lunes, 30 de julio de 2018

El crimen del ómnibus de Fortuné du Boisgobey


Un crimen en un ómnibus, o sea un vehículo para transporte público: lo que hoy vendría a ser un autobús, a partir de la sustitución de tracción animal por la mecánica, presenta la característica de ser un espacio cerrado y en movimiento. Lo que configura un entorno peculiar y particularmente difícil para cometer un asesinato tanto por evitar revuelo de la víctima que de aviso como por ocultarse a la mirada del resto de pasajeros.

Un ejercicio de audacia y de seguridad en sí mismo que indica que tipo de persona es el criminal. Un ejercicio de astucia y originalidad para un escritor en aquella época.

Se dice que pudo ser una de las fuentes de inspiración de Agatha Christie a la hora de concebir su afamada novela Asesinato en el Orient Exprés.

Cuando el pintor Paul Freneuse, un joven valor parísino, toma el ómnibus de dos pisos, el de encima descubierto, para regresar a su domicilio se encuentra con que al final del trayecto la chica sentada a su lado al parecer dormida, que amablemente sostiene en sus brazos para que no se caiga, está muerta.

Su mente creativa azuzada por la desbordante imaginación de su amigo Binos, también pintor, le llevará a sospechar que pudo tratarse de un asesinato. A partir de ese momento la curiosidad por la identidad de la víctima y las circunstancias de su muerte absorben sus días y determinan sus actos.

La acción de El crimen del ómnibus transcurre en París, en 1878, a falta de poco para inaugurarse la Exposición Universal. Los escenarios alternan el París bohemio, donde dibujantes y pintores buscan su lugar en la historia del arte conviviendo en pensiones junto a sirvientas y jornaleros, y el París noble donde la burguesía busca su encaje a remora de lo que significó la nobleza.

Un retrato costumbrista, un asunto tenebroso, un crimen malvado y malicioso, un oculto romance pero no por ello menos apasionado, unas amistades peligrosas. Un retrato social de la época que ni Paul Freneuse hubiera podido plasmar en un lienzo de mejor forma.

Fortuné du Boisgobey
Fortuné du Boisgobey (1821-1891) es un prolífico autor francés de novela policíaca y criminal, más de 70 obras le avalan, donde además de la trama y lenguaje de novela policíaca, trasciende la esencia del folletín, asentando le roman policier que entraña en sus argumentos los conceptos de crimen, aventura, romance y misterio.

La obra se reedita con una introducción de uno de los grandes especialistas de este país, sino el mejor, en literatura victoriana y en literatura de época que es Juan Mari Barasorda. Lo que supone asistir a una master class en primera fila y gratis.

Una lectura para recuperar la fe en la capacidad que tienen las palabras escritas para evadirse sintiendo y no solo leyendo. La obra de un maestro al que no le pesa el tiempo y cuya influencia en escritores posteriores es toda una evidencia.

Disfrútenla en toda su magnitud.



lunes, 23 de julio de 2018

Hawaiian Dick de B. Clay Moore y Steven Griffin

Un cómic noir tropical.

Pensar en noir y Hawai es pensar inevitablemente en Hawai 5.0 y en Magnum P.I., en sus versiones retro por supuesto: ventajas de la edad, y de ahí que nada más empezar a leer Hawaiian Dick hace que nos sintamos ante algo familiar.

Y aunque Hawaiian Dick transcurra en los ’50 los escenarios y los personajes de ficción, incluidos los sobrenaturales, son atemporales y por tanto extrapolables de las series indicadas al cómic y del cómic a las series.

Byrd es un investigador privado, antes fue militar, al que se le encarga investigar el robo de un coche; pero la cantidad de dinero que le ofrecen por tan nimio asunto hace que sospeche que haya gato encerrado. Y vaya si lo hay: un zoológico entero encerrado. Claro que no en el maletero, ya que en este se encuentra un cuerpo humano.

Como la miel a las moscas el caso atrae a mafiosos, policía, brujos y zombies donde cada cual persigue la satisfacción de sus propios intereses. Cada elemento por si solo resulta sabroso pero al mezclarlos se diluye el sabor.

Clay Moore escribe un guion con el que aúna historia y tópicos personajes de cine negro con elementos sobrenaturales, magia negra, espíritus y prácticas de vudú para conformar una aventura alocada y que por momentos parece andar como pollo sin cabeza. Cosas del vudú sin duda.

