domingo, 30 de enero de 2022

La Metamorfosis Infinita de Paul Pen

Alegría realiza una entusiasta pero difícil evolución interna y externa para dejar de ser gusano y pasar a ser polilla. No necesita ser una mariposa de alas como rosetón de iluminados colores, le basta con vivir la experiencia y aflorar su yo verdadero.

Su afición a los lepidópteros le viene de pequeña, cuando asistió fascinada a la transformación que sufre una oruga cuando se encierra en un capullo para salir volando días después. Magia.

Pero Alegría solo llega a atisbar lo que significa poder volar. Un encuentro con una manada de machitos con la testosterona y la homofobia dando doce sobre diez en la escala de la imbecilidad humana se salda con su muerte.

Han pasado 12 años y los descamisados, así se hacían llamar la caterva de energúmenos, habiendo cumplido la pena impuesta se disponen a salir de la cárcel y recuperar su libertad. La madre de Alegría no entiende tanta injusticia: doce años por segar una vida que está empezando a vivir. Y entiende que solo aplicando su propia justicia ayudará a su hija a volar en paz.

La Metamorfosis Infinita es la disección de una realidad que sigue protegiendo a quien agrede y culpabilizando a quien ha recibido la agresión. Alguna cosa habrá hecho, algo habrá dicho. A esas cuadrillas llámense descamisados, manada o pasionales, las siguen protegiendo un heteropatriarcado que apesta a rancio.

La Metamorfosis Infinita es el título de un maravilloso y enternecedor cuento que loa el amor. Y es también el título de esta novela, que incide en el amor de una hija a su madre y de una madre a su hija y de su mutua necesidad de protección.

Y La Metamorfosis Infinita es la planificación de una venganza. Cuando el dolor es tan insoportable que no deja sentir nada más, se está dispuesta a hacer lo que sea para acallarlo. Y cuando ese deseo se impone a la razón no se piensa con claridad.

Paul Pen se pone en la piel de la madre de Alegría para contar el terrible desespero que supone perder una hija y que ya no te quede nada. Para describir la gran renuncia individual que supone la maternidad. Para explicar que la soledad no es una amiga. Para mostrar como el agradecimiento sincero y generoso es un tesoro inmaterial.

Ahonda en el sentimentalismo de lágrima fácil y busca la complicidad de la audiencia en un caso con el que juega con ventaja pues ya la tiene ganada de antemano. Y de tanto pintar en rosa los sentimientos, en azul cielo los anhelos y en verde esperanza la ilusión se acaba olvidando del negro, que solo emplea para delimitar contornos. Sin duda sería una serie televisiva de éxito asegurado.

 

jueves, 27 de enero de 2022

Jack Wolfgang de Stephen Desberg y Henri Reculé

Primera entrega de lo que promete ser una interesante serie de espionaje y acción. Jack Wolfgang se presenta en su primera aventura titulada La Entrada del Lobo y ya forma parte del universo de los comics de serie negra indispensables en toda biblioteca.

El argumento combina entre sus personajes a animales antropomórficos y seres humanos y se mueve en un espacio temporal ubicado en 2017, a imagen del real pero diferente por lo que debemos suponer que se desarrolla en un universo paralelo.

Jack Wolfgang, un lobo agente de la CIA, trabaja como tapadera en el periódico The New York Times escribiendo crítica gastronómica, y aprovecha la ejecución de sus misiones para recalar en buenos restaurantes y poder completar su doble vida sin despertar sospechas.

La pérdida de un agente provoca un revuelo en la CIA que aparta a algunos de sus efectivos del caso. Algo que incomoda a Jack y que, por su proximidad con el agente muerto, le lanza a investigar por su cuenta y atrapar a su asesino.

El argumento de Stephen Desberg rebosa acción de principio a fin. No hay pausa ni página contemplativa, en cada una sucede prácticamente algo. El ritmo es vertiginoso y el desenlace digno del mejor James Bond.

