miércoles, 26 de abril de 2023

En la sangre de Susana Rodríguez Lezaun

Contraer deudas es malo, saldarlas doloroso, pero no hacerlo, y con según quien, puede ser peor. En el mundo de la delincuencia una deuda de sangre es algo muy serio, tanto como para poner la propia vida de aval.

A Marcela Pieldelobo le acaba de caer un marrón. Uno de esos casos que nadie quiere y que esquiva siempre que puede, excepto, como en este caso, cuando son órdenes directas de arriba y no admiten replica alguna.

Su mentor, quien la instruyera en sus inicios como policía; su amigo, quien escuchara sus pensamientos verbalizados; su amante, con quien compartiera besos robados en momentos de tensión y orgasmos relajados entre sabanas de algodón, acaba de ser detenido acusado de un montón de cargos a cuál más grave, con el de asesinato por bandera.

Se declara inocente y mientras espera pasar a disposición judicial solo acepta hablar con Marcela. Petición atendida y Marcela acude con la duda corroyéndole por dentro.

La misión, un operativo infiltrado para detener a un capo del narcotráfico, se ha visto afectada por la ambición de quien la comandara. Nadie duda de su implicación y aunque el inspector Fernando Ribas ha podido tontear con el lado oscuro, siempre ha sido honesto con ella y ahora a ella le falta el valor para seguir confiando en su palabra.

En el lugar de los hechos, Bera, un pueblito navarrense fronterizo a Francia, donde ocurriera la detención, los ánimos están exaltados. La víctima conocida y querida por todo el pueblo es además pareja y activista abertzale lo que supone un componente político añadido y la participación conjunta de la Policía Foral de Navarra, la Guardia Civil y la Policía Nacional, algo que solo queda bien en un power point.

En la sangre es una novela negra muy dura, tensa y emotiva, vestida de bruma y lluvia, y muy contemporánea.

Marcela, a quien le cuesta empatizar, aún más mostrar sus sentimientos y todavía más confiar en nadie, vive una situación límite que alguien sin su coraza no resistiría.

Susana Rodríguez Lezaun recupera a su personaje emblemático, uno de los más interesantes y significativos del panorama noir actual, y lo sigue retorciendo, exprimiendo y sacudiendo para que de lo mejor de si mismo. Pocos autores y autoras quieren tanto a un personaje como para insistirle en que no se rinda pues sabe hasta dónde puede llegar y cuando se le puede exigir.

Si esto fuera cine o teatro, Marcela Pieldelobo sería una magnífica actriz que aun no conoce sus límites y Susana Rodríguez Lezaun una magnifica directora de escena que sabe cómo motivarla.

Si la primera novela de esta serie, Bajo la piel, ya fue espectacular y de lectura obligatoria, esta segunda, con carga expansiva, es aún más que la anterior. No se pierdan ninguna de las dos.

martes, 18 de abril de 2023

El hombre que mató a Antía Morgade de Arantza Portabales

En 2021, después de 23 años de aquella muerte, el suicidio de Antía Morgade ¿o tal vez no fuera tal?, que destruyó la unión del grupo, se reúnen las seis personas supervivientes para una cena de reencuentro. Algunas están triunfando, otras llevan vidas sencillas y hay quien está recuperándose de su bajada al infierno.

Es Santiago de Compostela; el restaurante es con terraza para ver los fuegos del Apóstol. Luces en el cielo que no consiguen iluminar la negrura del alma de quien es capaz de asesinar.

Estamos ante una novela que es a la vez novela policiaca clásica y novela negra. Y es que reúne los requisitos de ambas. Para bien.

Es novela policiaca clásica porque revisita a Agatha Christie y en especial a una de sus obras superlativas. Círculo cerrado de sospechosos, todos posibles culpables, todos con motivos, todos con oportunidad y muchos muertos.

Y es novela negra porque abre una brecha a un elemento externo y porque incorpora algo tan en boca de todos actualmente como es el abuso de menores en centros tutelados y denuncia no solo la aberrante actuación que suponen los actos en si, sino el reprobable silencio cómplice y los intereses que los organismos institucionales y rectores de las iniciativas anteponen a las vidas humanas. No solo por las muertes, ya de por si motivo penal, sino por las infancias truncadas, las ilusiones de futuro rotas y la desconfianza asentada.

Malear los sentimientos de los débiles es una de las grandes lacras adheridas a la condición (in)humana.

Arantza Portabales conjuga ambos géneros en frases breves cortadas con punto y seguido. Con muchos diálogos y cortos soliloquios cuando los capítulos se relatan en primera persona. Va creando tensión al tiempo que recuerda a la Gran Dama del Crimen y emula su tempo para el suspense.

Recorta cada personaje de su tiempo pasado y lo pega en un presente que construye a partir del temor a no tener futuro. La muerte se les apareció entonces y vuelve a aparecer ahora. Y todo el miedo de antaño resurge con fuerza y con él el recelo a confiar en nadie y a temer a todo y a todos.

La autora, por si esto fuera poco, se anima a abrir un tercer frente encendiendo los ánimos, ya de por si caldeados, en la comisaria, con una suerte de triangulo amoroso donde la jerarquía, la ambición y la atracción física y sentimental lanzan dardos envenenados desde su vértice a quien se pone por delante.

Novela policiaca clásica, novela negra contemporánea y novela procedural romántica. Tres en uno. Y nada chirría. Léanla y compruébenlo.

