cobija y un paisaje que nunca se acaba.

Pero al parecer dejar este oficio no le va a resultar fácil y va a tener que demostrar porqué es el mejor si quiere evitar ser la víctima.

Matz elabora un argumento introspectivo, con poco texto y lo emplea para poner voz a los pensamientos y disquisiciones de Asesino y para generar los diálogos necesarios que se establecen en sus relaciones profesionales y personales. Ahonda en esa dicotomía sobre la vida y la muerte y sobre los límites de la moral, al mostrar el lado humano del oficio.

Jacamon aporta unas viñetas de dibujo estilizado y delgado trazo; dinamiza los encuadres según predominen los pensamientos o las vivencias, las acciones profesionales y las personales y para ello recurre a iluminarlas de forma monocromática o con generosa paleta multicolor lo que permite entender en cada momento el estado de ánimo del personaje.

El conjunto compone una obra interesante que va desgranándose lentamente, dando tiempo a meterse en la piel del personaje principal y comprenderlo, a lo largo de los cinco primeros números, únicos traducidos, que componen el primer arco argumental.

La serie, hasta la fecha, consta de 13 entregas:

01. Tiro por la culata (Long feu) 1998
02. El engranaje (L’engrenage) 2000
03. La deuda (La dette) 2001
04. Vínculos de sangre (Les liens du sang) 2002
05. La muerte en el alma (La mort dans l’âme) 2003

06. Modus vivendi, 2007
07. Le commun des mortels, 2009
08. L’ordre natural des choses, 2010
09. Concurrence déloyale, 2011
10. Le coeur à l’ouvrage, 2012
11. La suite dans les idées, 2013
12. La main qui nourrit, 2013
13. Lignes de fuite, 2014

Matz es el autor también del guión adaptado de ‘Adiós muchachos

domingo, 11 de marzo de 2018

La muerte del censor de Jordi Sierra i Fabra

La muerte de un censor se
considera una afrenta a los valores
del régimen que representa.

En 1963, en España y en concreto en Barcelona, el régimen no presagiaba ningún final a su mandato, al contrario mostraba una fortaleza envidiable y lamentable.

En el mejor de los casos presentaba solo un atisbo de evolución que aun garantizando el cumplimiento de sus inamovibles principios fundamentales mostraría su generosidad y tolerancia al mundo abriendo rendijas en las persianas para que pareciera que había luz, nada solar, y que no todo era negrura.

Al inspector Hilario Soler, caído en desgracia en el cuerpo por denunciar a un compañero por malas praxis (a su modo de entender, pero permisivas y necesarias según otros compañeros), el comisario le encarga el caso de un asesinato con la idea de que salga tan malparado de la investigación como de la resolución judicial por la denuncia y con ello sepulte su trayectoria y desaparezca de su vista y si puede ser del mapa mejor que mejor.

Hilario Soler es un librepensandor, si eso es posible en la época, es un idealista, un humanista y por todo ello tiene un nivel de cultura más que aceptable por lo que es capaz de entender, pensar e imaginar por si mismo sin seguir los dictados del Movimiento y eso, en los tiempos que corren no solo es malo sino que es peligroso.

El cadáver de un censor ha sido encontrado en el interior de su vehículo y el cuerpo presenta tantos cortes como los correspondientes a las veintisiete puñaladas que ha recibido. Un censor tiene a su cargo velar por la observancia de la decencia en las formas y en los modos, de contemporizar las veleidades artísticas, de encauzar las opiniones escritas, de pasar el cepillo por toda arista que sobresalga. Encomiable misión la del censor, que tiene en sus decisiones la educación social y moral de toda un nación.

En otras palabras, impone la particular visión política y social de quien le paga y manda: el estado y la iglesia. La muerte del censor es pues una afrenta directa que los altos cargos no pueden dejar impune.

La investigación de la vida de la víctima y de sus conocidos y familiares sirve para mostrar de fondo la situación que vivía la cultura y la filosofía en aquella época de oscurantismo, tanto es así que los censores alardeaban de seguir empleando los criterios escritos por la Santa Inquisición.