La trama evoca a las aventuras de agentes secretos del despuntar del género y está muy bien resuelto en su final con el habitual politiqueo maniqueista sometido siempre a los intereses del poder.

Henri Reculé no se achica ante un argumento tan exigente y responde con viñetas de todos los tamaños componiendo planchas con total libertad para adecuarse a las necesidades del dinámico guion. El dibujo es soberbio y el uso del color apropiado.

Todo dispuesto para gozar de una buena historia contada con interés y dibujada con agilidad. No se lo pierdan.

Y por si alguien, viendo la cubierta, se imaginara estar ante una réplica a Blacksad nada más lejos de la realidad. La presencia de humanos, el protagonista un espía y no un detective privado, la época presente en multiverso y no en la primera mitad del siglo XIX y el ritmo acelerado, absolutamente thriller, frente al más pausado propio de una novela negra en la serie del gato evidencian la diferencia.

Hay más entregas esperando traducción para aterrizar en los escaparates. La espera se hará eterna.

domingo, 23 de enero de 2022

Nuevos Horizontes de José Luis Pastrana


El género noir diferencia perfectamente la novela negra urbana y la novela negra rural, pero olvida la novela negra que, a falta de denominación consensuada, bien podría denominarse localista.

Es decir, la que tiene su epicentro en una pequeña localidad y extiende sus tentáculos por las vecinas. Una novela cuya ambientación acaba siendo familiar por el reducido número de restaurantes, bares, talleres y establecimientos comerciales en un acotado entramado de calles principales y travesías.

Todo en aras de conseguir una complicidad con la comunidad lectora que, aprovechando la ya confianza establecida, ofrece diálogos sueltos y socarrones y una selección de los delitos ajustados a la realidad del lugar, entorno y época. De otro modo sería como pez fuera del agua: nunca se daría un asesino en serie a la americana, como tampoco lo tuvo que enfrentar Plinio, ni una compleja maraña de bandas latinas con conexiones internacionales, por poner dos ejemplos.

Son un tipo de novelas que ofrecen una visión del género con mayor proximidad. La misma que ofrece el saludo de convecinos por la calle. Nuevos Horizontes: Un caso del detective Calleja es novela negra de cercanías.

Odon Calleja y Pepe Pastrana coinciden en la barbería y es como si se juntara el hambre y la ganas de comer. Dos perfectos desconocidos que, por aquello de que el destino juega con cartas marcadas, acaban convergiendo intereses y materializando sueños que toman cuerpo en la creación de una agencia de investigaciones.

Y el estreno es por todo lo grande, con un caso que se caza al vuelo, casi por intuición, y que pone a prueba las aptitudes de los componentes humanos y técnicos de la agencia y su recién estrenada logística.

Con tesón y esfuerzo se sortean obstáculos y con profesionalidad y ética se afronta el compromiso que supone este primero, e importante, contrato.

En esta entrega, presumible y deseablemente, la primera de otras muchas, se empieza a perfilar la diferencia en el modo de hacer de cada protagonista. Odón procede de manera procedimental y responde con olfato de sabueso, no en vano ha sido policía nacional la mayor parte de su vida; y Pepe actúa de forma más cartesiano de acuerdo a su condición de ingeniero.

No se sorprendan si conociendo a Odón les vienen ecos de Plinio, Maigret y, un poco menos de Adamsberg, pero por ahí andará salvando la distancia de que ya no es del cuerpo y que va de privado.

Está clara la intención de ahondar en los caracteres, incluidos los secundarios, y en los localismos, ya sea en gastronomía o en geolocalizaciones, para darle entidad propia a la serie y diferenciarla de otras más impersonales por globalizadas.

