Can Luís
Carrer de la Cera, 49 - Telèfon 934 411 187
Barcelona
Can Lluís no es un restaurant, es una casa de menjars, i amb això lluny de desmereixe´l vull deixar palesa de forma clara la seva condició i vocació, i honorar, així, l’honradesa que caracteritza la seva cuina i la seva gestió.
A Can Lluís t’hi trobes com a casa, no te res d’encarcarat ni de falsa aparença avantguardista de papier maché. No hi ha cops d’efecte, ni cuina destruïda per tornar-la a reconstruir. Al pa, pa i al vi, vi, i per això te una carta de les d’abans. De les de jalar amb plats plens, amb guisats que només la flaira ja et fa venir salivera.
Tens carta per triar, o si no vols rumiar pots agafar qualsevol dels menú ja preparats: el del dia, el menú de cine, el de teatre o el de l’opera. Apa si n’hi ha de feina!
A Can Lluís sembla que tothom es coneix i que tothom gaudeix, tants els cambrers, com els clients, i el temps es detura i ve de gust relaxar-se i pensar que en aquell mateix moment, que en aquell mateix instant formes part de la història. Que en la cadira que estàs assegut i des d’on contemples el teu voltant, altres han fet el mateix al llarg d’un munt d’anys i que ho continuaran fent per molts més.
A les parets, fotos, retrats i records, al mosaic del terra el terrible record d’una bomba que va segar vides. Allí assegut, si es para be l’orella, es pot sentir encara el ressò, esmorteït pels anys passats, de les consignes contra el dictador i els seus grisos, barrejades amb els cants de la rumba catalana, els missatges radiofònics, doncs també es feia radio, les declamacions d’autors novells i consagrats, els clams dels culers i els acudits dels qui anys desprès triomfarien arreu en el món de l’espectacle.
Mestissatge ben cuinat. Com el cap i pota. Com el mar i muntanya.
Ferran i Júlia en una artística foto d'en Pol |
En Ferran te ulls vius de mirada intel•ligent i riallera, i sap calar enseguida qui va de veres i qui va de figurant. Te ofici, aviat farà 50 anys que porta el negoci en el lloc on va néixer, i te més taules que molts dels actors que per allí han passat. No xerra més del compte, però el que diu es interessant i per damunt de tot es persona i a més, amable.
A Can Lluís no li cal publicitat per emplenar-se, ans al contrari, cada migdia hi ha gent que, sense reserva, se apilona al vestíbul de l’entradeta i a la porta per la banda del carrer esperant que se’n buidi alguna, molts cops sense sort. I així des que l’avi Lluís el va engegar el 1929.
En Manolo Vázquez Montalbán hi tenia molta tirada, hi devia influir, vés si no, que la casa familiar la tingués a tocar, però coneixent el seu criteri gastronòmic, està clar que les delícies culinàries que si serveixen degueren pesar i força. Apa que no va tenir sort el paio de ser a tocar!.
Menú MVM (clic damunt la foto per ampliar) |
De ben segur que son més d’un els restaurants que voldrien ser “el del Manolo” pero potser aquest es el que més s’hi acosta a tal alt mèrit.
Si el volen tastar sàpiguen que El menú Manuel Vázquez Montalbán consta de:
1r plat: Olleta d’Alcoi 2n plat: Cabrit al forn Postres: Xinès de Can Lluís
I la Júlia, la dona d’en Ferran, la que remena els fogons, ens ha passat unes receptes de les que tot seguit transcrivim la que conforma el primer plat del menú MVM. En un proper post explicarem com son aquestes postres de nom tan curiós i també explicarem el seu fricandó amb bolets.
Olleta d’Alcoi
Ingredients (per 4 persones)
200 gr mongetes seques blanques (remullades d’abans)
200 gr naps
3 branques no gaire grans de penques de carxofera
4 botifarrons de ceba
1 ceba
oli
pebre vermell dolç
1 cullerada de farina
Preparació
La foto es d'olleta d'Alcoi però no de Can Lluís |
Quan tot estigui cuit afegiu els naps i que continuï l’estona de preparar el sofregit.
