Mientras nieva, el silencio es lo único que se oye. |
No hay
luz bajo la nieve es un ambicioso thriller noir de Jordi
Llobregat en donde lo único blanco es la nieve y eso cuando no está manchada de
sangre.
Bucea en un pasado doloroso y reciente como son las vicisitudes
de los refugiados en la II Guerra Mundial, y uno más reciente como la
desaparición de una niña y saca a luz esas historias del pasado y las entrelaza
con el presente. Un presente que tiene por delante una investigación de
asesinato.
El complejo argumento presenta una estructura geométrica de
diversas caras, y no es hasta el final que se le adivina completamente su forma,
a imagen y semejanza a la que ofrecen los copos de nieve formados por cristales
microscópicos de hielo que, como las huellas dactilares, nunca se repiten.
Alex Serra, bautizada Alejandra pero solo la llama así su
padre, subinspectora de la División de Investigación Criminal e investigada a
su vez por la División de Asuntos Internos por unos disparos efectuados en su
última misión es la encargada de desplazarse al Pirineo y hacerse cargo del
caso.
Le espera un compañero francés, una colaboración entre los
dos países, y una pareja mixta de jóvenes e inexpertos e igualmente entusiastas
agentes. Y le esperan los recuerdos de una infancia allí transcurrida y que fue
feliz hasta que dejó de serlo.
Como buen thriller de misterio otorga al lector unos metros
de ventaja respecto las pesquisas policiales permitiéndole sufrir y facilita
suficiente información de cada personaje, como para que incluso se pueda
anticipar aún más allá lo que puede suponer un contratiempo al no poder evitar prever
acontecimientos.
Jordi Llobregat |
No hay
luz bajo la nieve es un thriller muy personal que se agarra a
todos los resortes y tópicos del género ya que no busca salirse del mainstream sino todo lo contrario. Lo
que hace es recoger todos esos trillados elementos y adecuarlos con mayor o
menor fortuna, según sea el personaje y según sea el tema tratado, para
conformar una lectura que acaba entusiasmando a pesar de no ofrecer nada nuevo.
El mérito no ha sido crear sino recrear.
Pero no lo pone fácil: capítulos aparentemente inconexos,
cortos, saltos temporales, distintas voces y puntos de vista. Pero es
precisamente en ese aparente desorden donde la habilidad narrativa de Jordi
Llobregat se manifiesta ensamblando cuidadosamente cada parte para
conseguir un final satisfactoriamente abierto.
Cerrar la puerta de la entrada, trama principal, y dejar
abierta la de atrás, trama secundaria subyacente, se está convirtiendo ultimamente en un
recurso habitual para favorecer segunda entrega si ha lugar. Un cliff hanger que ya no se conforma con cerrar capítulos y ahora cierra novelas.
Mariposa Isabelina |
Disfruten de los paisajes nevados de la Cerdanya y de los
misterios de sus valles, de su luz diurna y de su cerrada oscuridad nocturna,
de sus bosques y lo que encierran los edificios y de todas las criaturas que allí
habitan. Pongan especial atención a las mariposas isabelinas y a la flor de la Saxifraga
longifolia.
Y no olviden que mientras nieva, el silencio es lo único
que se oye.