A José Luis Pastrana se le ve cómodo, entusiasta y queriente de sus personajes y del encaje argumental y de la tierra. Consigue transmitirlo empleando el lenguaje plano y corriente de cualquier convecino, nada influído por clichés del género. Y lo desarrolla en una trama local, verosímil y plausible, bien hilvanada y que, al notarse bien asentada, ella misma se crece a medida que avanza su desarrollo.

Los nombres famosos en literatura copan los estantes de las librerías y hay obritas, como esta, que no tienen quien las quiera sino es con el boca a oreja.

No se dejen confundir por el título ni la bucólica imagen de la cubierta ya que su interior esconde una original novela negra. Denle una oportunidad y no se sorprendan de lo fácil y agradecida que les va a resultar su lectura.

 

miércoles, 19 de enero de 2022

El Cuaderno Secreto de Leonardo, de Marco Malvaldi

En el Milán de 1493, el de Ludovico el Moro y Leonardo Da Vinci, se ha encontrado un cadáver en el patio de armas del castillo y hay que averiguar que le ha causado la muerte y descifrar como se ha podido producir y una vez descifrados el qué y el cómo, poder iniciar la investigación criminal para descubrir quién, dónde y sobre todo porqué.

Ya ven que la construcción de la novela responde al más puro estilo policial clásico y como tal se comporta y se desenvuelve. El protagonismo como detective lo ostenta un Leonardo Da Vinci que se maneja con tanta soltura en esta faceta como lo hace con sus pinceles.

Ludovico confía y desconfía de todo y de todos mientras Leonardo parece estar en su mundo, pero ambos se necesitan y la investigación va avanzando para mostrar un inesperado escenario donde, sin aquella muerte, hubiese tenido lugar una gran tragedia.

Y la resolución del caso se presenta a caballo, nunca mejor dicho: magnífico MacGuffin, con giro final, sobre la elaboración de una estatua ecuestre, entre actuaciones que firmarían a medias el mismísimo rey Salomón y Hércules Poirot.

Y de ruido de fondo tenemos tensión por una guerra venidera en el sur, en el reino de Nápoles, intrigas palaciegas por el poder, adulterios, conspiraciones para provocar cambios gubernamentales, notable influencia astrológica, deudas económicas, proclamas religiosas y encargos artísticos por cobrar y otros por cumplir.

Y todo tratado con el sentido del humor del que hace gala su autor Marco Malvaldi y que este blog ha dado cuenta reseñando su obra anterior.

A partir de un argumento aparentemente, solo en apariencia, simple, en El Cuaderno Secreto de Leonardo se va desarrollando el entramado de la situación política, económica y militar de Milán, con comentarios sobre Florencia y Venecia, que convierten a la novela en un gran fresco de la época que nunca hubiera pintado Da Vinci.

Y no por pereza o incapacidad; simplemente porque no pintaba frescos.

Es una novela muy entretenida, que no decae en ningún momento y que al final recoge todos los cabos, que el autor ha empleado para sembrar dudas y desconciertos entre quienes la lean, y los deja bien atados.

El autor interpela al lector constantemente y le conmina a aceptar el juego del anacronismo incluyendo comparativas y similitudes entre aspectos de aquella época con las de tiempo presente. Como un narrador omnisciente que hubiera viajado en el tiempo para tomar las notas con las que relatar esta inteligente historia

Marco Malvaldi nunca defrauda y este estreno en la novela policiaca histórica es merecedor de tener continuidad.

Las obras de Malvaldi reseñadas en el blog son:

La Brisca de Cinco (1a Bar Lume) 

El Juego de las Tres Cartas (2a Bar Lume)

El Rey de los Juegos (3a Bar Lume)

El Caso del Mayordomo Asesinado





domingo, 16 de enero de 2022

La Señora March de Virginia Feito

La Señora March simboliza el estilo de vida, way of life, de una mujer de clase alta neoyorkina, del Upper East Side, que desde pequeña ha vivido rodeada de comodidades y nada de afecto.