Jordi Sierra i Fabra
Jordi Sierra i Fabra es un escritor magnífico dotado de una capacidad productiva incomparable y sin merma de calidad, varias veces alabado y reseñado en este blog; alguien capaz de dotar a sus personajes de una presencia que trasciende las páginas; la personalidad que les insufla les hace vivos y los hace partícipes de una realidad que se nos hace creíble bien porque fue, bien porque pudiera haber sido.

El autor que le tiene tomada la medida a esa etapa histórica con su carismático personaje del Inspector Mascarell, se ha buscado una nueva voz, la del inspector Hilario Soler para crear una nueva serie y ofrecer otra visión de la época que se complementa con la anteriormente citada.

Y, por si fuera poco, el tema es de triste y rabiosa actualidad; algo que consiguió soliviantar entonces y lo consigue ahora. La libertad de expresión no se pide, se ejerce.

Leánlo y disfruten de un interesante caso policiaco dentro de una intensa novela negra. De hecho de Jordi Sierra i Fabra leánlo todo.

domingo, 4 de marzo de 2018

Las lágrimas de Claire Jones de Berna González Harbour

Sin duda una gran novela negra
y la mejor de la serie de la
comisaria María Ruíz.

La comisaria, caída en desgracia, María Ruíz, ve pasar el tiempo y su vida desde las ventanas de las dependencias policiales de Soria a donde ha sido, desterradamente, reasignada.

La rutina la vence en un lugar donde poco o nada ocurre. Su trabajo se reduce a reabrir dos antiguos casos no resueltos y a evitar que ese enemigo invencible que es el tiempo no la mate de aburrimiento.

Suerte que siempre quedan los amigos y Carlos que es eso y mucho más la invita a Santander a pasar un fin de semana para que el aire marino le insufle apetito, tanto para unas anchoas como para comerse la vida. A la vida hay que entrarle con hambre sino te come ella a ti.

Y Santander le da un cadáver que pide a gritos insonoros una investigación; le da comida suficiente para despertar la pasión que inflama su profesión. Y también le da disgustos, suficientes para entender que todas las cosas son efímeras y que es relevante darles la importancia justa en cada momento. Y también alegrías, las que sirven para reencontrarse con ella misma y hacer las paces con el mundo.

Con el mundo si pero no con las personas. Hay algunas con las que mejor no descuidarse. A la vida hay que entrarle de cara: mejor recibir de frente que por la espalda. Un ataque de cara aún se puede evitar por detrás es mortal de necesidad. Y lo que no te mata te hace más fuerte. Y a la comisaria María Ruiz, a su naturaleza fuerte de por sí y que estaba en duda, los avatares le han dado vitaminas.

Berna González Harbour
Berna González Harbour llega a la tercera entrega, la más criminal, larga, densa y mejor articulada, de la serie protagonizada por la comisaria Ruiz y el resto de secundarios ya conocidos y que cobran más importancia, si cabe, al traspasar el límite de lo profesional para actuar como amigos y como tales sin ceñirse a reglamentos coercitivos.

La autora consigue una protagonista mucho más madura en la novela que la consagra en lo más alto del género.

Las lágrimas de Claire Jones es sin duda una gran novela negra y la mejor novela de la serie. La que aporta mayor contenido emocional, las cavilaciones dibujan mejor los personajes que las descripciones; la que profundiza más y mejor en las relaciones, tanto de los que conforman el bando bueno como el bando malo; la que teje una trama criminal con hilo de distintos colores y composición: histórica, sentimental, idealista, y resulta más que bien urdida; y la que es capaz de dejarte con un ¡ay! en un final donde la solución policial se revela como un trabajo diario que no hay que menospreciar pero tampoco sobrevalorar.

Al final, ¿ya lo sabemos, no? lo que importan son las personas.

Por cierto ¿qué saben de los cuáqueros? Poco ¿no? Pues van a aprender algunas cosas muy interesantes y van a tener ganas de conocerlos mejor. Es lo que tiene la buena literatura que entretiene, ilustra y te lleva de la mano a otra lectura.

Si no han leído antes nada de esta serie les recomiendo empezar por la primera, no tanto por la interdependencia, que la hay, sino por el placer de no perderse ninguna de las tres novelas:

01. Verano en rojo (2012)

02. Margen de error (2014)