De esta misma autora en el blog pueden leer la reseña de Belleza roja

 

 

miércoles, 12 de abril de 2023

Haiku para un cadáver de José A. Bonilla

De un viaje realizado con mente abierta y de textura de esponja se vuelve distinto, y a quien no le haya pasado es que no es viajero sino turista.

Japón y su capital Tokio, como cualquier otro país y ciudad, y tal como se explica en el prologo de esta novela, tiene su cara A y su cara B. Y quien la visita, sea turista o viajero, por negocios o por placer, solo atisba a observar pequeños retazos de una sociedad que en cambio tiene muchísimo por conocer, aunque poco quiera mostrar.

Haiku para un cadáver es una novela negra con tanta trama social como criminal y es que, en este caso, es practicamente lo mismo, que incide y denuncia lo que todos los habitantes de japón sufren y temen pero que por código de honor y tradición jamás se atreverán a reconocer.

Como los altos niveles de sucidios y de alcoholismo, la precariedad laboral de las mujeres que casi las aboca a ejercer de compañías de pago o a prostituirse puntualmente para salvaguardar el honor familiar o poder permitirse unos pequeños caprichos. Pero hay algo que si se reconoce y que el gobierno pretende erradicar sin conseguirlo que es trabajar hasta la extenuación y literalmente la muerte ya sea por devoción subsidiaria con el principio empresarial, o bien para poder hacer frente a la cantidad ingente de deudas, o bien para sobresalir y aspirar a un cargo superior.

En el argumento de Haiku para un cadáver hay de todo lo dicho y más y además está todo entrelazado para conformar una trama detectivesca que resulta muy estimulante. Tanto por lo intrincado del caso criminal como por ofrecer una radiografía de una capital y una sociedad que nos seduce, nos atrae y nos sorprende por su exotismo, sus colores, su comida y sus particulares costumbres.

Una de esas tramas que, como escenografía de teatro, muestran unos comportamientos que en su parte exterior son todo apariencia mientras que en su parte interior son todo andamios y oropel sujetado por cinta adhesiva y agujas imperdibles. Las máscaras impiden ver los verdaderos rostros. La felicidad fingida esconde la desesperación.

José A. Bonilla ha escrito la novela negra japonesa que los japoneses no escribirían. Ha compuesto una historia con un trabajado argumento repleto de personajes de carne y hueso que consigue emocionar e intrigar; que provoca entusiasmo y rechazo y que genera curiosidad y aversión; pero, sobre todo, lo ha desarrollado a modo de thriller por lo que consigue secuestrar la atención del lector hasta una serie de finales que como estaciones de Shinkansen se suceden a gran velocidad.

Haiku para un cadáver es una novela negra japonesa a pesar de haber sido escrita por un occidental desde fuera del archipiélago; y todas y todos quienes sean seguidores de esta corriente literaria, no pueden eximirse de su lectura pues se estarían perdiendo la oportunidad de vibrar y sufrir con una historia terrible que no solo entretiene, sino que además ilustra.

Ilustra no porqué contenga más de 100 notas pie de página aclaradoras de expresiones y comportamientos nipones, sino porqué describe lugares y ambientes de forma que el publico occidental pueda sentirse en Tokio, aunque nunca la haya pisado. Léanla y compruébenlo.

Un último apunte sobre su autor: José Antonio Bonilla acaba de ser nombrado ganador del Premio Black Mountain Bossòst 2023 de novela negra por su obra “La dama de niebla” que se editará próximamente.

miércoles, 5 de abril de 2023

Cloruro de sodio de Jussi Adler-Olsen

Un inicio que para nada hace presagiar la complejidad de la trama que se va a desarrollar en las siguientes páginas. Una investigación laboriosa, complicada y desconcertante. Un equipo policial, el Departamento Q, más cohesionado que nunca ante lo que se les viene encima. Un jefe, Carl Mørk, avanzando contra reloj porqué le queda poco tiempo y menos margen de maniobra. Y un montoncito de sal común, de cocina de toda la vida, que pasa desapercibido como en los sucesos a los que acompaña.

Si con esto no despierto su interés para la lectura, nada más puedo decir sin destripar el argumento.

Si son del Departamento Q, sepan que estamos ante una de sus mejores obras. Con mucho de procedimiento policial que propicia un avance lento de la trama para ir saboreando y degustando cada uno de los pasos de una investigación que para nada sigue una línea recta, dándole total verosimilitud a los hechos.

Poco también que decir de su autor, Jussi Adler-Olsen. sobradamente conocido por esta serie de novelas, la actual es la número 9, en donde desarrolla tramas de fuerte y controvertido contenido social que extrae de la actualidad para ir configurando, a través de sus obras, un mosaico de temas que invitan a la lectura y el debate.

Decir que Cloruro de sodio condimenta el panorama noir actual, podría parecer un recurso lingüístico demasiado fácil, pero esperen a leerla para comprobar como efectivamente entre tanta sosedad publicada, esta destaca notablemente.

La novela incide en lo poco que vemos por lo mucho que miramos y resalta el trabajo policial de toda la vida, que tan alejado está del que muestran las series televisivas obligadas por su ajustado tempo narrativo.

Hay puntadas sin hilo; hay pasos que no avanzan, sino que tropiezan; hay aciertos y desajustes. Como en cualquier investigación criminal de la vida real.

Si no conocen al Departamento Q ya va siendo hora que le den una oportunidad y Cloruro de sal es tan buena para ello como cualquier otro de sus títulos. Sus componentes les acompañaran toda la vida.

En este blog hay dos reseñas anteriores de esta serie de novelas por si quieren echarles un vistazo:

El mensaje que llegó en una botella

La víctima 2117