Hubo un tiempo en que, a los dibujos animados de las teles en blanco y negro, no se les pedía nada más que entretuvieran promoviendo risas. Nada era verosímil, todo desafiaba la lógica y la realidad, pero no importaba, porque nadie los miraba con espíritu crítico, y mucho menos con las gafas de lo actualmente políticamente correcto y altamente inclusivo.
Los argumentos no es que no se sostuvieran, es
que eran prácticamente imposibles. Una sucesión de situaciones slapstick y muchos
gags intercalados, cuya tontería mantenía a pequeños y no tan pequeños con la
nariz pegada al televisor liberando carcajadas que alegraban el entorno.
La novela Operación Kerman, es como esos
dibujos animados, un argumento pensado para divertirse y no ser tomado en
serio. No pasaría la prueba del algodón de la verosimilitud, aunque fuera a
oscuras. Por eso para leerla hay que olvidarse de cualquier atisbo de adultez y
de cualquier intencionalidad analítica.
Cloe, hastiada de su profesión sometida al
heteropatriarcado y de la condescendencia masculina, abandona el sistema establecido
para convertirse en ladrona. Es su modo de vengarse de todo lo sufrido, así,
seduce a hombres para robarles lo que pueda y más, junto a su amiga, y
cómplice, Vera.
Descubiertas por la esposa de una de sus
víctimas, en lugar de denuncia policial reciben una suculenta oferta de trabajo
que cuenta con todos los alicientes como para no ser rechazada, pero que
también entraña peligros.
A partir de ese punto, se suceden situaciones
dignas del peligroso y complejo entrenamiento de agentes de élite, aunque todo
se reduzca a parodia.
Sama Helalli compone una obra para evadirse de la realidad; de esa cotidianeidad rutinaria que supone para muchas jóvenes suspirar por ese hombre ideal y a la vez liberar las ganas de romper con los esquemas de sumisión y dependencia.
Una novela con cuatro mujeres liberadas y
empoderadas y con hombres que son utilizados para lo que sea menester, en un
entorno de lujo y glamour con situaciones de riesgo a nivel de thrillers de
espionaje y delincuentes de cuello blanco.
Quienes gusten de poner una sola etiqueta, con
esta novela no lo van a tener fácil a no ser que suscriban el plural, ya que la
novela es claramente Chic-Lit, Romántica, Cozy Mystery y Thriller Ligth, y sin
olvidar ese punto CiFi que supone evocar a Utopía, en planteamiento y en
localización geográfica: una isla.
Operación Kerman una lectura ideal para rellenar viajes sin compañía ni
paisajes que admirar, y que libera alguna que otra carcajada sin complejos.