El personaje de Bird tiene una gran carga vivencial y emocional que en esta primera entrega no da tiempo a desplegar ya que queda absorvido por la historia, y nunca mejor dicho, pero que da a entender que tiene recorrido.

Hawaiian Dick página interior
Steven Griffin dibuja el cuerpo humano buscando las redondeces y difumina cuando el misterio esotérico planea por las páginas y donde realmente se luce es en el coloreado donde, a pesar de la oscuridad de la mayoría de sus viñetas, crea verdaderas atmósferas ambientales gracias a los contrastes de luz que delatan su dominio del pincel y el estilo pictórico.

Hawaiian Dick es un comic noir tropical que lo tiene todo para ser imprescindible y sin embargo no alcanza, y aunque su lectura resulta interesante no acaba entusiasmando. Y es que el peso de lo sobrenatural, que  debiera ser solo un complemento, acaba arrebatando el protagonismo al caso policial y arroja dudas sobre la intención de la historia y su desenlace.

El álbum es el primer volumen, con un arco argumental concluyente de tres números (El caso del maletero, Arrastrados y Volveremos a encontrarnos). La serie, en versión original, va ya por el cuarto volumen y parece querer continuar. En castellano solo está disponible, y actualmente seguramente solo de segunda mano, el volumen reseñado.

jueves, 19 de julio de 2018

El verano del inglés de Carme Riera

La campiña inglesa puede ser
igual de entrañable
que terrorífica.

Laura Prats es una agente inmobiliaria barcelonesa con proyección profesional limitada por su desconocimiento de inglés. Pertenece a una época en la que en España no conocer idiomas extranjeros, vehículo de ideas nocivas y pensamientos quizás impuros, era considerado una exaltación al honor patrio. Cervantes sojuzgaba a Shakespeare.

Las nuevas generaciones, sin embargo, pisan fuerte y el dominio del inglés hoy se antoja imprescindible por lo que Laura decide dedicar sus vacaciones a una inmersión lingüística en la misma Inglaterra.

Internet le oferta distintas alternativas que a poco que analiza las va descartando por otras tantas razones, hasta que encuentra en la propuesta de Mrs. Grose, una anciana profesora jubilada, el encaje a sus necesidades. Lo malo es que hay más postulantes y solo una plaza por lo que deberá cumplimentar el test de selección de forma convincente y tener suerte, algo que no le ha acompañado a lo largo de su vida precisamente.

Claro que si Laura llega a saber que la paz de la campiña inglesa, a casi 150 kilómetros de Londres, no es más que la entrada al museo de los horrores seguramente hubiera cerrado la página web sin dedicarle ni un nanosegundo.

Carme Riera despacha un episodio comúnmente frustrante de la historia de este país, un ejercicio catártico basado en una experiencia propia tanto por la dificultad de aprender tarde el idioma como por el método y lugar elegido para hacerlo, con un argumento tenebroso y enfoque tragicómico.

No consigue el suspense suficiente ya que ella misma se encarga de que desde el principio anticipemos lo peor, y al final resulta menos de lo que habíamos imaginado, porque prefiere potenciar la ironía de una situación cotidiana llevada al absurdo a imagen y semejanza de films con los que busca descaradamente su analogía y que refuerza con citas literarias que completan el conjunto.

Carme Riera
Todos esos guiños, a Rebeca, Cumbres borrascosas y Psicosis como más destacados (sin olvidar a Henry James y su Otra vuelta de tuerca) harán las delicias de quienes disfruten con la novela gótica siempre y cuando no esperen de esta lectura nada más que un divertimento que acaba siendo un conjunto desparejado y mal cosido.

Despertar en la campiña inglesa con el sol en alto puede ser la bella culminación de un dulce sueño; despertarse de madrugada con una fuerte tormenta exterior y gritos y lloros en el interior puede ser el inicio de una terrorífica pesadilla.

Al final resulta una lectura fácil y rápida, ligeramente intrigante y divertida por igual, especialmente indicada para el verano y para quienes aprovechan sus vacaciones para aprender o mejorar su inglés y que, claro está, aprecien el humor negro.

De la misma autora y en este blog: Natura quasi morta

domingo, 15 de julio de 2018

Kawagoe: la pequeña Edo de Hitoyoshi Tsuneo

Entremezcla ensoñaciones
con realidades.