Una infancia marcada por la inseguridad y la necesidad de llamar la atención hasta el punto de cometer actos de verdadera maldad, lo que sin duda afectó su desarrollo emocional. Y ahora como adulta, esposa y madre, vive su aparente normalidad sin comprender que la vida es algo más que cumplir con la cotidianeidad.

Su marido es George March y su último libro, según crítica y público, es sin duda el mejor de su ya famosa y dilatada carrera como escritor, como admirable es el personaje principal de la obra, Johanna una prostituta nada agraciada y sin suerte.

La Señora March sufre un shock cuando un comentario, bien intencionado, en su panadería habitual, lo interpreta como tendencioso y humillante. A partir de ese momento siente que su burbuja se resquebraja y teme que lo que suponía admiración por su condición, en realidad pudiera ser conmiseración.

Un torbellino de pensamientos negativos se instala en su quehacer diario y miedos irracionales y visiones inexistentes sustituyen las rutinas de su ordenada vida dando paso a un estado donde tiene miedo de su propio miedo y el horror deviene terror. Neurosis que deviene en psicosis.

Y así, los engranajes que regulan la cordura y la separan de la locura razonable, esa que supone la paranoia, chirrían y la Señora March no es consciente de la transformación que está sufriendo y que los demás no solo notan sino que también temen.

Hay perversidad en sus pensamientos hacia los demás, deseándoles el mal. Hay desapego de la realidad para con sus seres próximos que deberían ser queridos y solo son soportados. Hay veleidad en su comportamiento egoísta, mimado y caprichoso.

Virginia Feito reescribe esa novela americana tantas veces leída y tantas veces vista en el cine y en series que remite a esa forma que tienen en New York de relacionarse las personas sin hacerlo; ese trato educado y formal pero frío y distante. Esa resignación ante una coexistencia inevitable que convierte a cada persona en una isla y donde la soledad es la compañía habitual pero no siempre la mejor. No es de extrañar que haya encantado allí; aquí tal vez cueste más

No busquen thriller, ni novela negra ni policiaca. Ni tampoco las comparaciones con que la anuncian: demasiado humo para una fogata. Están ante una novela de suspense psicológico de ritmo pausado. Un retrato de la hipocresía costumbrista que muestra esas parejas que parecen felices sin serlo; esas reuniones sociales interesadas y esos encuentros familiares cargados de reproches y envidias.

Es poco lo que se dice, hay que interpretar; menos lo que se describe, hay que deducir; y ninguna pista de lo que pretende, hay que pronosticar.

Hasta el final no sabemos el nombre de pila de la Señora March. Hasta el final la mujer que es no se manifiesta como ente propio sin ser un apéndice subordinada al esposo. Hasta el final no vemos la mujer que está dentro de la mujer. Como las muñecas matrioska.

jueves, 13 de enero de 2022

Marismas de Beatriz Roger y Luiso Soldevila

El argumento plantea muy bien desde el principio el alcance de lo que pretende. La cuidada presentación de cada uno de los protagonistas, bastantes y suficientemente diferentes y bien perfilados como para enriquecerlo con distintas voces y la ubicación del escenario: la esquina costera norte de la comarca del Baix Empordà, l’Empordanet, tomando como epicentro Llafranc, y añadiendo la tramontana al elenco de personajes.

Un amplio escenario geográfico con variada orografía e igual plantilla de personajes con los que se desarrolla una apasionante trama donde el amor de madre tiene su punto fuerte en su tendón de Aquiles y donde el odio no muestra debilidad.

Nicolás Nico Ros acaba de instalarse en Llafranc con su mujer Estela y su hijo Simón de 3 meses, en una casa regalo anticipado de Navidad de sus suegros. Nico es detective y casi sin tiempo de instalarse y en visperas de las fiestas de amor y paz le llega el primer encargo de alguien a quien no le puede negar nada aunque le pese la relación.