En una paella sofregiu la ceba tallada petita i quan tingui color li tireu pel damunt el pebre vermell i la farina i ho remeneu i ho afegiu a la cassola juntament amb les botifarres crues.
Deixeu 10 minuts i tot estarà llest.
Ara que som a les portes de la BCNegra es un bon moment per anar-hi i entrar en ambient però com no s’espavilin a reservar taula faran salat. Qui avisa no es traïdor.
I si hi van arrel de llegir aquest post no ho diguin al Ferran en veu alta, sinó a cau d’orella: els parroquians em posarien a parir si sabessin que serà més renyit aconseguir taula i no vull haver-hi d’anar disfressat.
Versión en castellano
Can Lluís no es un restaurante, es una casa de comidas, y con esto lejos de desmerecerlo quiero poner de manifiesto su verdadera condición y vocación y honorar así, la honradez que caracteriza su cocina y su gestión.
En él te encuentras como en casa, no tiene la altivez ni la falsa apariencia vanguardista de papier maché. No hay golpes de efecto, ni cocina reconstruida. Al pan, pan y al vino, vino y por eso tiene una carta de las de siempre. De las de comer en platos llenos, con guisos que solo olerlos ya nos hacen salivar.
Hay carta para elegir, o si no se quiere pensar se puede escoger entre cualquiera de las propuestas de menú: el del día, el menú de cine, el de teatro o el de la ópera. ¡Anda que no hay oferta!
En Can Lluís parece que todo el mundo se conoce y que todos disfrutan, ya sean tanto camareros como clientes; y el tiempo es como si se detuviera y apetece relajarse y pensar que en ese mismo momento, que en ese mismo instante se forma parte de la historia. Que en la silla en la que te sientas y desde donde contemplas tu alrededor, ha albergado a otros que han hecho lo mismo a lo largo de muchos años y que lo continuarán haciendo otros por muchos más.
En las paredes, fotos, retratos y recuerdos, en las baldosas del suelo el terrible recuerdo de la explosión de una bomba que se llevó vidas con ella. Allí sentado, si se aplica la oreja se puede oír todavía el eco, amortiguado por los años transcurridos, de las consignas contra el dictador y sus grises, mezcladas por los acordes de la rumba catalana, los mensajes radiofónicos, ya que también se hizo radio, las declamaciones de actores noveles y consagrados, las ansias de los culés y los chistes de quienes años después triunfarían en el mundo del espectáculo.
Mestizaje bien cocinado. Como un potaje. Como un mar y montaña.
Es casi como si la historia de la ciudad y de muchos de sus habitantes se hubiera escrito en Can Lluís. Desde las páginas de la atroz represión anti catalanista hasta los poemas más esperanzadores de libertad e independencia. ¡Y todo en catalán! Cuando eran pocos los que, por aquel entonces, se atreverían a ello.
Ferran tiene ojos de mirada inteligente y vivaracha, y sabe entender a la primera quien va de legal y quien para luego presumir. Tiene oficio, pronto cumplirá 50 años al frente del negocio en el mismo lugar donde naciera, y tiene más tablas que muchos de los actores que por allí han pasado. No es muy hablador pero lo que dice es interesante y ante todo y por encima de todo es persona y además amable.
Can Lluís no necesita publicidad para llenarse, al contrario, cada mediodía hay gente que sin reserva, espera en el vestíbulo de la entrada y fuera en la puerta esperando que se vacíe alguna mesa, muchas veces sin lograrlo. Y así desde que el abuelo Lluís lo puso en marcha en 1929.
Manolo Vázquez Montalbán era un asiduo, seguro que influyó que la casa familiar estuviera a cuatro pasos, pero conociendo su buen criterio gastronómico, es más que seguro que las virtudes culinarias que se cocinan tuvieron su peso en la decisión. ¡Anda que no tuvo suerte de ser vecino!