Vaya por delante que estamos ante una peculiar novela negra a la japonesa. Digo a la japonesa ya que su autor, que se da una maña envidiable en crear un producto autóctono como si oriental se tratara, es Andrés Calvente e Hitoyoshi Tsuneo es el seudónimo que emplea, entre otros, cuando trata esta variante literaria.

Kawagoe: la pequeña Edo, es  una ciudad que hoy dista 30 minutos de Tokyo. En el momento en que transcurre la novela, mediados de 1950, el desplazamiento supone un largo viaje a provincias.

El sargento Kyojo Sakamura y el agente fotógrafo Noboru Yamaguchi abandonan Tokyo en tren rumbo a Kawagoe para investigar la muerte de una joven.

Este claro inicio de novela policiaca pronto adopta giros suficientes como para aturdir al lector hasta el punto de desubicar su intención primera que acaba siendo el McGuffin que permite aventurarse en una mezcolanza de géneros.

La misión y los valores personales de los dos servidores policiales se ven alterados, al igual que sus sentidos, hasta verse prisioneros de una ilusión. Como sucede con el lector.

La época, hace poco que las, odiadas, tropas invasoras americanas han abandonado el país ocupado desde el final de la II Guerra Mundial, favorece la recuperación de creencias, cultos y supersticiones que abonan el resurgir de la espiritualidad.

Esa fuerza intangible, esa fe ciega, pervierte al poder político, al religioso y al económico y en la zona todo gira alrededor de ceremonias y los representantes en la tierra de los ausentes dioses dominan voluntad y opinión pública por encima del gobierno establecido.

Kawagoe: la pequeña Edo
En los rituales, los participantes convenientemente instruidos y animados con sustancias excitantes, comulgan con lo etéreo entregados a excesos desorbitados libres de pudor en un clima de total y alegre asunción, descritos en párrafos de sexo explícito sin chirriar en el conjunto de la narración.

La pareja policial, Kyojo y Noboru, ven como su vida da un vuelco espectacular y a pesar de la manifiesta relajación en la investigación, esta retoma fuerza hacia el final.

Lo que todo apunta a dar protagonismo a la ciudad, alrededores y sus habitantes, empleando el asesinato como excusa, y a explicar la explosión que supone la recuperación de unos principios identitarios sojuzgados y pisoteados por los vencedores como sucede en toda guerra.

Hitoyoshi Tsuneo plantea una trama que entremezcla ensoñaciones con cotidianidad al ritmo cadencial de las estaciones del año. Una novela difícil de catalogar que puede resultar atractiva por su interés sociológico, leída bajo prisma folclórico, para conocer más de un país que sigue resultando muy desconocido.

lunes, 9 de julio de 2018

La ola perfecta de Sagar Forniés y Ramón de España

La ola perfecta es ese sueño que
a lo peor nunca se cumple.
La ola perfecta es esa ola que buscan todos los surfistas. La madre de todas las olas. La ola que te permite tocar el cielo, que te permite flotar en el vacío, y fundirte con el entorno. Esa ola que después de cogerla ya te puedes morir.

La ola perfecta es ese sueño que a lo peor nunca se cumple. Ese sueño de un ideal truncado al despertar. Y eso si el sueño no se convierte en pesadilla.

Pesadillas es lo que tiene Diego, policía de la unidad antidroga en Barcelona, a quien una orden ejecutada por ETA le arrancó dos tercios de sí mismo y lo destinó a cientos de kilómetros de casa. Los dos tercios que ocupaban su mujer y su hija nonata. Ahora su tercio sigue viviendo pero no se siente vivo.

Sus recuerdos se ahogan en bebida con su suegro en puntuales fines de semana en Euskadi. Su rabia la descarga, también con él, en acciones punitivas sobre víctimas abertzales propiciatorias. En esa venganza sorda busca recuperar lo que es imposible.

La rueda del destino lo tiene atado a la violencia, la sufrida y la que provoca.

Su vida va directa al precipicio. Lo sabe pero no puede ni quiere evitarlo. Todo parece escrito cuando una investigación le brinda una segunda oportunidad. De él va a depender aprovecharla o pasar de lado. Está ante su ola perfecta, por segunda vez: algo que otros no verán ni en cien vidas.

Alimentarse de odio o de amor, de pasado o de presente, de venganza o de esperanza.