Una niña de 10 años, Bashira, ha desaparecido en La Gola del Ter, las marismas que forman la desembocadura del río, a las faldas del Montgrí. Un lugar idílico donde se puede despedir al sol y saludar a la luna simultáneamente, no es extraño, pues, suponerle vibraciones mágicas.

Nico trabaja codo con codo con los activos policiales, les une una antigua amistad y relación familiar, en una frenética búsqueda puesto que todos son conscientes de que el paso del tiempo, en esas situaciones, juega en contra de encontrar a la pequeña con vida.

La dupla de autores ha levantado una sólida novela sobre la delgada línea que separa el thriller noir y la novela negra. Con lo que toman de cada género lo más bueno que tienen para conseguir algo mejor. En este caso 1+1=3.

Beatriz Roger y Luiso Soldevila han escrito una novela empleando los conocimientos obtenidos de sus respectivas profesiones y empleando habilmente sus resortes, por lo que el resultado no podía desmerecer, destacando la perfilación de los caracteres y su preciso sentido del tempo narrativo.

Así, Marismas es una novela negra de las que se empiezan a leer al atardecer y se acaba en la madrugada. A un argumento tan interesante no hay que darle tregua; si se deja reposar, se enfría y pierde su tersura y su sabor. Nadie vería un film de género thriller en tandas de 15 minutos al día.

Y no aventuro nada al afirmar que tendrá continuidad como serie; basta solo con llegar a la escena post-crédito para constatarlo. Y ya estoy deseando que ese día llegue pronto.

No hay duda de que estamos ante una obra que se va a posicionar en los lugares altos de los rankings y va a optar a premios. Dentro de un tiempo les voy a recordar esta premonición, y si no me creen ¿Qué pensarían si les dijera que me lo ha dicho Doña Sol?

domingo, 9 de enero de 2022

El buen padre de Santiago Díaz

¿Hasta dónde llega un padre para salvar a su hijo? Nadie lo sabe; no hay límites, no hay ética ni moral; no hay horizonte. Nada importa, ni la propia vida.

Todo vale por muy irracional que desde fuera pueda parecer.

Un buen padre ha decidido emprender una incomprendida cruzada para sacar a su hijo de la cárcel donde cumple condena por haber asesinado a su esposa. Eso dice el veredicto aunque él no haya parado de negarlo desde su detención.

Nadie, a excepción de su madre y su padre, lo han creído. Ahora solo queda el padre y está dispuesto a todo, y nunca todo tuvo un significado más aterrador, para conseguir que se reabra el caso y se le exculpe.

Para ello se ajusta a un plan perfectamente concebido y cuya ejecución debe llevar a conseguir el objetivo. Con esta ilusión se lanza cuesta abajo y arrastra consigo la atención lectora cautiva ya desde el primer momento.

Y así a una velocidad trepidante se abre una tensa, angustiosa y asfixiante carrera contrarreloj que arrastra a la policía y al lector por intricados vericuetos donde el avance de la investigación, siempre por detrás del plan establecido, hunde de desespero a los policías y al lector que se ve impotente para poder ayudar aun sabiendo lo que otros no saben.

El suspense llevado a su nivel deseado i el ritmo de thriller al límite de revoluciones.

Una trama muy bien construida que impide cualquier distracción al enlazar cada párrafo con información relevante lo que equivale a momentos de vivencia expuesta.

El buen padre es un thriller construido con el mismo mimo con el que se engastan las piezas pequeñas en una maqueta, con paciencia, pulso y oficio.

Santiago Díaz ha dibujado unos planos precisos antes de fabricar las piezas y todo medido para que encaje con precisión milimétrica, para que nada ni nadie sobresalga y estropee el encuadre.

Y también para que quien lo lea lo haga como quien ve una película sin poder despegar los ojos de la pantalla por temor a perderse un gesto o una mirada determinante. Sus recursos de guionista al servicio de un pasa páginas que no escatima en giros que sorprenden y desconciertan por igual.