Cierto es que son muchos los restaurantes que quisieran ser “el del Manolo” pero de entre todos este es uno de los que más motivos tiene para acercarse a tan alto mérito.
Manolo es muy querido y recordado en Can Lluís. Y tanto es así que le han dedicado un menú especial con aquellos platos que más solía pedir. Hay que tener un buen saque para poder con todo (yo no me atreví y solo comí el cabrito y el postre y aún me relamo) pero no hay duda de que el puñetero tenía claras sus preferencias.
Si quieren probarlo sepan que El menú Manuel Vázquez Montalbán consta de:
1r plato: Olleta d’Alcoi 2º plato: Cabrito al horno Postre: Xinès de Can Lluís
Y Júlia, la esposa de Ferran, la que manda en la cocina, nos ha pasado unas recetas. Hoy trascribimos la que supone el primer plato del menú MVM. En un próximo post explicaremos como es este postre de nombre tan curioso y también como hacen el frincadó con setas.
Olleta d’Alcoi
Ingredientes (para 4 personas)
250 gr oreja y careta de cerdo
200 gr judías secas blancas (en remojo desde antes)
200 gr nabos
3 pencas de alcachofa
4 butifarrones (o morcillas) de cebolla
1 cebolla
aceite
pimentón dulce
1 cucharada de harina
Preparación
Llenar una cazuela con 3 l de agua i poner a hervir a fuego suave la carne de cerdo cortada a dados, las judías y las pencas limpias de hebras y cortadas a unos 3 cm.
Cuando empiece a estar cocido añadir los nabos y que continúe a fuego mientras se prepara el sofrito.
En una paella sofreír la cebolla picada y en cuanto tome color cubrirla con el pimentón y la harina i mezclarlo para que la harina no de sabor a crudo y añadir a la cazuela junto con las morcillas crudas.
Dejarlo unos 10 minutos más y estará listo para ser servido.
Ahora que estamos a las puertas de la BCNegra 2012 es un buen momento para ir a esta casa de comidas y entrar en ambiente pero ¡ojo! Como no se espabilen a reservar pueden encontrarse chascados. Quien avisa no es traidor.
Y si van a raíz de leer este post no se lo digan a Ferran en voz alta, sino flojito: los habituales me pondrían a parir si supieran que van a tener más reñido conseguir mesa y no quiero tener que volver disfrazado.
En este magnífico artículo (pinchen sobre el link en catalán: conduce al mismo texto en castellano) que firma la escritora Isabel Olesti pueden leer un acertado resumen de la historia de este local. Está escrito hace más de seis años, en ocasión de su 75 aniversario y es tan vigente como si lo hubiera escrito ayer.
Post scriptum:
Más sobre el restaurante y Vázquez Montalbaán en el post Fricandó de Can Lluís y Vázquez Montalbán
Post scriptum:
Más sobre el restaurante y Vázquez Montalbaán en el post Fricandó de Can Lluís y Vázquez Montalbán
Acudo, con relativa asiduidad, a Can Lluís. Efectivamente no es un restaurante sinó una casa de comidas, por ello venía Manolo Vazquez Montalbán y otros muchos, Terenci, Maruja Torres y cuantos bohémios paseaban y se introducían en el Chino, ahora El Raval.
ResponderEliminarSus mejillones de roca son insuperables, se degustan como pipas,los sesos a la romana también
y las torrijas, de postre, te recuerdan a las que te hacía tu abuela para que engordases porque no había forma de que te comieras el plátano u otra fruta igual de aburrida.
No es un sitio 10 pero sí muy amable sobre todo si te manejas por este barrio.
Tendré que probar estos mejillones que recomiendas comentarista Anónim@ y en cuanto a las torrijas estoy total e incondicionalmente de acuerdo.
ResponderEliminarGracias por pasarte por el blog.