Ramón de España escribe un guion afilado buscando pinchar. Una historia de novela negra que juega al gato y al ratón alternando romanticismo y violencia y que se desarrolla a la sombra de ETA, con alto contenido dramático, muy bien entendido por su dibujante, y que tiene en sus diálogos su punto fuerte.

Sagar Forniés emplea en esta ocasión, su versatilidad le permite adaptarse a cada necesidad, un trazo de dibujo desmadejado para mostrar vidas demadejadas en un país que no aúna voluntades sino disparidades.

De Sagar Forniés ya se ha reseñado en este blog:

Dimas con guion de Andreu Martín

Bajo la piel con guion de Sergi Álvarez


jueves, 5 de julio de 2018

Agatha Raisin y la boda sangrienta de M. C. Beaton

Una boda a la que se agradece
no estar invitado.
Lo primero que viene a la cabeza cuando se oye boda sangrienta es Kill Bill, pero la novela de M. C. Beaton no tiene ningún parecido con el film.

El entorno bucólico de los Cotswolds no tiene parangón con el sur de Texas. Y la novia tampoco. Y el desenlace menos. Estamos ante una novela policíaca inglesa clásica de acuerdo con el tono de esta serie.

Agatha Raisin va a casarse, finalmente, ya era hora, menos mal, con su vecino James Lacey, o mejor dicho va a ser Agatha Styles quien lo haga ya que a pesar que ha dicho a todo el mundo que es viuda de Jimmy Raisin no está segura de su muerte y prefiere no averiguarlo.

Aunque tal vez debería confirmar su condición de viuda ya que una cosa es ser acusada de bigamia y otra de asesinato. ¿Pero como se pasa de una a otra? mejor no adelantemos acontecimientos y es preferible dejarse llevar por los enredos que orbitan alrededor de Agatha Raisin.

Una nueva novela, la quinta, protagonizada por esa Miss Marple de pacotilla con indudable habilidad por la ironía y por meterse en líos que es Agatha Raisin, de mediana edad y rentista desde la venta de su negocio londinense de relaciones públicas.

De nuevo el villorrio de Carsely es capaz de albergar una trama criminal con la misma naturalidad con la que organiza un encuentro musical de damas con más voluntad que aptitud.

Agatha Styles, nombre y apellido directamente ligados con la más grande: Agatha Christie y su primera novela El misterioso caso de Styles.

El argumento tiene algunos de los mejores crímenes de la serie y se presenta como uno de los más prometedores, desafortunadamente en su desarrollo la trama no se encuentra al mismo nivel y acaba consumiendo las buenas ideas en malas descripciones y diálogos inconsistentes.

Una buena ocasión perdida de darle vuelo a una serie que a medida que avanza en número retrocede en calidad; el nivel de entretenimiento se mantiene pero ya en mínimos.

Todas las novelas anteriores reseñadas en este blog:






domingo, 1 de julio de 2018

Victoria Pruitt viene a la ciudad de Ruth Gilbert Cochran

Una pueblerina en New York.
Victoria Pruitt es una señorita de edad avanzada, su soltería y su condición de profesora jubilada acreditan ambas afirmaciones, que, recién llegada a New York por un encargo, decide alojarse en el Dolly Madison Hotel, un hotel solo para mujeres, ya que una situación accidentalmente extraña le sugiere que ese puede ser un buen lugar para aclarar lo sucedido.

La situación se complica cuando esa noche se comete un asesinato en el hotel, Miss Pruitt va a alargar su estancia hasta descubrir quién es el asesino, labor con la que colabora estrechamente con el inspector John Muldoon.

Miss Pruitt responde al prototipo de anciana curiosa, cotilla, observadora, sagaz y deductiva que fueran los rasgos que situaran a Miss Marple en el Olimpo de las detectives aficionadas.

La novela, data de la primera mitad de 1900, ofrece una trama detectivesca que enfoca una visión de la mujer y del contexto social muy patriarcal como corresponde a la época.

La investigación tampoco desarrolla ni estrategias ni argucias relevantes. Y poco o nada aporta al género aunque entretiene con cierto dulzor empalagoso.

Una lectura curiosa que cumple discretamente, como tantas otras escritas en la época, fruto del hallazgo en una librería de viejo, de esas que a veces entre hojas aparecen joyas.