No escatima en violencia, la justa y precisa, ni tampoco en favorecer la empatía con quien debería merecer solo rechazo y es que el comportamiento humano es un espejo de múltiples caras que muestra en función de donde se sitúe la mirada.

Si en Talión, su primera novela ya reseñada aquí, aun había más de guionista que de literato, con El buen padre, primera entrega de una serie protagonizada por la inspectora Indira Ramos, da el salto definitivo y consigue aterrizar no solo de pie sino clavando la posición.

Hay ganas de leer su tercera novela, la segunda con Indira, que con el título de Las otras niñas se anuncia para este 13 de enero.


lunes, 3 de enero de 2022

Piel quemada de Laura Lippman

Estamos ante una novela negra con sabor añejo; una obra que evoca esas novelas clásicas, muchas llevadas al cine, donde los personajes son sus circunstancias. Donde el protagonismo se lo lleva una mujer de la que no se sabe si es una femme fatale o una víctima de la fatalidad.

Polly, es una pelirroja de actitud reservada y distante que acaba trabajando en un bar de Belleville para sobrevivir. Adam es un detective privado que la investiga, por encargo de alguien que la describe como el más malvado de los seres, y que acaba trabajando en el mismo bar para tenerla vigilada.

A medida que Adam la va conociendo, duda de la veracidad de los datos del cliché que le vendieron y su ética se ve comprometida y cuanto más avanza la trama más confusión mental se suma. Enamorarse no entraba en sus planes.

Polly es un espíritu libre que no puede evitar enamorarse intensamente pero a la que no le cuesta desenamorarse si es preciso. Y aunque puede ser sufrida también puede infringir dolor. Un espíritu que, con más o menos similitudes, lo hemos conocido encarnado en aquella sensual Cora y su cocina aguardando al cartero; en la fría y calculadora Phyllis tras sus gafas de sol y la póliza de seguros; la vulnerable Laura volviendo de entre los muertos mientras el reloj de pie recuerda tempus fugit o una Alice saliendo del cuadro donde estaba pintada para deleite del profesor Wanley antes que el placer se torne ahogo.

Laura Lippman ofrece una brillante intriga rellena de suspense. Recoge el espíritu de mujer fatal y lo insiere en una atmosfera opresiva cuya tensión se va adueñando del lugar, no dejando espacio para el oxígeno necesario para poder respirar, hasta culminar en un final nada convencional.

La autora nos regala el reencuentro con esa narrativa, que marcó las bases donde se desarrolló la novela negra americana de la primera mitad del siglo XX, en la que lo importante son los personajes y sus relaciones. Los diálogos y los silencios. Los recuerdos de lo que no se quiere repetir y los anhelos de lo que se desea vivir.

La retoma para reinventarla, para que con la misma música se den otros pasos de baile. Nada fácil reescribir a los clásicos haciéndolos contemporáneos.

Y lo hace con un ritmo muy medido y pausado. De evolución lenta pero progresiva, sin vuelta atrás; describiendo los espacios, habitaciones y locales, que reflejan la personalidad de quienes los habitan y ambientando el entorno con el costumbrismo justo para que quien se acerque a su lectura experimente las mismas sensaciones, de calor por un sol que quema la piel o desasosiego bajo la lluvia, que los personajes.

Piel quemada es una novela negra que transcurre en medio de la nada, en un pueblo de paso, Belleville, que si se puede evitar incluso ni eso, a pesar de ser uno de los diez mejores pueblos de los Estados Unidos, según un letrero, reclamo publicitario, recién colocado en la entrada.

Demuestra como con pocos elementos se puede construir una elaborada historia cuando estos son de calidad. Habiendo empezado 2022 puedo afirmar, sin duda alguna, que tal vez no sea la mejor novela que he leído este año 2021 que acabamos de cerrar, pero si es así no consigo recordar el título de la otra. Empiecen el año con una lectura cuyo recuerdo perdura como poso de agradable sabor.